Salgo del pasadizo secreto y me encuentro en una gran sala verde con un hermoso piano vertical. Casi todo el hogar es de madera. Apenas camino, oigo la voz de una mujer. Al no prestar atención qué fue lo que pasó, intento salir pero la puerta está bloqueada. Empiezo a vagar en mis recuerdos. Mis suegros siempre dijeron que el piano era su mascota guardiana ¿Qué querían decir con eso? Al contemplar la sala, el piano está cerrado y los cuadros no están colgados en la pared de rayas verticales. Estos cuadros son retratos familiares, antepasados de parte de la familia de mi esposo. A medida que los pongo donde corresponden, una melodía suena. Me resulta familiar. Las plantas de Aeval hacen juego con el color de la pared y las macetas con el piso de madera, mientras que en el respaldo del piano hay varios libros. Lógicamente, son de Tangle. Uno de ellos dice ¿Cómo aprender a tocar el piano? Prejuzgando por el título, pienso que es un libro absurdo pero el contenido me sorprende. La melodía es "El Himno de la Alegría", más conocida por las sinfonías de Beethoven. Música clásica es la clave. Gracias a las joyas que voy encontrando, logro abrir el piano. El rostro de Aeval, tallado a piedra, que se encuentra sobre la puerta principal, brilla a medida que voy tocando correctamente. Como el nombre de la melodía, mi alma se llena de ese sentimiento. La necesito, en medio de esta confusa realidad. Ahora entiendo los dichos de mis suegros. La puerta se abre.