Capítulo Treinta y Cinco
Capítulo treinta y cinco.
—Estoy bien —repito por enésima vez al hombre vestido de blanco que me sostiene dentro de una camilla afuera de la ambulancia.
Para hacer fe de mis palabras, intento ponerme de pie y me siento desorientada así como mis pies desfallecer un poco. El hombre me ayuda a sentarme de nuevo.
Llevo los dedos a mi frente, donde tengo una bandita cubriendo la pequeña abertura que me hice tras golpear mi cabeza del volante, mi camisa tiene pequeñas gotas de sangre y me duele la mano que me han vendado, dicen que no es fractura, pero que será mejor que la mantenga en reposo por al menos tres días.
Agradezco que solo sea la parte delantera de mi auto la que se encuentre realmente mal, auto que está siendo remolcado por una grúa que me dejó la factura. Bueno, una grúa de la misma compañía remolca el del hombre histérico del auto afectado. Admito que es mi culpa, porque en mi desespero por ver a mamá me pasé la luz roja. Le he dicho al hombre que voy a pagar todos los daños, quizá mi cuenta bancaria quedará con saldo menos, pero voy a hacerme responsable, sin embargo, él encuentra más agradable hacer comentarios machistas acerca de por qué las mujeres no debemos conducir.
—Deja que te tomemos la tensión, puede que estés desorientada y con mareos por el resto del día...
El paramédico sigue hablando pero duele terriblemente la cabeza y necesito irme, necesito llegar hasta mamá y saber que está bien. Me doy cuenta que no tengo auto ahora, muerdo mi labio inferior y me quejo cuando recuerdo que lo tengo roto.
Puedo estar bien, pero se siente como que han apretujado todos los huesos de mi cuerpo. Mi celular está descargado, por lo que papá debe de estar asustado de mi retraso.
—Si de aquí a mañana sientes que sigues desorientada, presentas comportamiento extraño o algo parecido, acude al médico.
—De acuerdo, muchas gracias.
El hombre histérico me da una última mirada antes de que un auto deportivo que llega se lo lleve lejos, lo cual agradezco. Tomo mi multa, las dos facturas de los autos y veo tristemente como la ambulancia se marcha a ayudar a alguien más.
Caminando bastante extraño, adolorida y desorientada, logro detener un taxi, y mientras este se desplaza por las calles de Londres hasta la clínica, solo pienso que mamá está bien. Puedo soportar este dolor corporal, pero no podría soportar que mamá no esté bien.
Cuando llego a la clínica, intento caminar lo más rápido que puedo tolerando el dolor muscular, la creciente palpitación de mi cabeza y el vértigo en donde por momentos se me van los tiempos y siento que puedo caer.
Pregunto por mamá y cuando obtengo respuesta me dirijo sin tener que pensarlo más hasta el piso dos. Camino por el largo pasillo y cuando visualizo a papá junto a mis hermanos, Andrew y Ethan, siento alivio.
Papá me ve y deja caer el café mientras me acerco a él. Cuando estoy lo suficiente cerca me tira dentro de sus brazos y me siento protegida. No había visto a papá por casi un mes, incluso antes de que todo esto explotara.
—Mi niña ¿Pero qué te ha pasado? —pregunta con preocupación cuando hago un quejido y ve el estado en el que me encuentro—. ¿Es acaso lo que tienes en tu camisa sangre?
Asiento muy lentamente mientras miro alrededor, sacudo mi cabeza ordenándome ubicarme. Mis hermanos no dicen nada, pero nos observan, quiero uno abrazo de ellos. Vuelvo mi vista a papá.
—Vengo de tener un pequeño accidente —Me agarro fuertemente de su brazo sintiendo que pierdo el equilibrio.
— ¿Qué tipo de accidente? —pregunta ahora más preocupado—. ¡Santo cielo! Estás pálida. Ven, siéntate.
Lo sigo sentándome entre él y Andrew que me da una leve sonrisa viéndome con preocupación, creo que mis ojos se ruedan de manera involuntaria.
—El tipo de accidente en el que los autos son remolcados por grúas y quedo con una gran multa —Estiro mi mano hacia él—. Dice que no es fractura, pero debo mantenerla en reposo. Me siento terrible, me duele todo el cuerpo y creo que por momento pierdo el sentido.
— ¿Qué pasa con la bandita en la frente?
—Obtuve una pequeña abertura.
— ¡Oh, mi niña! —Me estrecha contra su pecho—. Te dije que tuvieras cuidado al venir, siento que a veces no sabes escuchar consejos.
