Matrimonio a la fuerza
Advertencia contenido explícito.
Nada ocurrió cómo se esperaba en la casa de los Ikari, la abuela seguía empeorando, el día lunes, el doctor Jin Okamoto notificó a los familiares que la abuela estaba apunto de fallecer todos estaban al pendientes de cuándo ocurriría el descenso. La abuela misma llamó a los familiares para que estuviesen presentes para darles la herencia que les correspondía. Por su parte, Kaworu estaba inquieto, no tanto por la muerte de la abuela, pues él había sido el causante de que su salud se deteriora sino cómo iba a proceder lo de la herencia, una noche de casualidad estaba escuchando cómo Yui y Penélope estaban hablando acerca de quién se iba a ocupar de la casa. Yui no quería esa herencia, Shinji, Rei y Penélope eran los únicos que podían acceder a ocuparse de la casa, pero ninguno de ellos parecían interesados en administrar sus bienes. Kaworu se le hacía muy extraño que ninguno de ellos se estuviera peleando, eran una familia bastante rara, por un momento el chico de cabello plateado pensó que eso le daba camino libre. No obstante, sus intuiciones estaban un tanto erróneas pues una noche la abuela llamó a Kaworu a su dormitorio, ahora estaba más débil con una voz ronca, y debilitada. Kaworu se acercó a la mujer convaleciente, ella con sus ojos tristes y ya aceptando su inminente destino le dijo.
-Sé que ya está muy cerca mi final. Me da gusto, creo que en el cielo, tú madre y yo hablaremos de muchas cosas.
Kaworu solo sonrió aunque era un gesto bastante hipócrita en el fondo estaba ardiendo de rabia y envidia,esa maldita vieja mencionara a su querida madre le ponía los nervios de punta. No obstante, mostrándose compasivo, Kaworu dijo.
-Todo va estar bien. Le animó.
-No, sé que no es así, querido.
-Sé que afuera tanto mi hija como los nietos no se ponen de acuerdo en quién se va ocupar de esta casa. Si pudiera te la daría ti, Kaworu-chan, eres a quien más confió. Pero no eres un Ikari, por eso quiero pedirte algo.
-Dime, abuela.
-Cásate con alguna de mis nietas: Rei o Penélope, la herencia te corresponderá a ti, y tendré la suerte de saber que a esas muchachas les tocara un hombre de bien quien las proteja.
Aunque la idea le resultaba tentadora, a Kaworu le parecía repugnante, él no estaba interesado en las mujeres, si tan solo pudiese quitarle la herencia sin necesidad de recurrir al casamiento con una de las nietas, solo era que Shinji le diese su herencia por voluntad propia.
-¿qué hay de Shinji? preguntó Kaworu.
-¿cómo?
-Estipulaste que tus nietos serían quienes heredarían esta casa.
-!Ahh! sí, tranquilo, muchacho. Shinji ya quedó fuera del testamento.
-¿Qué cómo? Es lo tomó por sorpresa.
-Mi nieto es un depravado. Sé que nunca me dará bisnietos, pero tu Kaworu, sé que no eres como él. Tú eres un buen hombre, por eso quiero que te cases con Rei o con Penélope, confío en que tu matrimonio con alguna de las dos perpetué la dinastía Ikari.
"Maldita vieja" pensó Kaworu, si tan solo supiera esa anciana horrible que a él nunca le interesaron las féminas, y que preferiría morir a tener que soportar y acostarse con una, se preguntaba qué diría. Pero por otra parte, el dinero estaba en juego, y Kaworu quería hacerse con él a toda costa. Y si para eso tenía que aguantar a una de esas dos tipejas bien valdría la pena. Por otra parte, aunque nunca contempló en tener hijos, tal vez, ellos podían ser unas muy buenas herramientas para vengarse de los Ikaris por lo que le hicieron a su familia.
Meditándolo con una sonrisa, Kaworu le dijo a la anciana.
