Parte única
—Tengámoslo claro. —Shōto camina delante de toda la clase—. Debemos festejar el cumpleaños de Bakugō. —Se acomoda los lentes oscuros, bastante serio y da un azote con una regla. La clase sin Katsuki se estremese.
—¿Cómo haremos eso? —pregunta Mina confundida—. La otra vez nos dijo que no le gusta festejar su cumpleaños.
—Es cierto, incluso dijo que le parecía innecesario. —Completa Hanta, su novio—. No creo que a Bakugō le haga gracia.
—Como nueva integrante de su grupo de amistades, apoyo esto. —Sigue Kyoka con una expresión seria—. Sin mencionar que confía en mí más que en ustedes.
—Eso me llega a doler... —comenta Denki con rostro triste—. Aunque no es algo de qué sorprenderse, Jirō es sorprendente.
—Sí, bastante sorprendente. —Momo la abraza bastante cariñosa, ocasionando que Kyoka se ponga bastante roja. Han estado intentando ser pareja desde un par de meses atrás.
—¡Hey! —exclama Denki abrazando a Eijirō bastante meloso.— Si vamos a competir, mínimo avisa.
Eijirō ríe nervioso—. No es necesario algo así.
Denki le enseña la lengua—. Que sí.
—¡Orden! —exclama Shōto, golpea la mesa con la regla cual mazo en juicio—. Nos desviamos del tema, obviamente necesitamos festejar el cumpleaños de Bakugō.
—Todoroki-kun, ¿hay alguna razón por la que desees festejarle? —pregunta Ochaco ocasionando que el lado izquierdo de Shōto se encienda al igual que un rubor se extienda por su rostro.
—No sé a qué te refieres. —Desvía la mirada, sonrojado.
—Se nota que le gusta, que no se haga. —susurra Tōru a Mashirao, provocándole una pequeña risa.
—De igual manera, no creo que le haga gracia verme —comenta Izuku desilusionado—. Sabemos bien que no le agrado.
—Cierto... —Shōto anda hasta la salida para abrir la puerta del salón—. Vete, shu, nada de decirle sobre lo que planeamos.
—Qué grosero —susurra Eijirō—. Eso no fue nada masculino.
—¿Ah? —Izuku se levanta de su asiento—. Pe-pero quiero festejarle a Kacchan.
—Entonces deja de decir esas cosas y propón ideas. —Vuelve a cerrarla y anota en la pizarra hasta arriba "Ideas para un cumpleaños al estilo misión imposible".
—¿Qué con eso? —ríe Denki abrazando con más fuerza a Eijirō.
—Supuse que Bakugō podría golpearnos así que puse eso. —Apunta el título—. De cualquier forma, debemos ser rápidos. Ahora, los preparativos. —Escribe varios puntos en el pizarrón—. Uraraka e Iida se encargaran de la comida.
—¿Ah? —Ella hace un gesto confuso—. ¿Con qué dinero?
—No se preocupen. —Saca la tarjeta de crédito de su padre y la muestra—. Interpreten esto como que la fiesta de cumpleaños de Bakugō será sin límite.
—Claro, el rico humillando al pobre. —Denki le enseña la lengua.
Shōto pone los ojos en blanco—. Digo que cualquier cosa para Bakugō sin importar su precio estará bien porque merece lo mejor.
—¿En serio no te gusta? —pregunta Mashirao entre risas. Shōto vuelve a ponerse rojo y desvía la mirada, finge seriedad.
—No sé de qué están hablando, sólo me agrada —contesta y eso provoca que el salón ría por ello. Shōto es bastante obvio. Todo ese tiempo había estado detrás de Katsuki como perrito faldero, comprándole cosas o invitándolo a salir, dándole pequeños detalles que hacían que el chico más malhumorado de la clase se tiñera de rojo.
—Ujum, también sólo me agrada Ojirō-kun —habla Tōru dándole un pequeño beso en la mejilla del nombrado. Él se ruboriza levemente.
