Capítulo 2. ¡¿Formo parte de la tripulación?!

Menos mal que no me tropecé al bajar la montaña porque ya me daría una hostia de las buenas porque era torpe de narices. Llegué al dichoso pueblo que observé desde arriba. Había mucho movimiento por lo que decidí encaminarme para ver lo que había. Muchos puestos de comida al parecer y eran extrañas. Bueno algunas, no todas. Parecía un pueblo tranquilo, donde no había mucho ajetreo. Las personas entablaban conversaciones para matar el tiempo. Y el tiempo lo agradecía; aunque, si fuera yo, ya estaría con una gorra puesta o debajo de una copa de árbol para protegerme de los rayos del sol. Tenía la piel blanca y estar expuesta a esa luz me convertiría en una gamba asada.

Me encaminé en dirección al puerto porque sentía mucha curiosidad que tipos de barcos habían. Y para mi mayor sorpresa era encontrarme con banderas de piratas. ¡¿Piratas?! Esta isla tenía que ser un comercio para esos sicarios para seguir aventurándose al mar. ¿Estaría en el mundo de One Piece? Era lo más probable porque los Jolly Roger eran curiosos. Decidí caminar un poco más a ver si había alguno que me sonara familiar de algún capítulo que he visto de la serie. El muelle era largo de narices y eso que en lo más alto de la montaña se veía pequeño. Mis pasos se detuvieron en seco y giré mi cabeza para ver un barco en específico.

¡Por la virgen del Pino, era el Thousand Sunny!

¿Eso significaba que la tripulación de Luffy estaba por aquí? ¡¿Realmente estaba en el mundo de One Piece?! ¡Ya me estaba dando un ataque al corazón! Vamos Laura, tranquilízate. Esto será un sueño, era lo más lógico del mundo. Sin embargo, no paraba de preguntarme por qué estaba soñando esto. A lo mejor porque tendré un final feliz o porque conoceré finalmente a ellos. ¡¿Conoceré a mis Daddies?! Sí era así, que me partiese un rayo por la mitad. Ay, ya me estaba imaginando el encuentro con Katakuri o con Smoker o con Lucci…

—¡Oye, Laura!

De repente, escuché como alguien me llamaba. Yo miré por todos lados para ver quién fue, pero no encontraba nadie. Sólo me faltaba un único sitio: el Thousand Sunny. Elevé mi cabeza para encontrarme una figura bien conocida. Un hombre que deseaba con todas sus fuerzas ser el mejor espadachín del mundo y para ello debía derrotar a Dracule Mihawk. Roronoa Zoro me estaba mirando con su simple mirada vaga y desinteresada. Espera, dejé que mi cerebro visualizara la información que capté a través de mis ojos. ¡Roronoa Zoro! Mi cara era de espanto y de sorpresa al mismo tiempo. ¡¿Cómo coño sabía mi nombre?!

—¿No estabas con Chopper? —Volvió a hablarme y esta vez me preguntó.

—Esto… —¡No sabría qué decirle!—. Al ser tan pequeño lo perdí de vista. —¡¿Se lo creerá?!

—Es lógico. —¡Se lo creyó!—. Anda, sube al barco. Los chicos no tardarán en llegar.

¿Qué estaba pasando? Era como si me conociera de toda la vida. ¿Será posible que ya había soñado esto y no lo recuerde? Era muy probable porque, a veces, el ser humano no era capaz de recordar todos los sueños que ha tenido, solo los que les habían marcado. Me acerqué a la escalera de cuerdas para trepar. Esto se movía bastante y temía por mi seguridad. Poco a poco, Laura. No hay prisa ninguna. Mis manos tocaron el borde del barco y pude elevarme para subirme. ¡No podía creer que estuviera en este barco! Mi yo interior estaba gritando de la emoción.

—Oye, Laura, ¿no estaba contigo Chopper? —Otra voz distinta a la de Zoro me preguntó. Volteé la cabeza para encontrarme a Franky. ¡Dios, era enorme! ¡Me quedé sin habla!

—Lo perdió de vista al ser tan pequeño —habló Zoro.

—Oh, y eso que nuestra pequeña peleona es súper pequeña también.

—No tengo culpa de que tú seas tan alto, Franky. —Espera, ¿le respondí como si fuera una amiga suya?

—Normal, mides 1’59 metros en comparación con él.