-Lo pensaré, abuela. Por lo pronto necesitas descansar.
Aquella vez, Kaworu no le dio su "medicina" cómo de costumbre sino que salió de la habitación. Al salir del cuarto, el joven peliblanco se topó con Shinji quien lo miraba un tanto extrañado.
-Kaworu-Kun. ¿está todo bien?
-Sí, Shinji-kun. No te preocupes tu abuela solo está dormida.
-!Ahh! Ya entiendo. ¿Qué crees que pasé después?
-¿A qué te refieres? inquirió el otro.
-Digo. Cuando la abuela muera, ¿qué sucederá con nosotros?
-Te diré lo qué va pasar, que cuando ella muera vamos a estar juntos los dos ¿sí?
-¿En serio? ¿lo prometes?
-Te lo aseguro. Dijo Kaworu mientras se acercaba a Shinji para darle un beso en la frente, mientras tomaba su rostro aterciopelado en sus manos. Kaworu meditaba lo que le dijo la abuela: Cásate con alguna de mis nietas y la herencia te corresponderá a ti, aquella frase estaba nadando en la cabeza del joven albino. No obstante, los ojos de Shinji se mostraban luminosos, él realmente creía en las palabras de Kaworu.
Los dos compartieron un beso apasionado, Shinji rodeó a Kaworu con sus brazos, y éste pasaba su lengua sobre la del chico, Shinji lo quería guiar a su cuarto, los dos se besaron hasta que se toparon con la puerta con la mano que tenía libre Shinji abrió la puerta. Deseaba entregarse a Kaworu, ya no podía resistir más a la tentación. Los dos cayeron en la cama mientras que Kaworu iba despojando la ropa de Shinji hasta dejarlo desnudo, él le bajaba los pantalones, y le quitaba la camisa a su amado. Kaworu comenzó a estimularlo mientras que su boca se deslizaba sobre su cuerpo, y el peli-blanco succionaba los pezones del peli-castaño. Shinji soltó un suspiro, jamás había sentido tal cosa antes, un enorme éxtasis se apoderó de él, solo quería que Kaworu lo poseyera y no se detuviera.
Kaworu no dejándolo de mirar, como si fuese un tigre que está apunto de atacar a su presa, se deslizó hasta el miembro de su amante mientras lo lamia de a punta a punta para después meterse-lo en la boca, Shinji se retorcía de placer, hubiese querido gritar más pero sospechaba que si lo hacía, su madre, Rei o Penélope podían enterarse, y correr hacia la habitación para saber qué ocurría, Shinji se llevó la mano a la boca mientras sentía que se venía, quería aguantar pero antes de correrse, Kaworu lo detuvo, y susurrándole le preguntó.
-¿Quieres que te folle?
Shinji no pudo contestar aquella pregunta tan sensual, el cómo Kaworu la decía, lo hacían sentir sucio en el buen sentido, un gran atrevimiento se despertaba en su interior, solo podía contestar.
-Fóllame. Dijo traspirando.
-Muy bien, cariño. Pero no te vengas todavía ¿ehh?
Sin dejar de agarrarle su pene, Kaworu hizo que Shinji se pusiera en cuatro, rozando sus nalgas sobre su trasero lo abrió, y entró dentro de él. Cómo es natural, Shinji soltó un alarido, y lágrimas se asomaron por sus ojos, pero con lentitud el dolor se fue transformando en placer, Kaworu por otra parte estaba extasiado jamás había tenido ese tipo de contacto. Quizás con la única persona con la que lo había experimentado era con el hermano menor de Penélope, dicha idea lo hizo sonreír: Mira, Rono, estoy follando con alguien que lo hace mejor que tú. Shinji con sus gemidos lo sacó de su ensoñación, el muchacho le dijo.
-!Ahhhh! Kaworu estoy apunto de..
