Capítulo Treinta y Uno



Capítulo Treinta y uno.


16 de enero, 2013.

Me muevo de manera perezosa en la suavidad de la cama del hotel de París. Mi segundo día en Francia. Siento un peso en mi cadera desnuda y al abrir los ojos me doy cuenta de que se trata del brazo de Doug.

También siento una vigorosa erección matutina contra mi trasero que me hace sentir muy despierta, me doy la vuelta con cuidado, encontrándome con el rostro de Doug durmiendo. Debió olvidar irse antes del amanecer.

Me doy cuenta que la sabana alrededor de mi cintura deja mis pechos al desnudo, me abrazo más al cuerpo de Doug sintiendo un poco de frío. Dejo un beso en su garganta presionando luego mi nariz de su pecho. Lo siento removerse un poco.

— ¿Princesa? —su voz es ronca al estar despertando.

—Sí, estoy despierta.

Alzo mi rostro y él me da una pequeña sonrisa viéndome de manera soñolienta. Bosteza y yo rio.

—Se supone debías tener una noche de descanso, no una noche de acción.

—Pero extrañaba mucho, mucho estar contigo de esta forma —sus dedos acarician mi espalda desnuda.

— ¿Puedes decirlo? Quiero escucharlo de nuevo.

Él ríe suavemente dándome un suave empujón para dejarme sobre mi espalda. Estira un brazo hasta tomar un paquete de aluminio y abrirlo. Lo miro a través de mis pestañas mientras se cubre con el preservativo y luego siento el peso de cuerpo sobre el mío cuando se ubica entre mis piernas.

Deja un suave reguero de besos por mi cuello hasta llegar a mi pecho y dar una juguetona lamida a una de mis cimas fruncidas. Gimo y sintiendo las suaves caricias de sus dedos y la atención de su boca.

Cuando me tiene lista para recibirlo, vuelve su rostro hacia él mío, me mira con fijeza mientras enreda una de mis piernas alrededor de su cadera.

—Puedo decirlo para ti cuántas veces quieras escuchar —murmura—, pero también quiero escuchártelo decir muchas veces.

—Parece justo.

—Te amo princesa, te amo —murmura adentrándose a mi cuerpo—. Te amo ¿Algo para decir?

—También te amo.

Él comienza a embestir mi cuerpo de manera lenta y yo enredo mis manos en su cabello. Me gusta despertar de esta forma.

***

17 de Enero, 2013.

— Si pudieras pedir un deseo, ¿Qué pedirías, rubia? —cuestiona Dexter mientras desayunamos en una pequeña cafetería que debió cerrar debido al alboroto que se hizo ante la llegada de BG.5.

—Uhm... Supongo que pediría que la reina consiguiera a un hombre que la haga feliz y la ame de la manera en la que merece.

Todos permanecemos en silencio ante lo serio y maduro que sonó el deseo de Doug. Él es realmente dulce.

—Vaya... ese es un lindo deseo, rubia —indica Ethan con una sonrisa—; tu mamá es realmente una reina. Bueno, todas las madres de ustedes son un amor y dulzura. Mi mamá es más como un general a la que no le gusta nada de lo que hago.

—Pero tienes a tu abuela Victoria que es encantadora —le recuerdo.

—Cierto, tengo a mi hermosa abuela. Y aún tengo a April y a su abuela.

—Luego tendrás a los bebés de April también —dice Kaethennis y Ethan hace una mueca, es evidente que el asunto de los bebés de April le incomoda, incluso parece un poco infeliz respecto al tema.

— ¿Qué hay de ti Andrew? ¿Cuál sería tu deseo? —pregunta Dexter.

—Ser capaz de llevar felicidad a una persona que lo necesite mucho. Ya sabes, no solo ser parte de las personas que quieren hacer un cambio, quiero ser parte del cambio y lograr hacer sonreír a una persona que lo necesite.