Cómo me dieron ganas de abofetearle, pero no podía porque era demasiado atractivo. Zoro fue el primer personaje que me enamoró a primera vista. Un chico fuerte que no temía a nada, ni siquiera la misma muerte; sin embargo, su mayor punto débil era la orientación. Con él había que tener mucho cuidado si caminabas en el bosque con este espadachín. Observé cómo Franky caminó en dirección contraria para ver el mástil si tenía algún fallo. Más dudas surgían en mi cabeza. Sí yo formaba parte de la tripulación de Luffy debería tener algún tipo de recompensa.

—Oigan chicos, ¿esta mañana recibimos alguna noticia acerca de nosotros y nuestra recompensa?

—El periódico está ahí. —Me indicó Franky en una mesa—. Y no sé porqué lo preguntas si esta mañana lo viste.

—No estaría atenta —me disculpé.

Fui a la mesa para coger el periódico y ver si decían algo sobre mí porque Franky me nombró “pequeña peleona”. Tenía carácter, pero no lo entendía. Pasé unas cuantas hojas porque informaban sobre casos de la marine que aún no han resuelto, como la desaparición de los Yōnko. Un momento, ¿cómo? Volví a la página anterior y lo leí detenidamente.

“Hace un par de semanas, los cuatro emperadores del mar han desaparecido sin dejar rastro alguno. Su tripulación los están buscando desesperadamente. Esto provocará una gran guerra entre marines y piratas, y no solo eso. También han desaparecido los Gōrosei de Mariejois causando que todos los CP y vicealmirantes vayan en su búsqueda”.

¡Esto era serio! Tanto los Yōnko como los Gōrosei han desaparecido sin dejar rastro y mira que era difícil porque eran personajes muy importantes. La cuestión era quien los habían secuestrado, si era fuera así. Entonces Katakuri y sus hermanos estarían buscando a su madre, al igual que Lucci con los ancianos. Solo espero que no estuvieran señalando a Luffy y a los chicos porque se habían metido en problemas a lo largo de la aventura. Seguí investigando en el periódico hasta encontrar lo que andaba buscando. Había un cartel de recompensa mia que decía: “Princess Laura en búsqueda. Viva o muerta. Recompensa: Quinientos noventa millones de berries”.

Todo mi cuerpo se petrificó al ver tal cantidad de recompensa. Pero ¡¿cómo?! ¡Ni siquiera era fuerte para variar! Esto me estaba preocupando porque no recordaba nada. Ay, que Dios ampare mi alma que estaba sufriendo en estos mismos instantes. Estaba tan concentrada que di un grito tremendo, cuando sentí a alguien abrazar mi pierna. ¡Odiaba que hagan eso! Miré abajo para ver quién era y era Chopper quien sollozaba.

—¡Laura no te vayas sin decirme nada, idiota! —¡Ay, que mono cuando se ponía así!

—Perdona, Chopper —me disculpé, mientras me agachaba para estar a su altura y acariciar su sombrero—. Es que al ser tan pequeño te perdí de vista.

—¡Es que me preocupé mucho por si te había pasado algo malo y yo sin darme cuenta! —Era tan lindo cuando se preocupaba por sus compañeros y no le culpaba.

—Al menos supo cómo llegar al barco y no como Zoro. —La voz de Usopp resonó y lo vi cargando con un montón de cosas.

—¡Laura-chan! —Y ahí venía el mujeriego de la tripulación para abrazarme.

—¡Laura-san! —Y no era el único, Brook también se acercó descaradamente—. ¿Me enseñaría sus pantis?

—¡Dejad de ser tan pervertidos! —Antes de que respondiera, Nami ya les dio su merecido utilizando su Clima Tact para dejarlos noqueados.

—¡Laura! —Y a quien no me esperé de sorpresa era Luffy, quién me abrazó con todas sus fuerzas, como si hubiera desaparecido—. ¡Estábamos preocupados por ti!

—Te estuvimos buscando por todo el pueblo, pero nos alegramos que estés bien —dice Robin con su típica sonrisa.

Sí, podía confirmar que formaba parte de la tripulación de los Mugiwara y no me molestaba para nada porque ellos eran divertidos y no me aburriría para nada. Por lo que vi, embarcamos —era raro decirlo— en esta isla para buscar provisiones y seguir con la aventura. También me di cuenta que Nami poseía a Zeus, una de las armas más poderosas de Big Mom. Eso significaba que habían pasado por Whole Cake, pero ¿yo ya estaba ahí? Esto era muy confuso para mi cabeza porque buscaba respuestas imposibles. ¿Y qué pasó en Wano? ¿Pudieron derrotar a Kaido para traer la paz? A Jinbe no le había visto todavía, seguro que estará muy liado como para volver a la tripulación.

