Capítulo Treinta y Siete
Capítulo Treinta y siete.
6 de marzo, 2013.
No puedo evitar sonreír cuando al abrir la puerta de mi apartamento mi sobrino abraza mi pierna gritando mi nombre. Halle esconde su rostro en el cuello de Kae como si le diera vergüenza verme. Los he extrañado tanto.
Alzo a mi sobrino para besar sonoramente sus mejillas, me doy cuenta que han rebajado sus rizos y que está al menos unos centímetros más alto. Está creciendo.
Harry Daniel pasa corriendo al apartamento y le sonrío a la bebé que me observa con su cabeza recostada desde el pecho de Kaethennis. Saludo a mi cuñada y luego vuelvo mi atención a Halle succionando su mano. Cuando ella deja de succionar su mano, noto un pequeño manchón en la parte de debajo de su encía. ¡Le están creciendo sus primeros dientes!
— ¿Quieres saludar a tía Hil? —Le pregunto y ella me observa, pero aferra sus pequeñas manos a la camisa de Kaethennis. Mierda, como que no me recuerda muy bien.
Estiro mis manos hacia ella, pero solo me observa y se aferra a la camisa de Kaethennis, cuando ella intenta dármela, Halle se queja y hace sonidos de protesta. Hago una mueca triste.
—Ya luego te dejará que la cargues, solo no te reconoce muy bien —Me asegura Kae.
—Claro, pasa adelante.
Ella camina dejando la mochila de mi sobrino y pañalera de Halle sobre el sofá individual antes de sentarse al lado de Harry Daniel y luego dejar a la hermosa bebé sentada en el suelo. Halle sonríe y se balancea aplaudiendo, antes de ponerse en posición para gatear.
Rio encantada cuando la veo solo gatear un poco hacia su hermano y tirar de su zapato balbuceando, él ríe y se sienta en el suelo donde ella intenta trepar sobre él. Es una imagen encantadora que Kae no pierde el tiempo de capturar con su celular.
El que tome su celular con la mano izquierda, me da la oportunidad de observar el anillo. Vi el diseño cuando Harry lo mandó a hacer con Doug, pero verlo realizado es totalmente impresionante. Es sencillamente hermoso, dudo que Kaethennis sepa su valor monetario, pondría el grito en el cielo.
Me siento a su lado y tomo su mano viendo la fina sortija de oro con un diamante increíblemente hermoso. Mi hermano está dando otro maravilloso paso en su vida y aunque no me quiere para presenciarlo, estoy tan feliz por él.
—Es hermoso.
—Gracias, yo aún no me lo creo. Lo amo mucho, demasiado. Nunca pensé enamorarme de esta forma. Harry es una persona que ni siquiera engloba una sola palabra para describirlo.
—Lo sé, siempre ha sido un buen hombre —murmuro ahora viendo a los niños jugar. Ella toma mi mano y le da un suave apretón.
—Él va a entrar en razón, Hilary.
—Ha pasado un mes, sigue tan enojado como el primer día.
—No está enojado, se siente dolido y herido. Él sabe que no está bien darte la espalda, quizá eso le entristece más. Creo que se siente culpable de que no fueras capaz de decirle, piensa que tal vez ha sido duro contigo todos estos años y por eso no confiaste en él.
—Esa no es la razón por la que no le dije. La razón es porque soy egoísta y quería tener mi momento con Doug, sin dramas, sin problemas. Quería disfrutar de él, vivir una relación normal sin ser juzgada.
—Lo sé...
—Ahora mi sobrina no me ha visto en un mes y ni me reconoce —digo con mis labios temblorosos, porque eso solo es lo más leve del por qué quiero llorar—. Extraño a mis hermanos.
—Y ellos te extrañan a ti. Yo también extraño a Dexter.
—Lo siento por eso, no pensé que Dexter dejaría de hablar a todo el que supiera. No sabía que los estaba condenando.
—Dexter también entrará en razón. Yo lo sé.
No digo nada, viendo como Halle deja de intentar trepar por su hermano y gatea hacia mí. Manteniéndose sobre sus rodillas y con las palmas de sus manos ella se balancea y me observa con fijeza. Le doy una sonrisa y ella me da una hermosa sonrisa de querubín antes de gatear hacia mí y estar sobre mis pies.
Aprovecho la oportunidad de que no está huyendo de mí y la alzo para poner sus piecitos contra el suelo, como si ella pudiera caminar. La hago bailar haciéndola reír de manera encantadora. Tiene una risa musical de bebé hermosa.
