Capítulo Dieciocho
Capítulo Dieciocho
11 de noviembre, 2012.
—¿Lo hiciste con Doug? —pregunta Katherine en un susurro, revisando que en los cubículos del baño no haya nadie—. ¡Lo hiciste con Doug!
—Ya, ya, no lo difundas —digo riendo y aplicando pintura a mis labios—.Sí, quería decirte pero estaba como un poco... ya sabes, no sabía cómo sacar el tema.
—Y decides decírmelo en el baño de la universidad cuando estás a instantes de ir a trabajar —Me acusa riendo—. ¿Qué tal estuvo? ¿Todo bien?
—Fue... No sé cómo decirlo, fue mejor de lo que esperé ¿Sabes? Y no he dicho la noticia más fuerte.
—¿Puede haber algo más fuerte que tú haciéndolo con Doug?
—Es mi novio.
Ella suela un gritito emocionada tal cual fiver histérica mientras me abraza de manera eufórica, no puedo evitar reír.
—¡¿Tienes idea de cuánto tiempo lleva Doug sin novia?! ¡Como tres años y medios o más! Oh, Dios mío, eres su novia. Oh, Dios mío.
—Eres muy escandalosa —señalo recogiendo mi cabello y estirando mi camisa mangas largas que hace a juego el pantalón entubado azul rey—, por cierto, encontré un par de preservativos en el suelo de tu baño.
—¡Eso no es cierto! —Está escandalizada, no puedo evitar reír mientras tomo mi mochila jugando con las llaves de mi auto en mis manos.
—De acuerdo, no fue en el suelo.
—Claro que no era cierto.
—Pero si vi unos sobres muy interesantes en tu papelera—prosigo viendo las mejillas de ellas tomar color.
—¿Qué eres? ¿Una pordiosera? ¿Qué haces revisando mi basura?
—Bueno, el sobre no es como que estaba muy al fondo, claramente se veía cuando fui a tomar un poco de tu crema de peinar. Supongo que de alguna manera nuestro apartamento ha sido bautizado por Ashton ¿Cierto?
—¡Pero que pesada eres!
Rio mientras salimos del baño, nos detenemos porque ella tiene clases y yo debo ir a trabajar. Ella hace una mueca ante la clase que tiene mientras su ánimo decae.
—Vamos, no te desanimes, las cosas con Ashton marchan bien, lo demás está en el pasado, tú solo estudia.
—Soy idiota ¿Verdad? —Me pregunta con un mohín que resulta infantil, ruedo mis ojos.
—No, fuiste idiota pero ya no más porque ahora eres más sabia y la experiencia te quedo, ¿Verdad?
—Sí, tienes razón.
Le doy un empujón hacia el pasillo viéndola caminar entre tantos estudiantes que se dirigen a su clase. Respiro hondo, otro día con mi jefa.
Mi celular vibra mientras me abro paso en el estacionamiento, me detengo frente a mi auto y reviso el mensaje. Sonrío viendo que se trata de Doug.
"¿Novia?"
Una sonrisa muy bobalicona y vergonzosa surca mi rostro sin que siquiera yo lo pueda evitar, ese tipo de reacciones no se controlan.
"¡Aquí! ¿Qué sucede?"
"Nada, solo quería ver si estabas al pendiente y seguías viva"
"Qué ... bello eres"
"Lo sé, mi mamá me lo dice todo el tiempo princesa"
"Hablaba el sarcasmo Doug"
"No, yo sé que hablaba la sinceridad"
***
Aprovechando que es mi hora libre, bajo hasta el sub sótano en busca del área de restauración, dándole tiempo a Claudia de que se líe con el de administración puesto que Robert parece muy ocupado el día de hoy.
Me alegra no estarme topando con Robert, me incomoda demasiado, especialmente cuando me mira como si me desnudara o quisiera presionar para obtener algo.
Pregunto al encargado del departamento por la persona que busco y cuando la encuentro, esta frente a un gran cuadro, con sus dedos llenos de pintura y cabello recogido.
—Hola.
Ante el sonido de mi voz, Naomi se gira y me da una sonrisa de reconocimiento a la vez que asiente con su cabeza.
