Capítulo Veinticinco
Capítulo veinticinco
30 de noviembre, 2012.
Estamos por irnos de los que han sido unos días maravillosos y relajantes en una posada. Casi he sido vista por un Fiver eufórica que ahora se encuentra tomándose fotos con Doug, por suerte, evité ser vista, aunque creo que mi huida lo molestó a él. Me mantengo recargada de la puerta de su auto esperando a que termine.
Mi celular suena, el identificador de llamadas me indica que es Harry, contesto.
—Hola, hermano.
—Oye, ¿En dónde estás? Llevo dos días sin saber de ti, iba a invitarte a ir de picnic con los niños, Kae y yo, pero el apartamento está solo.
—Dile hola —escucho la voz de mi sobrino, sonrío.
—Llevo dos días fuera y lo estaré este fin de semana, pensé que te había avisado —miento porque sé que nunca lo mencioné.
—¿Y puedo saber dónde estás? —cuestiona y escucho un quejido—. Nena, creo que Halle tiene hambre —supongo que se lo dice a Kaethennis.
—Uhm... solo estoy unos días fuera con Jane y Frank, ¿Mamá no te lo dijo?
—No, está bien, espero y la pases bien. En cuanto estés de vuelta ven a verme y si puedes darme una llamada estos días para saber que estás bien, lo agradecería.
—De acuerdo.
—Y pásale un mensaje a Dexter antes de que comience a enloquecer por no saber de ti, no querrás tenerlo molestándote.
—Sí, lo haré.
—Dile hola —repite la voz de mi sobrino, Harry ríe.
—El pequeño Jefferson te dice hola.
—Dile hola de vuelta y que le echo de menos.
—Se lo haré, saber, cuídate. Te amo.
—Yo también te amo, Harry.
Doy por finalizada la llamada y rápidamente le escribo un mensaje a Dexter haciéndole saber que estoy bien, que lo echo de menos y que por favor no haga ninguna estupidez. Su respuesta llega rápido.
"Nada de travesuras para ti, se una chica buena. Seré un jodido niño bueno, te amo."
Sonrío, le doy otra respuesta y guardo mi celular.
Alzo la vista y Doug viene caminando hacia mí, abre la puerta del auto y arroja nuestras mochilas, es evidente el silencio que mantiene mientras abre la puerta para mí. Su ceño esta fruncido y su mandíbula algo tensa.
—Estás molesto conmigo —murmuro con los ojos muy abiertos, él baja la vista y enarca sus cejas hacia mí.
—Sí lo estoy, estoy molesto acerca de ti huyendo como una criminal para no ser vista conmigo —responde cerrando la puerta cuando subo, rodea el auto y se ubica detrás el volante—, no quiero ser una especie de idiota, pero acabo de descubrir que realmente solo estoy cabreándome cuando te veo ocultarte para no ser vista conmigo. Sé las razones por la que lo haces, pero no puedo evitar sentirme como la mierda, como si de alguna manera te avergonzara.
»Entiendo que llevo años haciéndome de una reputación de un puto, pero me importas y no sé si esos dos meses de prueba solo han sido tu manifiesto de no confiar en mí.
Bueno, creo que él ha dejado ir sus pensamientos.
—Lo siento...
—No quiero que te disculpes —niega con su cabeza encendiendo el auto—. ¡Joder! Ahora me siento como un idiota por haberte dicho eso. Princesa, entiendo tus razones, pero también quiero que tengamos el tipo de relación en el que puedo tomar tu mano en la calle y no temer de si tus hermanos se enteran por otra fuente que no seamos nosotros.
—¿Está mal que solo te quiera para mí? —cuestiono viendo mis dedos—. Digo, sé que cuando todos lo sepan van a estar sobre nosotros, los periodistas, el internet, mis hermanos, todos y yo solo quiero que ahora seamos nosotros, solo quiero eso. Quiero que lo disfrutemos.
Él me evalúa con clara curiosidad, la comisura de su labio se alza solo un poco como si su sonrisa estuviera formándose segundo tras segundo.
—¿Se trata de eso? ¿Quieres acapararme?