—Lo sé —murmuro sabiendo a lo que se refiere, cierro los ojos—. ¿Cómo está mamá?
—Parece que no eres la única en la familia que estaba ocultando secretos —deja caer Dexter, volteo a verlo y sus ojos están entrecerrados. Trago el nudo en la garganta, eso no suena bien.
— ¿Qué tiene? —pregunto a papá, porque Dexter claramente no está atravesando su mejor momento para ser comunicativo.
Papá respira hondo y me abraza con un poco más de fuerza.
—Miocardiopatía restrictiva —dice finalmente y no tengo idea de qué es, no hablo términos médicos después de todo—. Es una enfermedad del corazón.
—No va a morir —murmuro más para mí que para él.
—No, ella va a cuidarse, solo debe tomar sus medicamentos siempre. Hannah es una mujer responsable que lo hará —Nos recuerda—. Estará bien.
— ¿Qué pasa si el medicamento no hace su trabajo? —pregunto nerviosa.
—Entonces, en el caso más grave, ella tendría que obtener un trasplante de corazón.
Doy un respingo, no es como si un corazón compatible se consiguiera en cualquier parte y en cualquier momento del día, además del factor de lo aterrador que suena una cirugía a corazón abierto.
—No —murmuro horrorizada.
—Tranquila, el doctor dijo que ella estará bien con el medicamento. Por suerte es leve, no es la primera persona en padecer de esto cariño. Ella va a estar bien —dice con seguridad y besando mi frente.
Asiento, porque si papá está tranquilo y lo asegura es porque es real. Tiene razón, hay infinitas personas que lidian con algunas fallas en sus corazones pero no por ello mueren, además el doctor ha afirmado que está bien, que solo debe tomar sus medicamentos.
— ¿Es hereditario? —pregunto.
—Eres la más lista de tus hermanos, hasta ahora eres la única de ellos que lo ha preguntado.
—Soy adoptado —Le recuerda Dexter.
—Ignoraré que dijiste algo tan estúpido y ofensivo, alegando que solo estás siendo un niño berrinchudo —Le informa papá alzando la barbilla— y en donde te atrevas a replicarme de nuevo voy a darte un golpe tan fuerte que recordarás por qué razón debes respetar a tus padres aun cuando te sientas enojado y peleado con el mundo, ¿Entendido Dexter Thomas?
Dexter sabiamente no dice nada mientras asiente y murmura una leve disculpa con las mejillas sonrojadas. No puedo creer que he creado tanta hostilidad en mi familia. Llevo mis dedos a la bandita en mi frente sintiendo ardor y siento la humedad antes de ver mis dedos carmesí. Sangre, me siento ligeramente mareada.
—Oh, mi niña, debemos hacer que un doctor vea y cambie eso —dice papá poniéndose de pie, lo imito, pero entonces siento las piernas fallarme y me siento aturdida.
Todo da vueltas y es como ver a dos papás y cuatro Andrew haciendo preguntas y sosteniéndome. De verdad me he golpeado con fuerza la cabeza, ésta me palpita como la peor de las migrañas. Incluso siento un molesto pitido en mis oídos.
—Ahora mismo van a revisarte, cariño —murmura la voz de papá mientras alguien me ayuda a caminar, puedo jurar que huele exactamente como Dexter. Quiero creer que mi hermano aún se preocupa por mí.
***
Tras unos exámenes de orientación y preguntas sobre mí, determinaron que solo estoy sufriendo un leve episodio de conmoción, por momentos me siento ida pero luego ya me siento mejor.
Escucho a papá mientras me balanceo en mis pies, sintiendo toda la tensión de estar rodeada de dos hermanos que no me dicen ni una sola palabra. Como si yo no existiera. Demonios, al menos he escuchado la voz de Dexter dos veces, aun cuando no se dirigía para mí, pero Harry no dice nada.
—Sé que en estos momentos tienen problemas, especialmente ustedes dos actuando como idiotas —dice papá viendo a mis hermanos—, pero tú también, Hilary, por solo hacer un par de llamadas a tu mamá, la tenías preocupada. Ahora, cuando ustedes entren no me importa si no están hablándose, si tienen problemas existenciales o algo de esa índole. Solo quiero que no alteren a su madre, porque entonces voy a estar muy enojado y no me importa que estén lo suficiente grandes para vivir solos, porque igual habrá represalias.
—Esa amenaza da un poco de miedo —murmura Dexter.
—Oh, bueno, veo que estás hablándome, hijo, debería seguramente sentirme afortunado —dice con ironía antes de abrir la puerta y pasar por delante de nosotros.
