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" El deber de un hermano mayor es ser aquel que mantenga la calma en todo momento, de esa forma los más pequeños se podrán calmar y sentirse seguros..."
— ¿Hermano? — El rubio fue el primero en levantarse.
— Poseidón despertaste — Hablo con calma el hermano mayor tra ver quién fue el primero de sus hermanitos en levantarse.
El menor observo su alrededor con extrañeza, definitivamente reconocia que este no era su hogar; no era su cama donde descansaba, no eran los muebles que tenía, no eran las pocas cosas que el poseía y definitivamente su hermano no tenía permitido entrar a su habitación, cada uno tenía una habitación y ninguno podía visitar al otro.
— ¿Dónde estamos? — Cuestionó en un tono bajo el pequeño.
No había tardado casi nada en darse cuenta que no estaban en su hogar. Poseidón podía darse cuenta rápidamente de múltiples cosas.
— Reconociste que está no es tu habitación muy rápido — Comentó el mayor con una leve sonrisa.
El menor tardo en contestar debido al cansancio que tenía.
— Yo no tengo tantas cosas y definitivamente no tienes permitido entrar a mí habitación ¿No eran las reglas de papá? — Cuestionó el rubio quien no apartaba la mirada de su hermano.
— La cama era grande así que pensé que tú y Zeus podían dormir juntos. Por cierto ¿Zeus se levantó? — Cuestionó el contrario, ignorando por completo lo que había dicho.
Poseidón lo negó.
— ¿No piensas dormir un poco más? Debes de estar cansando — Hablo Adamas.
— Me siento más ligero — Murmuró el menor.
— ¿Tienes hambre? Hay algunas galletas en la sala — Hablo el hermano mayor.
— ¿Sala? — Repitió con suma confusión el menor.
Esa palabra no la conocía en lo más mínimo.
— Ven te acompaño — El mayor sonrió levemente mientras tomaba la mano del rubio.
Ambos hermanos se dirigieron a la sala, el rubio miro le lugar con detenimiento, nunca había visto tantos muebles en su vida, habían muchas decoraciones y mucha luz, una muy brillante para él.
— Oh veo que Poseidón despertó — La voz apagada de alguien hizo dar a conocer que no estaban solos.
Miro quien acaba de hablar solo para encontrarse con un hombre de negro tomando una taza de lo que creía era te mientras leía un libro. En su opinión algo aterrador y extraño.
— Poseidón el es Beelzebub — Presento al extraño a su hermano.
— Llámame Beel — Comento con calma el contrario mientras dejaba su libro de lado.
— Beel — Murmuró el menor.
Definitivamente el nombre le era familiar, no sabía de dónde pero le sonaba de algún lado.
— Mira Poseidón aquí hay algunas galletas porque no comes unas — Propuso su hermano mayor.
— Gracias — El menor se sentó en una de las sillas.
— Adamas ¿Puedes ir a servir una taza de te para Poseidón? — Pidió el contrario.
— De acuerdo — Accedió el contrario.
Y de esa forma Adamas se retiró dejando a su hermano menor junto al peli-negro.
— ¿Cómo dormiste? — Cuestionó Bel con una leve sonrisa, intentaba ser amable con el menor.
— Bien, tengo el sueño ligero así que no duermo mucho — Murmuró el menor.
— ¿Te gustan las galletas de animalitos? Si quieres voy por más — Propuso el peli-negro a punto de levantarse.
— Ya recuerdo de dónde me suena tu nombre, Hades te menciono — Comento Poseidón tomando una primera galleta y mordiendo la.
Bel se detuvo, no se levantó, tomo de vuelta su asiento y lo miro atentamente.
— ¿Hades? — Repitió su nombre, no sabía que Hades había hablado de él.
— Solo lo menciono una vez, pero dijo las cosas muy rápido y no lo entendí en lo absoluto. Me habló detrás de la puerta porque no está permitido que entremos a las otras habitaciones pero la puerta es muy gruesa y su voz no llega — Finalizó el rubio acabando de comer la galleta.
— ¿No pensaste en abrirle? — Cuestionó el peli-negro.
El menor tomo otra galleta para después mirarlo.
— Mi hermano no puede entrar a mi habitación así como yo tampoco a la de él o los demás, es una regla que hay en casa — Explicó el rubio mientras mordía la cabeza de una de las galletitas de animalitos.
— Ya veo
— Quizás si hubiera gritado lo abría escuchado bien, pero creo que no quería romer las reglas — Comentó el menor.
— Poseidón aquí tienes — El hermano mayor volvió y le entrego su taza.
— Gracias
Beelzebub solo siguió mirando a los dos hermanos, alzo su taza y bebió un poco de te mientras pensaba en lo que acababa de escuchar.
« O quizás no quería que lo escucharán gritar » Pensó el peli-negro.
No comprendía mucho el como vivían ellos pero las reglas eran extraña spara ser una familia, todos se mantengan alejados entre si, nunca juntos. Como si no los quisieran juntos en ningún lado.
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