3
Trague saliva y tomando la lampara del suelo me influí de valor para abrir despacio la puerta que con el ruido de la tormenta su sonido no era audible, logre ver como la lluvia y los relámpagos se colaban por un gran agujero en el techo, el abandono y el olvido habían hecho que este colapsara. Seguí caminando procurando no hacer ruido con mis pasos, note la presencia de alguien en el fondo de lo que en tiempos buenos era un salón de baile, estaba de pie frente a una enorme chimenea iluminado con la poca luz del fuego encendido y los rayos de la tormenta, devoraba algo con una avidez demencial al igual que una bestia hambrienta. Decidí esconderme de inmediato entre los muebles cargados de moho y suciedad, mirando silencioso lo que hacia, cuidando de no hacer un ruido que lo sacara de su regocijo sin dejar de mirarle y distinguir una larga cabellera negra a sus espaldas, que no dejaba ver que era su preciada cena, el ver esa desarrapada túnica me convenció que era el asesino y que el ser devorado era la suerte de sus victimas.
El viento soplaba desde el sur, cargado de aromas extraños, un olor a sangre y posibles cuerpos en descomposición en el lugar, mezclado con el olor nauseabundo de las calles Vitroën y Leugeot. Las ratas hacían su chillido hasta que una de ellas se quedo cerca de ese comiendo lo que parecía un dedo humano, a esa le siguieron un par de ratas mas salidas de quien sabe donde, seguido de otra mas cerca al mueble de donde estaba, la bestia parecía tranquila ante mi presencia lo que me incomodaba, intente apartar de mi vista el animal con mi arma pero cuando toque con el cañón de la pistola al roedor, su ojos se encendieron con un brillo verdusco al instante, seguido de sus demás compañeras que fijaron sus tétricas miradas en donde estaba, lo que hizo que diera un brinco cayendo de espaldas y notando que el monstruo se había erguido girando hacia donde estaba viendo el mismo brillo donde deberían ir sus ojos, el chillido de las ratas aumento y un par se abalanza sobre mi intentando morder mi brazo, mientras otras se acercaban a un par de metros.
-¡Ahhhh! -Sentí sus colmillos clavarse en mi brazo izquierdo los que por instinto aparte con un golpe de mi arma. -¡¿Que demonios se traen malditas bestias de alcantarilla?! -Les grite al ver como se acercaban.
Las criaturas parecían seguir una orden moviéndose en conjunto, dispare el arma contra las ratas que se acercaban hasta descargar las 6 balas de mi orbea sobre los engendros, sin que este detuviera sus intenciones de atacarme, tome la lampara de queroseno que había tomado del suelo y se las lance con fuerza explotando a las bestias, parte de las llamas caen en mi gabardina, me despoje de ella de inmediato para luego notar a quien las controlaba acercarse con daga en mano.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top