—¿Competencia de parejas? Pues... —Denki reparte besos en el rostro de Eijirō haciendo que este le haga competencia a su cabello rojizo con el tono de sus mejillas.
—Y yo que creía que Shinsō y Kaminari tenían algo —habla Kyoka. Denki se detiene y le hace señas para que se calle.
—¿Cómo que Shinsō? —pregunta Eijirō pero luego la olvida porque Denki se pone de meloso con él.
—Que te amo mucho —susurra cariñoso Denki haciéndole señas a Kyoka de que se calle. Ella ríe en voz baja.
—¡Basta! Estamos aquí para planear el cumpleaños de Bakugō. —Interfiere Shōto—. ¿Alguien sabe cuándo es?
—Es hoy. —Suelta Izuku dejando a Shōto perplejo. No. De todos. Incluso Kirishima está que se le cae la mandíbula.
—¿Y hasta ahora lo mencionas? —susurra Tōru.
—Creí que ya lo sabían.
—No porque no le gusta contarme esa clase de cosas... —Shōto saca cuentas en su cabeza. Eran las cuatro de la tarde. Podría planear una velada para los dos pero no quería incomodar a Katsuki. Podrían hacer una cena entre amigos pero tendría que acabar rápido porque el rubio se duerme temprano (y eso lo sabía ya que cuando hablan por WhatsApp, Katsuki siempre desaparece a eso de las nueve). Podrían ir a ver una película pero no sabía cuáles estaban aparte de Cementerio maldito y realmente quería lucir como todo un hombre frente a él, no gritando como un desquiciado cada que apareciera un ente fantasmagórico.
—Tengo una idea. —Alza la mano Eijirō—. Podríamos freír carne, a Blasty le gusta.
—¡Podría ser! —Aplaude Izuku—. Como hace calor, podríamos comprar bebidas frías, eso funcionaría, es algo casual y barato.
—No se me da fritar... —comenta Ochaco—. Y mi bebé no lo hará solo.
—No me llames bebé... —susurra Tenya sonrojado.
—¡Pues claro! —exclama Momo—. Que lo haga Todoroki-san.
—¿Ah? —ladea la cabeza.
—Tu quirk es medio caliente, medio frío. Puedes freír la carne y enfriar las bebidas al mismo tiempo. —Ella se cruza de brazos, victoriosa—. Así gastaríamos en la carne y bebidas, nada más.
—Tenemos todo lo demás en los dormitorios, no creo que sea tan difícil. —Sigue Mashirao.
—¡Solicitemos un permiso de inmediato! —habla Tenya aportando al grupo.
—¡Claro!
—En ese caso hay que ir a comprar lo necesario de una vez. —Sugiere Kyoka.
—Sí, hay que movernos rápido.
—¿En dónde sería? —pregunta Shōto.
Shōji, quien junto con otra cantidad de compañeros no ha hablado, decide unirse a la conversación. Shōto pensó que sería de buena ayuda—. Podríamos hacerlo afuera de los dormitorios.
—¡Yap! —Aplaude Aoyama—. Kōda, Tokoyami y yo nos encargaríamos de eso.
—Yo podría apoyar desde lo alto, kero. —Se mete Tsuyu.
—¡Podríamos hacer una especie de albercada nocturna! —Sugiere Mineta aunque más que nada es para ver a las chicas en trajes de baño. Kyoka le mete un puñetazo en la cabeza.
—¡Me das asco!
—Yo podría prepararle un pastel —habla Satō sonriente o como le llamaría Bakugō, el sujeto agradable.
—¿Algo más? —Shōto anota en la pizarra—. Bien; Tsuyu, Tokoyami, Kōda y Aoyama se encargaran del arreglo, eso incluye las mesas y sillas.
—¡Ok! —exclama Aoyama sonriente.
—Uraraka, Iida, Satō y Shōji de la comida. —Ochaco quiere protestar pero se ve obligada a cocinar. Lo que se hace por amistad.