—Dile a la tía Hil que no —dice Kaethennis obteniendo su atención y negando con su cabeza, Halle ríe—. Dile no.
Halle sacude su cabeza diciendo no, me ve y niega con su cabeza. Es increíble, está hermosa bebé ya tiene siete meses y no deja de sorprenderme. Ella deja de negar con su cabeza y se sacude para liberarse de mi agarre. Con cuidado la siento sobre el suelo y ella toma mi zapatilla intentando llevársela a la boca.
—Halle, no. No debes llevarte eso a la boca —Le advierte Kaethennis de manera severa. Claro que mi sobrino retira la zapatilla de su pequeña mano y la insta a gatear junto a él para jugar.
No es difícil darse cuenta de que el favorito de la familia para Halle es su hermano, todos podemos vivir con ese hecho.
— ¿Qué tal va todo?
—Renuncié a mi trabajo —digo con una sonrisa que parece confundirla— y ahora tengo un nuevo empleo.
— ¿Así que ya no más perra estúpida por jefa?
—No, yo no podía ni tenía porque aceptar sus malos tratos, creo que de hecho esperé mucho.
—Me alegra que no estés ya en un ambiente laboral tan hostil —Me da una sonrisa jugando con el anillo en su dedo—: ya yo firmé en un piso completo de un edificio no muy lejos de la casa que compramos. Ahora solo estoy en contrataciones para redecorarlo. Por ahora creo que solo podré tener dos diseñadoras: Kathe y Grace, porque necesito al menos dos correctoras.
»Sé que debo empezar de a poco, en lo legal Jeremy me ha ayudado, Harry está molesto con él, pero están manejándolo bien porque me está asesorando en lo legal. Falta muy poco para la editorial y eso me emociona. Por cierto, ya salió mi nuevo volumen de las travesuras del señor Cas.
— ¿Sigues trabajando con ellos?
—Ese es un contrato que no puedo romper, además lo trabajo con Amelia, y ya sabes que Amelia es un absoluto encanto.
—Suertuda.
—Ni tanto, recuerda que vine a Londres y conseguí que mi jefe tuviera una especie de atracción hacia mí.
—Cierto —suspiro viendo a mis sobrinos gatear, Halle se sienta y tira de la camisa de su hermano quien se ríe—. Siento mayor alivio al saber que no tendré que ver más a Robert y soportar su acoso.
— ¿Quién es Robert? —cuestiona enarcando sus cejas.
—Esa es una larga historia.
—Qué bien, en ese caso que tengo mucho tiempo para escuchar.
***
7 de marzo, 2013.
—Extraño mi auto —murmuro a Naomi mientras el taxi nos lleva a Westminster a reunirnos con Jeremy.
— ¿Por qué tardan tanto en dártelo?
—Porque pedí que le dieran prioridad al auto del machista. Por suerte ya le entregaron su auto, no tuvo ninguna queja. Él mío quizás tarde una semana más.
—Bueno, en ese caso, resiste —bromea.
Me alegra que su estado de ánimo este mejor. Me preocupaba que cayera en depresión o algo parecido, no hay que ser un genio para darse cuenta que tras sus bromas y sonrisa aun habita aunque sea una pizca del miedo que Ronald ha plantado en ella.
Tomo su mano y le doy un suave apretón. Ella me sonríe, es una mujer fuerte, no va a derrumbarse.
— ¿Si te diste cuenta que el comunicado de Doug aplacó todo, verdad?
—Sí. Igual ya no estoy revisando lo que las personas opinan de las fotos y escándalos. Aprendí finalmente que no debe afectarme lo que ellos digan.
—Los malos comentarios, porque los buenos deben ser bien recibidos. Los llaman Dilary.
—Eso es porque Jeremy en su twitter nos apodó así —digo riendo, ella se ríe—. No tienes que temer que Jeremy sea un abogado pretencioso. Por el contrario, él es divertido, encantador y un caballero. No te darías cuenta de que es un abogado hasta que se coloca un traje y adquiere su postura profesional de trabajo.
—Te agrada mucho.
—Es mi cuñado, siempre supo que me gustaba Doug, nos llevamos bien desde que nos conocimos. Es imposible que Jeremy no le agrade a alguien. Créeme, hasta las fivers se pelean por él.
—Ahora estoy curiosa sobre él. Conoces a muy buenos hombres, Hilary.