—Solo quiero que disfrutemos ahora —respondo, sí, puede que estoy temiendo mucho que Harry y Dexter pueden exagerar un poco sobre esto, pero ellos lo entenderán, no es como si estuviésemos haciendo algo malo, estamos en una relación.
Es verdad que temo un poco que ellos puedan estar enfadados inicialmente con Doug, pero no pueden solo hacer un gran drama por nosotros siendo novios, sé que parte de la razón por la que pedí dos meses es porque me gusta el anonimato que estamos teniendo Doug y yo, sin nosotros saliendo en revista, sin nuestra relación siendo criticada o aclamada. Me gusta ser solo nosotros dos, sin terceros.
Me gusta estar teniéndolo solo para mí, sin necesidad de dar explicaciones a otros y actuar de la manera en la que se esperaría. Claro que quiero las cosas normales que tienen las parejas, como tomarnos de la mano, dar largas caminatas y demostraciones públicas, pero hay que ser honestos; Doug es una figura pública y aun cuando lo hagamos público no seremos una pareja normal, las cámaras estarán ahí, los terceros estarán, puedo con eso, ser la hermana Jefferson me ha dejado durante años en el ojo público, pero quiero disfrutar un poco de nosotros haciendo estas cosas normales como una pareja normal.
No estoy avergonzada de él, cielos ¿Cómo podría siquiera avergonzarme de tener al hombre que siempre me ha gustado?
—Entonces, solo estás siendo una egoísta que me quiere para sí sola —murmura con diversión encendiendo el auto.
—Me gusta ser egoísta en cuanto a ti.
—Bien, solo queda restando un mes y unos cuantos días, será mejor que disfrutes de acapararme, princesa.
—Créeme, lo haré.
***
—Oye, princesa—escucho la voz de Doug llamarme, murmuro algo mientras me acurruco contra el asiento, siento un rastro cálido en mi cuello—.Vale, te saco yo.
No entiendo de lo que habla hasta que lo siento levantarme en sus brazos, ciertamente creo que aún estoy dormida, lo escucho reír.
—De acuerdo, ¿Estás segura de que quieres que mi mamá descubra que eres mi novia estando en mi brazos?
—¿Tu mamá? —pregunto bostezando y entonces recuerdo que estábamos vía a la casa de su madre, vía Westminster. Abro los ojos dándome cuenta que estamos frente al jardín delantero de Emma, lo sé porque he venido al menos unas cuatro veces en mi vida.
—Sí, mi mamá. La misma que creo que está viéndonos por la ventana, bueno, creo que ella está teniendo la vista es de tu trasero.
—Oh, Dios, bájame —chillo alarmada, él me sostiene aun así sobre su hombro mientras cierra la puerta del auto, ni siquiera toma las mochilas—. Doug, bájame, esto es vergonzoso.
—Tú no querías caminar —Ríe dando pasos por el pequeño camino del jardín, deteniéndose frente a la puerta de color blanca que se encarga de abrir con las llaves que supongo aún conserva.
—Doug, bájame.
Él solo ríe mientras nos adentra y cierra la puerta, esto es tan vergonzoso, escucho risas. Al menos él está cuidando que mi falda no se levante y se vea mi ropa interior.
—Pero si estoy en presencia de mi bella madre —Lo escucho decir— y de mi fastidioso hermano.
—Lo mismo digo de ti, rubia —escucho la voz de Jeremy, quiero gemir de fastidio porque sé que Jeremy nunca me hará olvidar este momento.
Siento pasos de alguien acercándose, Doug se inclina un poco hacia abajo y por un loco momento estoy creyendo que va dejarme caer, pero me doy cuenta que murmura palabras dulces al tiempo que una risa divertida y femenina se reproduce.
—No seas tonto, hijo —murmura Emma—, tengo gorros para ti, mi cielo.
—Apuesto a que sí, mamá.
—¿Es la chica que tienes sobre el hombro tu novia? —cuestiona Emma, siento mi rostro sonrojarse aun cuando ella no puede verme.
—Qué va, esta es solo una chica forastera que encontré en medio de la calle rebuscando en la basura.
—¡No es cierto! —exclamo y Doug ríe junto a los demás, él me desliza por su cuerpo dejándome sobre el suelo.