—Que profundo —murmura Ethan—, creo que mi deseo sería quitarme ese peso de la culpa que siento cada vez que mi madre suelta el típico "estoy decepcionada de tus decisiones y elecciones, Ethan" realmente ese sería un buen deseo.

—No sé qué desearía, lo tengo todo —murmura Harry dándole biberón a Halle, todos rodamos nuestros ojos mientras Kae ríe y besa su mejilla.

—Por supuesto que tu darías una respuesta como esa, Harry —espeta Dexter—. Mi deseo sería poder robar a todos los niños de la banda y/o cercanos para criarlos antes de tener mis hijos propios.

—Tienes que estar bromeando —dice Kaethennis pegando a mi sobrino mucho más a su costado. Dexter ríe.

—Vale, solo bromeaba. Pero creo que mi jodido deseo sería darle en algún momento la misma oportunidad que me dio mamá a mí de tener una familia a un niño. Todos tenemos derecho a ser amados por una familia y me gustaría en algún momento hacerlo. ¿Qué? ¿Por qué me miran así?

—Bajo esa boca sucia, siempre has demostrado ser un hombre inteligente —le dice Andrew—. Ese es un buen deseo.

—Todos ustedes tienen buenos deseos —señala Kaethennis.

—Estos conciertos han sido... excelentes, pero he notado algo —comenta Harry—. Doug no se ha ido de desmadre con ustedes y Andrew ha creído conveniente besar a una entrevistadora en plena entrevista para hacerla sonrojar.

—Creo que la rubia está detrás de alguien y por eso esta tan tranquilo —apuesta Ethan. Doug rueda sus ojos.

—Solo estoy madurando —dice haciendo a todos reír, incluso él ríe—; todo a su tiempo.

—En mi defensa, solo quería que se callara. Ella estaba haciéndonos preguntas tontas —recuerda Andrew—, solo fue un beso de pico.

Todos reímos para continuar comiendo. El ultimo día en Francia.

***

18 de enero, 2013.

— ¡Hola, Hola España!—gritan Andrew y Ethan en español al mismo tiempo cuando comenzamos nuestro camino por el aeropuerto.

Por supuesto que todos gritan en respuesta. Oh Dios, hay un montón de fivers gritando, llorando y con esa mirada determinada de llegar hasta nosotros.

Creo que el constante ruido, los seguridad rodeándonos y unos leves empujones hacen que Halle comience a llorar realmente fuerte viendo a todos con horror. Harry frunce un poco el ceño cuando desesperado y asustado mi sobrino pide que lo alce, por supuesto que Harry lo hace. Mi sobrino se abraza con fuerza a su cuello mientras mira con horror a todas esas personas gritando.

—Calma, pedimos calma, hay niños —grita Pet intentando abrir camino junto a Hunter. Halle no deja de llorar aun cuando Kae la aprieta contra su pecho, está asustada, francamente, yo también lo estoy.

—Mierda, hay un montón de personas —dice Dexter impresionado.

Cuando pasamos por el camino que nos van abriendo, Doug y Andrew firman como pueden algunas de las cosas que le hacen llegar al igual que Ethan. Creo escuchar a Andrew quejarse cuando otra de sus gorras es tomada. Otra gorra menos para Andrew.

El problema no está tanto en las y los fivers entusiastas, algunos periodistas son quienes están empujando un poco.

—Ten más cuidado amigo, hay niños —advierte Harry cuando prácticamente tiene una cámara frente a su rostro, la hace a un lado con la mano. Rápidamente Max le pide que avance porque estoy muy segura que ninguno de nosotros quiere ver a Harry molesto.

Sonrío un poco cuando gritan mi nombre, hago un saludo con la mano y Doug da un respingo negando con su cabeza hacia un grupo de chicas.

—Me han agarrado el culo —se queja.

—Caminen, caminen —ordena Max.

—Bueno si no te das cuenta es lo que estamos haciendo —lo corta Harry.

