Capítulo 9
Narra Amy:
*
*
*
¡No te atrevas a alejarte de nuevo! Toma mi mano, di mi nombre y mantén tu mirada en la mía. Amy, mi precioso diamante ¿No te gustaría que las cosas se pongan feas entre nosotros, verdad?
*
*
*
Escuché su tenebrosa voz con toda claridad que me dio la sensación de que se encontraba junto a mí y que sin piedad alguna se robaba todo el aire de mis pulmones mientras sus ojos me consumían de la misma forma que el calor del fuego consume una vela. Todo ese temor acumulado me permitió abrir los ojos, mi respiración era entrecortada y el sudor cubría mi cuerpo por completo, no dejaba de temblar y estaba rodeada de oscuridad lo cual no hizo otra cosa que agrandar mis temores. Comencé a palpar con mis manos, esperando identificar algo familiar, pero lo único que eso pudo indicarme es que me encontraba en una cama que no era la mía, cubierta por una delgada sábana y que vestía una especie de camiseta deportiva. De repente un estruendoso relámpago iluminó la habitación en la que me encontraba por unos segundos para luego dejarme una vez más rodeada por la oscuridad, sin embargo, la oscuridad era lo que menos me importó al descubrirme en un lugar totalmente desconocido. Lo más seguro es que lo esté haciendo de nuevo, regresó por mí y estará dispuesto a lo que sea ¡NO! Dominada por el pánico me levanté de la cama, no podía quedarme ni un solo segundo más en ese extraño lugar, y de inmediato me acerqué a la puerta que muy probablemente era la salida, giré el picaporte con desesperación, pero en cuanto me disponía a abandonar aquel espacio choqué con alguien de forma abrupta y me sujetó fuertemente de la muñeca evitando que cayera... o escapara.
—¡¡¡No me toques!!! —exclamé atemorizada de que me descubriera, traté de soltarme de su agarre, pero su fuerza era mayor a la mía — Te lo ruego, Mephiles, déjame ir.
—¡¿De qué estas hablando niña?! —cuestionó una voz que conocía muy bien, las luces se encendieron y en cuanto nuestras miradas se cruzaron desperté de aquella pesadilla.
Narra Shadow:
—Hablo en serio Shadow, esto es demasiado riesgoso, incluso para nosotros— se quejaba la vampiresa de ojos azules —. Las esmeraldas no valen la pena si tenemos que arriesgar nuestras vidas, además considera que su hermano es policía, en cualquier momento podría descubrir quién eres realmente y a qué te dedicas. Simplemente termina con esta locura, ya tenemos una esmeralda y con eso nos alcanza para el resto de nuestras vidas.
Lo que dice Rouge es sensato y en el fondo sé que tiene toda la razón respecto a esta situación, pero algo más fuerte llama mi atención, que muy probablemente sea impulsado por mi orgullo herido. Después de pasar aquella escena con la princesa me siento muy frustrado, no comprendo qué clase de ser puede llegar a asustarla mucho más que yo, eso no tiene ningún sentido. Su mirada perdida en alguien que no era yo, su pánico provocado por alguien distinto a mí y cómo olvidar la forma en la que pronunció su nombre; eso no puedo perdonárselo. No estoy dispuesto a renunciar, pero tampoco quiero arriesgar a mi equipo por un simple capricho mío.
—Hablaré con ella —respondí ya algo cansado de la situación —. Analizaremos la situación y conforme a eso tomaremos una decisión.
No espero a que Rouge me dé una respuesta, después de todo estoy seguro de que solo tratará de darme la contra y hacerme desistir de toda esta locura. Lo admito, estoy preocupado de que todo esto se salga de control, después de todo siempre sospeché de que esta mocosa ocultaba algo detrás de su pinta de niña ruda. Es todo un shock para mí haber visto esa expresión de horror en su rostro, si la comparo con la misma princesa segura que entró aquella vez en el antro diría que se trata de alguien totalmente diferente. Por más que trato de analizar su comportamiento no logro entenderlo, la primera vez que nos vimos ni siquiera titubeó cuando le apunté con mi arma directamente a la cabeza, pero en este incidente en el que solo tuvo que sufrir estar atada a un pilar y ser bañada en sangre de animal, prácticamente, la sacó de quicio e hizo que emergiera el terror en su expresión. Me molesta, pero trato de calmarme antes de entrar a mi habitación, donde la dejé para descansar. Apenas coloco la mano en el picaporte, éste gira por si solo y la puerta se abre sin previo aviso. A toda prisa la pequeña trata de escapar, pero yo no se lo permito y me limito a sujetarla de la muñeca, lo que la hace gritar atemorizada. No puedo evitar irritarme al escuchar ese nombre de nuevo, por lo que de forma automática pongo un poco más de fuerza en mi agarre para evitar que escape.