Le doy lo que espero sea una mala mirada mientras acomodo mi falda que gracias al cielo no se subió ni me dejó expuesta. Con mi rostro muy sonrojado me giro a ver a Emma, ella abre sus ojos y boca con sorpresa mientras yo la miro de manera tímida.
—Hilary Jefferson... —musita sorprendida.
—Ehm... siempre es un placer verte de nuevo, Emma.
Ella me da una sonrisa antes de abrazarme y besar mi mejilla, su cabello rubio esta corto, lo lleva a la altura de su barbilla y sus ojos verdes lucen divertidos. Bueno, no es difícil ver de dónde Doug saco su rostro de ángel, tiene mucho parecido a Emma.
Ella pasa una mano por mi cabello, seguramente al estar boca abajo sobre los hombros de Doug, conseguí un cabello desordenado.
—¡Esto es una sorpresa agradable! —Parece entusiasmada—. La chica Jefferson soportando a uno de mis necios hijos.
—Solo que tu hijo menos atractivo, mamá —interrumpe Jeremy guiñándome un ojo antes de besar mi mejilla—; sabía que este día llegaría, Hilary ¡Señoras y señores Dilary ha comenzado!
—¿Dilary? —cuestiona Emma divertida.
—Sí, mamá, ¿No has leído todos esos grupos que forman las fivers? Une los nombres de estos dos y tendrás "Dilary" —señala Jeremy—; cuando esto se haga público, espero recibir los créditos por el nombre de la pareja, de lo contario como el abogado que soy me veré en la obligación de demandar.
—Jeremy eres un nerd tonto —dice Doug dándole un empujón.
—Como sea, puedes sentirte cómoda acá, cariño —Me asegura Emma con una gran sonrisa, nadie puede dudar que esta mujer participaba en concursos de bellezas, tiene el rostro de un ángel, los años no han pasado por ella—. Necesitamos hablar mucho de mi pequeño McQueen, sé que él puede ser medio idiota, pero vale mucho.
—¡Mamá!
—Lo siento, cariño, pero sabes que es así —asegura, no puedo evitar reír.
Alguien toca la puerta y Jeremy va a abrir, justo entonces entra el tío Henry McQueen con sus dos hijos adoptivos, los cuales recuerdo haber conocidos en el lanzamiento de Hottie.
—Oh, pero si aquí está mi muchacho estrella —dice con voz increíblemente grave y fuerte Henry, el hombre siempre ha sido escandaloso. Le da un abrazo a Doug con el que amenaza estrujar sus huesos, sobre todo teniendo en cuenta que el gran hombre rubio mide 1.94—. ¿Dónde está la cerecita que te tiene atrapado?
Doy un trago en seco cuando Henry se gira a verme, es enorme. Miro hacia arriba con una pequeña sonrisa, él hace una sonrisa escandalosa antes de aplaudir con entusiasmo.
—Muchacho, ¿Fuiste al cielo a buscar este ángel? Es absolutamente hermosa, aunque creo que te conozco, cerecita.
—Uh... sí, este, nos hemos visto varias veces —murmuro intimidada—, soy la hermana de Dexter y Harry...
—¿Rompiste la regla universal de no salir con la hermana de tus mejores amigos? —cuestiona Henry, Doug se remueve incómodo.
—No seas tonto, Henry, no asustes a mi Doug cuando finalmente me trae una chica a casa —Le advierte Emma, Henry ríe y me da una abrazo que casi me asfixia.
—Hola, Hilary —saluda Marco con su acento latino, le devuelvo el saludo besando su mejilla y luego la de Lana.
—Ven, ven, ven conmigo a conversar mientras Doug se encarga de acomodar tus pertenencias y las de él —pide Emma tomando mi mano y llevándome con ella a la cocina—. No creas que estoy lanzando una indirecta para que cocines, es solo que estoy terminando el almuerzo y no quiero perder ni un solo segundo para conversar contigo.
—No te preocupes, igual y puedo ayudarte —Me ofrezco, no soy mala cocinera pero tampoco sé mucho, digamos que en cuanto a platos y especialidades no soy muy variada, pero sé hacer lo básico.
—No, no, tu solo siéntate.
—Insisto, puedo ayudarte en algo.
—Bueno ¿Te parece picar estos vegetales? —cuestiona, asiento mientras me dirijo a lavarme las manos.
