Narra Amy:

-Si quieres que te lleve será mejor que despiertes Ammes. - susurran a mi oído con dulzura.

La voz de Silver siempre ha sido tranquilizadora, ocupando un lugar muy importante en mi vida. Observo su sonrisa despreocupada y esas púas fuera de lugar que le dan una imagen juvenil. De manera automática me pongo a sonreir y lo abrazo.

-Parece ser que alguien despertó de buen humor. - dice mi hermano al regresarme el abrazo - Considerando el episodio de anoche esta actitud me tranquiliza.

-Lo lamento. - digo apenada al recordar lo de anoche - No sé que me pasó.

-No hay problema Amy, estas cosas son difíciles de olvidar. - acaricia mi cabeza como ya es habitual - Así que no te desanimes por una pequeña recaída. Lo estás llevando de maravilla. Además, aunque deteste admitirlo, Shadow parece estar influenciando de forma positiva en tí.

No respondo a eso. Me limito a sonreir y asentir como siempre hago para luego retirarme con cualquier excusa. Me dirijo a mi habitación para darme una ducha y prepararme para hoy. Aunque no parezca demostrarlo de verdad no me siento cómoda recurriendo a mentiras para calmar la ansiedad de mi familia. Sin embargo, no es del todo por eso ya que de alguna manera también esto resultará beneficioso para mí. Seguro para muchos el valor de las esmeraldas caos es increiblemente alto, una buena razón para que Shadow aceptara mi oferta sin ningún reclamo. Sin embargo, para mi familia estas joyas no llegan a ser nada más que una de muchas posesiones. Por lo que no me duele en absoluto desprenderme de ellas. No obstante admito que me tiene ansiosa el pensar sobre lo que me depara el futuro, ¿qué pasará cuando Shadow cumpla con nuestro trato? ¿Se marchará de la misma manera que vino o existe alguna posibilidad de que se quede como un buen amigo? No puedo negar que me he encariñado con él y que su amistad se ha convertido en algo importante. Es curioso pensar que toda esta farsa me haga considerarlo como un posible amigo, pero no soy nadie para cuestionar lo que el destino me tiene preparado.

-¿Ya estás lista Ammes? - escucho la voz de mi hermano al otro lado de la puerta.

-Voy de inmediato. - respondo mientras sujeto mi mochila y salgo a su encuentro.

Como es habitual me deja sentarme en el asiento junto al suyo. Antes de partir, como cada mañana, chocamos los puños e intercambiamos sonrisas. EL olor a tabaco en el auto de Silver es ténue, nada comparado al olor a tabaco que tiene Shadow por sí mismo.

Me pregunto cuántos de esos cigarrillos consume el peligroso erizo de vetas rojas.

Narra Shadow:

Apenas termino de vestirme voy a por mi equipo. Según la información que recibimos los tipos de este trabajo serán algo más peligrosos que el promedio. Claro que nada de eso me preocupa, pero nunca está demás ser precavido. Si algo he aprendido de este trabajo es que nunca falta el genio del grupo que trata de protagonizar el papel de héroe.

"Me preocupas".

Otra vez su voz pasa por mi cabeza y no pasa mucho tiempo para que empiece a repasar los rasgos del rostro de mi pequeña "noviecita" de ojos jades. Sin embargo, el resultado es distinto y el único rostro que veo es el de esa ingrata muchacha que destrozó el diminuto trozo de sensibilidad que me quedaba. El rostro de ese ángel del infierno que mantiene prisionero mi marchito corazón. Uno diría que después de tanto daño lo normal sería olvidar y continuar caminando por una mejor experiencia, pero después de ella me fue imposible continuar. Tras nuestra historia todo se detuvo de repente y el mundo perdió vida y color, excepto el exquisito color de la sangre. Tan solo me quedó ese color tras perderme a mí mismo, la razón por la que ahora soy tan adicto a ese pigmento con el cual estoy ansioso de pintar al mundo. Solo de imaginar la calidez que emana ese precioso líquido de brillante carmesí un placentero cosquilleo recorre mi cuerpo y no puedo evitar dibujar una sonrisa en mi rostro.

-¿Tan emocionado estás de empezar con el trabajo? - cuestiona de repente mi colega de pelaje blanco - No te había visto tan animado desde aquel trabajo en Furville.

