Especial 5

Win estaba desde hace 10 minutos parado frente a la puerta del cuarto que compartía con su novio. No sabía que hacer realmente, tenía dos opciones.

Opción Mew. Hablar como personas adultas, darle su espacio y cuando esté listo, apoyarlo en todo.

Opción Gulf. Tirar la puerta, noquearlo y mandar a chingar a su madre a sus suegros.

Las dos sonaban tentadoras verdaderamente, pero como Mew ya no tenía derecho de opinar por estar viejito y su opinión se tomaba como delirio, le iba a hacer caso a Gulf.

-Esto me va a doler un putero, pero es por nosotros amor. - se preparó mentalmente para tirar la puerta.

Y justo cuando estaba tomando vuelo para tirarla, apareció Bright abriendo la puerta y siendo tirado abruptamente al suelo.

—¡Su perra madre! - se quejó.

—¡Lo logré! - dijo Win al ver cómo había "derribado" la puerta -. Ahora sigue noquearlo.

—¿Qué?

—So. Perdón amor.

Justo cuando iba a golpearlo en la cabeza con una fuerza de quien sabe dónde, Bright lo detuvo y le dió la vuelta para ahora quedar encima de él aprisionando sus manos.

—¿Qué mierda estás haciendo? - le pregunta riendo.

—Se supone que tengo que noquearte para poder mandar a la chingada a tus papás. ¿Aún siguen en línea? Les quiero decir todas sus verdades por lastimarte y dejarte solo cuando más lo necesitabas.

A Bright le pareció sumamente tierna la escena de su novio con el ceño fruncido y un puchero en sus labios. Le fue imposible no besar sus labios, así que lo hizo sin ninguna prisa.

Los besaba suavemente dejándose tranquilizar por sus sabor y la respiración calmada que chocaba con su mejilla. Lo amaba demasiado, lo amaba tanto que no le importaba recibir el desprecio de sus padres de nuevo porque sabía que lo tenía a él como apoyo. Daría lo que fuera por su chico.

Cuando menos se lo esperaba ya estaba llorando. Win se dió cuenta de esto cuando una lágrima cayó sobre su mejilla, se separó de él un momento y pudo notar como el agarre en sus manos fue disminuyendo hasta dejarlo libre por completo. No sé resistió más y simplemente lo abrazó aún estando los dos en el suelo, pero aún así se abrazaron como si fuera el último día de la tierra y quisieran conservar su escencia en esas cuatro paredes.

—Estuve tanto tiempo pensando que no los volvería a ver jamás, sin embargo estaba bien con eso, no me hacían falta. Y de repente llegaron como si nada, con una simple llamada y diciendome que querían establecer de nuevo nuestro vínculo.

—No quiero, sé que no tengo el derecho de decidir por tí, pero ellos te hicieron daño, te dejaron a tu suerte y ahora vienen como si nada hubiera pasado. Eres demasiado bueno para ellos.

—Quizás pueda verlos. Perdonarlos va a costarme un tiempo al igual que volver a ser una familia, pero creo que podría intentarlo.

Win tomó sus mejillas y besó sus labios cortamente.

—Si eso es lo que quieres yo estaré para apoyarte. No voy a dejarte solo.

Bright sonrió, la sonrisa más bonita que siempre ha visto.

—Gracias.

—¿Vas a dejar que me desquite con ellos?

—No.

—Le quitas el drama. - se quejó funciendo su ceño de nuevo.

Los dos rieron y volvieron a abrazarse dejando que la calma inundara sus cuerpos.

😸😸😸

Win nunca pensó que conocería a sus suegros, verdaderamente no pensaba que seguían vivos.

Ok, eso fue un poco grosero. Pero la verdad es que si novio también pensaba que estos habían muerto.

Se encontraban enfrente de la antigua casa de Bright con su novio temblando de los nervios y respirando un poco agitado. No se le ocurrió nada más que sostener su mano con fuerza y sonreírle un poco.

—Todo va a estar bien. - le dijo animándole.

Bright soltó un largo suspiro y asintió levemente. Luego tocó el timbre - que esperaba que siguiera funcionando - y no pasó ni un minuto para que su madre apareciera detrás de la puerta. Seguía igual de hermosa que antes, no había cambiado mucho, pudo ver cómo sus ojos se iluminaron al verlo.

—Bright... sí viniste. - sonrió la señora.

«¿Cómo no iba a venir? Casi que lo obligaron, no ande mamando »

Está bien, tenía que controlarse o sino diría algo en voz alta que no quiere decir.

—Sí, y no vine solo.

Alzó sus manos unidas y la señora los vio sorprendida.

—Win Metawin, un gusto. - se presentó con la amabilidad sacada de quién sabe dónde, pero lo hizo.

Ella sonrió e igualmente se presentó luego de dejarlos pasar.

—Tomen asiento, tu padre está limpiando un poco el sótano.

Win se encargaba de escanear la casa discretamente. Era bonita y amplia, tenía varios cuadros de pinturas y fotografías de paisajes, pero ninguna fotografía familiar o donde se muestre a su novio. No podía decir que era acogedora porque realmente no lo era, lo único cómodo era el sillón.

—¿Cómo han estado?

La pregunta del año.

Aquí se van a desatar verdades, y Win está listo para soltar putazos con la mirada.

—Hemos estado bien supongo, nos retiramos de trabajar hace tiempo y realmente no conseguimos con qué matar el tiempo. Fue una decisión difícil el volver a contactarte, por alguna razón siempre nos mandabas un mensaje cada vez que cambiabas de número, pero nunca pensamos para qué podía servir.

