Último latido


- INTERVENCIÓN -


Lunes, 20 de enero.

Beat, estos últimos capítulos han sido marcados por unos cuantos latidos completamente diferentes a los que, a lo largo de todos estos meses, te has acostumbrado. Fuiste su confidente y aquel a quien Faith eligió para abrirle su corazón, revelándote su alma durante largos y tortuosos meses. Te estamos muy agradecidos por haber sido receptivo a sus latidos.

Al encontrarte, nos contaste su verdad a través de su propia escritura, y sufrimos casi tanto como ella. Al final de todo, algo tristes y quizás un poco más rotos, decidimos intervenir.

Querido Beat, si nos detuviéramos a pensar en el sabor amargo que tendría masticar esos "y si..." de todo lo que se podría haber hecho hoy, las cosas podrían ser diferentes. Incluso, quién sabe, contaríamos con la capacidad para detener el tiempo y salvar una vida. Si tan solo no hubiéramos dudado al detenerla, como al salir de la tienda de comestibles... El arrepentimiento pesa más que nada por no haberlo llevado a cabo. Pero aquí está la gran verdad: nunca llegamos a imaginar que la vida tiene la capacidad de cambiar en un instante, hasta que ya es demasiado tarde.

Porque, dentro de un segundo, el latido del corazón simplemente puede dejar de oírse. Es normal sentirse perdido a partir de ese punto. No querer seguir el ritmo de esa misma canción que vives a diario, también es humano, hasta el instante en el que tropiezas con otra inmensa barrera, y te ves obligado a decidir. Te dices que no habrás de arrepentirte después por, de pronto, desviarte del camino, habiendo tomado una elección incorrecta. Pero luego, espero que jamás te des cuenta de que sobrepasaste el límite. Porque cuando lo tienes todo y de repente nada, es cuando te das cuenta de que ya es demasiado tarde para regresar.

Ahora, ¿qué pasa con todo lo que dejaste atrás? A partir de este instante, ¿qué sucederá con todos esos corazones que dejaron de latir al mismo ritmo que tú? ¿Pensarás en ellos otra vez? Espero que sí, porque, aunque no lo parezca, todos latimos al mismo ritmo. Todos formamos parte de esa "Heartbeat Song," que es la vida misma.




«Solía golpear mi puerta 

mientras mi madre gritaba en la cocina. 

Subía el volumen de la música, 

me drogaba y trataba de no escuchar 

cada pequeña pelea, 

porque ninguno de los dos tenía razón.


Juré que nunca sería como ellos, 

pero yo era solo una niña en ese entonces.


Cuando más envejezco 

más me doy cuenta de que mis padres no son héroes,

son como yo. 

Y amar es difícil, 

no siempre funciona. 

Solo tratas de hacer lo mejor 

para no salir herido.


Solías estar enojada, 

pero ahora sé que, 

a veces, es mejor dejar que alguien se vaya».


- INTERVENCIÓN -


ÚLTIMA CANCIÓN:

Sasha Sloan, Older.


Para Faith Sallow:

Porque sin lugar a dudas, tú también te volviste mi "Heartbeat Song".

De: Ezra Lowell.

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