HISTORIA 4: UNA LIMONADA
(Del universo de "En ese otro mundo en guerra")
Año 5839 de la Quinta Era...
Isla Safirus, Imperio animalio Sucla...
La ofensiva del Imperio de Escor sobre el Imperio Sucla fue contundente y durante los últimos dos años comenzó a conquistar todo su territorio al mismo tiempo que derrotaba a sus aliados...
Solo quedaban pocas islas entre ellas la isla principal Mak donde estaba la capital y las grandes ciudades por conquistar...
Entonces los escorianos iniciaron la operación "Light 2" y lanzaron una invasión a gran escala a Safirus y a Mak, desembarcando en sus playas y usando paracaidistas esperando terminar la campaña en dos meses...
Pero los suclas habían concentrado a todos sus efectivos y equipos que pudieron retirar y evacuar de las islas que ya cayeron. Eran casi un millón de soldados que iban a presentar una férrea y encarnecida defensa en ambas islas...
Tras ocho meses de una lucha sangrienta, en Safirus los escorianos habían empujado a la defensa sucla al centro de la isla y tras cruentos bombardeos por tierra, mar y aire, la situación de los suclas era cada vez peor...
El comandante sucla de la isla Thiófamos había ordenado la evacuación de toda la población civil de la isla para salvarlos del infierno de la batalla...
Los civiles serían llevados por mar a las islas que aún no habían sido invadidas o a los países vecinos neutrales...
Los pocos barcos que quedaron de la antes gloriosa Marina Imperial Sucla se encargaban de escoltar a los transportes de civiles y tratar de mantener a raya a las poderosas flotas escorianas que navegaban por las antes aguas territoriales suclas...
Muchos soldados fueron enviados a rastrillar y evacuar a todos los civiles que quedaron aún con el enorme riesgo de toparse con el enemigo que poco a poco avanzaba más en la isla...
Un joven soldado sucla hombre-zorro llamado Dinnor Grants realizaba un patrullaje en un bosque cerca de una aldea a solo 9 kilómetros del frente de batalla...
Pertenecía a un pequeño grupo de soldados que vinieron ahí. Antes de irse los aldeanos les dijeron que algunos buscaron refugio en el bosque hace un tiempo...
Y mientras unos escoltaron a los demás a un lugar seguro, otros como Dinnor, se internaron en el bosque para buscar a los que se quedaron...
Pasan las horas y Dinnor no encuentra a nadie...
Cuando estaba por regresar...
Entonces escucha algo...
Alista su rifle por si fuese un enemigo...
Entonces nota que es un silbido...
Con el dedo en el gatillo se acerca poco a poco a donde provenía ese silbido...
(El tema silbado era Aquarela do Brasil)
Entonces se silencia...
Llega a una claridad y ve algo que no esperaba ver ahí... un puesto de limonada...
Dinnor: ¿Ehh...?
Se acerca extrañado al puesto hecho de tablas y sobre la mesa había una jarra y vaso de cristal...
Mientras inspeccionaba el puesto...
"La limonada vale cincuenta centavos"
Una voz le habla a sus espaldas y lo estremece, se da media vuelta y observa a un extraño personaje...
Dinnor conocía muchas razas, oceánicos, animalios, humanos, amazonas, elfos, whinsys, etc. Pero era la primera vez que veía a alguien así... Pálido, ojos grandes, cabello descuidado, sin naríz, una enorme sonrisa de dientes filosos, un gran sombrero, una gabardina verde, una corbata de moño roja...
A pesar de apuntarle a su rostro con el rifle, el personaje este no se inmutaba, solo procedió a decir...
Vendedor: La limonada vale cincuenta centavos...
Dinnor logra calmarse un poco y al ver que este sujeto no llevaba ningún arma a la vista, baja parcialmente su rifle...
Dinnor: Soy un soldado del batallón Figg, estoy buscando a las personas de la aldea que se internaron al bosque para llevarles a un lugar seguro...
Vendedor: Ya veo...
Dinnor: ¿Usted debe ser uno de ellos verdad...?
Vendedor: Sinceramente no...
Al escuchar eso, Dinnor vuelve a apuntar el rifle sobre su rostro...
Dinnor: ¡Entonces eres uno de los invasores...! ¡Te llevaré prisionero y es mejor que no te resistas...!
Vendedor: ¿.....?
Al ver que el vendedor no se iba a moverse de ahí, decide matarlo...