—Hola, mujer bonita—dice sacudiendo su cabeza para dispersar mechones de su cabello color chocolate de su rostro—¿Podrías ayudar a quitarme estos mechones del rostro? Sé que tengo el rostro lleno de pintura, pero no quiero ensuciar mi cabello.
Me acerco atando nuevamente su cabello en una coleta alta lejos de su rostro.
—Gracias Hilary, siéntate.
—Aproveché esta hora libre para pasar a saludarte.
—Pensé que nunca pasarías, mira que me agradaste y quiero asegurarme que Robert no ha hecho doblegar.
—Ni un poco, soy una mujer firme cuando se trata de tomar decisiones.
—Me alegra escuchar eso, cariño —asegura tomando un pincel y sumergiéndolo en una especie de verde muy pálido con el que traza las líneas ya dibujadas en lo que parece un cuadro muy antiguo.
—Si estoy molestando mientras trabajas, puedo irme.
—No seas tonta, solo estoy adelantando esto porque quiero salir más temprano, tengo cita con mi abogado.
—¿Estás involucrada en líos legales? —pregunto sin poder controlarme, ella da una risa irónica.
—Si estar casada con un imbécil entra en la categoría de líos legales, entonces sí.
—Oh...
—¿No te lo esperabas, verdad? Mis padres tampoco se lo esperaban cuando les dije que iba a casarme con Ronald.
—¿Estás casada?
Ella se detiene en un trazado y me dedica un mohín para luego sonreír y resoplar.
—Estoy en proceso de divorcio, tengo veinticuatro años y cometí el error de casarme a los dieciocho con lo que consideré el amor de mi vida y que ahora considero el peor error.
Limpia con su muñeca su rostro causando con pintura azul se impregne en su mejilla, la escucho atenta porque estoy llena de curiosidad y Naomi realmente me agrada.
—Es duro Hilary, un día crees que estás casándote con tu príncipe azul y luego éste solo es una bestia convirtiéndote en una sombra.
—Suena muy fuerte.
—Lo es, lo irónico fue que tardé cuatro años en darme cuenta que no merecía una relación así, no pretendo asustarte con eso del matrimonio, lo siento.
—No, no te preocupes, sé que muchos matrimonios no funcionan, pero también sé que hay muchos que si lo hacen.
—Yo corrí con la mala suerte de toparme con los que no funcionan, siempre agradezco haber sido firme ante la idea de nosotros teniendo un bebé ¡Dios! Debías verme, siempre escondiendo mis pastillas y tomándolas. Sabía que no era algo bueno la idea de un bebé, aun cuando él quería.
»Llevamos un año separados, él no puede acercarse a mi sin supervisión, así de mala fueron las cosas. Tengo un año aprendiendo a vivir y lo estoy disfrutando, te aseguro que no quiero pasar de nuevo por una relación así de tóxica ni se lo deseo a nadie.
—Eso me hace saber que además de ser una mujer hermosa, eres una mujer muy fuerte Nao ¿Puedo llamarte Nao?
—Por supuesto —asegura sonriendo—, pero bueno, si vamos a ser amigas de trabajo y todo eso, teniendo en cuanta que somos de las pocas mujeres jóvenes que trabajamos en esta galería, será mejor que me cuentes un poco de ti.
De inmediato sé que confiaré en Naomi y que seremos buenas amigas.
—¿Has oído de BG.5?
—¿Quién no ha escuchado de ellos? No soy muy de eso de enfrascarme en bandas o cantantes, porque me gusta de todos los estilos musicales, pero sé que ese grupo suena todo el tiempo en la radio. Son calientes y muy buenos.
—Sí, lo son.
—Pero tampoco es que desgarro mi alma por ellos —Su comentario me hace reír—. No soy del estilo fan dedicada.
—Uhm...
—¿Qué? ¿Ibas a invitarme a un concierto o algo por el estilo? —bromea ladeando su cabeza hacia mi antes de dar un vistazo final al cuadro que ha terminado de restaurar—. Cuatro semanas me tomo reconstruir este cuadro, que orgullo, es precioso, no podía perderse, espero y Claudia sepa ver la belleza en él, aunque bueno, Claudia solo sabe ver la belleza en los hombres.
