Temperatura

NaeMi cocinaba una receta que había encontrado en internet, afuera había parado de nevar pero era muy poco efectivo que le trajeran un pedido y llegara a tiempo y sobretodo caliente.

Sentía frío a pesar de que llevara un sweater grueso, unos pantalones de algodón y calcetas gruesas, no bastaba. El invierno era cruel en esta época.

—¡Jung Kook!— alzó la voz pidiendo la presencia del muchacho.

—¿Diga?— apareció de pronto asustándola, parecía recién salido de un baño con el cabello algo húmedo.

—Haz que el ambiente sea más cálido, ya no aguanto el frio— se quejó ella y lo miró pidiendo clemencia.

—¿Algo gradual?

—Claro, sería perfecto—sonrió y volvió a la receta escuchando el chasquido de fondo.

—Nae tengo preguntas...— tomó asiento junto a la encimera y comenzó a jugar con las cosas en la frutera.

—Claro, dime— ella mantenía los ojos en la carne que se cocinaba a fuego lento.

—Ya que tu te...bebiste mi...— la miró con atención y cierta vergüenza —Ahora tu estas...

—No, no puedo quedar embarazada— rió y se giró hacia él —¡JungKook, eres peor que un niño!—.

—Lo siento, a mi no me enseñaron nada de esto y las personas con las que viví este tiempo no hablaban de esto— se excusó —Además nunca me habían hecho lo que tu hiciste con tu...

—Con mi boca... sí, se llama sexo oral, puedes buscarlo en internet hay muchas mujeres y hombres que lo hacen— apunté el computador.

—¿Y se puede ver como lo hacen otras personas? ¡Eso no es espiar la intimidad de otros!— parecía muy extrañado con lo que estaba escuchando.

—Se llama porno y sí, puedes mirar a gente tener sexo sin que ellos te vean porque es una grabación, ellos ganan dinero por cada vez que los ves— lo miré detenidamente —JungKook

—Sí— alzó la vista hacia ella.

NaeMi lo miró sin decir nada. Parecía que después de besarlo aquellos pensamientos subidos de tono se hacían más presentes porque ya sabia como se sentía estar cerca de él.

En el ambiente ya se comenzaba a sentir el calor, ya no necesitaba el sweater así que se lo quitó.

—Creo que esta bien ahí JungKook, el ambiente está mejor— dejó el sweater en la encimera.

JungKook vió los brazos desnudos de Nae y pensó en cuál sería su respuesta si la temperatura seguía aumentando y lo hizo. Poco a poco comenzó a elevarse la temperatura y NaeMi sintió que las calcetas y el pantalón le molestaban.

—¡JungKook hace mucho calor!—se giró hacia él y vió en sus ojos algo distinto.

—Puedes seguir quitándote la ropa si lo deseas, no bajaré la temperatura— la desafió.

—¿A qué quieres jugar?— sonrió —¿Quieres verme totalmente rendida ante ti?

—Si es posible, quisiera verte desnuda—respondió certero.

—¿Bajarás la temperatura si lo hago?— Nae comprendió el juego.

—Eso dependerá de nosotros— sonrió ladino —He leído tu mente todo el tiempo que llevo aquí y sé lo que piensas de mi la mayoría del tiempo—.

—¿No te molesta que fantasee contigo?—Nae se apoyó contra la encimera acercándose a Jung Kook sobre la superficie.

—Me molesta que no pueda cumplir tus expectativas— se acercó a sus labios con lentitud —Soy algo inexperto en esto y tu pareces saber mucho—.

—No tengo problemas en enseñarte— ella rozó sus labios con los de él de manera muy posesiva logrando que Jung Kook quisiera un beso pero se alejó, solo quería jugar con él.

—Juega limpio, Jung Kook— se giró a ver la carne que se cocinaba mientras la temperatura seguía aumentando en el ambiente.

—Está bien— dijo chasqueando los dedos.

Nae se giró y lo vió sin camiseta sentado en el sillón. Se preguntó si había liberado a un ser hormonal en su casa luego de haberle hecho sexo oral y no podía ignorar que por muy extraño que suene, existía la mínima posibilidad de que eso estuviera en la lista de sus fetiches.

—Veo que no te das por vencido—sonrió al verlo tan cómodo acariciando sus muslos llamándola a sentarse en ellos.