Una vez tengo mis manos limpias, me ubico en el mesón y tomo el cuchillo filoso, ella me da una mirada.
—Ten cuidado con el cuchillo, cariño.
—Claro —murmuro comenzando a picar.
Ella se enfoca en las hornillas de la cocina que arden, remueve algo y luego va hacia lo que parece una ensalada, parece muy enérgica.
—¿Cómo están tus hermanos? ¿Sigue Dexter diciendo palabras sucias?
—Si Dexter no dijera palabras sucias, entonces no sería Dexter —respondo riendo, ella igualmente ríe—, ellos están bastante bien.
—Doug me ha estado mostrando vídeos de los hijos de Harry, necesito conocer a la niña, ya tuve mi oportunidad de conocer al niño cuando celebramos año nuevo en casa de tus padres, en ese tiempo ella estaba en estado, pero por los vídeos veo que tienen una niña preciosa.
—Es más hermosa en persona, créeme —digo con entusiasmo.
—Sí, eso asegura Doug y el niño ha crecido, es tan adorable.
—Lo es, mi hermano tiene unos hijos increíble.
—Apuesto a que tus padres se derriten por ellos, yo espero algún día derretirme por mis nietos —ríe—, no lo tomes como que te estoy diciendo que hagas bebés con Doug, ya sé que ese hijo mío piensa tener hijos cuando ya esté cubierto de canas.
No puedo evitar reír, Emma es definitivamente encantadora, mucha de la personalidad de Jeremy se ve reflejada en ella.
—¿Y cómo se tomaron tus hermanos la noticia?
—Ellos aún no lo saben, lo saben mis padres.
—¿Es buena idea el no decírselo a tus hermanos? —pregunta con curiosidad, me encojo de hombros—. De acuerdo, así que ¿Qué fue lo que te atrajo de mi pequeño McQueen?
No puedo evitar sonreír mientras pico los tomates en pequeños cuadros, debería dejar de sonreír tanto, parezco una tonta seguramente.
—Creo que en primera estancia ha sido su personalidad —digo tras un minuto, ella sonríe alentándome a seguir—, cuando nos conocimos hace ya casi ocho años, él compró una rosa blanca para mí porque Dexter le dijo que yo estaba cumpliendo años y ese me pareció un gesto increíble de su parte.
—Él en ese aspecto es detallista, a veces puede hacer que las cosas más simples parezcan grandiosas —dice con orgullo.
—Lo sé, a lo largo de los años lo he visto hacerlo, la manera en la que le gusta intimidar a las personas, esa risa, sus bromas constantes y la forma en la que defiende a los que ama. Creo que tiene una personalidad increíble.
—Entonces, mi hijo te ha gustado desde hace tiempo...
—Lo ha hecho.
—Eso es dulce —asegura—, creo que es afortunado.
—¿Lo crees?
—Desde luego, es afortunado de estar consiguiendo enamorar a una mujer como tú.
—¿Enamorar?
—Sí, eso lo hace afortunado, de la misma manera en la que tú estás siendo afortunada de conseguir un corazón que vale oro.
»Nunca he visto al padre de Doug como un error, aun cuando nos hizo cosas muy lamentables, pienso que me dio uno de los regalos más preciados, un hijo con un corazón bondadoso y una personalidad peculiar capaz de cautivar y fascinar a todo el que lo conozca. Sé que todos piensan que para él todo es diversión, pero sé que tiene un corazón enorme en donde está esperando llenarlo con mucho amor para alguien especial y me parece que ese alguien estas siendo tú.
Solo soy capaz de observarla, no sé qué decir, creo que ante sus palabras mis manos comienzan a temblar un poco por lo que dejo el cuchillo, lo último que deseo es cortarme.
—Me alegra de que ambos estén disfrutando de su relación, realmente gracias, Hilary. Hace mucho no veía esa sonrisa tan grande en Doug, digo, sé que él sonríe siempre, pero ese brillo especial en sus ojos es encantador de ver.
—Gracias a ti por... tenerlo.
—Bueno indirectamente me estás agradeciendo de haber tenido sexo y traer a ese niño al mundo.
—Oh no, no, no...
