5: Realidad paralela

La alarma de su teléfono comenzó a sonar a lo lejos en su inconsciente haciéndose cada vez más ruidosa hasta que por fin se despertó y sin abrir los ojos estiró su mano hacia la mesita de noche que estaba a lado para silenciar su teléfono.

No recordaba absolutamente nada de lo que había pasado, el último recuerdo que tenía en su mente fue el momento en el que había abierto los ojos y visto como todos aplaudían felices por que ella había apagado la vela del pastel, pero después de eso todo era borroso.

Tenía un dolor horrible de cabeza como si hubiese tomado alcohol hasta desmayarse o como si la hubieran golpeado con algo, así que llevó sus manos hacia su cabeza y trató de darse un masaje, pero de repente su teléfono volvió a cobrar vida trayendo de nuevo aquel molesto tono que tenía como alarma.

- Camila, mi amor, te dije que no pusieras la alarma, ugh, apaga eso. - dijo aquella voz femenina que tanto le gustaba haciendo que abriera los ojos de golpe por la sorpresa

Los pequeños rayos de sol que se colaban por las cortinas la cegaron por unos segundos haciendo que volviera a cerrar los ojos, pero segundos después los abrió nuevamente tratando de acostumbrarse a la luz. Cuándo recupero al cien por ciento su vista normal se percató de que no estaba en su departamento o en su habitación de la casa de sus padres, cosa que la asustó demasiado. Miró con atención a su alrededor tratando de reconocer el lugar en el que estaba, pero le fue imposible.

La habitación tenía paredes totalmente blancas, muebles color marrón que brillaban de lo limpios que estaban y tres puertas.

El chip de su cabeza tardó en reaccionar para llevarla a lo más profundo de su memoria en donde se encontraban pequeños y fugaces recuerdos de la misma habitación solo que pintada de color lila, cosa que le hizo abrir la boca con sorpresa al decifrar que se encontraba en la habitación de Lauren Jauregui.

Observó con detenimiento las sábanas de color blanco con toques dorados y lentamente fue girando su rostro hacia su lado izquierdo. Al confirmar que la voz que había oído era de la misma persona que había imaginado los colores le desaparecieron del rostro dejándola totalmente pálida y con un grito a punto de salir de su garganta. No solo estaba en la habitación de Lauren, ¡también había dormido con ella!

Con desesperación y torpeza la morena trató de salir de entre las sábanas para levantarse, pero sus intentos por huir se vieron frustrados cuando la ojiverde giró en el colchón y se acurrucó sobre ella, aprisionandola.

- Hmmm, ¿a dónde crees que vas? - preguntó la pelinegra adormilada - Prometiste que nos íbamos a levantar tarde, mi amor, es navidad.

- ¿M-mi am-amor? - tartamudeo en un susurro con confusión

Todo se estaba volviendo una revolución dentro de su cabeza y de su estómago, ¿en qué clase de sueño loco se encontraba? Porque por supuesto, esto no era más que un sueño. Lauren jamás le diría mi amor y ella jamás tendría la oportunidad de dormir a su lado sintiendo por completo su piel sin ningún tipo de barrera como si estuvieran...

El grito ahogado que tenía en su garganta por fin salió a relucir al confirmar con su tacto que se encontraba totalmente desnuda al igual que la ojiverde.

- Jesús, Camila, ¿qué sucede, estás bien? - preguntó asustada la ojiverde por el grito de la morena

- ¿Por qué estamos desnudas? - cuestionó la mayor con temor

- ¿En serio, Camila? - la ojiverde negó con la cabeza y la miró con reproche mientras se alejaba de ella y la morena se sentaba en la cama mirándola con desconfianza - ¿Qué te ocurre? ¿Me pides matrimonio de la manera más preciosa que jamás ha existido en toda la humanidad en la cena de navidad, hacemos el amor toda la noche y de la nada despiertas con amnesia al día siguiente?

La ojimarrón cerró y abrió la boca varias veces sin lograr emitir una palabra. ¿Le había pedido matrimonio a Lauren y después habían hecho el amor?  Sí, definitivamente era otro de sus tantos sueños que terminaban con todo el mundo riéndose de ella.

- Ok, ok, respira, es un sueño, solo es un sueño, un muy buen sueño. - se dijo a sí misma entre balbuceos haciendo que la ojiverde frunciera el ceño al oírla - Vas a despertar, lo harás, solo espera un poco más.

- ¿Un sueño? ¿De qué rayos estás hablando, Camila? ¿Segura que te encuentras bien? - la pelinegra dejó caer la sábana con la que se estaba cubriendo para acercarse a la morena y tocarla de la cara para sentir si no tenía temperatura, pero al caerse la sábana y dejar sus pechos al aire libre la castaña se fue de espaldas aterrizando en el suelo de la habitación - ¡Camila! - chilló la ojiverde al ver como se caía

- Oh dios, oh dios, oh dios. - tanteó el suelo con sus manos tratando de buscar algo con que cubrirse y encontró sus boxers colocándoselos rápidamente para después levantarse e irse al baño de la habitación ignorando los llamados de Lauren a sus espaldas - Esto no puede estar pasando, es un sueño, solo es un sueño. - colocó el seguro en la puerta del baño y se acercó hacia el lavabo para mojarse el rostro - Despierta, Camila, vamos, despierta. - repetía mientras se mojaba la cara

- Camila, mi amor, abre... - la dulce y preocupada voz de la ojiverde se escuchó al otro lado de la puerta

- ¿Qué está sucediendo? - se preguntó a si misma viendo su reflejo en el espejo que había frente a ella

- Camila...

- Quizá todo esto es una especie de realidad alterna. - entrecerró los ojos mirándose fijamente para ver si no se veía diferente - Sí, quizá es eso, es una realidad alterna donde al parecer Lauren y yo estamos comprometidas, esa es una explicación lógica

- ¡Karla Camila, abre la puerta! - gritó Lauren del otro lado con desesperación y evidente enojo

- ¡Una explicación lógica para un libro de drama o suspenso, idiota! - se gritó levemente a sí misma ignorando los llamados de la ojiverde - Ugh, vamos, piensa, piensa, ¿qué hiciste para teletransportarte a un mundo aparentemente perfecto, Camila? - la voz de Clara Jauregui llegó a su mente haciéndola jadear - Imposible.

- Está bien, Cabello, haz lo que quieras, me voy a vestir y bajaré a desayunar con mis padres y Taylor, te esperaré abajo. - dijo la pelinegra con frustración al ver que Camila no le abriría la puerta ni de chiste

- ¡La vela que me dieron los Jauregui! - gritó la castaña asustando a Lauren que estaba recogiendo la ropa que había regada en su habitación

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