Ciento veinticuatro. Qaus Medius
Segundo paso a la declaración
Cuando los asteroides dificultan el trayecto.
Con los días, Ariana dejó de luchar por Nathan. Había dejado de intentar que aquellos sentimientos tan fuertes y tan infinitos como el firmamento llegaran a él. A pesar de que sabía que el rechazo dolía, ser una simplemente amiga también dolía mucho. Así que Ariana encontró formas para desahogarse cada vez que no podía expresar lo que sentía. Recurrió a las cartas. Escribiendo cartas de amor, soñando que un día ella se las entregaría a Nathan y ambos soñarían con una historia de amor. Había días que incluso se le dificultaba fingir que solo era una amiga, y Nathan empezó a darse cuenta de que algo andaba mal.
-No, no estoy enojada. -dijo ella con una sonrisa floja. -De verdad.
-¿Entonces? ¿Estás enferma? ¿Te sientes mal? -preguntaba él mientras tocaba las mejillas y la frente de ella para encontrar algún síntoma de enfermedad, ignorando que Ariana sentía un cosquilleo en su cuerpo cada vez que él la tocaba. -¿Quieres que te traiga algo?
-No. Gracias. Estoy bien.
Nathan empezó a sospechar lo que sucedía, pero no quería admitirlo. Y es que una vez más, tenía miedo. Ariana había resultado ser mucho más fuerte que él. Desearía ser tan fuerte como ella.
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