Parte 2: Capítulo 16
— Es por aquí — Susurra Honeymaren entre los arbustos.
Nos movemos sigilosamente hasta alcanzar el centro del bosque.
Todo está tranquilo, puedo ver el cielo azul otra vez y los truenos ya no se oyen. Es como un oasis en el desierto.
No sé como explicarlo, pero me siento más poderoso al adentrarme al centro del bosque.
Hay mucho espacio sin árboles precisamente una zona circular por donde hay muchas tiendas de hielo aquí bajo un césped totalmente verde. Es bastante grande que se asemeja un tanto al patio del castillo de Arendelle.
También, diviso una gran cantidad de renos.
— ¿Qué es este lugar? — Miro sorprendido.
— Aquí las energías de los cuatro espíritus fluyen, es el centro magnético de todo su poder.
De pronto oigo una voz pronunciar mi nombre a lo lejos.
— ¡(Y/N)! — Diviso a Elsa correr hacía nosotros.
— ¡Elsa! — Extiendo mis brazos para recibirla.
— Sabía que vendrías — Sus brazos están en mi espalda y su cuello apoyado en mi hombro.
— Le debo mucho a Honeymaren y a Rider, sin ellos esto no habría sido posible.
— Se los agradezco chicos — Elsa se dirige a ellos.
— Es un placer para nosotros — Rider realiza una reverencia — Pero la situación allá afuera es crítica, los espíritus de la tierra están luchando contra gigantes de agua.
— ¿Gigantes de agua? — Pregunta Elsa exaltada al separarse de mí.
— Y eso no es todo — Rider se muestra muy preocupado — El ejército de Kol es más poderoso, ya no basta con un solo golpe para derrotarlos, algunos incluso tienen la capacidad de regenerarse.
— Esto está mal — Los ojos de mi amada denotan incertidumbre — Debemos ir con Yelana, ella sabrá que hacer.
Los cuatro ingresamos a una gran tienda exclusiva para la matriarca de los Northuldrans.
— ¿Elsa? — Susurro al entrar.
— ¿Qué ocurre? — Susurra también.
— Perdón por no detener a Kol, les fallé, pero prometo que tendré mi revancha.
— Sé que lo harás. Perdóname a mí por igual, yo debía estar contigo afuera, pero cuando les advertí a todos, el ejército de Kol se adentró al bosque y solamente pudimos refugiarnos.
Nos inclinamos ante Yelana que nos espera de pie.
— Bienvenido nuevamente a todos.
Rider es el primero en hablar:
— Tenemos malas noticias que entreg…
— Ya lo sé, los espíritus me han dado una visión de lo que ocurre allá afuera. Sé también que Kol viene en camino, no debemos perder más tiempo. ¿Tienen un plan?
— No — Comento — Por eso hemos venido aquí, Kol es poderoso al igual que su ejército, necesitamos conocer su punto débil.
— Nuestros poderes no podrán acabar con él — Aporta Elsa.
— Están equivocados — Yelana dice con convicción — Sólos no podrán, pero juntos tendrán una oportunidad. El fuego y el hielo no son poderes opuestos entre sí, son un complemento, son el equilibrio, y en especial, son dos caras de la misma moneda.
— ¿Cómo es eso posible? — Honeymaren no puede evitar preguntar.
— La naturaleza es muy sabia, son dos elementos esenciales que han coexistido en muchos aspectos…
Antes de que Yelana pudiera terminar su idea, se oyen estruendos cerca de nosotros.
Todos salimos de la tienda, pero no nos movemos más allá de la entrada al ver como el cielo se oscurece.
Detrás de los árboles, en el mismo lugar por donde ingresamos Homeyamaren, Rider y yo, vemos como una densa niebla ingresa al centro del bosque.
— Ya está aquí — Yelana trata de armarse de valor.
— Ya es hora — Camino con algo de temor, con mi ballesta a mis espaldas.
— Iré contigo — Elsa camina detrás de mí.
— Iremos contigo también — Rider, junto a Honeymaren y Yelana nos acompañan también.
No me rehuso, tengo la esperanza que podemos ganar si ellos pelean a nuestro lado, al fín y al cabo ya me han demostrado coraje y valentía.
Todos llegamos hasta más allá de las tiendas.
Todos los Northuldrans que están aquí están refugiados en sus tiendas, incluyendo mi hija que está a salvo.
