Cuarenta. Diamante

Querido Diario:

Me duele mi trasero. Mientras escribo esto, Nathan está haciendo quien sabe qué al otro lado de la habitación. Intenté explicarle la situación. Pero no me creyó. Me dijo que después de todo, no sabía con qué clase de persona se estaba metiendo. Que no tenía idea de que la chica callada a la que le gustan las estrellas y nadie conoce, es un monstruo en realidad. Está lastimado. Nathan, por dentro está lastimado.

Sus palabras me dolieron. Pero no me iré de aquí. Nathan no está bien, y tengo que explicarle que no he sido yo. Aunque es normal que dude de mí, él sentía algo por Daisy... o tal vez, aún lo hace.Por eso no la culpará. Por eso, prefiere culparme a mí. Pero voy a asegurarme de que Nathan esté bien otra  vez. Luego le daré importancia a sus palabras, pero no ahora.

La madre de Nathan me ha dado galletas con lágrimas de chocolate hace un rato. A pesar que son unas de mis favoritas... no me supieron a nada.


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