Capítulo Veintiuno



Capítulo Veintiuno

19 de noviembre, 2012.

Tarareo una canción que se reproduce en la laptop mientras busco información en internet que pueda ayudarme a aclarar ciertos aspectos de mi trabajo de grado.

Katherine el día de ayer junto a Keith y Bridget, viajó a Liverpool a visitar a sus padres, admito que me dio algo de miedo dormir sola por primera vez en mi apartamento, razón por la que llamé a papá para que pasara por mí, es por ello por lo que justo ahora estoy en casa de mis padres.

Un correo nuevo llega a mi buzón de entrada, ruedo los ojos al ver que se trata de mi jefa, abro el mensaje y a medida que leo me voy entusiasmando.

Es el anuncio del evento que patrocinan los alemanes, ella me está dejando las instrucciones y es mucho más genial el hecho de que a pesar de que debo trabajar muy duro los días antes, el día del evento lo único que debo hacer es observar para luego detallar un informe por escrito, incluso tengo la oportunidad de llevar un acompañante. Eso la hace un poco menos perra o lo hacía antes de que al final del correo me recuerde que no puedo ligar con los empleados o empresarios alemanes.

Ruedo mis ojos antes de responderle muy brevemente pero con educación, mi mayor arma para no dejarme pisotear por Claudia es siempre dejarle en claro que poseo educación y que no me rebajo a sus desplantes o en todo caso, a su veneno.

Presiono enviar y reviso mi celular, aun sin una respuesta de Doug, le pregunté hace cuatro horas si podíamos vernos y la respuesta nunca llegó. Guardo el celular en el bolsillo de mi short de jean y guardo el documento con lo que encontré para mi trabajo de grado.

Siento que me observan y cuando alzo la vista encuentro a mamá en el marco de la puerta con una sonrisa ladeada e insinuante, enarco mis cejas hacia ella mientras cierro mi laptop por lo cual la música deja de reproducirse.

—¿Y esa sonrisa demente, Hannah?

—No sé cuántas veces debo decirle a mis hijos que odio cuando no dicen mamá —murmura para sí misma en un mohín—, solo quería decirte que Doug está abajo y que Carter fue a ponerse una corbata porque quiere jugar a intimidarlo.

Esbozo una gran sonrisa ante la noticia y luego rio sabiendo que de verdad papá de seguro ha ido a buscar una corbata y su traje clásico gris, aun cuando hoy es su día libre del trabajo, como si él no llevara años conociendo a Doug.

—¿Debo cambiarme? —cuestiono viendo mi simple short de blue jeans y camisa verde de mangas largas ajustada.

—No creo —dice mamá divertida—. Nunca pensé que vería el día en el que pasaras por esos complejos por un hombre, pero a la vez siempre supe que vería el día en el que Doug y tu tendrían una relación.

Paso a mamá al tiempo que veo a papá salir de su habitación al otro extremo, él me da una sonrisa traviesa mientras ambos vemos la escalera.

Corro y bajo para llegar más rápido y cuando llego al quinto escalón casi caigo, pero recupero el equilibrio, es inevitable no reír escuchando los pasos de papá por el pasillo, él incluso ríe.

Se siente que competimos por ver quien llega primero a Doug.

Cuando llego a la sala, Doug me da una sonrisa, pero me arrojo sobre él y tomando su rostro en mis manos presiono mis labios sobre los suyos moviéndolos con mucha rapidez, noto su sorpresa y me divierte. Escucho los pasos de papá en las escaleras y libero sus labios.

—Papá estaba retándome con su mirada a quien llegaría a ti primero; ellos lo saben —murmuro justo cuando mis padres llegan a la sala.

Papá aclara su garganta, a pesar de que finge estar serio sus ojos no ocultan su diversión y las comisuras de sus labios están buscando estirarse para dar una sonrisa, Doug lo observa divertido mientras estrecha la mano que papá le extiende.

—Un gusto conocerlo, joven —dice papá con su voz grave y seria, Doug aprieta sus labios para no reír.

—¿Vas en serio Carter? ¡Carajo! Apretaste mi mano duro —dice sacudiendo la mano que papá estrechó.

—Entonces... ¿Desde hace cuánto que conoces a mi hija?

—¡Papá! —digo riendo.

—Uh... Desde hace casi ocho años —Le sigue Doug el juego.

—Carter, deja de bromear —pide mamá besando su mejilla y riendo.