Creo una barrera de fuego con mis manos tal como lo hice en el perímetro.
Esta vez quiero proteger a los Northuldrans.
Mi respiración es agitada.
A mi izquierda veo a Elsa que observa fijamente, a mi derecha los demás parecen estar algo inquietos.
De la niebla se observa a Kol que emerge a paso lento, con su vestimenta negra, acompañado de una tropa bastante numerosa de los soldados de agua que se asemejan a los Mercenarios de Hel.
— Vaya, tiempo que no venía a éste lugar — Kol mira hacía todos lados — Era de suponer que todos buscarían refugio en este lugar.
El anciano camina avanza con despreocupación.
— ¡Alto! — Grita Yelana — ¿Cómo osas a venir aquí?, a la fuente del poder espiritual, ¿Acaso no sientes vergüenza Kol?
El hombre de capucha negra ríe descontroladamente:
— Claro que no, he venido aquí por ustedes. ¡Hoy!, es el día en que los Northuldrans seremos libres de los espíritus que nos han gobernado por siglos.
— Jamás pensé que fueras así — Retoma Yelana — Eras un hombre sabio, vivías en armonía con los espíritus, ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
— Él — Me señala — Gracias al "elegido" salí de la niebla que nos impedía ver más allá, vi la luz y descubrí que merecemos más, mucho más.
— ¿Así es como quieres esto?, ¿A base de batallas y muertes de tus hermanos y de tú hijo Nils?
— Yo sería incapaz de matar a los míos, ni mucho menos a Nils — Realiza un chasquido con sus dedos.
De pronto, desde las oscuras nubes, baja lentamente una gran bola de agua hasta más arriba de la cabeza de Kol. Allí vemos a todos los hombres de la tribu atrapados, ellos parecen estar dormidos.
Kol vuelve a hablar:
— ¿Ven?, yo no he venido a matarlos. ¡Mi objetivo serán los espíritus del bosque!. Ahora que he acabado con los espíritus del agua, la tierra y el viento ¡Ya nada me detendrá!
Con un chasquido, eleva nuevamente la bola de agua por los cielos.
— ¿Qué dijo? — Honeymaren tiembla al escucharlo — ¿Acabó con tres espíritus?
— Efectivamente — Observa Kol a la chica — Durante años, he atrapado las almas de las personas y he podido extraer todo su poder y sus recuerdos, ahora, pude hacer lo mismo con los espíritus, los he puesto a dormir para que no puedan detenerme. Soy más poderoso que el espíritu del agua, más rápido que el viento y más fuerte que una roca. Es inevitable, ¡Yo soy inevitable!
— Aún así no has acabado con todos los espíritus Kol — Doy un paso al frente.
— Lo sé, ustedes dos son los últimos elementos sobrevivientes. Si logro derrotar al puente entre el mundo humano y espiritual, junto al elemento del fuego, mi misión estará terminada.
Kol, reúne una gran cantidad de agua oscura, con ella forma una especie de caballo.
— ¡Nokk! — Elsa exclama al ver al caballo.
El anciano, logra subirse a él como un jinete.
De su mano izquierda se crea una espada negras de agua.
— ¡Soldados! — Nos señala — Hoy es el día, su sacrificio será recordado por muchos años. ¡Hoy!, ¡Es el día de la independencia!
Sus soldados de agua corren hacía nosotros.
— ¡Elsa!, ¡Ahora! — Grita Yelana.
Elsa captando la idea, crea una especie de lanza en las manos de la mujer.
— Nosotros nos encargaremos de ellos, ustedes vayan por Kol — Ordena Honeyamaren.
— ¡Entendido! — Decimos Elsa y yo al unísono.
Mientras los soldados de agua van tras Rider, Honeymaren y Yelana, Kol no se ha movido de su caballo.
Elsa apresuradamente corre para confrontarlo, arrojando rayos de hielo a Kol.
Como era de esperarse, la barrera que protege a Kol se materializa e impide su ataque.
Ya cada vez más cerca, Elsa concentra en sus manos bastante energía lista para golpear.
Pero de forma sorprendente, Kol deshace su barrera, esperando su ataque.
Noto como sostiene su espada con fuerza.
¡Espera!, ¡Tratará de acabar con Elsa de un solo golpe!
Tengo que hacer algo, ya no puedo detenerla.