—Me siento afortunada por ello.
***
9 de marzo, 2013.
Mi primera reacción cuando Ethan abre la puerta y siento algo húmedo desplazarse por los dedos de mis pies, es gritar. Grito fuerte y salto hacia atrás, escucho a Ethan reír mientras cierro mis ojos con fuerza.
Entonces, se escucha ladridos a mi alrededor y doy otro gritito haciendo que la risa de Ethan aumente.
—Bucker deja a Hilary —señala Ethan riendo, siento que la humedad continua en mis pies desaparece—. No va a comerte Hilary.
Abro mis ojos con lentitud, viendo como Ethan sostiene por un collar a un amigable y hermoso perro que me observa con la lengua afuera y sobre sus patas, su cola batiéndose de un lado a otro.
No sé nada de razas, pero luce como un Golden retriever. Me ladra y yo sonrío. Ethan ríe de nuevo acariciando el lomo de a quien llamó Bucker.
—Veo que te diviertes, me asusté en un principio —digo entrecerrando mis ojos hacia él—. ¿De dónde ha salido esta hermosura de perro?
—Se llama Bucker, hace un año se lo regalé a April porque ella insistía que quería uno. Pero ahora que falta poco para que los mellizos nazcan, decidí traerlo a vivir conmigo.
—Oh, tiene sentido.
—Si vienes a buscar a Doug, él no está. De hecho no está desde ayer.
—Lo sé, pero no vine a hablar con él —Me sonrojo un poco—; quiero hablar contigo.
—De acuerdo, pasa adelante.
— ¿Vas a ponerte una camisa? —cuestiono una vez entramos al apartamento. Él sonríe.
—No y si eso te hace sentir más incómoda, entonces la respuesta es súper no.
—Estás molesto conmigo —señalo sentándome en el sofá y palmeando a mi lado.
Él respira de manera exagerada antes de sentarse a mi lado, Bucker comienza a olisquear mi pierna mientras acaricio su pelaje.
—No estoy molesto contigo. De acuerdo, estoy cabreado contigo por la manera en la que estuviste manejando las cosas.
—Lo entiendo.
—No creo que lo hagas, Hilary, estos chicos son mi familia. Eres una mujer inteligente y sabías que no podías ocultar eso, por eso no entiendo por qué lo hiciste. No es como si tus hermanos fueran unos ogros o asesinos. Sí, iban a estar molestos quizás una semana, pero luego se les pasaría, después de todo Doug es familia para nosotros. Pero no, tú dejaste que la bomba explotara de la peor manera.
—Lo sé, sé mi error.
—Tampoco es que te estoy juzgando. Solo doy mi punto de vista. Igual es tu vida y tú tomas tus decisiones —Me da una mirada breve— y no te sientas culpable de que estoy dejando la banda, porque sé que eso es lo que te ha hecho venir hasta acá. No he tomado mi decisión por ti.
Bucker ladra y comienza a dar vueltas por el apartamento. Ethan ha sabido ver mis intenciones.
—No me siento cómodo por cómo están las cosas ahora, pensé que solo sería una semana de dramas en la banda. Pero estos solo se han ido extendiendo con más fuerza. Tus hermanos son idiotas. Dexter es un gran dolor de culo al que provoca sacudir con fuerza, Doug se estaba dejando magullar por insultos sin defenderse y Andrew un entrometido en asuntos que no deberían de incumbirle.
»Eso y le agregas mi propio drama personal, es demasiado. Como dije, Hilary, BG.5 siempre ha sido mi hogar, el lugar donde me siento cálido y en donde no pienso en problemas. Mis Fivers son toda la felicidad que he recibido en mi vida junto a hacer música. Pero no lo estoy sintiendo, viéndolos pelear solo pensaba en cuanto estaba odiando estar en ese lugar. No quiero estar en ese tipo de banda, no puedo estar en una banda así.
—Pero es tu sueño...
—Mi sueño no es estar en una banda donde todos los miembros quieren golpearse hasta morir.
— ¿Y las fivers?
— ¿Qué es más egoísta: darles una banda que no se complementa y no está cómoda o dejar una banda en la que las cosas no están funcionando? Amo a mis fivers, Hilary, realmente lo hago. Creo que son las personas a las que amo de manera más sincera. No quiero romper el corazón de nadie, pero... no es un buen momento. No estoy renunciando por privacidad, por querer estar solo. No, yo estoy renunciando porque lo que se sentía como un hogar ahora se siente como un lugar de guerra. Y eso no es tu culpa.