Pero cuando estaba por apretar el gatillo, sintió algo que lo detuvo...
Le mira a los ojos y aquella mirada fija y penetrante de aquel personaje le provocó un extraño presentimiento de que dispararle sería un error...
Vuelve a bajar su rifle...
Dinnor: Si no eres uno de los aldeanos entonces ¿Qué haces aquí...?
Vendedor: Pasaba por aquí y aburrido decidí abrir este puesto. Pero no vino nadie aquí a comprarme limonada... y empiezo a pensar que fue una mala idea...
Aquella respuesta tan extraña y tonta sorprende a Dinnor...
Dinnor (en su mente): ¿Mala idea? ¿Abrir un puesto aquí en medio del bosque? ¿Y en medio de esta batalla...?¿Acaso es un idiota?
Vuelve a preguntar...
Dinnor: Te haré otra pregunta... dijiste que nadie vino a tu puesto pero por si acaso ¿Viste a alguien más por el bosque...? Como a algún aldeano o personas...
Vendedor: Mmm... aparte de tí... hasta ahora... no ví a ninguno más, lo siento...
Dinnor: Ya veo...
Vendedor: En fin... ¿Quieres una limonada...?
Dinnor: No traigo cambio...
Vendedor: Entonces por ser mi primer cliente te daré esta (le da un vaso de limonada) por cortesía de la casa...
Dinnor: Gracias...
Después de beberla se retira pero antes...
Vendedor: Por cierto... le aconsejo no ir a las cuevas del acantilado del sur...
Dinnor: ¿Porqué...?
Vendedor: Viven unas bestias que te podrían causar problemas...
Dinnor: Ya veo... lo tomaré en cuenta... gracias...
Pasan unas horas y parecía no haber señales de los aldeanos...
Se da media vuelta para volver cuando recibe un mensaje en clave por radio...
Uno de sus compañeros había hallado a un aldeano escondido y les llevaba a él y a los demás soldados al lugar donde estaban el resto...
Entonces cuando su amigo le envía el lugar donde estaban escondidos...
Dinnor: ¿Las cuevas del acantilado del sur...? (recordando las palabras del vendedor) Pero si ahí es...
Llama por radio para avisarles que estén alertas pero no recibe respuesta alguna. Eso lo preocupa mucho y sin pensarlo dos veces va a toda prisa a ese lugar...
Tarda media hora en llegar ahí...
Parecía no haber nadie, entonces observa un movimiento en una cueva...
Se esconde detrás de una roca. Ve salir a un hombre tigre de la cueva...
Al ver que era uno de los aldeanos que buscaba, se levanta para avisarle pero ve algo que lo obliga a esconderse de nuevo...
Aquella persona llevaba un rifle y era del tipo que los soldados suclas llevaban...
Sigue observando y entonces ve que otros dos salen de la cueva arrastrando algo...
Con horror ve que arrastraban el cuerpo inerte de uno de sus compañeros...
Sigue observando y ve llegar a un grupo de cinco personas trayendo arrastrando, maniatados y golpeándoles a dos de sus compañeros, un chico-guepardo y una joven-gacela...
Se acerca otro hombre-tigre de aspecto rudo, armado con un rifle y un machete que parecía ser el jefe de ese grupo se acerca a ellos...
Hombre-tigre: Parece que tenemos suerte, gracias a sus armas y municiones podremos enfrentarnos a esos invasores...
Chico-guepardo: ¡Somos soldados al servicio del Imperio Sucla! ¡No pertenecemos a los invasores!
El hombre tigre le da un golpe en el rostro con la culata de su rifle...
Cae al suelo ensangrentado...
Hombre-tigre: ¿Quién no dice que ustedes sean infiltrados...? No podemos arriesgarnos...
Joven-gacela: ¡Están locos ustedes! ¡Nosotros estamos peleando y sacrificándonos por ustedes!
El hombre-tigre le sujeta de los cabellos y la levanta...
Hombre tigre: ¿Nos llamas locos maldita? ¿Locura es defender la tierra donde vives...?
Entonces le da un fuerte rodillazo en el vientre de la joven gacela y luego la lanza hacia el piso...
Esa escena enfurece a Dinnor que cambia el cargador casi vacío de su rifle por uno nuevo...
Hombre-tigre: Perdí a toda mi familia en esos malditos bombardeos...