Papá ríe y sacude el cabello de Doug como si se tratase de un niño, palmea su hombro de una manera masculina.

—Estoy muy feliz de que dejaras de mirar a mi hija con anhelo y decidieras ser un hombre y pedirle salir, creo que eres un hombre de principios y una buena educación.

—Gracias, Carter, ya sabes que te veo como un padre —dice Doug con seriedad y todos sabemos que lo dice con honestidad.

—Lo sé, pero no puedes llamarme padre porque eso haría que tu relación con Hilary fuera incesto y no queremos eso ¿Verdad?— bromea—. Pero eres como un hijo más para mí y estoy muy orgulloso de que decidieras ser un hombre y afrontar tus anhelos, ningún hijo mío es un cobarde.

Bueno, mis padres sí que saben cómo hacer sentir a alguien un nudo en la garganta, me pongo de puntillas y beso la mejilla de Doug, quien tiene una gran sonrisa y sus mejillas están sonrojadas de una manera adorable.

—¿Van a quedarse a almorzar, verdad? —cuestiona mamá, aunque suena más como una orden.

—Claro, mamá, estaremos en el jardín.

Tomo la mano de Doug y caminamos hacia el jardín trasero, me dirijo directamente hacia el columpio bastante viejo en el que rogaba a mis hermanos para que me empujaran todos los días.

Me siento en la tabla de aspecto frágil, pero bastante resistente y le doy una mirada a Doug que dice "ya sabes que debes empujarme". Él rueda sus ojos antes de ubicarse detrás de mí y empujar suavemente mi espalada haciendo que me balancee.

—¿Así que le dijiste a tus padres sobre nosotros?

—Sí, papá de hecho anteriormente había preguntado si estábamos saliendo, no le oculto nada a mamá y ella parece no ocultarle nada a él —respondo mientras él continua columpiándome—. ¿No te molesta, verdad? Creo que quizá debí preguntarte primero.

—¿Vas a preguntarme después de que lo hiciste? —cuestiona deteniendo el columpio y dejando un beso en mi cuello—. No me molesta, te recuerdo que la que pidió mantenerlo en secreto por un tiempo eres tú, por mí no hay ningún problema, de hecho siento alivio de que tus padres lo sepan.

—¿Pero?

—Pero —dice riendo— eso quiere decir que tú debes visitar a la reina conmigo, porque yo también quiero que mamá lo sepa.

—¿Quieres hacerlo así de oficial?

—Sí —murmura volviendo a empujar mi espalda, columpiándome una vez más.

Me columpia incluso más fuerte y no puedo evitar dar un pequeño grito que lo hace reír divertido. Cierro mis ojos sin dejar de reír, pasa un largo tiempo antes de que él le me detenga y se ubique frente a mí.

Me hace bajar del columpio y enreda sus brazos alrededor de mi cintura, deja un beso rápido en mi barbilla.

—Explícame como es que usas short y esperas que yo quiera mantener mis manos quietas.

Lo miro llena de curiosidad, incluso ladeo mi cabeza hacia un lado, muerdo mi labio y él entrecierra sus ojos sabiendo que quiero decir algo.

—¿No te has cansado?

—¿De qué? —Es su respuesta.

—De uh... Tener sexo... Conmigo.

Él me mira con fijeza antes de reír por lo bajo, me mira realmente divertido, como si yo hubiese dicho alguna locura.

—¿Te has cansado tú, princesa?

—Desde luego que no —digo sintiendo mis mejillas sonrojarse.

—Pues te diré que no creo que pueda cansarme de perderme en tu cuerpo, créeme, justo ahora estoy pensando en que quiero desvestirte. Te deseo Hilary y no hay manera de que deje de desearte, tener lo que se desea solo hace que se quiera más.

Doy una pequeña sonrisa, no es como si hubiésemos estado juntos muchas veces, quizá unas cuatro o cinco, las suficientes para que ya no duela ni incomode. Tampoco es como si estoy insegura acerca de nuestra química sexual, solo que después de todo soy nueva en esto y él definitivamente tiene experiencia.

—Ahora que lo estoy pensando, ayer me dijiste que hoy querías que te acompañara en tu apartamento, lo que significa que estaremos solos... Lo que significa que debemos pasar por una farmacia porque me temo que no tengo preservativos —Sus dedos acarician mi mejilla—, no sabes lo encantador que es el hecho de que aun cuando hemos hecho ciertas cosas y te he visto de ciertos modos las cosas simples y sencillas sean las que te hagan sonrojar.