Cuando entramos, tengo que dar créditos que al parecer la educación puede más que sus enojos, porque ambos me ceden el paso. Murmuro un gracias que no es contestado.
—Mis bebés —dice mamá sentada desde la cama cepillando su cabello. Luce y actúa como si nada hubiese pasado, excepto cuando me evalúa—. ¡Hilary Antonella! ¿En dónde se supones que te metiste para parecer que la vida te ha pasado por encima?
Rio acercándome a ella y beso su frente antes de tomar su mano en la mía. Dejo un beso sobre sus nudillos; estuve tan preocupada de que ella estuviera mal, que ahora que sé que todo es controlable y estable me siento afortunada de tenerla conmigo.
—Tuve un pequeño accidente —digo—; parece que los pronósticos de que algún día tendría un accidente en auto se hicieron ciertos y ahora tengo una deuda con un conductor machista y una multa por saltarme la luz del semáforo.
—Bueno, espero y sepas que esos gastos los vas a cubrir tú —Me indica, rio sintiendo mi ojos humedecerse antes de dejar escapar lágrimas—. ¡Oh, mi cielo! Ven aquí, creo que me has privado de darte un abrazo de mamá protectora que te haga sentir segura.
Bajo lo suficiente mi cuerpo para que me abrace y solo me quejo un poco cuando aprieta lo suficiente fuerte para que mi cuerpo adolorido se queje. Creo que lloro y rio.
—Lo siento —murmuro solo para ella.
—No seas tonta, las cosas pasan y hay que salir adelante —Acaricia mi espalda, luego se aleja y limpia mis ojos—. Tienes unas ojeras horrendas y ahora con esa bandita y tus ojos dilatándose de un momento a otro me preocupas.
—Estoy bien.
— ¿Dónde has estado quedándote? Y no voy a permitir que esta vez me evadas. Solo quiero saber que vas a estar bien.
—He estado quedándome con una amiga que aún no conoces, pero voy a volver a mi apartamento. No tengo porque ocultarme como si hubiese hecho un gran crimen.
—Esa es la actitud, preciosa —asegura palmeando mi mejilla, luego ve detrás de mí—. Entonces, mi hijo el serio últimamente y el hijo no le hablo a Hannah, ¿En algún momento van a abrazarme?
Me hago hacia atrás para que ellos puedan hacerlo. Vagamente escucho un discurso bastante decente, sin malas palabras y honesto de Dexter hacia ella, algo acerca de lo que dijo cuando estaba enojado.
—Lo sé, cariño, solo quiero que sepas que en ningún momento he pensado que eres menos. Eres tan mío como lo son tus hermanos.
—Lo sé y lo siento mucho, mamá, me preocupé mucho cuando papá llamó. Solo pensé que nuestra última conversación fue una discusión donde no te traté con respeto —murmura Dexter.
—Bueno, en mi defensa yo he sido más comunicativo —habla por primera vez Harry.
—No por ello menos estúpido —Le recuerda mamá. Papá pasa su brazo por mi hombro.
—Me gustaría hablar con ustedes dos en privado, ahora que están tan dispuestos a escuchar lo que tengo que decir porque pensaron que estaba al filo de la muerte.
— ¡Mamá! —exclama Harry sorprendido de sus palabras.
—Es la verdad —Mamá nos observa a papá y a mí.
— ¿Por qué no vamos por algo de comer, mi niña? —pregunta papá, entiendo la indirecta y asiento.
—Volveré pronto, Hannah —anuncio.
—Ahora que sabes que no estoy en mi último aliento, vuelvo a ser Hannah, qué bonito, Antonella.
Rio agradecida nuevamente de que esté bien mientras salgo de la habitación con papá, solo para encontrar los ojos de Doug viéndome con fijeza. Creo que él ni siquiera lo piensa y honestamente agradezco que no lo haga, porque cuando sus brazos me rodean solo soy capaz de abrazarlo con la misma fuerza y disfrutar de por fin estar viéndolo.
Siento como me aprieta con un poco de fuerza y a pesar de que duele, no me importa. Finalmente esto es lo que faltaba para darme cuenta de que no puedo esconderme o sentirme avergonzada de un momento que fue tan especial y se supone debió ser íntimo.
Presiono mi frente de su cuello, inhalo con fuerza el aroma que emana de él.
—Te he echado mucho de menos —murmuro. Alzo mi rostro y él hace mi cabello hacia atrás viéndome preocupado—. Solo fue un pequeño accidente.
—No luce como un pequeño accidente, Hilary —murmura mirando a mi frente con una bandita más grande que la anterior—. ¿Estás realmente bien?
