DESEO DE CUMPLEAÑOS.
Cinco días antes del gran encuentro.

︶⊹︶︶︶♡︶︶︶⊹︶

Si era completamente sincero, su añoranza por encontrar a su pareja destinada nacía mucho antes de que él fuera consciente de ello.

KyungSoo había nacido con ese pensamiento, preparando desde niño un lugar especial en su corazoncito a partir del momento en que supo que existía un amor de por vida, guardando sus sinceros sentimientos para la persona que el destino le eligiera.

Todo había empezado cuando cumplió los seis años, y pidió un peculiar regalo para festejarlo.

― Tía DaHyun, ¿cuándo voy a tener a mi destinado? ¡Lo quiero ahora mismo!

La joven mujer rió, enternecida por la inocencia de su pequeño niño.

― Soo, no es un juguete que puedas pedir en cualquier momento y que mágicamente aparece. Tu pareja destinada llegará en su debido tiempo.

KyungSoo, frunció su ceño. ¿A qué se refería con eso? Pensaba que el destino se lo daría si lo pedía con todas sus fuerzas, o eso le habían dicho en la escuela. Siguió todos los pasos; primero, antes de soplar las velas, pidió los tres deseos correspondientes, un auto de carreras, que su tía DaHyun tuviera mucha salud y por último tener a su pareja destinada.

― Pero... pero yo se lo pedí al destino.

DaHyun dejó a un lado las risas al ver los ojos brillosos del niño, su carita de elefante y el tierno puchero que contenía un desastroso llanto. Tomó sus manos para juntarlas y darles calor, comenzando a emanar feromonas maternales para poder calmarlo.

Tal vez debió ser más sutil.

― Oh, tranquilo cariño. Lo que pasa... es que escuché por ahí que el destino a recibido muchos deseos de niños como tú pidiendo a su destinado, ¡y ahora está sobrecargado! ― DaHyun le regaló su mejor sonrisa, aunque por dentro estuviera temblando peor que una gelatina. Sólo sería una mentira piadosa, ¿no? ―. Pero sé que te escuchó y pronto te dará lo que tanto quieres.

KyungSoo entrecerró sus ojos, dejando a un lado su carita de "sino me dices lo que quiero escuchar, haré el peor berrinche de la historia", desconfiado de las palabras de su tía. Podía ser un niño inocente, pero le ofendía que lo creyera tan tonto.

Y es que, cuando DaHyun mentía, ¡no podía desimularlo ni un poco! Pero aún así le daba el mérito por no querer que su burbuja de ilusión se explotara.

― Está bien tía... te creo.

DaHyun suspiró aliviada, chocando sus palmas para dar por terminado el tema, y suavemente apartó al niño, incorporándose para ir hasta la mesita donde se habían acumulado todos los regalos de cumpleaños que dejaron sus amigos de su escuela. En total, fueron tres.

Aún estaba un poco enfadada porque la mayoría de sus compañeros le hacían el quite, pero estaba contenta de que por lo menos contara con tres amigos fieles que siempre estaban junto a él; BaekHyun, JunMyeon y JongIn.

Y aunque fueran pocos, por lo menos tenía la seguridad de que con ellos su niño estaría seguro.

― Bueno, ¡es momento de abrir los regalos! Tus amiguitos ya se fueron y ahora toca la mejor parte, ¿no crees?

KyungSoo se olvidó por completo de su amargura, y saltó tal cual lo haría un grillo, reactivándose en cuestión de segundos. Como envidiaba la energía de los niños, ¡su dolor de espalda se hacía peor con cada segundo!

― ¡Sí, los regalos! Vamos, vamos tía, apúrate. ― Sintió que una parte suya moría de amor, al mirar hacia abajo y sentir una manito en su falda tirar impacientemente. La sonrisa más sincera, especial y amorosa del mundo estaba frente a sus ojos, junto a una mirada pura y llena de ilusión, con un rostro bello donde se encontraban unos cachetes regordetes, que ya colorados estaban de tanto haber saltado durante su fiestita ―. ¿Ves el regalo de Innie? ¡Es muy grande! Se ve como el último camión de los Hot Wheels que le dije que quería.

Lo amaba con todo su corazón a ese niño lleno de vida, que nada podría ocupar un espacio en su corazón que no fuera él.

gracias por leer!