—¡¿De qué estas hablando niña?! —cuestiono molesto por lo ridículo y estresante que se está pintando el ambiente.
Enciendo las luces de la habitación y en cuanto nuestras miradas se encuentran ella deja de forcejear. No pierdo detalle del estado en el que se encuentra ahora, seguro despertó hace poco y al encontrarse en un lugar desconocido se asustó. Su respiración es levemente acelerada y su rostro está empapado en sudor, su pequeño cuerpo no deja de temblar y es evidente como trata de aguantar las ganas de llorar. No soy de los sensibleros que consuelan a las chicas cual novela adolescente, pero su estado es tan lamentable que incluso me entra algo de pena por ella. De modo que extiendo los brazos esperando que ella lo comprenda. Sus penetrantes ojos jade me observan con cierta extrañeza por unos segundos en lo que tarda comprender el mensaje, por suerte logra captarlo rápido y se lanza hacia mí en un abrazo que seguro necesitaba con urgencia. Siento como sus lágrimas mojan mi camisa y los pequeños suspiros que suelta tratando de controlar su respiración. La cargo para dirigirme a la cama y que pueda descansar un poco más, mantengo el abrazo y comienzo a acariciar su cabeza con delicadeza. Me pregunto si estoy acariciando su cabeza de forma correcta, no hago esto desde hace bastante tiempo que hasta me siento fuera de práctica. Quiero preguntárselo, pero me encuentro con la princesa nuevamente dormida, lo que me parece muy normal después de todo con lo que tuvo que lidiar el día de hoy. No hay más remedio que esperar un poco más antes de hablar con ella acerca de todo lo sucedido por lo que me limito a separarme de ella y arroparla nuevamente. En esta ocasión enciendo la pequeña lampara junto a mi cama antes de apagar las luces de la habitación, con eso seguro se sentirá más tranquila cuando despierte otra vez. Suelto un suspiro cansado antes de salir de la habitación y cerrar la puerta tras de mí. Bajo hacia la sala de estar algo desganado y sin muchos ánimos de dar explicaciones a nadie. En cuanto mis compañeros y yo cruzamos miradas, es Rouge la primera en aproximarse, pero la detengo antes de que comience con el interrogatorio.
—De inicio ya te aviso que aún no sé nada —comienzo a decir antes de que una palabra salga de los labios de la albina —. Despertó confundida y asustada, lloró un poco y se quedó dormida de nuevo. Así que el ansiado interrogatorio se pospondrá por unos minutos más hasta que ella despierte —pero antes de que pueda decirles algo más el timbre da aviso de que alguien se encuentra en la puerta — ¡Maldita sea! ¿Acaso no puedo estar tranquilo por algunos minutos?
En serio no estoy de humor para nada, pero puede que sea importante, solo espero que no sea un cliente que con la situación actual no es algo con lo que quiera lidiar hasta mañana. No obstante, mi mal genio es reemplazado por sorpresa al encontrarme con la mirada dorada de aquel erizo albino. Con toda la preocupación olvidé que llamé al hermano de la mocosa para que viniera a recogerla.
—¿Cómo se encuentra Amy? —cuestiona bastante preocupado —¿Sufrió algún daño? ¿Dónde está ella?
—Tranquilo amigo, ella se encuentra en mi habitación descansando —le digo a modo de calmarlo un poco y lo invito a entrar a mi casa. De inmediato noto la ausencia de Rouge en la sala, seguro sintió miedo de que el chico policía la reconociera y fue a esconderse, típico. De cualquier modo dejo entrar a mi cuñado temporal y lo conduzco hacia mi habitación. Puedo notar la desconfianza con la que me sigue, lo que se me hace divertido ya que el que debería sentirse así tendría que ser yo.
En cuanto abro la puerta el erizo albino me hace a un lado y corre hacia la cama bastante angustiado. Me doy cuenta de que analiza la habitación a fondo y de igual modo a su pequeña hermana. Cuando parece estar seguro de que se encuentra en perfecto estado suelta un suspiro exhausto y me dirige una mirada conforme y un poco más relajada.
—Lamento mi brusquedad y mi falta de modales contigo —dice un poco avergonzado y tratando de sonar amigable conmigo—. De hecho creo que debo disculparme por todo, te juzgué mal Shadow.