El timbre sonó haciendo que ambos giraran su mirada a la puerta. NaeMi caminó hacia la puerta pero con un chasquido él hizo que desapareciera. Solo había una pared lisa frente a sus ojos.

—¡La puerta!— Nae volteó hacia él.

—Ya no hay, ya no llamaran—sonrió y se levantó del sillón para caminar hacia ella.

—¿Pero si necesitamos salir?— se giró hacia la pared y la tocó donde se supone que iba la manilla.

—¿Por qué querrías salir?— Jung Kook acarició los brazos desnudos de Nae con la punta de sus dedos haciendo que su piel se erizara.—Me gusta cuando tu piel hace eso—susurró contra su oído.

—No me hagas esto— suspiró ella sintiendo una presión en el pecho y su vientre.

—Dime lo que tengo que hacer— pronunció cerca de su oído— Déjame leer tu mente para ser tan perfecto como en tus fantasías— dejó un suave beso en el hombro de Nae.

—La carne se quema—Nae alzó la mirada por el costado del cuerpo de Jung Kook, este de un chasquido arregló el asunto.

—Ya está resuelto—sonrió.

Jung Kook no comprendía cual era el secreto para que NaeMi diera el paso que él quería. Se sentía muy acomplejado con el deseo que sentía dentro de si y no sabia como canalizarlo siendo atento y respetando a Nae, quien lo miraba como si todo fuera irreal.

—¿Qué haré contigo, joven Jeon?—dijo antes de cerrar los ojos sintiendo los labios de Jung Kook rozando los de ella, lentamente se unieron en un beso que aumentó en profundidad.

Apoyada contra la pared, Nae soportaba su peso en sus flaqueantes piernas mientras Jung Kook seguía aquel beso que no tenia fin, sus labios se humedecían contra los de él y su pecho subía y bajaba de forma rítmica.

La mente de Jung Kook, conectada a la de NaeMi comprendió lo que ella quería. Ella en esta extraordinaria conexión deseaba ser cargada por él hasta el cuarto, ser amada lentamente sin poner resistencia ya que por mucho tiempo sintió que debía esforzarse demasiado para cautivar a un hombre.

Jung Kook bajó y tomó sus piernas haciendo que estas rodearan su cintura. Nae lo abrazó del cuello y se apoyó contra él como si estuviera totalmente derrotada. Sentía que su cuerpo estaba muy tenso y fatigado, como si el desearlo la llevara a perder fuerza y rendirse ante sus encantos.

El joven príncipe dejó a la muchacha recostada en la cama, la vió removerse sin quitarle los ojos de encima y leyó su mente con atención, ella pedía más besos y caricias por su cuerpo en lugares donde jamás había tocado a una mujer pero con él quería aprender e intentarlo por primera vez.

La compleja tarea de quitarle la ropa  hacia que el momento fuera extenuante por lo que de un chasquido hizo que las prendas de vestir de ambos se desvanecieran como cuando los copos de nieve tocan el suelo húmedo luego de la lluvia. Sus ojos iban descubriendo la femenina figura con curvas singulares que moria por tocar, ante sus ojos tenia una mujer desnuda a la que si deseaba poseer.

—Dime que hacer— dijo con voz temblorosa.

—Tócame— Nae lo miró acercarse sobre su cuerpo cargando su peso a su alrededor sin juntar sus cuerpos —Dame tu mano— extendió la suya y este rápidamente actuó.

NaeMi llevó la mano de Jung Kook desde la piel de su cuello y la bajó por su pecho rosando sus senos, luego sus costillas hasta llegar a su feminidad y comenzó a masturbarse con la mano de él mostrándole como debía acariciarla.

—Cuando sientas húmedo sabrás que está bien que entres en mi— susurró ella mientras él movía sus dedos tal y como ella le enseñó en aquellos segundos.

Su dedo medio y el indice acariciaban la piel suave y viscosa de la  zona "V" haciendo círculos o de arriba a bajo sintiendo que algo tomaba firmeza, Jung Kook luego de unos minutos sentía un liquido cálido y con cierta consistencia. Buscó el origen de este bajando por la apertura de la zona recibiendo luego imágenes mentales de Nae quien pedía que introdujera sus dedos en aquella apertura algo ajustada.