Recuerdo que tengo mi ballesta conmigo. Es hora de utilizarla.
Rápidamente creo una flecha de fuego y sin apuntar, disparo hacía el muslo del caballo.
Para mi suerte, antes de que Elsa lograra realizar un movimiento contra Kol, mi flecha, a una gran velocidad, impacta al animal.
El caballo se desestabiliza al igual que Kol, permitiendo que Elsa golpeé al hombre sin recibir un ataque en contra.
Con un fuerte golpe en su hombro, Kol cae de su caballo en una dura caída.
En tanto, el caballo galopa con ira hacía mí.
Una vez más, creo una flecha para utilizarla en mi ballesta.
Al disparar, esta vez, el animal esquiva hábilmente mi ataque.
Creo y disparo flechas para evitar que se acerque, pero una tras otra, logra esquivarlas sin problemas.
Dejo de lado mi arma y concentrando calor en mis manos, me preparo a que se acerque un poco más.
Cuando el caballo está a unos dos metros de mí, libero una gigantesca descarga de fuego, que acaba rápidamente con él.
Ya al terminar, observo de manera panorámica la situación: Elsa y Kol combaten a distancia, lanzando hielo y agua respectivamente, además de protegerse con sus poderes; mientras que los demás parecen no tener problemas con los soldados de agua, de hecho me sorprende la habilidad de Yelana para luchar.
Vuelvo a la batalla de Elsa y noto que sus ataques de hielo a diferencia de los míos logran atravesar levemente la barrera de agua hasta romperse en fragmentos.
Doy un respiro profundo y llevo conmigo mi arma para correr hacía donde se encuentra Elsa.
Mientras lo hago, debo acabar con algunos soldados que se aglomeran, creo una espada y acabo con algunos fácilmente.
Al llegar al lado de Elsa, noto que está agotada.
— ¿Te encuentras bien? — Pregunto, y tomo el mando en esta inusual batalla a distancia con Kol.
Cubro a Elsa detrás de mí para protegerla.
— Estoy bien…gracias por salvarme. Si no lo hubieras hecho…me habría atacado con su espada — Respira agitada para recuperar energías.
Kol y yo lanzamos nuestros poderes al otro de forma monótona: Lanzar y protegerse. Ninguno pretende realizar algún ataque físico, es imposible. La única forma que tiene Kol para acercarse a nosotros es creando nuevamente un caballo para su transporte, pero mis ataques le impiden hacerlo; en tanto nosotros no podemos acercarnos a él si su barrera sigue activa.
Esto se definirá a base de una sólida estrategia.
Elsa, más recuperada está en una actitud pensativa.
— "El fuego y el hielo no son poderes opuestos entre sí, son un complemento, son el equilibrio, y en especial, son dos caras de la misma moneda" — Recita las palabras de Yelana — ¡Tengo una idea!
— ¿Qué tienes en mente Elsa? — Sigo concentrado en Kol y en su paciencia con este duelo. Seguramente debe tener algo en mente también.
Elsa suavemente retira la ballesta de mi espalda.
Mientras sigo atacando a Kol, observo discretamente a Elsa que parece estar formando una flecha con sus poderes de hielo. Luego, se acerca a mi oído:
— Es una locura, pero podría funcionar, la barrera de Kol es muy poderosa, ni el fuego podría acabar con ella, pero si el calor.
— No comprendo — Trato de procesar sus ideas.
— El hielo al igual que el fuego puede transmitir calor si sabes como hacerlo correctamente. Necesito que concentres todo tu poder en mi flecha, la utilizaremos como contenedor, así tendremos una oportunidad de romper con su barrera al cruzar…
— El agua en primera instancia para expandir la fuerza destructiva del fuego — Completo su idea.
— Veo que también lo notaste — Sonríe — ¡Yo te cubriré!.
— ¡Esta bien! — Muestro una sonrisa también a pesar del momento. No tengo más alternativa que confiar en ella.
Elsa toma la delantera y ataca a Kol con sus poderes de hielo, mientras que el anciano pacientemente realiza los mismos movimientos com el agua.
Respiro profundamente antes de concentrar toda mi energía en la flecha que está sobre la ballesta.
De pronto, un estruendo se oye impactar en la barrera de Elsa.
— ¿Qué fue eso?
— Es…¿Una roca? — La mirada de Elsa es de confusión.
