Querido Diario:

Sigo pendiente a la cuenta regresiva para que Nathan se aburra y se aleje de mí. Eso no ha pasado aún. Hoy Nathan trajo unas cartas para la hora del almuerzo, y me enseñó a jugar. Fue divertido. Fue muy divertido. Entonces Megan llegó, y arruinó la diversión. Afortunadamente, Nathan estaba allí para defenderme.

Cuando regresé a casa, papá no estaba. Es lo mismo siempre: en el día trabaja y en la noche se emborracha. Entiendo que me odie. Pero yo amo a mi padre a pesar de todo.

A pesar de que mi madre haya salido aquella noche a comprarme un telescopio de cumpleaños. Y en el camino, haya sido asesinada por un ladrón.

Por eso, para papá, la asesina de mi madre soy yo. Mamá apoyaba mi amor por las estrellas, y papá también lo hacía. Hasta ese día. En el que las estrellas le robaron a papá su familia y su felicidad.

Perdóname papá.