Suspiro mordisqueando mi labio inferior. Ethan no puede dejar la banda.
—Dices que no es mi culpa. Pero fue el escándalo de mi relación con Doug lo que hizo que todos comenzaran a discutir. Fui quien detonó todo esto.
—Oh, cariño, no te des tanta importancia —intenta bromear.
—Si ellos lograrán arreglar todo este embrollo, lidiar con sus problemas y hacer música de la manera armónica en la que siempre lo han hecho, ¿Reconsiderarías la idea de no irte de BG.5?
Se queda en silencio durante un buen tiempo en el que Bucker viene hacia él con una pelota enganchada a sus dientes. Ethan la toma y la arroja a algún lugar, cuando bucker corre un estante con revistas cae al suelo. Tal vez debería decirle a Ethan que por muy grande que sea este apartamento que comparte con Doug, no es el lugar idóneo para tener un perro.
—Creo que este perro necesita una casa, no un apartamento.
—Voy a mudarme —Me indica—; ya conseguí una casa no muy lejos de aquí. Sé que Bucker necesita espacio y honestamente yo también. Digo, es genial vivir con Doug. Llevo años haciéndolo, pero ahora siento como que necesito más espacio. Además, estoy suponiendo que cuando los mellizos nazcan, April me visitará de vez en cuando, y tengo que tener habitaciones condicionadas para ellos.
—Vas a mudarte...—murmuro en voz baja—. ¿Estás mudándote por Doug? ¿Por qué les mintió? Porque si es por eso, te aseguro que él no quería mentir. Yo se lo pedí.
—No lo obligaste, pero esa no es la razón por la que me estoy mudando. Como te he dicho, Bucker y yo necesitamos más espacio, y también para cuando April me visite.
— ¿Cómo está ella con el embarazo?
—No me gusta nada que tenga que ver con bebés, al menos involucrarme. Pero he de admitir que se ve hermosa embarazada, un poco pálida y a veces tiene días malos, pero se ve hermosa —Sonríe—; como decía Hannah Montana, tendrá lo mejor de dos mundos.
—No puedo creer que hayas citado a Hannah Montana —digo riendo, él también lo hace arrojando una vez más la pelota de goma a Bucker que corre tras de ella. Escucho algo caer.
—Tendrá una nena y un nene —dice viendo al frente—, quiere llamar al niño Nathan, dice que suena casi como mi nombre, lo cual demuestra que April siempre será una mujer loca.
No puedo evitar reír.
—La niña no sé aún que nombre quiere ponerle. A mí me gusta Zoey —dice en un murmuro—, pero son sus bebés, ella decidirá que nombres usar
—Me gusta ese nombre. Y me gusta que ella quiera ponerle Nathan, si suena un poco como en tu honor.
—Quiero darles mi apellido, pero April dice que eso sería dar demasiado, cree que lo quiero hacer por lastima.
— ¿Por qué quieres hacerlo?
—Porque son partes de April, si son parte de April, entonces, son parte de mí. April es parte de mi mundo y por muy miedo o inquieto que esté sobre la idea de bebés, esos mellizos también serán parte de mi vida. Que no sienta el deseo de cargarlos o estar sobre ellos, no dice que no los ame. No han nacido y ya los amo. Yo no cargo a Halle, pero eso no quiere decir que no la ame.
—Realmente quieres darle tu apellido. Eso los haría como tus hijos... ¿No has pensado en eso? Después de todo, tú no quieres hijos.
—No necesariamente el padre, me hace más como el tío Ethan —Me corrige—, llevarían el apellido del tío Ethan.
— ¿No quieres tener hijos ni siquiera siendo los de April?
—No quiero ser padre, no tengo material para ello. April está bien con eso, de igual forma ella no está esperando que yo lo sea. Es una mujer madura, sabe que soy el tío Ethan, pero entiendo que ella rechace el apellido para darle el suyo. Son sus niños después de todo.
Cuando Bucker vuelve con la pelota, esta vez soy ya quien la arroja.
— ¿Estás o estuviste alguna vez enamorado de April? —cuestiono, haciendo la pregunta que la curiosidad en mí siempre ha querido saber. Ethan sonríe.