—Solo bromeaba cariño—asegura riendo.
***
Hablo con mamá por teléfono, en la habitación en la que me estoy quedando, por lo que parecen quince minutos, desde luego ella intenta sacar información de mí, sobre todo se encarga de que le deje en claro que estoy siendo tratada bien. Asegura que sabía que Emma estaría contenta, según ella siempre ha sabido que por algo le encanta hablar con la madre de Doug.
—Voy a dejarte, cariño, te voy a pasar rápidamente a tu papá.
—Vale, Hannah, te amo.
—También te amo, pero sabes que se dice "mamá".
—Lo sé, te amo, mamá.
—Hola, cariño —anuncia la voz de papá—. Lo primero que quiero saber es el orden en el que están durmiendo.
—¿Orden?
—Sí, me refiero a la distribución de habitaciones.
No puedo evitar reír mientras me cubro con las sabanas hasta la cintura, sintiendo un poco de frío.
—Doug está en su habitación de infancia y yo en la de huésped —digo y él da un gran respiro.
—Por eso es que me agrada Doug.
Quizá papá debería saber que de hecho las asignaciones de habitaciones las hizo Emma y que Doug protestó un poco sobre ello. Escucho los grititos que solo pueden pertenecer a Harry Daniel.
—¿Por qué mi sobrino está en tu casa a la 11 de la noche y despierto?
—Estamos cuidando de Halle y Harry Daniel, hasta ahorita fue que logré dormir a la dulzura, ahora voy por mi nieto.
—¿Están Harry y Kae de luna de miel o algo así? —cuestiono divertida.
—No seas molesta —dice riendo—. Harry quería llevar a cenar a Kae y bueno, tu mamá y yo creímos conveniente dejarlos tener una noche para ellos.
—¿Eres consciente de que podrían darte otro nieto teniendo una noche para ellos? —bromeo.
—No hablaré de eso contigo —dice riendo.
—Abue quiero agua —escucho la voz de mi sobrino.
—Ve a darle agua al niño, hablamos luego papá, te amo.
—También te amo, creo en ti.
—Y yo creo en ti —Le arrojo un beso—; hablamos mañana.
Doy por finalizada la llamada y a mi pesar noto que tengo un correo de Claudia, respiro hondo antes de abrirlo y darme cuenta de que está pidiéndome que redacte un contrato. Lo quiere para mañana, pero puesto que no tengo sueño me pongo mucho más cómoda, enciendo la televisión y comienzo a redactar el contrato.
Son las 12:30 de la madrugada cuando estoy viendo una serie y riendo como tonta, aun cuando conozco cada uno de los capítulos. No tengo sueño, lo cual es extraño. Estoy tan concentrada en la serie siendo transmitida por televisión, que no me doy cuenta cuando la puerta se abre hasta que Doug la cierra detrás de él.
Está sin camisa y solo usando un pantalón negro holgado que cuelga de sus caderas, algo me dice que no lleva bóxer abajo, que solo ese pantalón es lo que lo cubre. Ni siquiera puedo reaccionar cuando corre hacia mi cama se arroja y se cubre con la sabana mientras me abraza y comienza a hacerme cosquillas restregando su rostro en mi cuello.
Comienzo a reír y mis manos se posan en su espalda intentando alejarlo, él hace sonidos divertidos que me hacen reír aún más.
—Basta, basta —pido en medio de risas, él ríe y presiona sus labios sobre los míos, moviéndolos lentamente antes de separarse.
—Quiero mostrarte algo.
—De acuerdo —digo acariciando su espalda.
—Pero para ello es necesario que salgas de la cama y no estoy seguro si te dejaré hacer eso mientras sigas acariciando mi espalda de esa forma tan deliciosa.
Retiro mi mano y él se pone de pie, retiro las sabanas de mi cuerpo y me incorporo, me coloco mis pantuflas y entonces me fijo en la parte delantera de Doug. Enarco mis cejas hacia él, quien baja la mirada a su entrepierna y luego se encoje de hombros.
—No puedes culparme por tener una erección, digo, prácticamente estaba sobre ti hace unos minutos, es evidente que rayo McQueen pensó que tendría algo de acción.