—Solo necesito descansar un poco, pero estoy bien. Lo prometo.
Él asiente y besa mi frente antes de abrazarme de nuevo, estrecha la mano que papá le ofrece, las mejillas ligeramente sonrojadas de Doug dan una idea de que se está sintiendo avergonzado ante papá.
—Ya hemos tenido una charla y te he dicho que no has hecho nada malo —dice papá despeinando su cabello como si se tratase de un niño y no de un hombre de veinticuatro años.
—Apenas Andrew me dijo lo de Hannah, he venido.
—Gracias, Doug, Hannah está bien, solo fue un pequeño susto.
Doug respira lleno de alivio, me libera de sus brazos dando un paso hacia atrás para evaluar los daños que hay en mí. Observa mi mano vendada y niega con la cabeza.
—No era muy difícil mantenerte intacta, Hilary —intenta bromear y el intento de una sonrisa aparece.
—Pensé que ya era bastante excelente conduciendo, pero veo que no.
Él va a decir algo, pero entonces la puerta de la habitación se abre y Dexter junto a Harry aparecen. La manera en la que miran a Doug me hace saber que nada está cambiando, y cuando Harry da un paso hacia Doug me alegra ver que Andrew se pone de pie aun cuando Doug alza su barbilla sin aterrarse.
—Escúchame...
—No, escúchenme ustedes —Lo interrumpe Doug—. Me he dejado golpear, gritar e insultar por ustedes porque pensé que era el momento de la ira y luego reflexionarían, pero veo que a pesar de que hayan pasado más de quince días siguen actuando como imbéciles.
—Bueno, han pasado quince días y las fotos siguen en internet —interrumpe Dexter en un resoplido y apretando sus manos.
— ¡Cabrón arrogante! ¿Puedes cerrar tu puta boca? —cuestiona Doug molesto—. Me vale mierda cómo se sienten, del mismo modo en el que les ha valido mierda cómo se siente su hermana. Se creen con el jodido derecho de dictar lo que es bueno o malo. ¿Quién les dio siquiera ese derecho? Cuando tu Dexter eres solo un hombre que hasta no hace mucho follaba con mujeres con las que no tenía intención de mantener una relación ¿Con que facultad sientes siquiera las agallas de querer juzgarme? No sabes lo que es estar enamorado, no sabes lo que es tener una relación y parece que no sabes lo que es querer proteger a quien amas.
Muy lentamente tomo la mano de Doug dándole un ligero apretón porque noto que su mano tiembla y que aprieta su mandíbula. Él observa a Harry.
—Tú incluso eres peor que Dexter. Eres un absoluto hipócrita. Tú que vives diciendo cuán genial es estar enamorado y tener a quien amas, quien vive diciendo cómo debemos buscar a alguien que nos haga feliz, cuando eres el primero en golpearme cuando te enteras que he encontrado a esa persona —Harry entrecierra sus ojos—. ¿Cuál es tu absurda doble moral? ¿Acaso Keith estuvo golpeándote por salir con su hermana? ¿Por hacer cosas que son normales dentro de una pareja? ¡Ni siquiera te golpeó cuando la embarazaste! ¿Qué te hace creer tener el derecho de señalar lo que está mal en mi relación?
—Es mi hermana...
—Sí, Harry, lo es. Es una hermana que tiene veinte años y puede tomar sus decisiones. No es una niña, ella piensa y siente. Puedes querer protegerla, pero no puedes tomar sus decisiones ni prohibirle qué hacer —Le grita Doug— y basta de hipocresía, porque ella es la misma hermana que has estado ignorando.
»Dejen de decir la mierda de que es su hermana porque lo sé, no soy idiota. Pero su hermana es mi novia y me vale mucha mierda si les gusta o no, porque creí que eran mi familia, mis hermanos y que estarían lo suficiente feliz por mí de haber encontrado a la persona que me hace feliz. Pero son tan malditamente egoístas que solo meten su cabeza en su culo para querer fingir tener la potestad de juzgarme.
Por un momento nadie dice nada y cuando Dexter da un paso hacia Doug, Andrew se interpone.
—Tristemente tengo que advertirte, Dexter, que si tú arrojas un solo golpe a Doug yo te daré dos más, porque estoy extremadamente cansado de ustedes haciéndose la víctima y golpeando a nuestro hermano por la simple idea de haberse enamorado —advierte Andrew con seriedad flexionando sus dedos—; ya estoy cansado de esta mierda. No quiero asumir un bando, pero Doug claramente es el lado más racional para estar.
—Tú, como todos...—comienzo Harry y Ethan grita sobresaltándonos.
