Capítulo 11

Narra Shadow:

La mañana se hace presente con los primeros rayos de sol que se adentran en la habitación, caprichosamente, a través de una pequeña abertura de las cortinas. Estiro mi cuerpo hasta ocupar toda la cama para luego cubrir mi rostro con las sabanas. Sin embargo, esa tranquilidad no me dura al percatarme de la ausencia de la princesa junto a mi. Por lo que, algo alarmado, me levanto de prisa y bajo las escaleras a toda velocidad. Mi preocupación aumenta al sentir un horrible olor proveniente de la cocina. En cuanto abro la puerta no se si sentirme aliviado u horrorizado, pero termino siendo interceptado por un par de ojos color jade antes de siquiera poder reaccionar.

-­­Buenos días Shadow, espero hayas tenido un descanso reparador. Ya casi tengo listo el desayuno, así que toma asiento y espera un poco. -­­dice la rosada con una enorme sonrisa.

Nada de lo que pasaba en esa cocina tenía sentido. Podía ver la adorable sonrisa de mi "novia", casi tan bella como la de un ángel, pero el escenario que tenía de fondo era muy parecido a lo que podría llamar el infierno. Tanto el piso como el techo estaban cubiertos de harina, mantequilla y otras sustancias que no estoy seguro de lo que puedan ser. Las cáscaras de huevo se encuentran derramadas por todas partes, los diferentes utensilios de cocina están desparramados y ni siquiera son utilizados para su respectiva finalidad. Observo los vestigios de varios accidentes relacionados a los platos. Finalmente, y lo mas aterrador del asunto, algo oscuro, viscoso y de apariencia extraña se desborda de la olla. No obstante, un olor a quemado me obliga apartar la mirada de todo ese asunto para luego fijarme en el microondas que, por lo que puedo suponer, lleva funcionando hace bastante tiempo.

***

-­­Ya te dije que lo siento -­­reprocha la princesa desde su lugar de castigo -­­. Solo quería hacer algo lindo por ti.

-­­Algo lindo habría sido ver lo que llevas bajo mi camiseta. Lo que hiciste casi me mata de un infarto -­­reprocho de regreso mientras limpio el desastre, casi destrucción, que la pequeña dejo en mi cocina -­­. A todo esto, ¿qué rayos tratabas de hacer?

-­­¿Qué acaso no es obvio? Estaba haciendo algo de chocolate caliente con un enorme pastel de frutas -­­su respuesta me deja boquiabierto. Para empezar ¿Cómo es posible que esa masa oscura de la olla fuera chocolate? -­­Aún no entiendo en que parte me equivoque, seguí la receta al pie de la letra.

-­­¿En qué parte de la receta indicaba destruir la cocina de tu novio?

Sin embargo, no recibo respuesta alguna. Levanto la vista y veo a la eriza rosa cabizbaja en su rincón de castigo. Después de todo lo que paso anoche supongo que puedo ser un poco mas amable. Termino de desechar los últimos trastos rotos y tirar toda la porquería que alguna vez fue comestible. Visto mi chaqueta negra y tomo las llaves de mi motocicleta. La ojijade me observa curiosa desde su lugar y no puedo evitar sonreír ante su expresión arrepentida.

-­­¿Quieres hacer una parada para comer algo antes de que te lleve a casa? -­­pregunto ya listo para salir.

Ella afirma con una sonrisa y sale corriendo a mi habitación para poder hacerse un cambio de ropa con lo que Silver le dejo anoche. A pesar de los últimos acontecimientos me sorprende verla así de animada, he de suponer que sera un alivio para su familia el verla sana y salva. No pasa mucho tiempo para verla corriendo en mi dirección. Quién diría que unos sencillos pantalones cortos se verían tan favorecedores en ella. Subo la vista y me giro para dirigirme a mi motocicleta.

-­­¿A dónde te gustaría ir?-­­ pregunto mientras le paso uno de los cascos que tengo guardados.

-­­Cualquier lugar que conozcas esta bien.

-­­No conozco lugares tan refinados como la cafetería a la que me citaste, no estoy seguro de que los lugares que conozco sean de tu agrado.

-­­Estoy segura de que me gustara, no creo que vayas a llevarme a un lugar parecido al antro donde nos conocimos.

La sola mención de aquel lugar me hace gracia que termino riendo a carcajadas. Le hago una señal para que se suba a la motocicleta y ella lo hace obediente. No pierdo tiempo y la llevo a uno de mis lugares favoritos, una cafetería algo alejada del centro, pero con uno de los mejores pasteles de manzana de la cuidad. Tardamos en llegar un poco más de lo que suelo acostumbrar, pero si pasaba por el atajo que suelo tomar no creo que la vista le hubiese sido muy placentera a la princesa. Después de todo dudo que tenga idea de cómo se ven los barrios más pobres de esta cuidad. Terminamos llegando al lugar esperado e ingresamos a dicho lugar en cuanto estaciono y aseguro bien a mi tesoro.