¿Había hecho eso? Win lo miró un poco confundido, peor por la mirada del contrario supo que lo iba a aclarar en ese momento.

—Sí, bueno, sólo quería darles la oportunidad de no perder contacto conmigo por si llegaban a necesitar algo de mí. Aunque viendo que nunca lo habían hecho esta sería la última vez que lo haría, pensaba en cambiar de número pronto con la idea de que no iba a volver a verlos.

Al final de todo, él seguía siendo un niño esperando a que sus padres volvieran a buscarlo a la fila del supermercado después de olvidar de comprar unas cosas.

Él aún después de todo seguía esperando por ellos.

—Entonces no llegamos muy tarde ¿Cierto? - se escuchó una tercera voz proveniente del pasillo.

—Supongo que no, padre.

—Me alegro de eso.

—Exactamente ¿Por qué quieren restablecer un vínculo que ustedes mismos rompieron con su hijo? Tuvieron mucho tiempo para hacerlo y simplemente no se les cruzó por la mente.

LA PREGUNTA DEL SIGLO.

Win no pudo aguantar más en sacar su veneno de vieja chismosa entrometida, pero estamos hablando de su novio, la persona que logró mejorar sus días y darle un nuevo sentido a su vida a pesar de lo rota que estaba por dentro. Todo por culpa de esos señores.

—¿Es tu novio? - preguntó el señor a Bright.

—Lo soy. Y es por eso que quiero saber ¿Por qué dejaron a su suerte a su propio hijo cuando no tenía nada?

Bright apretó un poco su mano indicandole que se calmara un poco, sabía que estaba molesto.

—Realmente elegiste un buen partido, siempre escuchabas su música a todo volúmen cuando estabas en casa y hablabas de lo mucho que lo admirabas. Supongo que era algo más que eso.

—Disculpe, pero eso no responde a mi pregunta.

Esta vez la madre de Bright habló intentando de retener sus lágrimas.

—La vida es cruel y dura, sólo queríamos que Bright consiguiera su propio camino pensando que en cualquier momento volvería a nosotros porque se dió cuenta que no podía hacerlo.

La gota que derramó el vaso.

Ahora no sólo Win estaba enojado, sino también Bright.

—Pues pude hacerlo, lamento informarles que en el momento en el que me echaron yo tampoco tenía intenciones de volver. ¿Saben por cuántos departamentos de mala muerte tuve que pasar? ¿Tienen alguna idea de cuántos trabajos tuve para poder pagar mi universidad? ¿Siquiera saben con quién pasaba navidad, año nuevo o con quiénes me la pasé en mi fiesta de graduación? Ya que ni en el día en el que terminé mi carrera tuvieron el valor de ir a verme como el hombre en que me convertí. Navidad nunca se había vuelto tan solitaria, todos mis amigos me invitaban a sus casas para pasarla con ellos; año nuevo simplemente era otro día más en el que solamente un número cambiaba en la fecha. Y en mi graduación la mamá de mi mejor amigo me regaló flores y se tomó una foto conmigo la cual tengo en una repisa aadornando la casa como un recuerdo feliz y triste al mismo tiempo.

Para este punto, la señora estaba soltando unas cuantas lágrimas sin poder aguantar más y el señor estaba serio mirando a un punto fijo sin atreverse realmente a mirar a su hijo.

—La vida no es cruel o difícil señores. Son las mismas personas quienes la hacen ser así. Nadie tiene mala suerte o un mal día, tiene a personas que hacen que sea así. En este caso ustedes fueron la mala suerte de su hijo, y es lamentable que se enteren de esta manera.

—Lo sentimos tanto hijo. - dijo su padre.

Bright sin más se levantó del sillón con Win a su lado y los vio por unos segundos.

—En todo este tiempo aprendí que yo puedo tomar mis propias decisiones según como me hagan sentir en un futuro. Ahora estoy seguro de que por el momento no quiero verlos hasta que pueda superar todo lo que me lastimó, y eso no me hace una persona resentida, sino una persona que está sanando a su tiempo. Tengo mi propia familia ahora por lo que no necesito más de ustedes, no espero que comprendan mi decisión, simplemente los obligo a que la acepten y no me busquen, cuando sea el momento volveremos.

Y sin nada más que decir caminó junto a él hacia la puerta, sin mirar atrás, sin preocupaciones y sin resentimientos, salió de esa casa por segunda vez sin la intención de volver en un tiempo.

Pero esta vez, siendo acompañado de la persona que ama para seguir viviendo su nueva vida.

Ahora sí este es el final de esta historia que me llenó mucho de alegría mientras iba creandola, le agarré un cariño muy especial a cada personaje, a cada lector que comentaba y a todas las personas que siempre estuvieron y están leyendo esta historia. Este es el final definitivo el cual creí más adecuado y justo para el AU y ya lo tenía planeado desde hace tiempo, pero que por temas personales no había logrado encontrar tiempo para hacerlo.

Gracias a todos por su apoyo y sus lecturas, bañense bien en especial los de acá de Monterrey porque se nos está yendo el agua otra vez.

Y si tienen amigos riquillos pues diganles que si no les prestan su departamento, quien sabe, capaz y su ídolo es su vecino y terminan enamorándose como este AU tuneado.

Gracias, esto fue El departamento de enfrente. 🫂

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