— ¡Joder! Ya me cansé de esta maldita mierda. Drama en Bolton, drama aquí. ¿Cuándo mierda van a detenerse? —grita Ethan molesto—. ¡Joder Doug! ¿Qué tan difícil era decir que salías con su hermana? Siendo justos tienen razones para estar enojados...
—Ethan...—dice Harry.
—Maldita sea, déjenme hablar. Ustedes tampoco tienen por qué creerse con el derecho de decidir si están mal o no las acciones de ellos. Por Dios, crezcan y maduren todos ustedes. Y no entiendo por qué te metes en esta mierda, Andrew, ¿Qué te hace creer que uno de ellos tiene más razón que el otro? Por donde lo veo todos tienen una porción de idiotez en este asunto.
»Estoy hasta la mierda de ustedes. Hasta donde sabía BG.5 era territorio de paz y el único lugar en donde no estaba en presencia de tanta...mierda. Pero ahora solo es una tortura, una maldita tortura. Siento que ni siquiera quiero verlos o escucharlos. Estoy hasta los huevos de escuchar tus quejas, Dexter, de ver a Harry ser un imbécil y que Doug sea lo suficiente estúpido como para dejarse golpear. Tengo problemas importantes pasando y simplemente tengo que soportar esta mierda. Pero pueden quedarse con su mierda y resolver sus problemas. Me largo de esto.
Noto que Ethan está lo suficiente alterado para haber dicho la palabra "mierda" tantas veces seguidas. Las venas de su cuello sobresalen de una manera que asusta que pueda tener un ataque de tanta molestia.
— ¿Cómo que te largas? —pregunta Andrew sorprendido.
—Me largo de BG.5 mátense entre ustedes. Destrúyanse de la manera en la que están haciendo con la banda. Pero yo no voy a nadar en la misma basura cuando ya tengo suficiente en la cual nadar. Me largo —Levanta sus manos en rendición y de una manera muy sorprendida vemos a Ethan marcharse.
Ethan no se está marchando de la clínica, Ethan se está marchando de BG.5 y ninguno de nosotros está reaccionando ante ese hecho.
Dexter es el primero en reaccionar pateando con fuerza la hilera de sillas y el sonido es estruendoso. Dexter es demasiado explosivo cuando está molesto, incluso más que Harry y eso ya es decir mucho.
— ¡Tú has hecho esto! —Le grita a Doug.
— ¡Él no ha hecho nada! ¡Ya déjalo! —Le grito furiosa—. Ocúpate de tus asuntos. Yo nunca me involucré con tus malditas conquistas. Déjame hacer mi vida, déjame en paz. Ni siquiera lo entiendes. Ethan no está renunciando por Doug, lo está haciendo por todos ustedes. Pero estás tan malditamente encerrado en tu mundo que no lo ves. No vas a volver a poner un dedo sobre Doug. Si tú lo haces yo nunca, escúchame bien, nunca te lo voy a perdonar. Lo mismo para ti, Harry.
»Ustedes no me respetan, ni a mí o mis decisiones. Si lo hicieran se darían cuenta que éste es Doug, un hombre de bien y principios con un gran corazón. ¿Ven tan mal que esté enamorada de un buen hombre?
—Ethan tiene problemas por si no lo están notando. Creo que necesita de ustedes. Resuelvan este asunto —aconseja papá entrando a la habitación.
Andrew solo está callado viendo el lugar por el que Ethan. Luego observa de mis hermanos y Doug antes de negar con la cabeza.
—No sé qué está pasando con nosotros, pero esto no es BG.5. Ethan está pasando por algo y ninguno de nosotros se preocupó en saber cómo está. Realmente no puedo hacer esto si Ethan decide no estar. No es una banda de nosotros, somos cinco o nada. No pienso hacer música si ustedes ni siquiera pueden verse entre sí. ¿Cómo se supone que vamos a escribir canciones? Ahora él está dejando la banda y se preocupan en culparse entre ustedes —Andrew niega con su cabeza—. Ethan necesita un amigo y si me disculpan, yo iré a ser el amigo que necesita. Pueden seguir su guerra.
Andrew se va a paso apresurado por donde Ethan ha desaparecido. Doy un respiro tembloroso. Es demasiado.
—Vámonos —murmuro en voz baja a Doug, quien parece aún no salir de su sorpresa. Tiro de su brazo y él se deja, luego veo a mis hermanos—. Sé que los he decepcionado, pero estamos a mano, ustedes también me han decepcionado mucho.
Y con esas palabras flotando entre nosotros guío a un sorprendido Doug fuera de la clínica.
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