—Es precioso —digo viendo el paisaje que es opacado por la silueta de una sombra que refleja soledad— y no, no pretendo invitarte a un concierto, no al menos que quieres trasladarte a otro país como Francia, Italia...
—Vale, ¿Entonces?
—El bajista y el baterista de la banda, son mis hermanos, ya sabes, los Jefferson —anuncio encogiéndome de hombros.
—¿Estás bromeando o lo dices en serio? —pregunta incrédula.
—Lo digo muy en serio —Rio—, soy la hermana menor de ellos, como se nota que realmente no andas al pendiente de la prensa rosa.
—¡Que sorpresa! No me lo esperaba, digo, imaginé que venías de una buena familia pero no que fueras familia de celebridades, puedo ver porque estás aguantando que Claudia sea una perra contigo, quieres abrirte tus propias puertas y camino.
—Lo ves —digo entusiasmada—. Amo a mis hermanos, pero ellos han pasado toda mi vida protegiéndome y dedicándose a tantear que todo fuera seguro para mí, quiero explorar yo misma el mundo y cometer mis errores.
—Claro, es muy comprensible ¿Cómo se lo tomaron ellos?
—Lo han estado tomando bien, claro que no saben la parte de mi jefa siendo una perra conmigo, aunque Claudia es perra con todos.
—Excepto con los hombres, claro está—dice riendo—,llevo un año aquí y créeme ella es un poco más ruda con sus asistentes, pero contigo es totalmente extremista, sus asistentes nunca pasan de tres meses.
—Veamos si rompo esa marca.
—Esperemos y si lo hagas porque me agradas.
Luego de conversar un poco más con Naomi, la dejo seguir con su trabajo y comienzo a dirigirme de nuevo a mi puesto. A mitad de escaleras me encuentro con el hecho de que Robert viene bajando, simplemente genial. Él al notar mi presencia me da una gran sonrisa insinuante a la cual no puedo evitar responder con una mueca de fastidio y molestia.
—Es algo encantador encontrarme contigo en unas escaleras tan... solitarias, Hilary.
—Normal —digo evaluando el hecho de que está ocupando gran parte del espacio para no dejarme continuar mi camino.
—Realmente tienes unas piernas grandiosas que apuesto quedan muy bien enredadas alrededor de las caderas de un hombre.
Aprieto mis labios y lo miro directamente a los ojos. Naomi tiene razón, es algo fatídico que con quien debería acusar a Robert en caso de que se volviese pesado sea con él mismo puesto que es el jefe de recursos humanos, es como si eso me dejara desprotegida.
Veo su mano dirigirse a mi rostro y esquivo el contacto mientras resoplo, su sonrisa crece aún más.
—Me gustan cuando son difíciles.
—Bueno, Claudia no se ve precisamente como una mujer difícil.
—¿Celosa?
—Asqueada es la palabra idónea para describir el modo en el que me siento —Su sonrisa decae mientras se inclina hacia mí.
—Soy persistente chiquita, y de alguna manera te tengo en mis manos siendo el jefe del departamento de recursos humanos y teniendo a Claudia bajo mis manos, puedo divertirme en la cacería pero no me van los desplantes. Puedes hacerte de rogar pero caes o cedes.
—Quiero dejar algo en claro —Levanto mi dedo—: no voy a caer ni voy a ceder, puedes ser el jefe de recursos humanos, pero yo soy más que una empleada. Puede que dentro de estas instalaciones tenga este rango por debajo de ti pero fuera de aquí tú no sabes quién soy ni el alcance que tengo para hacerte retroceder, mucho menos sabes cómo si tan siquiera intentas tocarme un cabello tu vida será miserable.
»Tú solo eres un juguete sexual de Claudia, un pobre descargue de frustración sexual pero deberías saber que las personas se cansan con facilidad de los juguetes, entonces, en lugar de estar intentando interpretar de manera muy mal el personaje literario de algún libro, tu deberías encargarte que tu jefa no se cansé de ti. Ahora por favor, necesito que me des un permiso.