—Desde luego, ¿Cómo no enamorarse de April cuando era la niña más dulce y hermosa? Pero esta era la cosa: cuando yo tenía novia ella estaba soltera y cuando ella tenía novio, yo estaba soltero. Era difícil coincidir, más por la cosa de ser mejores amigos y no querer arruinarlo.
»Recuerdo que April fue mi primer beso cuando tenía trece años y ella once—Sonríe como si recordara—, luego cuando tenía diecisiete finalmente pude salir con ella. Fue un poco extraño al principio, pero luego fue genial.
»Salimos durante unos seis meses, ni siquiera estaba todavía pensando en la posibilidad de hacer una carrera profesional como cantante. Pero todo nos dimos cuenta que no teníamos esa especie de química. Amo a April, siempre lo he hecho, he pasado por todo tipo de amor con ella, pero digamos que nosotros dos en ese momento no funcionó y ambos nos dimos cuenta, por lo que seguimos adelante como los mejores amigos que siempre hemos sido.
— ¿Qué tal ahora? ¿Por qué no salir ahora y ver si funciona?
—A los diecisiete años me gustaba tener novias Hilary, ahora no. No quiero tener ninguna relación, no necesitamos confusiones en nuestra amistad. Somos mejores amigos y nos sentimos bien de esa forma. Si yo viera a la basura que ella llamaba novio, le partiría toda la cara. Ella no merece ser abandonada, no de la manera en la que ha huido ese inservible llevándose todas las cosas de valor. Nunca me agradó, pero conoces a April, siempre queriendo ver lo bueno en las personas, aun cuando hay personas que no tienen ni una pizca de bondad de la que ella quiere ver.
—Es porque le gusta ver lo bueno en las personas. Tiene fe.
—Bueno, su fe la llevó a estar embarazada con un novio ladrón huyendo.
—Tienes una vena fatalista y un sentido de ser negativo impresionante. En serio.
Ethan ríe y pasa una mano por su cabello recostando su cabeza del sofá y acariciando a Bucker que quiere seguir jugando.
—No lo sé, supongo que todas las cosas me han hecho siempre tener en cuenta que cuando algo bueno existe, siempre puede venir lo malo.
—Porque te proteges —señalo observándolo.
—Quizás sea ese el caso. Aprendí a hacerlo desde el momento en el que a los diecisiete años mis padres me dijeron cuán decepcionados estaban, quizá incluso desde antes cuando los escuchaba hablar sobre qué hacer conmigo.
—Y luego vino lo demás —agrego, él sonríe.
—Luego vino lo demás. Uno detrás de otros y para cerrar con broche de oro, una belleza de sonrisa angelical y palabras dulces.
—Perra.
—Oye, pero qué agresividad —dice dándome un codazo en broma, puede estar sonriendo, pero en sus ojos se ve el rastro melancólico. Vuelvo a llamarla perra en mi mente
—Lo peor es que todos crean que ella fue un ángel.
—No todos, nosotros sabemos que no lo es —Se encoge de hombros—. Ella está haciendo su vida y yo sigo con la mía, ya ha pasado bastante tiempo como para superarlo. Solo digo que algunas cosas me han hecho siempre además de ver lo bueno de las acciones, también percibir que algo puede ir mal.
Asiento y veo mi celular. Beso su mejilla.
—Debo irme, quedé de ir a almorzar a la casa de mis padres.
—Le das mis saludos a Hannah, Max me ha dicho que todo está bien con ella, como si nada hubiese pasado.
—Sí, solo debe tomar su medicamento una vez al día.
Me pongo de pie y él me acompaña a la puerta junto a Bucker. Acaricio el lomo de Bucker y beso de nuevo la mejilla de Ethan, quien en ningún momento se puso alguna camisa.
Me doy la vuelta para irme, no siento la culpa que sentía al llegar, Ethan me ha hecho sentir mejor.
—Hilary —Me llama, me giro y sonríe—, con respecto a tu pregunta, si ellos dejan atrás la idea de que cada uno de ellos tiene la razón. Si son capaces de estar en un mismo lugar sin esa actitud hostil, entonces yo no sentiría quizás esa necesidad de alejarme de ellos.
Le sonrío, eso suena como una posibilidad de que BG.5 persista y exista. Es una pequeña oportunidad de un mínimo de porcentaje, pero es una oportunidad, y eso es lo que importa. No todo está perdido.
Ethan podría reconsiderar no irse de la banda. Ellos deben entrar en razón... no es fácil lograrlo, pero tampoco es imposible.
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