Finalmente llegamos a una camioneta negra, subimos con rapidez. Halle no deja de llorar.

—Ya nena, ya. Ya no hay ruido. Mira, mira a Dan —la pone frente a mi sobrino que le sonríe un poco. Halle se queja y ella la pega a su pecho.

—Se ha asustado —murmura Andrew tocando la pequeña mano de mi sobrina ahora calmada.

—Sí, nunca había visto tanto desorden. En Francia e Italia fue muy distinto.

—Era una multitud apasionada —murmura Ethan—. ¿Qué tal tu perdida de gorra, Andrew?

—Ni lo menciones, una menos.

No digo nada, llevo años en esto, pero sé que hay ciertos países en donde resulta más intenso porque lo sienten como su única oportunidad de verlos, por lo cual no los culpo. Veo a mi sobrino sobre las piernas de Harry.

—Tu sí que eres valiente sobrino, ni una sola lágrima.

— ¡Soy muy genial! —grita haciéndonos reír.

—Ya veo que está pasando mucho tiempo alrededor de Ethan—murmura Andrew.

—Y de Kae—agrega Harry haciendo que mi cuñada ría.

***

Cierro la puerta detrás de Doug, el reloj en la pared de la habitación indica que ya va a marcar la media noche.

— ¿No crees que es un poco peligroso eso de colarte a mi habitación?

—Creo que me gusta correr el riesgo por ti.

Entro de nuevo a la cama acurrucándome bajo las mantas, me siento cansada. Quizás sea porque el día de hoy, aun antes de partir de Francia la he pasado redactando documentos que Claudia pide sin parar, algo me dice que lo hace adrede, lo hace para conseguir un error y tener la oportunidad de despedirme.

Doug se saca la camiseta y como tiene un pantalón holgado se acuesta a mi lado, de hecho me lleva más cerca de su cuerpo, dejando mi cabeza sobre su pecho.

—Me da un poco de calor —digo riendo e intentando alejarme un poco.

—No me importa —dice abrazándome con fuerza para fastidiarme, incluso lo escucho reír—. Estuve pensando...

—A ver, qué será lo que pensaste esta vez.

No dice nada porque se entretiene metiendo su mano bajo mi camisa y acariciando levemente con sus dedos mi seno izquierdo desnudo. Suspiro.

—Estaba pensando que podríamos casarnos en diez años.

— ¿Qué?

—Que podemos casarnos en diez años.

— ¿Qué te hace pensar que yo me casaría contigo en diez años? Es decir, solo estoy pensando en salir contigo un par de meses —bromeo pero con una gran sonrisa.

—Oh, en ese caso yo podría convencerte, tendría diez años para convencerte.

—En diez años pasan muchas cosas. Podemos terminar, tú puedes estar con otras mujeres y yo criando a niños con un esposo normal...—él gruñe.

—No me gusta esa idea. Si digo que estoy enamorado es porque lo estoy. Te amo y los únicos bebés que vas a tener son míos en un futuro muy, muy lejano.

—¿Ah, sí? ¿Qué te hace pensar que yo quiero bebés en un futuro muy, muy lejano?

—Ahora solo estás haciéndote la difícil.

—Quizás...—suspiro—. ¿Estás realmente imaginando un futuro conmigo?

—No lo sé, solo que hoy estuve pensando en nosotros... no es normal que siempre esté pensando en ti, no lo puedo evitar, pero igual me gusta hacerlo. Es algo loco, pero luego pensé que me encanta sentirme de esa manera, y que quiero esa sensación toda mi vida. Así que me dije que en diez años iba a casarme contigo.

—Solo si en diez años yo acepto.

—Y luego vendrán los bebés...

—Pensé que hace un tiempo me dijiste que tendrías bebés a los cuarenta con una buena chica —le recuerdo, porque no olvido que esos comentarios me hicieron molestar mucho.

—Bueno, he reducido unos años. Será a los treinta y cuatro.