—Descuida, no te culpo —digo un poco más relajado al estar seguro de que por el momento no tratará de arrestarme —. Después de todo luzco exactamente igual a la pesadilla de cualquier padre, y en este caso hermano, que siquiera trata de acercarse a una princesa como Amy.
—Y me retracto de cualquier cosa que haya llegado a pensar con respecto a tí, lo que trato de decir es... —puedo notar como Silver trata de buscar las palabras correctas, algo que por supuesto debo aprovechar.
—¿Quieres algo de beber? —le pregunto con una sonrisa casual —Dudo que Amy despierte pronto y una cerveza nocturna no te caería mal en este momento.
—Mientras no pase de una puedo aceptarla. —responde con una ligera risa mientras me sigue hacia la cocina.
Apenas entramos a la cocina lo invito a tomar asiento en la barra. Saco un par de cervezas de la nevera y así es como iniciamos nuestra conversación. Tengo que ser sincero, Silver es mucho más divertido de lo que pensé, debí suponer que detrás de esa imagen perfecta de hermano sobre protector se encontraba la de un tipo carismático y agradable. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuve una conversación con alguien de mi edad y, además, que la conversación no tenga que ver con masacres y cadáveres. Si tan solo yo no fuera un psicópata-asesino y Silver no fuera policía, estoy seguro de que podría disfrutar esto mucho más de lo que lo hago ahora.
—¿Cuándo llegará el momento de las preguntas incómodas? —cuestiona de repente el albino —Ha sido una conversación entretenida Shadow, pero estoy seguro que tras este acontecimiento tienes algunas preguntas que hacerme acerca de mi hermana. Sabía que este momento llegaría tarde o temprano, claro que esperaba que fuera mucho más remoto, así que no te cortes y dime qué quieres saber.
—Considerando que hoy arriesgué mi vida no es algo que se pueda evitar —comienzo a decirle —. Así que de antemano me disculpo si llego a hacer preguntas que te molesten.
—Continúa. —ordena el erizo mientras enciende un cigarrillo, lo que me da la libertad de hacer lo mismo.
—Para empezar ¿Por qué esa equidna secuestró a tu hermana? ¿Es algo por lo que deba preocuparme? ¿Esta clase de situaciones pasan seguido? y finalmente ¿Quién es Mephiles?
Todas las preguntas parecían ser de poca importancia para el albino hasta que me escuchó mencionar ese nombre. Su mirada y actitud relajada cambió drásticamente a una sería e incluso algo agresiva, que incluso me dio la impresión de que tendríamos una especie de pelea callejera en mi cocina. Se detuvo a observar los alrededores, como si quisiera asegurarse de que nadie nos estuviese escuchando, cosa que me puso en guardia.
—¿Qué sabes de él? —me preguntó serio y expectante a la vez.
—No más que su nombre —le respondo tranquilo, pero sin dejar de lado mi actitud de chico malo —. Antes de que Amy perdiera la consciencia mencionó su nombre. Pude notar lo asustada, lo aterrada, que estaba por ese sujeto. Debo admitirte que eso es algo que me molesta y no me ha dejado tranquilo hasta ahora.
El erizo de ojos dorados se relaja un poco y le da una nueva calada a su cigarrillo. Me observa por unos segundos antes de expulsar el humo por su boca. Apaga el cigarrillo en el cenicero antes de dirigirme la mirada nuevamente.
—No es una historia de la que nos guste hablar en casa —comienza a decir con cierta melancolía —. Para Amy fue una experiencia vergonzosa y a la vez horrible. Pero puestos a como salieron las cosas esta noche creo que es momento de contártelo. Además, creo que será más sencillo que lo haga yo en lugar de ella. Sólo promete que no la obligarás a hablar sobre el tema y lo más importante Shadow —la mirada de Silver me indica que si fallo firmaré mi muerte —No cambies.
...................................................................................................................................
Holiwis de nuevo mis sensuales lectoras y lectores.
Se suponía que no sabrían de mí hasta la siguiente semana, pero gracias a la insistencia de una persona especial aquí tienen la muy esperada actualización.
Ahora tranquilos que en serio estaré con ustedes la siguiente semana y todo lo que duren mis vacaciones de forma constante. No desapareceré de nuevo sin avisar.
Les prometo actualizar todas las historias de manera frecuente, pero por hoy será todo hasta la siguiente semana.
¡¡¡Los amodoro a todos!!! Muchas gracias por su comprensión.
Sin más que decir...
...Eve cambio y fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top