Kaworu sonrió ante aquella suplica, le iba a dar un buen final a Shinji, sostuvo su miembro mientras lo seguía penetrando de una forma dura, mientras acercaba su rostro al cuello de Shinji donde comenzó a besarle y morderlo. Éste soltó varios gruñidos mientras se retiraba de sus glúteos y dejaba a Shinji correrse. Los dos terminaron en la cama exhaustos, para ese momento, ninguno de los dos tenía nada de ropa, Shinji se aferraba al cuerpo de aquel hermoso albino. Sabía que seguía despierto, por lo que Kaworu decidió cantarle a su amante.
Ni siquiera hables de las consecuencias, porque ahora mismo tu eres lo único, que tiene algún sentido para mí. Y me importa una mierda lo que digan o lo que piensen porque eres el único al que tengo en mi cabeza , nunca jamás dejaré que me abandones. Trataré de parar el tiempo para siempre. No quiero oírte decir adiós nunca.
Penélope en ese momento estaba empacando sus cosas tenía un babydoll estilo halter de encaje, el cual cubría con una bata, era cuestión de tiempo para que regresara a Italia, ya no tenía ningún caso quedarse más en Japón, pues sabía que Shinji estaba demasiado corrompido por Kaworu, y la abuela demasiado influenciada por éste para que ella se acercara a su primo. Había perdido otra batalla, no pudo salvar a su querido hermano de aquel ángel infernal, y ahora tampoco pudo salvar a su primo. La familia se estaba desmoronando por culpa de ese extraño. Su hermano había sido la primera víctima, le seguía la abuela, luego Shinji, probablemente Yui y Rei serían las próxima . Penélope estaba enfrente del espejo mientras seguía cepillándose el cabello hasta que el golpe de una puerta. La mujer siguió mirándose en el espejo sin dejar de cepillarse, creyendo que se trataba de alguna chica que había traído la cena dijo.
-Pasa, está abierto.
La puerta se abrió, la reacción de Penélope fue otra pues quien estaba en su cuarto no era otro que Kaworu Nagisa vestido con aquella gabardina y el cabello desordenando. Un tanto exaltada, Penélope dejó caer el cepillo y se giró violentamente hacia él.
-¿Qué haces tú aquí?
Kaworu la miró de los pies a la cabeza, al verla con ese atuendo le sonrió.
-Pierdes el tiempo, esa lencería te hace ver más como una zorra que como a una señorita de alcurnia.
Penélope no le hizo caso aquel desagradable comentario, y no quitando le la mirada de encima le dijo.
-¿Venciste hacerme daño? le retó. Pierdes el tiempo.
-No, la verdad es que quería verte, hablar contigo.
-¿Conmigo? No hay nada que hablar. Ya estarás contento ¿no? Todos en la familia están locos por ti. Ganaste otra vez.
-No aún no. Todavía no he ganado. Y por eso quisiera que empezáramos a llevarnos bien tú y yo.
Penélope no lo podía creer, ella y Kaworu siempre se habían odiado a muerte, no podían verse ni en pintura, casi siempre estaban peleando. Y ahora él estaba en su cuarto, negociando una treta de paz. Sabía que no era de gratis, y ella no lo podía perdonar tan fácilmente así como tampoco confiar de lleno en él.
-Yo jamás me voy a llevar bien con un arribista como tú.
Kaworu soltó una carcajada lo que provocó más la ira de Penélope estaba tan furiosa que olvidándose de los modales que le habían enseñado en aquella escuela de monjas para señoritas, se acercó furiosa hacia Kaworu y quiso abofetearlo pero éste detuvo su mano, era más fuerte que ella.
-Este arribista se convertirá en tu esposo. Más te vale que empieces a cooperar o te aseguro que muy pronto te vas a reunir con tu querido hermano. Eso te lo prometo.
Nota
La canción que le canta Kaworu a Shinji es Untouched , del grupo The Veronicas
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