Niego con mi cabeza mientras me pongo de pie y acepto la mano que me extiende. Nos hace bajar las escaleras, en realidad me doy cuenta que nos dirige hacia el sótano.
—Aquí solía tocar para no molestar a los demás, tengo un cuarto de música, pero no queremos que los demás se despierten.
—No, no lo queremos —aseguro.
Él me guía hacia el frente del teclado, ubica una silla y me hace sentar en ella, cruzo mis piernas y le doy toda mi atención. Divertida veo como aclara su garganta.
—Muy bien, esta canción es para el álbum deluxe de Hottie y la inspiró cierta princesa.
Mi sonrisa se extiende al tiempo que él me guiña un ojo y comienza a tocar las teclas. Una canción para mí.
Dicen que todo tiene un inicio, debo decir que todo inicio tiene final.
Pero contigo no busco un final, busco el comienzo, desarrollo y algo más.
Si veo hacia atrás te veo en recuerdos, largos recuerdos donde no te hice mi luz, donde eras mi resplandor y no lo sabías.
¿Por qué callaba? ¿Por qué callabas? ¿Por qué callábamos?
Una historia llena de silencio, un silencio que se rompe, uno que quiere ser escuchado.
¿Vamos a escucharlo? ¿Vamos a escuchar nuestros sentimientos?
No quiero mirar más atrás, quiero mirar adelante, quiero mirarte a ti.
La voz de Doug es suave y baja, sonrío cautivada por la canción mientras aprieto mis manos ante la necesidad de querer abrazarlo.
Hay finales felices, hay finales tristes, unos inconclusos y otros muy confusos.
Varios tipo de finales, todos buscan uno, no es mi caso.
Yo lo deseo, yo solo deseo no tener un final contigo.
Oh nena, no quiero finales, quiero muchos comienzos, muchos inicios.
¿Entonces estás dispuesta? ¿Estás dispuesta por más?
¿Estás dispuesta a olvidar que en esta vida existe un final?
Lo escucho cantar y tocar toda la canción, en melodía suave, pero no balada. He decidido que definitivamente amo la canción, mi canción.
Cuando él termina le doy una gran sonrisa, Doug finge hacer una reverencia que solo hace que yo comience a aplaudirle. Hace algunas cosas en el teclado antes de acercarse a mí y tirar de mi mano para ponerme de pie.
No dice nada, solo presiona dulcemente su boca sobre la mía, sosteniendo con sus manos mis mejillas. No es un beso apremiante, es uno dulce y suave que hace que un suspiro quiera salir de mis labios ante la dulzura que transmite.
—Amo esa canción.
—Eso me alegra—murmura sin dejar de verme— ¿Vamos a dormir?
— ¿Juntos?
Él asiente, no dice nada más mientras toma mi mano y nos guía hacia la salida, apagando las luces tras nosotros.
Una vez estamos en la habitación en la que estoy quedándome, levanta las sabanas para que me acueste, lo hago tras quitarme las pantuflas y luego él se acuesta a mi lado. Apaga las luces y esconde su rostro en mi cuello donde aspira con fuerza pasando una de sus piernas sobre mi cadera. Está muy callado.
—Princesa...
—¿Qué?—respondo a su llamado, su voz es baja y por alguna razón suena muy íntima.
—Quiero algo.
—¿Está en mis manos darte lo que quieres? —pregunto acariciando su cabello en la oscuridad.
—Sí.
—¿Qué es lo que quieres?
Él toma un respiro al tiempo que con su nariz acaricia mi cuello, un gesto dulce y tierno, este es el lado de Doug que no todos conocen, y me siento afortunada de conocer esta faceta de él.
—Quiero que me quieras —murmura en un tono de voz muy bajo.
Por un momento dejo de acariciar su cabello mientras se siente el silencio en la habitación, él se remueve un poco, abrazándome.
—Quiero que tú me quieras —vuelve a decir.
Respiro muy hondo, el aire se siente espeso. Estoy tan sorprendida que me cuesta responder, pero lo logro.
—Ya lo hago—le digo con sinceridad, eso no está en cuestión. Es notable que lo quiero.
Para noticias sobre mis historias:
Instagram: DarlisStefany
Twitter: Darlis_Steff
YouNow: DarlisStefany
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top