Él me evalúa durante un largo tiempo, luego se hace a un lado.
—Ahora solo tengo más ganas de conocerte a un nivel más íntimo.
No digo nada mientras subo el escalón, me detengo por sobre él esperando que continué su camino, no deseo tenerlo viendo mi trasero. Tras unos largos segundos él ríe y baja las escaleras, respiro hondo limpiando apenas el perceptible sudor en mi cuello.
***
Un estruendoso llanto hace que caiga de la cama mientras respiro de manera agitada, la risa de Dexter hace que salga de mi sorpresa.
Me levanto solo un poco del suelo sobando mi hombro que duele por la caída mientras observo hacia la cama donde Halle patalea llorando y quejándose, mi hermano esta doblado sobre sus rodillas mientras la risa ronca y los hoyuelos en su mejilla izquierda se hacen presente.
—¡¿Qué rayos está mal contigo?!—grito aun aturdida, después de todo estaba tomando una pacífica siesta.
—¡Joder Dexter! Deja de hacer el tonto, mi hija está llorando —señala Harry desde la puerta de mi habitación dispuesto a tomar a Halle.
—No, no, deja que yo la tomo —digo parándome, hago una mueca ante el dolor de la caída y rápidamente tomo a Halle que no deja de llorar.
Comienzo a mecerla murmurando palabras para ella antes de lograr que se calme, le doy una mala mirada a Dexter quien finalmente deja de reír.
—Yo tuve que haber grabado esto y subirlo a Youtube —murmura recuperando el aliento—.Hermana, que caída te has dado. Se vio como que esa putada dolió.
—¡Desde luego que dolió! —aseguro pasando de él y caminando hacia el pequeño pasillo hasta llegar a la sala donde Doug y Harry conversan con Katherine.
—¡Tía Hil! —exclama mi sobrino corriendo hacia mí.
El grito de Harry Daniel hace que Harry y Doug me den su atención, éste último me da una gran sonrisa de complicidad que por un momento me tiene deseando que todos se vayan para estar solos.
Bajo mi cabeza para sonreírle a mi sobrino que da brincos a mi alrededor, Halle se queja un poco.
—Tía Hil tiene ositos —grita mi sobrino señalando mi pijama.
Mis mejillas se calientan porque efectivamente he olvidado el vergonzoso pijama que estoy usando, Katherine ríe porque ella ama burlarse de mi pijama. Doug lo evalúa y quiero esconderme porque resulta muy vergonzoso.
—Me la regaló papá hace tres años —señalo como si eso lo hiciera mejor.
—Claro...—dice Dexter intentando abrazarme, pero me hago a un lado—. ¿Estás cabreada?
— ¡Hiciste que me cayera de la cama! Desde luego que sí, ahora me duele el hombro.
—Eres una bestia —Lo acusa Harry negando con la cabeza—,ven aquí Hil, déjame ver si te hiciste daño.
Katherine llega hasta mi tomando a Halle y depositándola en el coche que no había notado, camino hasta mi hermano mayor que convenientemente está sentado junto a Doug en el sofá. Rio cuando Harry me indica que me siente en su regazo mientras retira un poco la manga de la camisa evaluando mi hombro, Doug se inclina.
—Tienes un pequeño moretón princesa —comenta Doug ante de entrecerrar sus ojos a Dexter, quien ya no parece tan divertido por su broma.
—Oh cariño, lo siento, no pensé que fueras a golpearte fuerte, de hecho no pensé que fueras a caer de la cama —señala Dexter acercándose a mí y besando mi mejilla.
—Solo hay que untar un poco de crema mentolada ¿Tienen Katherine? —pregunta Harry, ella asiente con la cabeza y parece ir por ella.
—Por eso es que Harry es mi hermano favorito.
—Tú siempre cambias de hermano favorito princesa —Me recuerda Doug viéndome con una sonrisa, se la devuelvo y luego vuelvo mi atención a Dexter.
—Estás disculpado, pero debes regalarme muchas barras de chocolate.
—Todo sea por obtener tu perdón, y no le digas a mamá.
