Capítulo 10
Las dos sonreímos y Abby fue la primera en quitar la mano.
–Es tarde iré a dormir.
Ella se metió en la tienda de campaña, mientras yo me senté y observe las estrellas y la fogata, cuando me dio sueño, agarre un balde con agua y extinguí el fuego, después me quede pensando en que esta era mi última noche en este campamento mañana volveríamos a casa, primero nos van a evaluar si no estamos listas nos van a dejar más tiempo.
Me puse el pijama, después me acosté a un lado de Abby.
Me desperté y pude ver a Abby, levantada y observándome, en eso reaccione rápido y toque mi pelo, estaba en orden.
–Tranquila, no te hice nada, recuerda nuestro pacto, pero es hora de irnos, acaba de venir Damon para decirnos que nos quiere lo antes posible en su oficina.
Entonces Abby salió de la cabaña, me puse una blusa roja de cuadritos tipo vaquera, un short y mis converse rojos, me hice una coleta y empaque todo en mi maleta. Quitamos las tiendas de acampar y caminamos hasta la oficina de Damon.
La mayoría ya estaba subiendo a los camiones, mientras otros estaban haciendo fila para entrar a hablar con él.
Después de media hora, entramos y nos sentamos.
–Abby ¿Qué opinas de Max?
Ella me sonrío.
–Max, es una chica muy linda, tierna, divertida y tiene un sentido de humor igual que el mío, además de ser una chica muy lista.
–Max ¿Qué piensas de Abby?
–Abby es una chica muy linda, tenemos el mismo sentido del humor y es muy buena atleta... La he visto perseguirme...
Damon sonrío de forma victoriosa, apunto algo en sus papeles, y anoto cosas en su laptop y volteo a vernos.
–Mi trabajo está listo, se pueden ir.
Le dimos un abrazo, le agradecimos y salimos de ahí, afuera nos estaba esperando Jessi y Megan, Megan se llevó a Abby y yo me quede sola con Jessi.
–Max, te voy a extrañar, prométeme mandar mensaje de texto.
–Dame tu número.
Ella me lo comenzó a dictar mientras yo lo anotaba en mi celular, cuando lo guarde, le di un abrazo.
–Te voy a extrañar Jessi, ojalá nosotras hubiéramos sido hermanastras.
–Sabes tal vez Megan no sea tan mala hermana después de todo.
–Solo no quiero verte en unos meses convertida en ella.
–Eso jamás.
Las dos reímos y nos volvimos a abrazar. Después subí al camión, me senté junto a la ventanilla. Abby llegó y se sentó a un lado mío.
–Max ¿Cómo separaremos a nuestros padres? –Me preguntó.
–No lo sé, ahora solo quiero descansar de toda esta locura, cuando lleguemos a casa, ahí lo pensaremos todo mucho mejor.
*1 semana después*
Digamos que después de esa semana en ese dichoso campamento volvimos a casa, donde había comida, hermanos a quien molestar, internet y amigos. En esa semana hemos tratado de pensar, en que podemos hacer para separarlos, aún no tenemos idea de que vamos a hacer.
En esta semana se me declaró Julián, tal vez sea algo pronto, pero le dije que sí; porque con el me siento segura y me hace sonreír, le pregunte a Abby si le molestaba, ella dijo que no.
Estamos en el cuarto solas y escuchando a 5 seconds of summer, mientras bailamos.
–Max concéntrate. –Me lanza una almohada.
–Lo siento.
–Tenemos que encontrar la forma para que ellos se enojen... ¿Pero qué?
– ¿Qué le molesta a tu mamá?
Ella se quedó pensando, yo le subí el volumen y comencé a cantar como una loca a todo pulmón.
–Ya sé, le molesta mucho que haya mucho mugrero.
DING DING, tenemos un ganador, creo que ya sabemos que vamos a hacer.
–Abby, necesito toda la basura que encuentres...
Nos paramos y ella comenzó a recoger todo el mugrero mientras yo comía papas, muchas papas y refresco, después los eche en una bolsa, corrí abajo como loca y empecé a ensuciar. Ponía bolsas de papas en el suelo, echaba alguna que otra papa en el sillón, después fui a la cocina y ensucie muchos platos y por último metí a mi perrito, que hizo muchos regalitos, lo mejor es que había llovido y mi perrito estaba lleno de lodo.
Cuando Abby termino con lo demás, decidimos ponerles unas correas a nuestros perros y salir a pasear, no quiero estar aquí presente cuando lo vean.
Fuimos al parque y nos sentamos en una banca, mientras observábamos como nuestros perritos corrían por todo el pasto y jugaban entre ellos.
–Max... ¿Qué paso con tu mamá?
–Mi mamá murió cuando era muy chica, no la recuerdo mucho, pero mi padre siempre me dice que me parezco a ella.
Ella se me quedó viendo sorprendida además de que con un poco de culpa.
–Max no tenía ni idea, yo pensé que estaban divorciados como los míos...
– ¿Y dónde está tu papá?
–Esta en otra ciudad, vive con mi hermano.
Un momento ella tenía un hermano, como es que llevábamos semanas viviendo juntas y no sabía eso de ella, creo que deberíamos de saber más sobre la una de la otra.
–Yo no sabía que tenías un hermano.
–Porque jamás preguntaste, además no pensaba contártelo, pero bueno tenemos que confiar si somos aliadas.
– ¿Cómo se llama tu hermano?
–Ethan Pickens.**
Lindo nombre, espero que no sea como ella, de algo estaba segura debía de ser guapo, porque Abby y Amelia son muy hermosas, él debe de estar guapísimo.
–Lindo nombre.
Ella me sonrío o eso creo, jamás la había visto sonreír conmigo era como si estuviera en una dimensión desconocida donde Abby no es Abby... Max deja de pensar en ello.
–Sí, mi padre lo escogió, pero no quiero hablar sobre ello.
–De acuerdo respeto ello.
Tampoco me quería sentir una chismosa, además de que si quería no me podía contar aquellas cosas las dos éramos enemigas, se supone que las enemigas no se confían secretos.
En eso empezó a sonar mi celular con " Style de Taylor" era un mensaje de mi padre diciendo que nos quería en casa ahora mismo.
Voltee a ver a Abby y las dos asentimos.
Caminamos hasta la casa, cuando entramos pude ver a mi padre muy furioso.
–MAXIMILIANA, ¿Por qué hay tanto mugrero?
–No lo sé, creo que alguien entro a la casa y ensucio.
Mi padre quería reírse pero quería parecer serio en frente de Abby.
–Max no estoy bromeando. Quiero que recojan esto y ahora.
–Pero fue la mamá de Abby, creo que la deberías de poner a limpiar.
Mi padre me miro con una cara llena de confusión igual que Abby.
– ¿Anni hizo esto?
–Sí, ¿Verdad Ab? –Le dije a Abby.
Ella se me quedo viendo, después asintió, por últimos nos mandó al cuarto, porque quería hablar a solas con su queridísima prometida.
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