Se oye otro estruendo que destruye la barrera de hielo, haciendo que Elsa caiga fuertemente.
Observo a Kol que forma con sus manos muchas bolas a base de rocas.
Esto está mal. Ahora ya sabe controlar otros elementos.
Con rapidez, Kol arroja sus rocas a Elsa que todavía no se ha recuperado.
Olvidando la ballesta, me posicionó en frente de mi esposa para formar una barrera de fuego para protegerla.
Los múltiples impactos que recibe mi proteccion hacen que ésta no pueda contener todos los ataques y se desvanece, permitiendo que algunas rocas impacten en mi cuerpo.
Caigo abruptamente al estar expuesto.
— ¡(Y/N)! — Elsa grita mi nombre al acercarse — ¿Estás bien?
— Lo estoy — Me pongo de pie con dificultad — ¿Crees que puedas crear una daga para mí?
— Puedo hacerlo, pero ¿Por qué?
— No servirá si atacamos a distancia, sospecho que utilizará una barrera de roca o una defensa del viento. Pretendo atacarlo casi de frente, para evitar que pueda reaccionar y así concentrar el calor en su máxima expresión.
— Suena arriesgado, iré contigo, ¡Yo te cubriré! — Forma una daga en mi mano.
— Cuento contigo.
Elsa corre tomando la delantera, realizando ataques hacía Kol.
Corro detrás de ella y tomo desde el suelo mi ballesta.
Al moverme, ataco con la daga a algunos soldados que Kol está formando para evitar que nos acerquemos. concentro toda la energía en la flecha a través del arma.
Esquivamos los ataques de Kol, mientras Elsa intenta repelerlos.
La gran distancia que recorremos al acercamos hace que no podamos fallar.
Siento un gran calor a medida que aumenta la energía en la flecha.
Ya a unos dos metros de Kol, Elsa da la señal:
— ¡Ahora! — Cae al suelo para que pueda tener una mejor visión.
Tomo la delantera y disparo a quemarropa al hombre que me engañó con sus trucos y que capturó a todas esas almas inocentes.
La flecha libera una estela de hielo al viajar hacía su objetivo.
Kol, genera su barrera de hielo con una sonrisa confiada en su rostro.
Realiza un chasquido, pero inexplicablemente sus ojos se abren al no conseguir el efecto que deseaba, nuevamente intenta realizarla pero no puede. ¿Por qué?.
Su mirada se centra en como la flecha atraviesa su barrera para posteriormente liberar toda la energía que el fuego ha concentrado en ella.
— ¿Por qué me haces esto Hela?, esto no estaba en el trato — Descifro sus palabras.
Esto me deja confundido.
Una fuerte explosión junto a un destello blanco inunda el campo de batalla impidiendo que pueda ver.
— Finalmente, esto se acabó — Me pongo de rodillas, con mi cuerpo extenuado al recuperar la vista.
Dejo de lado la daga y la ballesta. Siento dolor en todo mi cuerpo.
La barrera de fuego que protegía a los Northuldrans se desvanece. Los soldados de agua se evaporan.
Inesperadamente observo algunas luces que vuelan por los aires a una gran velocidad, similar a una estrella fugaz.
— De seguro son las almas y los cuerpos de aquellas personas que Kol capturó, pronto volverán a sus vidas normales.
También, la bola gigante de agua baja lentamente hasta explotar sobre el césped. Los hombres que defendieron con valentía a su pueblo despiertan producto del golpe.
Yelana y los demás corren a socorrerlos.
Otras luces caen cerca de nosotros, materializado a varias personas que lucen confundidas.
Entre ellos, distingo a miembros de Los Mercenarios de Hel.
Estaba a punto de cerrar los ojos cuando siento las manos de Elsa en mi pecho abrazándome detrás, con su cuerpo apoyado en mi espalda.
— Lo hicimos — Susurra a mi oído con cansancio.
— Estoy orgulloso de tí Elsa, tu idea resultó — Mi voz se apaga — No habría creído jamás que unir nuestras fuerzas acabaría con él.
— Gracias a tí por confiar en mí (Y/N) — Siento como sus manos atrapan mi abdomen y su cabeza está apoyada en mi espalda — Ahora solo quiero dormir.
— Estoy de acuerdo contigo — Me quedo dormido sin importar ésta incomoda posición.
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