Levantaron el ancla para alejarnos de este sitio. No sabía porqué, pero estaba muy emocionada. Aunque la verdad estaba bastante preocupada por la noticia que leí del periódico. Sí ha habido desapariciones y más con personas muy importantes en este mundo, todos irán detrás de Luffy para sacarle información y habrá una guerra. No quisiera que eso pasase porque no sabía con quién nos íbamos a encontrar. Sanji preparó unos batidos para mí y para las chicas. Oh, sería la primera vez entre comillas que probaría algo preparado de él. Era de color rosa, será un batido de frutas. Lo tomé con la pajita para probarlo un poco y os digo que me había gustado. Yo era una rara con la comida.

El trío infantil le exigía a Sanji que también les preparase ese jugo, pero él como de costumbre les gritaba. Yo menos mal que estaba debajo de una sombrilla porque sino me asaría o me tostaría. No hacía tanta calufa*, pero por si acaso porque no tenía mi crema solar. Nami veía cada dos por tres el log pose para no perder de vista el rumbo que debíamos tomar. Luffy, Usopp y Chopper no paraban de decirme de jugar con ellos. Mis niños, ya era mayor cómo ponerme a juguetear al escondite o algo parecido, yo prefería estar tranquila en mi sitio. Pero me echaron un balde de agua fría a lo que me enojé mucho y los perseguí con rabia, queriendo golpearlos.

El día pasó de largo y volvió la noche, donde Sanji preparó una comida exquisita. Me iba a pegar un emboste tremendo con tanta comida. Luffy robaba la carne de algunos recibiendo quejas, pero en realidad se llevaban bien. Eran como una gran familia que se respetaba. Esbocé una sonrisa sincera al estar con una tripulación agradable. Robin se quedó para hacer vigilancia, mientras que los demás nos íbamos a dormir. A mí me costó pegar ojo porque no creía que esto sea real. Estaba muy nerviosa porque no sabía lo que nos iba a deparar. Cerré los ojos para quedarme sumamente dormida.

¿Despertaré de este sueño?

.
.
.
.

—¡Tierra a la vista!

Pasaron dos días desde que descubrí que era parte de la tripulación de Luffy. Usopp gritó, anunciando que nos estábamos acercando a una isla. Luffy ya estaba encima de la cabeza del barco con mucha ilusión porque vamos a vivir una nueva aventura. Me era raro decirlo así porque parecía que siempre he estado con ellos y no era verdad, pero bueno ¿qué le íbamos hacer? Desde mi posición podía ver cómo árboles que rodeaban la isla. ¿Será una selva? Sentía mucha curiosidad. Embarcamos en la tierra fértil sin ningún tipo de dificultad y el muchacho ya pisó el suelo.

—¡Aventura!

—Luffy no te apresures que tenemos que preparar los preparativos —dijo Nami, ya viendo que el joven se iba adentrar en la jungla.

—No te preocupes por eso, Nami-chwan. Ya está todo listo. —Sanji salió de la cocina con grandes mochilas. Yo si cargaba con eso, me partiría la espalda porque tenía escoliosis.

—¡Laura, ven conmigo! —Luffy alzó la voz.

—¡Chacho*, ¿te quieres esperar?! —le grité—. ¡Coge primero tu mochila y ya vamos!

Me era raro adentrarme en la jungla con Luffy. ¡Con Luffy! ¿Y por qué no otra persona? Zoro decidió ir con nosotros para no quedarse en el barco muy aburrido. Nami, Usopp y Chopper no querían porque sentían miedo de encontrarse con algún monstruo o algo. ¡Yo encantada! A mí me gustaba la idea de entrar en un sitio tenebroso y encontrarme con todo aquello. Eso sí, no quisiera encontrarme una cucaracha y más si era voladora. Un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo. Desconocía que harán los otros si quedarse en el barco o ir por otro camino para explorar. Conociendo a Robin querrá descubrir que era este lugar.

