Capítulo III: El Ataque (1/2)
El corazón de Kaylee parecía un tambor, casi habían matado a Luke. Si la bala no se hubiese desviado... No, no podía imaginarlo muerto, era algo inconcebible.
—Cubrete detrás de un árbol, yo pediré refuerzos.
Estuvo a punto de hacerle caso, pero un crujido la detuvo, el tirador estaba cerca y ella era blanco fácil, pero su leopardo insistía en que prestara atención.
—¿Qué haces? Escóndete.
La voz de Luke era un leve susurro en su mente, estaba en modo depredador, nada podía detenerla y cuando escuchó el sonido de pisadas, se lanzó a la carrera.
—¡Kaylee!
Luke quedó atrás, ella solo quería atrapar a quien se había atrevido a lastimarlo, corrió atravesando arbustos y malezas, saltando agujeros y troncos caídos, el tirador apareció como una sombra negra en el horizonte, corriendo más rápido que ella.
¿Quién era? Ningún humano podía correr más rápido que un cambiante, ningún cambiante podía mantener tal velocidad por tanto tiempo. El tirador corría como si nada mientras que sus músculos comenzaban a doler, su velocidad se reducía, iba a perder su presa.
Un puma estaba corriendo detrás de ella, Kaylee disminuyó sus pasos y el puma la sobrepasó, pudo distinguir una cicatriz en el hombro. Luke.
Sacando sus ultimas fuerzas, se obligó a si misma a impulsarse, debía seguirlo. Corrieron lado a lado mientras se acercaban al tirador, pero este se metió en un arbusto espeso y salió disparado en una motocicleta todo terreno amarilla.
"Maldito desgraciado" Ambos lo siguieron, estaban cada vez más cerca, tan solo un par de metros más y podría derribarlo.
Pero el tirador sacó su arma y disparó hacia atrás varias veces, quizá en uno de sus intentos podría deshacerse de ellos.
Kaylee agachó su cabeza y evitó los disparos, Luke dio un rugido y continuó con la persecución. El tirador saltó sobre una loma y cruzó unos arbustos cuando Kaylee los atravesó se encontró con pavimento. Una ruta.
El tirador se había escapado.
Rugió furiosa, la adrenalina corría por sus venas, el leopardo en su mente pedía violencia... Hasta que olió sangre y recordó el rugido de Luke. ¿Estaba herido? Volvió la vista y lo encontró sentado al costado de la ruta, pequeñas gotas de sangre salían de su oreja, una de las balas lo había rozado.
Kaylee se acercó lentamente, Luke no hizo ningún movimiento, con mucho cuidado y delicadeza lamió su herida, cuando se aseguró de que ya no sangraba se detuvo. Luke estaba quieto, respirando intensamente.
Sus ojos eran dorados, y aunque ella prefería ver ese tenue azul, también le gustaban.
Luke abrió su boca en una mueca y exhibió sus colmillos, intentaba intimidarla pero ella no caía fácilmente en juegos de dominio por lo que se limitó a mirarlo y sacudir su pelaje mostrando indiferencia.
Con un gruñido, el puma dio media vuelta y le hizo un gesto para que siguiera sus pasos, Kaylee miró las huellas en el pavimento una última vez antes de ponerse de pie.
El asunto era serio, meterse en el territorio de un clan cambiante sin permiso era un error bastante grave, hasta los humanos sabían eso. Mientras seguía al puma, ella seguía pensando por qué razón alguien querría asesinarlo.
Luke no era la persona más sociable que conocía, el hombre que la mantenía desvelada por las noches era un completo hermitaño.
Serio, callado y rutinario.
Otros dirían que era un amargado aburrido. Pero Kaylee podía asegurar que por dentro de esa aburrida fachada reservada existía algo poderoso, Luke era fuerte, no era el lugarteniente de su clan únicamente por ser el mejor amigo del alfa. Tenía habilidades, dominio, fuerza, lo necesario para mantener su rango.
Aunque el puesto que tenía no le interesaba, lo que ella quería era saber qué podía ocultar su corazón, quería saber si debajo de sus capaz de brutal indiferencia hacia las mujeres existía la capacidad de sentir algo.
Podría sentirse algo tonta por pensar que aquel puma pudiese sentir algo por una mujer de dieciocho años, pero Kaylee podía permitirse tener esa idea, entre cambiantes la diferencia de edades no armaba tanto alboroto como lo hacían entre los humanos. Claro que, eran decentes, y mantenían su honor, si se quería formar una pareja debía hacerse cuando ambas partes fuesen mayores de edad.
Y ahora que ella lo era, estaba decidida a intentarlo.
Aunque no sabía exactamente cómo podría tentarlo, teniendo en cuenta que Luke era una persona recta e inflexible hacia las reglas, y que por otro lado, ella supuestamente estaba con Hunter.
Todo era demasiado complicado.
La luz se disipaba a medida que regresaban al interior del territorio, para regresar al suyo ella tendría que hacer un rodeo por la montaña y descender al valle para alcanzar los bosques del sur que circundaban el lago Saint Jerome.
De pronto, cuando ya habían caminado mucho y casi no había luz, Luke se sentó sobre el suelo húmedo, ella copió su acción, y aprovechó para quedar cerca de él, de esa forma su aroma llegaba con mayor facilidad, aunque el olor a sangre era más persistente.
El puma no la miró, sino que, mantuvo su vista en el horizonte, a lo lejos distinguió una cabaña de la que emergieron luces que iluminaron unas ventanas. Al instante la puerta se abrió, ella vio a un extraño.
Replegó sus orejas, agachó su cuerpo casi rozando el suelo y gruñó bajo.
Luke bajó su cabeza y rozó gentilmente su frente, luego se puso de pie, se acercó al extremo de la carretera y se transformó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top