Capítulo Treinta y Dos

Capítulo Treinta y dos.

Caminamos por el pasillo que nos llevará hasta los chicos. Siento mis oídos un poco tapados ante los fuertes gritos del concierto, fue un excelente público. Kaethennis va de primera porque ella irá por los niños al pequeño camerino donde se quedaron con la que ha resultado la niñera en este viaje.

Siento una mano algo suave en mi codo, me detengo y me doy cuenta que se trata de la mano de Milla.

— ¿Qué sucede? —Cuestiono.

— ¿Por qué no te agrada la idea de Doug conmigo?

— ¿Lo preguntas porque no te dejé mentir diciendo que salían a esas fivers? —Es mi respuesta, ella aprieta los labios.

—Realmente quería tu ayuda, pero tienes razón, no la necesito para conquistar a Doug, ya una vez lo tuve en mi cama, puedo hacerlo.

—Exacto, solo fue una vez y no ha vuelto —retiro su agarre de mi brazo—. Él es bastante grande para tomar sus decisiones me parezcan buenas o no. No podía solo dejarte mentir, si no te das cuentas ibas a perjudicarlo comenzando rumores que no son ciertos.

—Aun —me interrumpe.

—En ese caso, espera a que suceda para decirlo. No puedes solo comenzar a decir que estás saliendo con él. No puedes mentir cuando él es una figura pública e importante, si quieres hacerte publicidad entonces estás en el lugar equivocado.

—No te agrado —dice cruzándose de brazos.

—No, no me agradas.

—Tú tampoco me agradas, creo que eres una mocosa mimada, sientes que tienes todo este poder sobre ellos por ser la hermana Jefferson. Quizás solo es lastima.

—Quizás lo sea —digo encogiéndome de hombros—, pero me quieren, soy parte de sus vidas algo que tú no puedes decir. Solo eres la bailarina principal del vídeo, después de esto no serás más que otra participación en un vídeo.

—O estaré con Doug.

—Como quieras —digo retomando mi camino.

Si, definitivamente no le agrado a Milla.

***

20 de enero, 2013.

— ¿Cómo es que podemos hacer esto? —pregunto en un susurro—. ¿No se supone que la playa la cierran a esta hora?

—Nada que una buena cantidad de dinero no pueda arreglar.

Muerdo mi labio nerviosa dejándome llevar por Doug a la pequeña playa cercana al hotel. Todo es silencio en el camino a la playa, quizás sea porque son la una de la madrugada. Siento la arena en mis pies, me detengo para quitar mis sandalias y lo sigo.

Cuando estamos frente al mar me intimido un poco. Hay luna por lo que hay claridad, pero el agua se ve oscura y apuesto a que está muy fría.

— ¿Si entro al agua ya no estarás enojado conmigo?

—Ni un poco enojado.

Asiento, lo veo comenzar a sacarse la camisa y el pantalón holgado, quedando en un ajustado bañador. Saco mi vestido quedando en mi traje de baño color negro, siento un escalofrío ante lo fría que puede llegar a estar el agua.

—No he podido disfrutar de la playa por la grabación del vídeo, y aun cuando lo hiciera, tú y yo no podríamos actuar como novios. Esta es la oportunidad perfecta.

—Da un poco de miedo —murmuro abrazándome a mí misma y removiendo mis pies sobre la arena.

Él me sonríe y toma mi mano. Miro insegura el agua que poco a poco roza mis pies. Está fría, no tanto como esperaba pero es muy notable.

—No iremos muy lejos —pido.

—Prometido.

Dejo que me guíe dentro del agua, estremeciéndome cuando me va cubriendo mi cuerpo. Llegamos hasta donde me da por debajo de mis pechos.

—Tienes frío —murmura Doug viendo hacia mis senos, hay evidencia de su declaración. Paso mis brazos alrededor de su cuello abrazándome a su cuerpo.

—Claro que tengo frío.

Él ríe acariciando mi cabello con los dedos de una de sus manos. Baja lo suficiente su rostro como para besarme lentamente.

— ¿Sabes que no estaba enojado realmente contigo, verdad?

—Eso creí, pero no me gustó que no hablarás casi conmigo ayer, ni siquiera te vi a solas.

—Me extrañaste.

Sonríe de manera pretenciosa, no puedo evitar rodar mis ojos antes de comenzar a besarlo. Bien podría compensar todos esos besos que no me dio ayer.

Enredo mis manos en su cabello mientras siento un ola golpearnos y tambalearnos un poco. Creo que no es buena idea estar dentro del agua, creo que la marea está un poco alta, lo cual le hago saber y me alegra que él esté de acuerdo en salir.

—Me gusta grabar el vídeo aquí.