Luffy era el cabecilla de nuestro pequeña grupo, yo en medio y Zoro atrás nuestra. Yo miraba de vez en cuando para ver si todavía nos estaba siguiendo porque tenía un sentido de la orientación pésima y cualquier despiste se perdería. El moreno empezó a cantar para animar el ambiente a lo que movía la cabeza con mucha ilusión. De repente, noté a Zoro colocarse a mi lado, como si quisiera protegerme. Me sentía pequeña a su lado, aunque él tenía una altura normal y corriente. No como Brook o como Franky. Yo era la segunda miembro más bajita de la tripulación. A Chopper me daban ganas de achucharlo como si fuera un peluche.

—No he visto todavía comida. —¿Ya estaba pensando con el estómago vacío?

—No te apresures —dije.

—A mí me extraña que en este sitio no haya un ser vivo —comentó Zoro, visualizando su entorno.

Ahora que lo dijo, tenía razón. No he escuchado ni un pájaro cantar o algún que otro animal. Parecía un desierto, pero en la jungla. Menos mal que tenía puesto mis gafas para ver mejor a la distancia y estar preparada para lo que venía. Pero ¿qué cosas estaba diciendo? Ni siquiera sabía luchar, pero esa recompensa me tenía intrigada. De repente, Luffy se detuvo provocando que yo me chocase con él. Quería averiguar qué pasaba porque se puso serio al igual que Zoro. Éste último desenfundó un poco de una de sus espadas. Vale, ya me tenía lo peor porque aquí había algo que no les gustaba para nada. Un rugido escuché a mi izquierda y un felino grande se abalanzó para atacarnos, pero los chicos fueron rápidos y lo noquearon a tiempo.

—¡Ya encontramos la primera comida!

—¡¿Tú quieres matar a todos los animales o qué?! —le grité y era verdad.

—Ey, Luffy —le llamó Zoro—. Fíjate bien.

El supuesto felino era un humano normal y corriente. Espera, ¿era un consumidor de una Fruta del Diablo? ¿Una Neko Neko no Mi?

—Oh, vaya, y yo pensaba que habíamos encontrado comida —dice, muy desilusionado.

—¡Eres un tolete*! —grité, dándole un pequeño coscorrón en su cabeza.

—Tengo la sospecha de que habrán más —comentó Zoro, volviendo a su estado normal—. Esta jungla da mala espina.

—Pero va ser divertido. —Él amplió su característica sonrisa, ya oliendo la aventura.

Con estos dos brutos era posible sentirme protegida, pero ese hombre tenía que ser parte de algún tipo de tripulación porque era como dijo Zoro, seguro que no estaría solo. Seguimos explorando el interior hasta llegar a un campo abierto, donde no había nada, tan solo hierba y alguna que otra roca en el camino. Tuve una mala sospecha si seguimos metiéndonos en este agujero. De repente, aparecieron unos cuantos leones que nos acecharon desde la hierba alta. Yo me llevé las manos a la cabeza por miedo, pero Zoro llegó a tiempo para protegerme. Luffy los mandó lejos con un simple puñetazo.

Pero ¿qué estaba pasando? Nos habíamos dado cuenta que estos eran verdaderos leones porque no cambiaron su aspecto. No estaba entendiendo nada. Eran como animales que obedecían las órdenes de alguien a quien desconocíamos. Aunque, pensándolo bien, ese supuesto felino que al final era un hombre tenía un antifaz y en ella habían orejas de gato. Cuando ellos conocieron a Usopp, había un grupo de piratas que tenía una afición bestial por los gatos. ¿Cómo se llamaba su capitán? ¿Kuro? ¿Era posible eso? Pero su tripulación lo había abandonado cuando apoyaron a Luffy a que derrotara a su capitán.
Para seguir con nuestra aventura, volvimos a entrar en esa espesa jungla. Mis pensamientos fluyeron tanto que, al cabo de unos minutos, alcé mi cabeza para decir algo a los chicos. No obstante, mi mayor sorpresa era que estaba sola. Ni Zoro ni Luffy estaban a mi lado. ¡¿Esos dos me dejaron?! Los busqué desesperadamente porque no debían dejarme sola. Pero qué dices Laura: ¡sabes cómo son, babieca!

—¡Me cago en todo sus muertos!

_________________

Léxico canario.


1. Calufa: Sinónimo de calor.

2. Chacho/a: Expresión de asombro o exageración, procedente de la palabra “muchacho/a”.

3. Tolete: Tonto de forma cariñosa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top