Somos recibidos por la ruidosa campanilla que se ubica junto a la puerta. La conduzco a la mesa que suelo ocupar cada que me paso por aquí. La ojijade toma la silla que se encuentra frente a la mía y me dedica una sonrisa. No pasa mucho tiempo para que la encargada del lugar se nos acerque con el menú de la mañana .

-­­Buenos días, sean bienvenidos a... ¡Santo cielo, Shadow! -­­exclama horrorizada la pequeña Cosmo en cuanto me ve-­­ ¿Qué te pasó en la cara, Scourge volvió a hacer de las suyas?

La risa de mi acompañante no se hace esperar y yo no puedo estar más confundido con toda esta situación. No obstante, Cosmo parece comprender mejor lo que esta pasando y se le escapa una leve risa seguida de su amable sonrisa.

-­­Acompáñame un momento y te ayudo con tu pequeño problema -­­dice mientras le pasa el menú a la princesa -­­. Mientras tanto puedes ir eligiendo lo que te gustaría ordenar linda -­­La encargada se aleja de nuestra mesa y la sigo de inmediato-­­. Parece ser que te jugaron una broma, ¿amiga tuya? Nunca antes la había visto contigo.

-­­En realidad es mi novia -­­digo sin pensármelo demasiado. Lo que por supuesto sorprende mucho a Cosmo, siendo lo más natural considerando que crecimos en el mismo barrio. Razón por la que me veo obligado a explicarle un poco el asunto -­­. Empezamos a salir hace un tiempo y hace un par de días que formalizamos nuestra relación.

-­­No voy a mentirte, me tomaste desprevenida, pero me alegro muchísimo de que el pequeño Shadow por fin tenga una relación formal -­­echa un vistazo hacia la mesa que acabamos de dejar y su sonrisa se hace mucho más grande-­­. En especial con alguien tan guapa y simpática como ella. Aunque parece que te resulto un poco traviesa.

La joven encargada vuelve a reír un poco. A continuación abre la puerta que esta detrás del mostrador y me deja a solas, no sin antes decirme que me tome mi tiempo. No digo nada y me adentro en el baño que es de su uso particular. En cuanto veo mi reflejo en el espejo toda la situación termina por aclararse. Con enormes trazos de plumón rosa veo que tengo escrito "soy un idiota" en la frente, seguido de un montón de garabatos por el resto de mi cara. No puedo creer que haya salido así de mi casa y agradezco a Caos que las calles y la cafetería estuviesen desiertas. Lavo mi rostro con abundante agua hasta estar seguro de que no queda rastro alguno de la canallada que me hizo la rosada. Uno creería que me vería recompensado por lo de anoche, pero solo terminé con una cocina casi desecha y un montón de garabatos en el rostro. Espero que esa mocosa tenga una buena explicación sino quiere que el acuerdo que tenemos se vaya al diablo.

Me dirijo hacia nuestra mesa hecho una furia y desde lejos la contemplo disfrutando de una ensalada de frutas bañada en crema, mientras que en mi lugar reposa una enorme taza de café acompañado por un apetitoso pastel de manzana, que es lo que siempre suelo pedir.

-­­¿No tienes algo que decirme princesa? -­­cuestiono molesto en cuanto tomo asiento frente a la mencionada.

-­­Tenías razón Shadow, este lugar es genial -­­me dice sin perder su traviesa sonrisa -­­. No puedo creer que tenía una vida antes de probar las delicias de este lugar.

-­­Deja la cháchara mocosa, sabes muy bien a lo que me refiero. Después de arriesgarme e ir en tu rescate estoy seguro de que no me merecía esta bromita tuya.

-­­Lo dice el erizo que trato de pasarse de listo con una chica que no era yo -­­responde con una expresión, repentinamente, seria. A decir verdad, ese comentario me toma de sorpresa -­­. Solo basta con ver esa mordida que tienes en el labio para deducir lo que tratabas de hacer con esa desconocida. En otro tipo se situación ese acto es suficiente para anular nuestro acuerdo, pero es un hecho que te debo la vida. De modo que pasare por alto este desliz tuyo y continuare con nuestro acuerdo, siendo eso mi muestra de gratitud. No obstante, no quita que este molesta contigo, así que esa "bromita" como la llamas es más que justificable, y en lo que mí respecta, demasiado leve.