Asiento, es la primera vez que vengo a las Islas Canarias, anoche, una vez terminó el concierto, tres horas después estábamos volando a este lugar. Kaethennis y yo tuvimos la oportunidad de disfrutar un poco de la playa en la mañana mientras ellos grababan parte del vídeo.

Pero me gusta estar compartiendo ahora este lugar con Doug. Solo nosotros dos. Nos sentamos sobre la arena, viendo hacia el mar, tengo algo de frío, él lo nota y me abraza.

—Cuando lleguemos a Londres, después de la edición del vídeo, cuando ustedes estén asentados, creo que es el momento de dar la noticia —murmuro.

—Así que ya terminaste de aplazarlo.

—No me gusta no poder disfrutar contigo como quisiera por si nos ven. Es agotador.

—De eso te estaba hablando —murmura—, agota.

—Sí...

— ¿Sabes qué agota pero me gusta hacer? —pregunta, pero cambia de posición muy rápido.

Se acuesta sobre la arena y me lleva sobre él, sus dedos acarician mi espalda. Mi cabello cae como una cortina sobre su rostro, acariciando sus mejillas.

— ¿Cuál es tu color favorito? —cuestiona tomándome por sorpresa—. Me acabo de dar cuenta de que hay cosas simples que no sé de ti.

—Me gusta el color morado —respondo.

— ¿Animal favorito?

—Oso Panda —respondo y él ríe.

— ¿Si sabes que no puedes tener un oso panda, verdad?

—Lo sé, y eso me frustra —resoplo haciéndolo reír aún más—. ¿Cuál es el tuyo?

—Me gustan los conejos, son tiernos... y les encanta follar.

— ¿Por qué no me sorprende tu explicación?

—Porque me conoces, princesa —Sonríe—. ¿Número favorito?

—El tres, porque siempre hemos sido tres hermanos Jefferson, ¿El tuyo?

—Me gustan dos —su sonrisa traviesa me advierte que va a decir una de sus cosas—: el sesenta y nueve y el mil trecientos trece.

—Tú no tienes remedio ni salvación Doug Nicholas McQueen.

— ¿Comida favorita?

— ¡Todo aquello que cocine Ethan!

— ¿Debería de sentirme celoso? —cuestiona con diversión, siento sus dedos jugando con las tiras de la parte superior de mi traje de baño.

—Solo si Ethan me propone huir con él a cambio de cocinar para mi toda una vida.

—Procuraré que Ethan nunca te haga una propuesta de ese tipo.

—Sí, por tu bien es mejor que no la haga.

Sus labios besan mi barbilla y siento el traje de baño flojo, ha desatado el nudo de las tiras de la parte superior. Me besa levemente antes de sacar la pieza por sobre mi cabeza, me hace a un lado y lo observo sorprendida mientras se pone de pie.

—Creo que tendrás que correr para venir por tu traje de baño, mi amor —dice dando pasos hacia atrás, incrédula me pongo de pie tapando mis pechos con mis manos.

Doy pasos hacia él que comienza a correr. Respiro hondo persiguiéndolo. Es increíblemente incómodo correr con las manos sobre mis pechos, siento que pierdo el equilibrio. Dejo de cubrirlos corriendo detrás de él, agradezco no tener pechos grandes porque no siento incomodidad de correr en topless.

Él ríe, por supuesto que es más rápido. Va en ocasiones al gimnasio y suele trotar a veces con Harry, lo que hace que tenga resistencia. Yo por mi parte me detengo jadeando, estoy cansada de llevar diez minutos corriendo detrás de él.

Divertido juega con la tela en su mano mientras me sonríe.

— ¿Ya te cansaste princesa?

— ¡Sí! Dámelo.

—Pero si la vista es estupenda. Ya sabes que me encantan tus pechos.

Ubico mis manos en mi cintura viéndolo con los ojos entrecerrados, él ríe y se acerca a mí. Se inclina sin tocarme y deja un beso por encima de mi pecho izquierdo, doy un respingo.

—Deberías bañarte desnuda en la playa.

—No lo creo.

—Bueno, solo era una sugerencia.

Arroja mi traje baño al suelo y cuando voy a recogerlo me alza por los muslos enredando mis piernas en su cintura. Me sostengo rápidamente de sus hombros. Nuestros pechos no se tocan, hay distancia entre ellos.

Me observa con fijeza y luego sonríe.

—Aguantas toda mi mierda.

—No es para tanto. Me diviertes —aseguro sonriendo.

—Me alegra escuchar eso.

Me besa despacio, con dulzura, saboreando con su lengua mi boca y con sus manos en mis muslos. Ni siquiera está molestándome el hecho de prácticamente estar desnuda. Solo disfruto del beso dulce que me está dando.

Se detiene por un momento y observa alrededor.

— ¿Qué?

