Noventa y dos. Maia

Querido Diario:

Hoy estuve cuatro horas recostada en el cesped, mirando las estrellas. No sé por qué, pero siento que mi felicidad empieza a drenarse. Hoy en el instituto, la gente hizo comentarios acerca de mí, pero no presté atención. No iba a dejar que nadie pasara por encima de mí de nuevo. Lucharía. Sería fuerte.

Nathan está distante. Y yo también siento que empiezo a perder mis esperanzas.

Hoy intenté hablar con Nathan. Preguntarle de nuevo qué le pasaba. Intentar traerlo de regreso. Pero fue inútil.

Él solo quería huír lejos de mí.


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