Flexiono mis labios y él ríe antes de bajar su rostro y comenzar besarme de una manera tan dulce y tierna que me sorprende. Doug es la clase de hombre que siempre te sorprenderá, la clase de hombre con el que nunca se cae en rutina y con el que siempre crearás buenos recuerdos.

Ese es mi novio, más de lo que esperé.

***

—Espera, espera —murmura Doug contra mis labios mientras mis manos acarician su abdomen y me remuevo inquieta sobre él. Creo que secretamente estoy en busca de un poco de fricción que pueda calmar la creciente necesidad en mis partes bajas.

Las manos de Doug en mi trasero se presionan un poco. El panorama es muy sencillo: yo ahorcajadas sobre su regazo, en el sofá de mi apartamento, un apartamento en donde solo estamos nosotros dos. Estupendo.

—Princesa, espera...

Muerdo su labio inferior mientras me inclino incluso más hacia él y tomo una de sus manos guiándola a uno de mis senos por sobre la camisa, él gime.

—¡Mierda! Hilary, espera, espera —dice tomando con sus manos mi rostro, sus ojos se ven luminosos a la vez que respira con jadeos, yo respiro de manera agitada con la necesidad de seguir—. Hablaba muy en serio cuando te dije antes, en casa de tus padres, que no tengo preservativos, tú no tomas píldora y no vamos a arriesgarnos.

Hago una mueca porque pensé que bromeaba con eso de él no teniendo preservativos, pero estoy de acuerdo con eso de que en definitivo no vamos a hacerlo sin protección, agradezco el hecho de que él sea sensato.

Libera mi rostro y las deja convenientemente sobre mis senos, me da una pequeña sonrisa mientras se remueve haciendo que nuestras partes se presionen y froten aun sobre la ropa, me quejo y él ríe.

—Vamos por esos preservativos, princesa —dice besándome rápidamente y poniéndome de pie para luego hacer lo mismo—; alguna farmacia debe trabajar las 24 horas del día.

Veo la hora en el celular, es pasada la media noche, creo que nos habíamos comportado durante la cena y posterior a eso mientras veíamos tres películas, una seguida de otra, pero finalmente nuestras manos no pudieron mantenerse quietas.

—Viendo el lado bueno, a esta hora no creo que alguien nos fotografíe —Toma su gorrito de lana amarillo cubriendo su cabello y me coloca su suéter porque es necio e insiste en hacerme usarlo— ,vamos, princesa, tengo un grave problema en mi bóxer que no hace más que crecer con tan solo mirarte.

Dejo que tome mi mano mientras nos dirigimos por las escaleras, puesto que él parece tener prisa. Una vez estamos en el estacionamiento, nos detenemos frente a su auto gris, él abre la puerta para mí y luego sube.

—Vamos por esa farmacia abierta —dice con voz de caricatura haciéndome reír.



Caminar por los pasillos de una farmacia a las doce y media de la noche con Doug tomando mi mano es algo que no planeé hacer nunca en mi vida. Miro constantemente alrededor, pero él tiene razón, no hay ningún fotógrafo, de seguro porque tampoco es que esperen verlo a esta hora con la hermana Jefferson.

Caminamos por los pasillos y lo miro divertida cuando al pasar por diversas áreas él va tomando algo, como cepillo de dientes, loción para afeitar, shampoo y afeitadora, por cada uno de esos productos pone una tonta excusa que se reduce a esas cosas quedándose en mi apartamento.

Finalmente llegamos al pasillo 5 donde se encuentra lo que buscamos, un hombre de veintitantos se encuentra evaluando todos los preservativos, asiente la cabeza hacia Doug, pero luego sonríe cuando me ve, como si me aprobara. Doug me acerca más hacia su cuerpo y vemos al hombre tomar un paquete para después desaparecer.

Suspiro aliviada y me dejo guiar por Doug. Estoy impresionada de la variedad de preservativos, desde colores hasta sabores.

—Pero que creativa las personas que hacen condones —murmuro liberándome de su mano y tomando uno que asegura brilla en la oscuridad—. ¿Por qué querría alguien que brillara en la oscuridad? Solo imagina bajar la mirada y ver tu entrepierna brillando, eso no es normal.