Joven-gacela: Nosotros... (tosiendo) no tenemos nada que ver...
Hombre-tigre: Mi esposa, mi pequeña niña... gracias a ustedes, los ví despedazarse frente a mis ojos... (saca su machete) ¡Y eso es lo que vamos a hacer con ustedes!
Antes de que haga algo, Dinnor sale de su escondite y comienza a dispararles...
Le atina al hombre tigre en la muñeca arrancándole la mano, a dos de sus secuaces los aniquila de inmediato, el resto, unos siete en total se refugian y comienzan a disparar...
Dinnor se esconde detrás de unas rocas...
Las balas rebotan contras las rocas, Dinnor se asoma a cada rato observando la situacion y disparando de vez en cuando...
Al ver que tres de ellos estaban juntos cambia su rifle a modo de disparar granadas-cohetes, saca uno de su mochila y lo coloca en el cañón, se asoma y dispara...
La tremenda explosión los hace desaparecer a los tres...
Rueda de inmediato por el piso y llega a otras rocas para cubrirse. Observa que sus compañeros aún siguen tendidos aunque el chico-guepardo empieza a levantarse...
Uno de los tipos lo ve y le dispara matándolo. Dinnor de inmediato lo apunta a ese sujeto y acaba con él...
Vuelve a usar el lanza cohetes de su rifle para acabar con el resto a excepción de uno...
El hombre-tigre logra coger una pistola de sus compañeros caídos y toma de rehén a la chica gacela rodeando su cuello con su brazo sin mano...
Hombre-tigre: ¡Escucha maldito! ¡Sal de una vez si no quieres que le vuele la cabeza a tu amiga!
Dinnor no tiene más remedio que salir pero apuntándole con su rifle...
Hombre-tigre: ¡Baja tu arma o ella muere!
Chica-gacela: No te preocupes... ¡Mata a este maldito!
Dinnor no sabía que hacer... si seguía apuntándole, él mataría a la chica, pero si bajaba el arma sería el fin de ambos...
Cuando estaba por tomar una decisión...
Hombre-tigre: ¿Qué es eso...?
Empieza a escucharse un silbido...
Tanto él y Dinnor miran a todos lados buscando de donde venía el silbido que se hacía cada vez más fuerte...
Entonces Dinnor se da cuenta de algo...
Dinnor: Pero si ese silbido es de... ¿¡Ehhh!?
El hombre-tigre se queda confundido al ver la reacción de Dinnor que miraba muy asombrado hacia él...
Pero se da cuenta que no lo miraba a él. Siente una presencia detrás suyo, voltea y se espanta al ver a un extraño personaje de pie...
Era el vendedor de limonada...
El hombre-tigre cae al piso del susto...
Hombre-tigre: ¿¡Qui-qui-quién rayos eres tú...!?
El vendedor no contesta, solo lo mira fijamente con una siniestra sonrisa que provoca terror al hombre-tigre...
Dinnor estaba petrificado, no entendía como apareció de repente ese sujeto...
Hombre-tigre (se levanta apuntándole con la pistola): ¡Vete de aquí maldito monstruo!
El vendedor sigue inmóvil, pero cuando hace un pequeño movimiento...
Vendedor: ¿Se te apetece una limonada?
Sin vacilar el hombre tigre le dispara...
Dinnor estaba por reaccionar cuando ve algo increíble, el vendedor seguía de pie...
El hombre tigre queda pasmado al ver que el agujero de la bala en la frente del vendedor no sangra y comienza a cerrarse...
Entonces el vendedor se lleva su mano a su boca y escupe algo... era la bala...
Todos los presentes estaban atónitos, la chica gacela a pesar de estar casi inconsciente observaba la escena de reojo...
El vendedor se acerca al hombre tigre y le coloca suavemente la bala sobre el pecho, sobre el corazón, sosteniendola con un dedo...
El hombre tigre estaba paralizado de terror...
Vendedor: Sabes... con decir un simple no, era más que suficiente...
Entonces presiona y empuja la bala con una fuerza tremenda y la velocidad de un rayo, inscrustándola y perforándole el corazón...
El hombre tigre cae al suelo muerto al instante...
Dinnor, que había presenciado todo esto, de inmediato se acerca a ayudar a su amiga...
Mientras la levanta...
Dinnor: ¿Quién... eres?
El vendedor, que se limpiaba la sangre de su mano con un pañuelo...