De seguro debo tener la misma expresión de un psicópata ya que puedo leer con claridad ese atisbo de miedo en el rostro de la peliblanca. Pero no puedo remediarlo después de todo "un psicópata" es precisamente lo que soy - No tienes idea de cuán prendido estoy hoy.

-Mientras cumplamos con el trabajo de hoy... - trata de decir, pero de inmediato algo más parece invadir su mente - Solo procura que no termine de la misma forma que en Furville.

Me limito a asentir la cabeza ya que si le prometiese lo contrario sería una cruel mentira. El que termine de la misma forma o no está fuera de mis manos, todo depende de la aglomeración de inútiles que se presenten hoy. Esperemos que no asista nadie capaz de despertar a la bestia sedienta de sangre que reside en mí. De lo contrario las cosas para ese ser no se terminarán de una forma agradable, aunque claro que si se trata del sexo opuesto es muy probable que llegue a disfrutar de sus últimas respiraciones. Esperemos que esa suerte me acompañe en esta ocasión.

-Shadow ya es hora de empezar con el trabajo. - avisa Omega desde el piso inferior con cierto nerviosismo.

-Ahora salgo. - me limito a decir al cargar mi última pistola y dirigirme a la cochera.

En cuanto llego me encuentro con la mirada espectante de mis compañeros. Sin embargo, no me tomo la molestia de saber qué los tiene tan ansiosos y ocupo el asiento del copiloto en silencio. Ninguno parece tener agallas para abrir la boca y dirigirse a mí, por lo que terminan llenando todo de un silencio incómodo de la misma forma que ocupan la camioneta. Scourge es quien se encarga de conducir, mientras Rouge y Omega preparan los explosivos en la parte de atrás. Por mi parte tengo todo listo de modo que cierro mis ojos con el fin de echarme una siesta. No obstante, una vez más me veo amenazado por el recuerdo de un par de ojos tan azules como el traicionero océano. Muy a pesar de que he tenido a varias hembras a mi merced fue sólo ella la que hasta ahora me tiene cautivado ¿Será posible que algún día logre hacerla volver? Lo más probable es que ese sea un deseo egoísta que termine por destruirme, pero después de todo estoy lo suficientemente loco como para ser dichoso con ese veneno.

Echo un vistazo a la ventana y logro ver a lo lejos nuestro objetivo. El encargo es sencillo, acabar con todos los presentes y eliminar todo rastro de evidencia. No es algo que no hiciese antes, sin embargo, no tengo un buen presentimiento de esta ocasión. Pero asumo que es solo a causa de mi desequilibrio emocional.

Narra Amy:

Es extraño, pero desde hace un rato que hay algo que me está molestando. Aunque he tratado de distraerme con cualquier cosa no he logrado quitarme este mal presentimiento. Solo espero que sea alguna sugestión mía y no pase nada raro durante el día. Las clases pasan con su ritmo habitual, aunque claro que en Artes Escénicas nunca se sabe con qué idea llegaran los docentes de un momento para otro. De repente un pequeño papel aparece en mi escritorio, no noté en qué momento lo dejaron. Desdoblo el peuqeño papel y leo su contenido.

Te veo en el gimnasio después de la última clase. Es urgente.

-Wave

Esto es algo inusual ya que por lo general cuando Wave necesita algo me lo dice en persona o al menos envía un texto al móvil. Supongo que agotó su saldo por estar hablando hasta tarde con Jet. Me pregunto de qué tanto hablaran, siempre parecen tener algo que contarse. Sonrio al imaginar lo feliz que es mi mejor amiga al poder conversar así con la persona que quiere. Aunque nunca llegue a decirlo delante de ella debo admitir que me da envidia. Me da mucha envidia. Supongo que todavía no ha llegado mi turno de conocer al indicado, tal vez pronto o puede que después de algunos años. Pero primero debo concentrarme en superar todo esto y estoy segura que con ayuda de Shadow las cosas se pondrán muy interesantres. De alguna forma me causa gracia, nunca antes me imaginé que le confiaría tanto a un desconocido y mucho menos a un delincuente con sonrisa de psicópata.

Me pregunto qué es lo que estará haciendo ahora ese erizo.

Narra Shadow:

¡Maldito sea!