—De acuerdo, no le diré —Le sonrío mientras Harry rueda sus ojos—. ¿Qué hacen aquí a las siete de la noche?
—Íbamos a cenar, Kae está reunida con Grace evaluando cosas sobre la editorial, por lo que me presenté voluntario para llevar al pequeño Jefferson a comer y estos dos se me unieron.
—Malagradecido, estamos dándote buena compañía —indica Doug fingiendo estar ofendido con una mueca que hace reír a mi sobrino que se trepa hasta sentarse hasta su pierna.
—¡Tío Dou!
—Dime —Le dice Doug despeinando su cabello.
—¡Tío Dou!
—De acuerdo, parece que te gusta llamarme —dice y mi sobrino ríe.
Katherine llega con la crema que Harry rápidamente aplica a mi hombro, luego él mismo me pone de pie.
—Rápido, cambia esa fea pijama para que vayamos a comer.
—¡Papi tengo hambre!
—Sí, sí, ya vamos a comer hijo —asegura mi hermano caminando hasta el coche y sacando un biberón y babero de la pañalera que cuelga del respaldo del coche. Saca a Halle del coche y se sienta en una de las sillas del mesón antes de ubicar el babero a la dulce bebé que hace quejidos y pequeño lloriqueos.
Inclina el biberón e inmediatamente Halle comienza a comer mientras patalea, Harry sonríe y luego me ve.
—Hilary mueve el culo por favor, tengo hambre —Me apremia Harry—, suerte que tú ya estás vestida, Katherine.
La susodicha sonríe mientras se mantiene en silencio con su celular en su mano. Corro hacia la habitación cambiándome rápidamente.
.
***
Siento que he comido demasiado en el momento en el que me detengo frente a la camioneta de Harry esperando que ellos salgan del pequeño restaurante, paso una mano por mi estómago, la comida estaba deliciosa.
Espero con paciencia que ellos salgan del restaurante, pero súbitamente soy volteada y pegada contra la camioneta de mi hermano. Jadeo abriendo mis ojos pero solo se trata de Doug que me da una sonrisa divertida.
—Hasta que por fin unos segundos solos —murmura antes de bajar su rostro y presionar sus labios contra los míos.
Cierro mis ojos mientras él me besa lentamente, sin introducir su lengua a mi boca, sino solo suaves roces y succiones que hacen que mi respiración se haga pesada. Demasiado pronto libera mi boca, pero entiendo que es por precaución.
—¿Por qué tienen que ser dos meses para decirles? —murmura contra mis labios viéndome con fijeza—. ¿Qué tal solo un día?
—Doug...
—De acuerdo, dos meses —concede retrocediendo y manteniendo distancia de mí, frunzo el ceño—.Tenerte tan cerca es muy tentador, así que mejor es que este a esta distancia.
—Pero...
—Oh ¿Estás haciendo acaso un puchero? —cuestiona divertido, acercándose viendo mis labios de cerca.
No me había dado cuenta de que mi labio inferior está sobresaliendo en puchero de esos que mi sobrino y Kaethennis hacen, esos que ahora Halle también está haciendo.
Él se ubica a mi lado, mientras vemos a mis hermanos, sobrinos y Katherine acercarse. Suspiro hondo y siento los dedos de Doug tomar unos cuantos delos míos, dejando una caricia. Lo observo y él sigue con la vista al frente pero está sonriendo.
No puedo evitar sonreír de igual forma mientras dos de sus dedos se mantienen tomando los míos.
Su flojo agarre termina mientras nos subimos a la camioneta de Harry que a pesar de ser grande no resulta demasiado cómoda en este momento.
—Oye, Hilary, mira esta imagen —dice Doug desde el otro extremo, Katherine está en el medio con Harry Daniel a su lado mientras el portabebés con Halle durmiendo está a mi lado.
Curiosa extiendo mi mano recibiendo su celular para ver la supuesta imagen, solo que no hay imagen. Hay palabras.
"Mantente despierta, paso luego de que tus hermanos me dejen en el apartamento al tuyo, claro, solo si lo consideras una buena idea.
Pdta: no te duermas.
Pdta de pdta: solo espera."
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