Doug ríe fuerte mientras toma la caja de mis manos y la evalúa, yo también rio un poco, pero de verdad no estoy ni un poco tentada a ver el miembro de Doug envuelto en brillo.

—Vamos a descartar esto, tampoco estoy interesado en hacer brillar a rayo McQueen, de por si él tiene su propio brillo especial —dice haciéndome reír—. Uh... No queremos nada extraño ni nada que vibre, así que mejor tomemos los tradicionales.

Él no toma una caja o dos, él toma cuatro de nueve sobres ¡Madre mía! ¿Es que quiere dejarme sin caminar? Él ríe ante mi expresión de alarma.

—Tranquila, no todos son para hoy, solo prevengo que esto de no estar preparado cuando estoy contigo vuelva a ocurrir.

Con nuestra cesta caminamos hacia la caja registradora donde un señor algo mayor registra nuestra compra sin siquiera darnos una mirada. Una vez Doug paga, vamos de vuelta a su auto.

—Listo, ahora podemos volver al apartamento—dice guiñándome un ojo.

***

20 de noviembre, 2012.

—Este té es un asco —aseguro riendo, él hace una mueca fingiendo estar ofendido—, no sabes hacer un té, Doug.

—Oh bueno, hice el intento.

Asiento porque tiene razón, además que el desayuno de panqueques simplemente me tiene demasiado feliz como para quejarme más de lo necesario. Doy un bocado de mi comida mientras él hace lo mismo, mastico y no puedo evitar bostezar y estirar mis brazos con pereza.

—Parece que alguien tiene sueño —murmura con diversión.

—Oye, me quitaste horas preciadas de sueño —Le recuerdo entrecerrando mis ojos.

Fue una noche bastante movida...

—¿Yo? Creo que ambos estuvimos de acuerdo en entretenernos durante varias ocasiones, princesa.

Sonrío y no lo niego, de hecho creo que las pocas horas de sueño han valido la pena, más cuando es una suerte que me habían notificado que mi profesor no iría a dar la clase, si no tuviese que ir a trabajar en cuatro horas, probablemente le pediría que se quedara, pero de igual forma él también tiene asuntos que tratar, como toda la idea y proyecto de montar una tienda de tatuajes.

—Princesa.

—¿Dime?

—¿No te gustaría ir en enero a los conciertos que la banda tiene programados en Francia e Italia?

Dejo de comer para observarlo sorprendida por la pregunta, asiento porque desde luego me gustaría.

—Sí, claro que me gustaría.

—¿Y podrías? Creo que son dos semanas fuera del país.

—Habré terminado semestre y en el trabajo supongo que puedo pedir un permiso especial o algo por el estilo. Tristemente mis hermanos no me han invitado.

—Voy a proponerlo, estoy seguro de que aceptaran, de seguro Dexter luego finge que fue idea suya —bromea—. Harry está esperanzado de que pueda llevar a Hottie y los niños.

—¿Si crees que yo podría ir? —pregunto entusiasmada ante la idea, no sería la primera vez que voy a una gira de la banda, pero si la primera en una relación con Doug.

—Desde luego, cuenta con ello —Lleva un bocado de panqueque con sirope de chocolate que queda en la comisura izquierda de su boca, me inclino hacia él y paso mi lengua muy lentamente.

—Delicioso —murmuro.

En un solo movimiento me coloca a horcajadas sobre su regazo con sus manos jugueteando con el borde de mis bragas, solo estoy llevando la camisa del pijama y las bragas color rosa.

—Oye, déjame comer —murmuro sintiendo su nariz acariciar mi cuello.

—¿No te parece que esta es una buena posición para comer?

—Creo que es una buena posición para comer, pero también creo que resulta muy distractora —murmuro en respuesta abriendo mi boca cuando un trozo de comida en el tenedor es dirigido a mi boca por Doug.

—Voy a tener mi momento tierno del día, voy a darte de comer mientras me deleito con la sensación de tu presionada sobre algo que no hará más que crecer —Presiona sus labios sobre los míos—, mi cuerpo te reconoce y proclama más.

—Dile a tu cuerpo que me deje comer y ya luego podemos resolver el asunto.

Él ríe y niega con la cabeza, continuamos comiendo en esa posición e increíblemente sacamos temas interesantes y divertidos de conversación.

Esto es incluso mejor de cualquier plan que haya ejecutado alguna vez. Es real y lo disfruto, Doug es todo y más.



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