—Solo verifico que no hay nadie.

—Todo está muy solo —murmuro contra sus labios—, incluso da algo de miedo.

—Sigamos esto en la habitación —dice dejándome sobre la arena. Se agacha y toma mi traje de baño entregándomelo—. Deja que te ayude a atarlo.

Lo ubico de manera correcta sobre mis pechos y me doy la vuelta permitiéndole que ate lo que él mismo quitó. Cuando está listo, caminamos hacia donde dejamos la ropa y nos vestimos rápidamente.

No caminamos agarrados de la mano por precaución, pero si caminamos muy cerca. Cuando llegamos al hotel me detengo en seco, haciendo que Doug también se detenga.

— ¿Qué sucede? —cuestiona, yo solo veo al frente.

—Qué sorpresa, Doug, ya veo porque no atendiste a la puerta cuando toqué —dice la voz de Milla. Doug ni se inmuta, solo se encoge de hombros. Es bueno en esto, yo estoy sorprendida de Milla.

—Estaba dando una vuelta con Hilary, no podíamos dormir.

—Sí, yo tampoco puedo dormir —dice—. ¿Quieres que vayamos por una copa?

Doug me observa, si fuéramos listos él iría con ella, para que nada resultara sospechoso, pero yo no quiero que lo haga, algo en mi me dice que si lo hace estará mal. Creo que él sabe leerme bien porque le da una sonrisa a Milla.

—Lo siento, pero esa caminata ya me adormiló. De hecho volvimos porque ya el sueño nos ha invadido.

—Oh, lo entiendo. Que tengas buena noche en ese caso.

—Gracias —dice, camina hacia al ascensor y lo sigo.

—Hilary espera, necesito decirte algo —dice ella tomando mi codo.

Doug me observa intrigado, le doy una sonrisa para que siga su camino, no necesita lucir sospechoso. Veo como se adentra al ascensor y las puertas se cierran, me giro hacia Milla.

— ¿Qué sucede?

— ¿Podrías ayudarme con Doug? —pregunta, es una pregunta trampa.

—Creo que te dije hace un tiempo que no iba a hacerlo, que si querías hacerlo lo hicieras por tus propios medios.

Ella asiente y libera mi codo. Me evalúa atentamente con sus grandes ojos un poco saltones. Luego sonríe.

—Lo entiendo. Lo entiendo todo.

Dicho eso, se da la vuelta y camina hacia la salida que da al bar del hotel, antes de irse se da la vuelta y me sonríe antes de desaparecer por el bar. Algo en su sonrisa me hace susurrar dos palabras claves para mí misma.

—Lo sabe.

Cierro mis ojos con fuerza, algo me dice que lo sabe. Ella lo sabe y eso es jodido, demasiado jodido.

—Lo sabe, lo sabe —murmuro para mí misma.

Camino a paso rápido al ascensor. Cuando llego al piso donde estamos hospedándonos estoy decidida ir a la habitación de Doug para hacérselo saber, pero entonces Lissie aparece al final del pasillo.

— ¿Qué haces despierta a esta hora? —pregunta con confusión.

—No es tu problema —respondo de manera cortante dirigiéndome a mi habitación.

Cuando estoy adentro respiro hondo. Quizás no lo sabe... o quizás sí.

Necesito dormir y pensar.

***

21 de enero, 2013.

— ¿Todo bien? —Me cuestiona Milla cuando tiene un momento de descanso en el que están grabando solo a los chicos en el vídeo musical.

—Sí —Me limito a responder observando que Halle aun duerme.

— ¿Hoy tampoco podrás dormir e irás a caminar por la playa?

— ¿Te diviertes grabando?

—Sí, si no me interesara tanto pero tanto Doug, casi lo intentaría con Andrew, después de todo su exnovia es rubia, yo también soy rubia.

—Pero Isla era más que una cara bonita, al menos ella era inteligente.

— ¿Intentas ofenderme, niña?

—Cada quien recibe el comentario como cree que le conviene —Me limito a decir, en ningún momento la veo, me mantengo observando al frente.

— ¿Va dolerte mucho? —Su pregunta hace que la observe, la miro sin entender—. ¿Va a dolerte cuando Doug esté conmigo?

Aprieto mis labios, lo está haciendo adrede, está intentando molestarme y lo está logrando.

—En alguna forma dudé cuando Nanette me dijo que podías ayudarme con Doug, ahora veo por qué. No eres más que una mocosa soñadora —indica—. ¿Sabes? Nanette es mi amiga, pero siempre he sabido que ella no tiene lo suficiente para mantener a un BG.5 a diferencia de mí. Yo puedo conseguir y mantener junto a mí a uno.

