Cincuenta y siete. Gorgonea Prima
El día estaba hermoso. Los pájaros revoloteaban fuera de la ventana. Pero Nathan se sentía exhausto. Quería que Ariana despertara pronto. A pesar de que no habían pasado muchos días desde que ella llegó al hospital, quería ver sus ojos otra vez.
Vio en la mesa que había al lado de la cama aquel cuaderno que llevaba Ariana cuando la encontraron. Con ver la primera hoja, supo que era su diario. Estuvo tentado a leer, pero se detuvo. No iba a violar la privacidad de la chica. No, no lo haría.
Definitivamente, no. No, no y no.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top