Él para no ser menos lo hizo sintiendo una nueva textura que le generó un calor en el vientre bajo, como si se tratara de algo primitivo que lo motivaba a acariciarse con la mano que tenia libre, deseaba entrar ahí.

—Antes de que quieras hacerlo debes hacer algo— habló Nae recostada en la cama.

—¿Qué cosa?— quitó sus dedos de la húmeda zona y miró a NaeMi.

—En el mueble de tu lado encontrarás unos sobres algo plateados y cuadrados, necesito que me des uno— apuntó a la mesita de noche.

Jung Kook chasqueó los dedos y le entregó el objeto que ella había pedido en sus manos.

—Esto es para ti— ella se incorporó en la cama abriendo el sobre ante los ojos de Jung Kook quien no terminaba de entender lo que sucedía.

—Acércate—  lo cogió de la cintura y tomó su miembro —Esto se llama condón, es para que tus fluidos se queden aquí—.

—¿Por qué no puedo liberarlos en ti?— gimió un poco al sentir las manos de Nae acariciándolo mientras descendía el látex por la base.

—Responderé tus preguntas después— sonrió y se recostó pidiéndole que se acercara a ella desde su posición.

Nae percibió los nervios del chico quien no hacia nada más que mirarla y acariciar su cuerpo con cierta torpeza, pero a ella le gustaba, le excitaba tenerlo sobre ella y ansiaba sentirlo por primera vez. Abrió más sus piernas y las colocó sobre el costado de las de él generando más cercanía entre las intimidades y con una de sus manos acercó el miembro del muchacho a su entrada moviéndolo sobre su entrada.

—Entra con cuidado y disfruta el momento, no me harás daño— acarició luego el rostro del muchacho que cerró los ojos y comenzó a hacer presión para entrar.

NaeMi no perdería la oportunidad de ver su rostro al untarse en ella así que miró como su expresión paso de una preocupación al relajo y placer máximo, él parecía disfrutar su calidez interina y ella se estaba adaptando a sentirlo dentro.

Ambos olvidaron el frío, la puerta desaparecida, la fecha y la hora, ella solo sentía la intensidad de sus penetraciones y él no dejaba de mirarla disfrutar sus movimientos. Ella gemia sin pudor y se aferraba a la espalda de él con fuerza mientras que él seguía moviéndose más rápido para alcanzar su climax.

El cabello húmedo de él y sus expresiones, los gemidos desmedidos que brotaban de su boca tenían a NaeMi asombrada de lo que realmente era tener sexo con alguien que experimentaba todo por primera vez, así que para darle más placer lo besó absorbiendo su placer, condensando sus gemidos entre sus lenguas y el baile de estas entre sus cavidades hasta que las contracciones de sus paredes vaginales evitaron que siguiera coordinada. 

Jung Kook sintió la estrechez repentina de ella con curiosidad y se movió más rápido gozando el momento liberándose entre las palpitaciones de aquella cavidad que se negaba a soltarlo. 

Una vez alcanzado el orgasmo de ambos, buscó refugió en el espacio entre el cuello y el hombro de Nae para regular su respiración, salió de ella con cuidado recostándose luego a su costado. Nae se preocupó de acariciar su rostro y besar su frente sudada dándole su aprobación.

—¿Lo disfrutaste esta vez?— pronunció mirándolo entre sus cabellos alborotados y húmedos.

—Sí, mucho—se removió entre las sabanas —Me siento muy cansado

—Duerme, yo iré a cocinar...— Nae intentó levantarse de la cama pero él la retuvo.

—Quédate conmigo acá— la tomó de la cintura y la abrazó desde la espalda para luego cubrir sus cuerpos con las mantas.

Nae extrañada por la situación, comprendió que debía dejar de lado las sensaciones que otros hombres le habían dejado en el cuerpo, aquellas innumerables veces donde debía vestirse a solas mientras el chico se iba hacia el baño y tardaba más de la cuenta. Jung Kook quería sentirla cerca luego de tomarla como suya, quería sentir su calor mientras descansaba su cuerpo fatigado por el desgaste energético y pasional y aunque no quería hacerlo de nuevo, la necesitaba junto a él para recordar el momento oliendo su cabello mientras se quedaba profundamente dormido.

NꭼꮃᎻꮻꮲꭼ right here!

Listo pecadoras, aquí esta por lo que habían venido, esto recién comienza

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