Cuarenta y ocho. Estrella gigante
-Lo siento. Sé que estás cansada. ¿Crees que podamos hablar? No ocuparé mucho tiempo.
Ariana asintió, y Nathan se acercó a ella, sentándose a su lado sin saber por donde empezar a disculparse. Ella bajó la mirada y miró sus manos, nerviosa.
-Tu padre es un monstruo. Dijiste que tenías un padre muy cariñoso.
-Mentí. -dijo ella.
-¿Por qué?
-Porque... porque no quería despertar más lástima en ti. -se sinceró ella, y él parpadeó, confundido. - Muchas de las cosas que hiciste en un principio por mí, fueron por lástima. Y no quería que supieras que tengo una vida familiar desastrosa.
-Debiste decírmelo, ¿sabes? Soy tu amigo. Puedes contar conmigo. -Ariana asintió, pero él sabía que ella no estaba del todo segura. -Lo digo en serio, Ariana.
-Tengo que volver a casa mañana. En algun momento tendré que volver.
Nathan asintió, furioso consigo mismo por no hacer nada. Y furioso porque al momento de disculparse con ella, las palabras no salieron de su boca.
-Duerme bien, ¿de acuerdo? -dijo, y ella asintió.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top