Final. Zuben El Schemali

No...

Tiene que ser un sueño, sí, tiene que ser un sueño...

-¡Ayúdenme! ¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme, por favor!

¿En realidad... todo eso acaba de pasar?

-¡¿Quién anda ahí?!

-¡Auxilio! 

El hombre que salió de una de las casetas de la gasolinera corrió hacia nosotros con una escopeta en la mano. No quería que le disparara a mi padre... ¡Pero él le disparó a Nathan! ¡Él le hizo ésto!

Miré a Nathan... no, él no me puede dejar. Después de todo lo que hemos pasado juntos, no me puede dejar...

-¡¿Qué le hizo al muchacho, malnacido?!

Escuché varios escopetazos, pero mi mente estaba demasiado en trance. Nathan no podía morirse... él fue el ángel que me rescató del pozo en el que me hallaba sumida. Él siempre fue el más fuerte de los dos... 

-Tú eres fuerte, Nathan... -susurro, mientras intento contener la sangre que sale de su herida con mis manos- Siempre has sido el más fuerte de los dos... Por eso... no me puedes dejar... 

Las lágrimas y el enorme nudo que crecía en mi garganta no me permitían hablar más. El señor se acercó a nosotros mientras yo seguía en un estado de trance y desesperación. No me imaginaba un mundo sin Nathan. Quería estar con él en un futuro, quería que un día de estos nos casáramos y tuviéramos una familia feliz.

Quería un final feliz para mi cuento, y solo me pregunté si las estrellas podrían concederme al menos ese deseo.

-Ha escapado... ese maldito desgraciado... ¡Llamaré a la ambulancia!

.

Sostengo su mano en la ambulancia, intentando mantenerlo conmigo. Le digo todas las cosas que alguna vez quedaron sin decir. Le expreso todo mi amor y cariño, esperando que con ello pueda mantenerlo aquí. Beso sus labios y su rostro dormido, intentando que algo de mi amor pueda cobijarlo en el frío lugar en el que está. Su estado de inconsciencia y sus ojos cerrados no ayuda a que mis lágrimas paren. Estoy asustada de por sí, le han disparado. 

Pero lo que más me asusta, es que la bala le dio en la cabeza.

.

La familia de Nathan llega al hospital sin saber cómo. Esto es mi culpa, y cuando los veo frente a mí con los ojos llenos de lágrimas, sólo agacho la cabeza y espero aquel reproche que bien tengo merecido. Pero eso no pasa: la señora Reagan me abraza mientras el señor Reagan intenta consolar a Lucy tras de mí.

Creí que estarían molestos conmigo. Pero entonces me doy cuenta que es en estos momentos cuando la unión de las personas es más que necesaria.

-No te culpamos por lo que pasó, cariño. Lo que hizo Nathan fue un acto loco, descabellado y fuera de sí-susurra la señora Reagan suavemente en mi oreja mientras me desahogo en su hombro-. Pero lo hizo porque te amaba. No soportaba la idea de que murieras.

-Pero ahora él está entre la vida o la muerte por mi culpa...-sollozo-Si yo hubiera muerto no habría pasado nada, yo no tengo familia ni amigos... pero él lo tiene todo...

-No digas eso... ahora nosotros somos tu familia. Incluso si algo le pasa a Nathan... seguirás haciendo parte de ella.

La señora Reagan es más fuerte de lo que esperaba. Y a la misma vez es una increíble y maravillosa persona. 

Conocer a Nathan es lo más maravillosa que me ha pasado en la vida.

Juntos esperamos en la sala de espera, mientras Lucy no deja de preguntar si su hermano va a estar bien. No pego ojo en toda la noche, y aunque la señora Reagan me dice que duerma un poco, no soy capaz de hacerlo.

No hasta que sepa que Nathan estará bien...

La impaciencia y la desesperación me pueden. Necesito saber que Nathan estará bien. Si algo le pasa, me muero en el acto. Necesito que el doctor nos de noticias de él. Por favor que no haya muerto... quiero ver sus ojos otra vez... su mirada, su sonrisa, todo él... si él se muere... no sé que pasará conmigo.

-¿Nathan Reagan?

Mi corazón salta de un golpe, y me pongo de pie como un resorte. Tras de mí, la familia de Nathan lo hace. Intento descifrar la expresión facial del doctor, y lo que veo hace que el alma se me caiga a los pies.

No... no puede ser cierto...

-Lo sentimos mucho. Ha entrado en coma.

.

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I'm not kidding. This is the final.

¡Ya pueden lincharme! *abre los brazos al cielo*

Mientras escribía esto, me di cuenta que la frase "Mi corazón salta de un golpe, y me pongo de pie como un resorte" rima. Y ya sé. Muchos estarán "¡¿Cómo puedes hablar de eso cuando mataste a Nathan, perra?!". Y yo contestaré "Es que amo que mis lectores sufran".

Todos comenten #NathanEnElCielo

Ah, pero no se preocupen. Final abierto. Don't worry, be happy. Pero como no quiero que ustedes sientan lo que yo sentí cuando llegué al final de Eleanor & Park, ¡Habrá epílogo! Sí, señores y señores, habrá epílogo.

¿Quien sabe? Puede que sea el entierro de Nathan, o que Nathan despierte. Nada se sabe en esta vida.

Quiero aprovechar para decirles, ¡Feliz primero de enero de 2016! Es el día de la fiesta (o la noche, porque estoy publicando esto de noche) Y quiero desearles que este año todos sus deseos se hagan realidad (Y si no se cumplen, les desearé lo mismo el año siguiente).

Por cierto, ¿Alguien sabe como coloco esta historia como "Completa"? Porque yo no  tengo ni idea.

Gracias por leer.Por acompañarme en esta aventura de ciento setenta y punta capítulos (vaya), por atravesar ríos y mares conmigo, por atravesar desiertos desoladores, pero también por pasar por fiestas de cumpleaños. Gracias por todo su apoyo, y espero leerlos pronto en una nueva historia. (Que así será, porque ya estoy trabajando en un nuevo proyecto)

Sin más que decir, mil gracias y bendiciones a todos desde el fondo de mi corazón. ¡Hasta la próxima!



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