Vendedor: ¿Quién soy...? Un vendedor que vino a devolverte esto que se te cayó...
Le entrega un relicario que llevaba la foto de la esposa de Dinnor y sus dos hijos...
Dinnor: Ehh... gracias... debí hacerlo caer cuando... un momento...
Vendedor: ¿.....?
Dinnor: Maldito desgraciado... ¿¡Porqué me mentiste!? Si sabías que esta gente estaba aquí... ¡Debiste decírmelo!
Vendedor: Nunca te mentí sabes... tú preguntaste si había visto aldeanos o personas... estos tipos, consumidos por el dolor, odio, tristeza de esta guerra y por todo lo que debieron sufrir, perdieron el sentido y consumidos por la locura estaban dispuestos a hacer cualquier daño a cualquiera que se les cruzasen en el camino... como bestias sedientas de sangre sin consideración alguna ni con su prójimo ni con nadie...
Las palabras del vendedor provoca una cierta inquietud a Dinnor...
Le mira al rostro y pareciera ser que su sonrisa siniestra se hubiera hecho más grande...
Vendedor: Ahora respóndeme... ¿Se les podría llamar siquiera personas a ellos...?
Dinnor se queda pensativo...
Dinnor: Pero podríamos haberlos ayud...
Vendedor: Algunas veces es irremediable, otras veces no... depende de lo que es y no es, nunca se sabe..... Y además... sus destinos ya estaban sellados de todos modos...
Dinnor: ¿.....? ¿Qué quieres decir...?
De repente se oye un ruido y una explosión destruye las cuevas...
Otras explosiones sacuden el lugar...
Dinnor: Pero si es artillería...
Se da cuenta que, aunque él no los hubiese matado, esos impactos sí lo iban a hacer...
Vendedor: Mmm... parece que el ejército escoriano ya está aquí...
Dinnor carga a la chica gacela sobre su espalda...
Dinnor: Debemos alejarnos de aquí... ¿Vienes con nosotros?
Vendedor: Gracias pero... tengo otro asunto que atender... recordé que debo hacerle una pequeña visita a una conocida... y decirle algo importante... vaya, tengo un largo camino que recorrer... bueno adios...
Se da media vuelta y se va caminando...
Dinnor: Oye, espera...
Un proyectil estalla en medio de ellos, cuando se disipa el humo, el vendedor ya no estaba...
Entonces dirige su preocupación hacia su compañera herida y se retiran de ahí con varias explosiones a su alrededor...
Dinnor: ¡Rayos! Cada vez están más cerca...
Joven gacela: Dinnor...
Dinnor: Resiste Affie, llegaremos a un sitio seguro...
Con ella en su espalda, Dinnor saca fuerzas y sale corriendo del bosque llegando al pueblo...
Sin detenerse sigue corriendo, sosteniendo fuertemente a su amiga, logran alejarse del área de bombardeo...
Tras dos meses más de intensa lucha, la isla Safirus es tomada por completo por los escorianos.
Habían muerto en Safirus más de 180.000 soldados suclas, 85.000 escorianos y 49.000 soldados de las naciones conquistadas al servicio de Escor, otros 250.000 suclas habían sido tomados prisioneros...
Fue una de las batallas más sangrientas en territorio sucla...
El 85% de la población civil había sido evacuada junto con 50.000 soldados entre sanos y heridos como la joven gacela Affie Hammer que luego de recuperarse seguiría luchando tres meses más en la isla principal de Mak antes de la rendición final del Imperio Sucla...
Luego, como todos los soldados suclas que sobrevivieron a la batalla, formarían parte del nuevo ejército provincial de Sucla al servicio del Imperio de Escor como parte de sus condiciones de rendición para luego participar en las campañas de conquista de este...
Al final en Safirus sólo quedó un montón de cadáveres de sus últimos defensores, que luego de haber luchado hasta el final, eran arrastrados por sus compañeros de armas suclas hechos prisioneros a varias fosas para luego ser incinerados para evitar futuras enfermedades...
Sosteniendo con firmeza un relicario con la foto de su amada familia, Dinnor yacía junto con aquellos que no sobrevivieron a la batalla y que ahora, a la vista de sus compañeros vencidos y vencedores escorianos eran reducidos a cenizas envueltos en gigantescas llamaradas y columnas de humo para después unirse a la tierra por la cual tenazmente defendieron y cayeron...
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FIN
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