De todos los que pudieron asistir tenía que estar, precisamente, el padre de la princesa en medio de todo este escenario. Me tranquiliza que Scourge lo noqueara y lo sacara de aquí. Sin embargo, me inquieta el hecho de que exista la posibilidad de que viera mi rostro, o mucho peor, que me reconociera. Todo eso significaría que tendría que eliminarlo, tendría que hacerlo si no quiero que interfiera en el trato que tengo con la rosada.

-Shadow mantente tranquilo y concéntrate en el trabajo. - me dice Rouge en medio de tiroteo - Te aseguro que no vio tu rostro. Logre verlo antes de que empezáramos y me aseguré de cubrirte. Por eso le dije a Scourge que lo llevara directo a un hospital.

Asiento la cabeza a modo de decirle que estoy bien. Pero no se imagina cuan aliviado me siento de que las cosas no se hayan complicado. Suelto un suspiro antes de continuar con el trabajo que me encomendaron. Sujeto con fuerza mi pistola y salgo de mi escondite directo a disparar. Cada disparo mío es la caída de uno de los guardias y con Omega cerrando la salida a los invitados la masacre se me hace mucho más sencilla. Esas caritas asustadas no se comparan con nada, incluso la expresión de los que reciben un disparo sin esperarlo es bastante estimulante. Con los guardias eliminados ya solo nos queda el resto de los invitados. Camino con pasos tranquilos, después de todo tengo mucho tiempo hasta que lleguen los ineptos policias.

-Por favor... Se lo ruego - dice en medio del llanto una pequeña mangosta de cabello morado - No se acerque. No se me acerque.

Su expresión me fascina y su voz es encantadora. De inmediato la sujeto de la muñeca con la intención de dejarla para el final, un premio como este no se encuentra todos los días. De repente un entrometido, asumo que su novio, trata de impedir que la toque. Un disparo en la frente es más que suficiente para deshacerme de él. La pelimorada da un grito desesperado al observar como el cuerpo de su amado cae y la luz de sus ojos desaparece a la par de su sangre derramándose por todo el piso. Exquisita escena.

-No te desesperes preciosa. - susurro a su oreja mientras la llevo lejos de aquel saco de carne - Muy pronto podrás acompañarlo, pero por ahora serás mi pequeña diversión del día.

La acorralo contra la pared y sin ningún miramiento devoro sus labios, pero antes de que pueda hacer algo más recibo una mordida sin gracia. Me separo de la maldita muchacha y la abofeteo con una fuerza descontrolada. Antes de que pudiese replicar o quejarse la mato de un solo disparo. Frustrado tiro el cuerpo a un lado y me arreglo un poco antes de regresar a mi deber. De inmediato retomo la masacre. Termino por romperle el cuello a un infante que derrama lágrimas de desesperanza, apuñalo a quien intenta defenderse y le extraigo las pintorezcas entrañas, las damas no paran de llorar conscientes de que su tiempo en esta tierra terminó, disparo al azar y como siempre termino eliminando a alguien. Los gritos llenos de pánico y desesperación son un dulce arrullo que produce descargas de placer en mi cuerpo, he de admitir que ni siquiera la hembra más hermosa ha logrado producir en mí semajante éxtasis.

Sencillamente, exquisito.

...

El lugar ha quedado desierto y yo bañado en sangre. Omega extrae objetos de valor entre los cadáveres, Scourge todavía no ha regresado y Rouge no para de vomitar desde que he dejado el escenario mucho más grotesco que Furville. Una clara muestra de que mi trabajo me puso a mil. De repente el sonido del celular que me facilitó la rosada llama mi atención. Al ver la pantalla veo un número que no es de mi "noviecita" y que por obvias razones no está registrado. Curioso contesto de inmediato.

-Por favor dime que Amy está contigo. - reconozco la voz quebrada de la golondrina que siempre va junto a la pequeña de ojos jade.

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Holiwis mis sensuale lectoras y lectores.

Me siento orgullosa de por fin presentarles un nuevo capítulo de esta historia.

Les agradezco mucho por toda su paciencia y apoyo.

No olviden picar a la torpe y sensual estrella y dejarme sus comentarios.

Los amodoro.

Sin más que decir...

...Eve cambio y fuera.