Me siento atrapado, claro que aquello fue culpa mía, pero nunca antes me sentí tan expuesto. Es un sentimiento tan incómodo que trato de salirme con la mía y voltear un poco las cosas -­­Supongo que debo estar agradecido contigo por este gesto tan dulce. Pero, ¿no crees que me merezco una explicación de como demonios terminaste siendo secuestrada por una adolescente psicópata?

-­­Por supuesto que puedo contarte al respecto -­­afirma con total tranquilidad mientras se lleva un trozo de manzana a la boca, degustandolo con calma. En cuanto aquel trozo pasa por su garganta me dedica una mirada afilada como cuchillas que, de ser reales, se clavarían en todo mi cuerpo -­­. Solo si eres capaz de darme los detalles de cómo terminaste enredado con la chica que te mordió el labio.

La princesa no se anda con juegos, por lo que no me queda de otra que callar y aceptar mi derrota en silencio. Por lo que acabo de presenciar, Rouge tenía razón, la princesa es más astuta de lo que pensé. Demostrándome, nuevamente, que no me puedo dejar engañar con las apariencias. Terminamos nuestro desayuno sin dirigirnos la palabra, pago la cuenta y me despido de Cosmo.

El camino hacia la fortaleza que tiene mi "novia" por casa no ayuda a relajar un poco las cosas entre nosotros. Para cuando llegamos a nuestro destino la situación se complica más. Baja de mi motocicleta, me agradece secamente y me regresa el casco con expresión seria. Una de las mucamas la recibe con preocupación y tras intercambiar unas cuantas palabras el rostro de la rosada se ensombrece y se pone algo nerviosa. Curioso por lo que está sucediendo me acerco a ella para luego preguntarle:

-­­¿Va todo bien?

-­­No del todo -­­admite ella -­­. Parece ser que el evento al que asistió mi padre anoche fue un escenario horrible, todos los que invitados fueron brutalmente asesinados -­­comienza a temblar y se le hace algo difícil explicarlo -­­. De alguna forma logró escapar con solo unos golpes y rasguños, los informes policíacos indican que alguien lo encontró inconsciente en la carretera y lo llevaron al hospital más cercano. Ahora está estable, pero tendrá que guardar reposo por algún tiempo.

Instintivamente la atrapo en un abrazo y permito que se desahogue. Por lo que escucho Scourge hizo bien su trabajo al alejar al padre de la princesa del lugar. Además, y considerando que no tengo a todo un escuadrón de policías encabezado por Silver tras de mí, puedo afirmar que el señor Rose no logro verme en aquel lugar. Una pequeña victoria que recompensa mi día y una oportunidad para arreglar un poco mi metida pata de anoche.

-­­Siento lo del beso -­­digo sin vacilar -­­. La verdad es que ayer no tuve un buen día. Tenía un torrente de pensamientos desagradables atormentándome la mente. Cometí un montón de imprudencias en el trabajo y de alguna forma casi lo echo todo a perder -­­explico mientras recuerdo como me excedí con la masacre del último trabajo y el asco que le produjo a Rouge toda la escena -­­. Estaba molesto, confundido y algo deprimido que en cuanto se me presento una oportunidad para cometer una idiotez no la desaproveche. Pero no salió nada bien como puedes ver. De verdad lo siento.

Su mirada se clava en la mía sin perder detalle alguno de mi expresión arrepentida. Recién tomo en cuenta que me encuentro acariciando sus púas con delicadeza. Me abraza con fuerza y como si se le quitara un peso de encima deja escapar un largo y profundo suspiro. Se queda así por unos minutos más, lo que hace que empiece a sentirme incómodo por su cercanía. Para terminar alejándose lentamente con rumbo al interior de su hogar.

-­­Solo por esta vez -­­exclama al detenerse repentinamente. Luego gira lentamente con una adorable expresión acompanada por su sonrisa -­­ Te perdonaré por esta vez, pero no creas que será así de sencillo. Tendrás que recompensarme de alguna manera, sin embargo, podremos discutirlo luego. Por ahora descansaré un poco antes de ir a ver a mi padre.

-­­Será como desees. -­­digo aliviado de que las cosas se arreglaran un poco. Por lo que me dispongo a retirarme e ir a descansar un poco también.

-­­Gracias por salvarme.

Giro a verla en cuanto la escucho gritar ese agradecimiento, pero ya se encuentra corriendo al interior de su fortaleza. Sonrío para mis adentros y sin perder más tiempo del necesario me alejo de aquel lugar. Sin imaginarme todo lo que vendría después.

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Holiwis mis sensuales lectoras y lectores.

Espero que hayan disfrutado del capítulo. De ser así, no olviden picar a la estrella y dejarme sus comentarios ❤️

También les agradezco toda su paciencia y constante apoyo. Que significa muchisimo para mí.

Los amodoro a todos.

Sin más que decir...

... Eve cambio y fuera.

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