—Es raro que estemos hablando de esto, no llevamos ni cinco meses saliendo.

—Pero llevamos casi ocho años conociéndonos —me recuerda.

Nos mantenemos en silencio, luego él ríe.

— ¿Sabes que Milla ya llegó?

—Algo de eso escuché —me limito a contestar.

— ¿Es esa la razón por la que no fuiste a cenar y te quedaste en la habitación?

—Quizás...

No quiero crearme prejuicios, pero Milla puede sonreír, ser encantadora y lo que quiera, pero ella no me gusta, siento que esconde más de lo que muestra.

—Tú le gustas.

—Yo le gusto a todo mundo —alardea en broma, o quizás en serio, quién sabe, después de todo pasa mucho tiempo con Ethan.

—Hablo en serio. No sé ni quiero saber que le hiciste la única noche que pasaron juntos, pero ella te quiere con ella.

—Puedo gustarle, Hilary, pero ten en cuenta que solo me importas tú. Solo te quiero a ti, solo te amo a ti.

»¡Demonios! Hace unos minutos te estaba diciendo que en diez años íbamos a casarnos, que tendríamos bebés. Ella puede quererme para ella, pero solo tú me tienes, eso debería ser suficiente para que la ignores y solo te concentres en nosotros.

—Ahora estás enojado —murmuro viendo hacia el techo, su mano se mantiene en mi pecho, solo reposando.

—No estoy enojado, solo que no quiero que todo el asunto de Milla acá te enloquezca, porque eres una mujer lista. Quiero que confíes en mí.

—Confío en ti.

—Demuéstralo. No me digas cosas como que le gusto a Milla. Yo sé que tú le gustas a Frank, pero no estoy sobre ti recordándotelo, porque sé que tú me amas a mí.

—Lo siento.

—No pretendo hacerte sentir mal. Pero no quiero que hayan estas cosas entre nosotros. Eres mi novia, por lo tanto solo tú me importas, Milla o cualquier otra mujer no significa nada para mí, eso tú deberías saberlo.

Muerdo mi labio superior sintiéndome un poco idiota, me acomodo de lado y paso una pierna por su cadera, abrazándolo con fuerzas. Tiene razón, no puedo comenzar a tener actitudes infantiles en esta altura de nuestra relación, no cuando estamos a días de hacerlo público.

—Te amo, te amo mucho.

—Ahora solo intentas ser dulce para que yo no esté enojado —dice riendo un poco.

—Pero dijiste que no estabas enojado.

—Te llamé, Hilary, eso es un indicio ¿No?

—No seas malo conmigo.

—Si estoy enojado tengo que ser malo.

—Pero te amo —insisto y él ríe de nuevo, saca su mano de mi camisa y me quejo.

—Creo que iré a dormir a mi habitación, para que pienses y así puedo durar enojado aunque sea unas horas contigo.

—Pero no es justo.

Lo veo ponerse de pie y recoger su camiseta, cubriendo su torso. Camina hasta la puerta y se voltea.

—Ya conoces el dicho, la vida es una perra injusta a la que hay que joder con fuerza para que no te arroje mierda.

—Te amo.

Él sonríe y sale de la habitación, luego asoma su rostro.

—También te amo —dice antes de cerrar la puerta detrás de él.

***

19 de enero, 2013.

— ¿Es increíble, verdad? —cuestiona Milla por sobre los gritos del público.

Este es el único concierto que tiene España, uno que Max negoció, los tres días siguientes serán de grabación del vídeo.

Estamos en una buena posición, no muy cerca del escenario, pero no tan alejadas, me gusta. De cierta forma podemos pasar un poco desapercibidas.

Solo somos Kaethennis, Milla y yo. Al menos no tengo a Lissie aquí, pero eso es porque ella esta con los chicos, lo cual es aún peor.

— ¿Qué cosa? —le pregunta Kae ya que yo solo la ignoro estoicamente. Doug aun como que sigue enojado conmigo, no hemos ni siquiera intercambiado sonrisas.