»Pero me molestas. Eres como ese pequeño chicle bajo la suela del zapato que no deja avanzar. Quizás estás siendo el juego temporal de Doug por todo eso del peligro y excitante de esconderse. ¿Por qué tus hermanos no lo saben, verdad? —ríe—. Solo imagina cuando ellos lo sepan. Estarán tan decepcionados de que su pequeña hermana sea una pequeña zorra durmiendo con su mejor amigo. No te quiero en el camino, Hilary. Puedes moverte por tu cuenta o puedo obligarte a salir.

—Creo que ves muchas películas —Es todo lo que puedo decir—. Eres una perra estúpida, eres patética haciendo todo este teatro de discurso, ¿Pasaste toda la noche elaborándolo?

—No me tientes porque...

— ¿Qué? —La interrumpo, siento algo de miedo, pero no debo demostrarlo—. ¿Vas a decírselos? ¿Si no hago lo que quieres vas a decírselos?

—Lo haré.

—Oh, qué bien, pues díselos —digo apretando mis labios—. ¡Harry! ¡Dexter! —Los llamo viendo que han parado de grabar, ellos me observan—. Vengan un momento.

Milla me ve con sorpresa. Estoy aterrada de finalmente decirlo, no quiero que lo sepan de este modo. Me gustaría poder decírselos solos, en privacidad y estando calmados. Pero no voy a dejar que ella me amenace o quiera manipularme por saber de mi relación.

Mis hermanos llegan hasta nosotras, están riendo de algo.

— ¿Qué sucede, Hil? —cuestiona Harry agachándose un poco para besar la mejilla de Halle que se remueve un poco en su sueño.

—Milla tiene algo que compartir con ustedes.

—Pues suéltalo —indica Dexter cruzándose de brazos, viéndose fastidiado.

—Sí, suéltalo —pido queriendo ser desafiante.

Ella aprieta sus labios y luego sonríe. Siento nervios. Aprieto mis manos porque estas están temblando un poco.

—Solo quería decir que quizás deberían poner más empeño en la grabación —dice finalmente, suelto el aire que estaba conteniendo.

— ¿Perdón? —pregunta Harry con incredulidad—. Con mucho respeto Milla, creo que a la que le falta empeño o habilidad es a otra persona que no pertenece precisamente a la banda.

—De acuerdo con eso —concede Dexter.

Doug se acerca hasta nosotros. Ellos comienzan a hablar, Milla solo me observa. Esta molesta de que no la dejara manipularme. Ha sido una buena movida la que he hecho y ella lo sabe.

Los llaman de nuevo para grabar, retengo rápidamente a Doug por su brazo. Él voltea a verme con sorpresa, libero mi agarre, nadie lo nota.

—Ella lo sabe.

— ¿Qué sabe?

—Sabe de nosotros—indico, él me observa con sorpresa.

—Hablamos luego. Tranquila.

***

3 de febrero, 2013.

— ¿De verdad no te molesta llevarme a mi apartamento? Siempre puedo tomar un taxi.

—No seas tonta Naomi, no es ningún problema.

Caminamos hacia la salida, a mitad de trayecto Robert aparece y Naomi engancha su brazo al mío.

—Hola y chao, vamos de salida. Que tengas una buena tarde —dice Naomi haciéndonos caminar.

—Gracias —murmuro para ella.

—No hay de que, creo que deberías hacer algo, él está volviéndose un poco obsesivo.

Asiento, mientras caminamos hacia mi auto. Siento un par de flashes, lo cual me sorprende porque nunca se han involucrado en mi lugar de trabajo.

Subo al auto al igual que Naomi y enciendo el motor, esperando que esté listo para salir del lugar. Mi celular suena.

—Déjame revisar antes de poner en marcha este auto —le pido.

Busco mi celular en mi bolso, cuando doy con él noto que tengo muchas notificaciones, mensajes y llamadas perdidas. Abro el mensaje de Katherine.

Lo leo lentamente y doy click al link que me envía. Toda la sangre se drena de mi cuerpo. Siento mi cuerpo frío.

—No, no, no. No.

— ¿Qué sucede, Hilary?

—Oh, mierda, no.

Marco con rapidez el número de Kaethennis, quien contesta rápido, ella me ha dejado más de cinco mensajes.

—Por favor dime que están ensayando.

—Harry va camino al lugar de ensayo... pero no precisamente a ensayar, Hilary.

—Oh, mierda —Doy por finalizada la llamada y comienzo a conducir.

— ¿Qué sucede? —cuestiona Naomi algo asustada por la manera en la que conduzco, con demasiada rapidez.

—Lee —le arrojo el celular. Me salto la luz del semáforo al menos dos veces.

Necesito llegar hasta ellos. Tengo que hacerlo opodría ser muy tarde. 



Para noticias de mis historias:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

YouNow: DarlisStefany

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top