—Esto de acompañarlos a los conciertos —responde Milla sonriendo, pasa un mechón de su cabello rubio detrás de su oreja—, podría acostumbrarme a esto.

—Podrías, si pasara —digo sin poder evitar comentar, Kaethennis ríe bebiendo de su gaseosa.

—Puede pasar, yo sé que puede —dice Milla con una pequeña sonrisa viendo a su alrededor.

Me doy cuenta que el grupo de fivers detrás de nosotras nos ha reconocido, les doy una breve sonrisa y ellas ríen. Son jóvenes, quizás dieciséis años.

—Hola —les digo con la mano y gesticulando. Me giro de nuevo viendo al escenario, aún falta para que el cantante español salga a abrir el concierto.

—Entonces ¿En esto consiste tu vida? ¿En ir a todos los conciertos de Harry? Suena como algo fácil, ser la chica para él y todo este lujo.

Ruedo mis ojos mientras Kaethennis ríe y niega con su cabeza. Conozco a Kaethennis y seguramente ella está pensando que Milla es tonta o se hace.

—Mi vida consiste en pañales, dos niños, atender a mi novio, trabajar en mi pronto editorial y tener amigas. No es solo venir a conciertos.

—Cierto que tienes niños. Muy encantadores —respira hondo—. Ha de ser difícil para ti tener dos niños cuando podrías estar disfrutando de ser novia de alguien tan famoso.

—Me gusta ser madre, tener hijos no me impide disfrutar de ciertas cosas del trabajo de Harry. Para todo hay un límite, me gusta mi vida.

—Haces preguntas tontas —digo sin poder evitarlo.

Siento un toque en mi hombro, me volteo y es una de las adolescentes luciendo increíblemente sonrojada.

—Disculpa, sé que suena loco o quizás vergonzoso, pero me gustaría en serio una foto contigo.

Asiento porque no es la primera vez, ella hace señas a las otras tres adolescentes que se juntan para tomarse la foto. Luego chilla cuando ve a Kaethennis y habla rápido preguntando dónde están los bebés y por qué ella tiene bebés tan lindos.

Luego se ahonda en una explicación de cómo siente una pasión y apoyo increíble hacia Karry, como cree que es la relación más fabulosa que hay. Pregunta si Halle llora mucho y si Harry Daniel es muy travieso por las cosas que mi hermano publica en su twitter.

En un principio Kae parece sorprendida, pero luego se divierte con el entusiasmo de las chicas y responde amablemente.

—En serio, yo voy a amar Karry por siempre. Ustedes son como sorprendentes y tan lindos. Creo que es la única razón por la que no me duele que Harry esté tomado, digo me quedan cuatro miembros aun al menos que...—ella observa a Milla—. ¿Estás saliendo con Doug?

Milla se sobresalta, hace una mirada calculadora y luego esboza una sonrisa. Ella no puede estar pensando en hacerlo.

—De hecho, nosotros...—comienza y sé lo que va a hacer, de hecho Kae parece también saberlo.

—De hecho ella es la bailarina principal para el vídeo que va a grabarse —la interrumpo, sé que Max va a molestarse por mi dando esta exclusiva, pero no me importa. Prefiero la molestia de Max a rumores falsos expandiéndose—, no está saliendo con Doug.

—Ah ¡Qué bien! Digo... qué mal —dice la chica fingiendo tristeza, no puedo evitar reír—. Bueno, a quien engaño, es genial.

—Tami —dice una chica que luego comienza a hablarle en español.

—Bueno, no molesto más, gracias —dice volviendo con sus amigas a sus puestos.

—Tiene un acento encantador —murmura Kaethennis, yo asiento y Milla hace una mueca mientras me observa con fijeza.

Creo que definitivamente a partir de hoy, yo no le agrado ni un poco.


Para noticias de mis historias:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

YouNow: DarlisStefany

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top