—Yaoyorozu, Jirō, Hagakure y Ojirō se encargaran de comprar la comida a preparar. —Los nombrados chocan las manos.
—Kirishima, Kaminari, Ashido y Sero estarán conmigo para comprarle un regalo. —Denki quiere imitar al grupo anterior pero cada uno anda en su mundo y le ignoran.
—Mineta y Midoriya tienen la tarea más pesada de todas. —Ellos se quedan mirando sin saber qué—. Deberán buscar a Bakugō y estar con él.
Mineta se desmaya al instante e Izuku se pinta de colores.
—Pe-pero a Kacchan no le hará gracia...
—En ese caso, Mineta y Midoriya serán mi reemplazo, yo lo buscaré y procuraré que no sospeche nada. —Izuku asiente repetidas veces, contento. Sabía bastante bien que Shōto era la mejor opción para su Kacchan.
—¡Ahora, vamos!
Cada uno fue a realizar su correspondiente tarea. Shōto era el que tenía la parte más difícil. Buscar a Katsuki y procurar entretenerle lo suficiente como para que esté de buenas para la carnita asada.
No bastó mucho tiempo, lo encuentra en el campo haciendo estiramientos. Está retirado del campus escolar así que nadie lo interrumpe y duda que algún profesor se pasee por ahí. Decide quedarse viendo sin decir nada, ver los músculos de Katsuki le encienden bastante y prefiere estar desde ese punto para disfrutar la escena.
Poco después le ve practicando todo tipo de saltos con explosiones incluidas, aunque estas eran bastante tenues a las que normalmente haría. Le ve saltar, detener el curso y cambiar de dirección con el uso de sus explosiones, ganando velocidad con cada movimiento. En ningún momento se queda quieto, encantador a su vista.
Eijirō tiene razón: Katsuki es bastante masculino.
No sabe en qué momento ha empezado a sonreír, enamorado, soltando miles de suspiros viéndole detrás de aquel árbol. Se sentía como un acosador pero adorar a Katsuki desde la lejanía valía la pena.
Poco después ve como él se eleva al punto de que se le pierde para luego verle caer con bastante rapidez y frenar con una explosión que le pudo dejar sordo.
Qué manera de bajar.
Ve que vuelve a adquirir poses de pelea, aunque ahora gira y le da la frente mas no parece reparar en su presencia. Bakugō pelea con algo invisible. Finge una batalla con varias personas, algo muy característico en él. Le ve con los músculos tensos, aún a pesar de estar fingiendo, se lo toma bastante en serio. Ocupa aquel movimiento característico en él; tirar a alguien usando su derecha. Le ve lanzar explosiones, groserías y una infinidad de golpes.
Si aquella persona imaginada existiera, estaría al borde de la muerte.
Poco después se detiene, respirando bastante agitado.
—¿Ya terminaste de mirar y te enfrentarás a mí, bastardo? —pregunta Katsuki girando la cabeza a sus espaldas. Con su visión periférica puede ver con claridad a Shōto escondido detrás del árbol. Sale y se da la vuelta para encararlo de una vez.
Shōto en serio pensaba que Katsuki no se había dado cuenta de su presencia sin saber que Bakugō lo había notado desde que empezó a andar hacia él.
Ambos se quedan frente a frente, viéndose.
—¿Por qué eres tan insistente con eso?
—Pelea conmigo. —Suelta Katsuki frunciendo el ceño—. Enséñame tu poder, usa tus flamas contra mí y caliéntame hasta el límite.
Aquello se podía malinterpretar y el pobre de Shōto había caído ante ello. Sus mejillas rojas y su lado izquierdo incendiándose lo delataban deliberadamente tanto que hizo sonreír a Katsuki con malicia pura, creyente que realmente desea pelear contra él.
Pobre cosita ingenua.
—¡Pelea conmigo, bastardo! —Vuelve a provocar y Shōto asiente con la cabeza. No podía decirle que no a esa mirada determinada con querer hacerlo.
Simplemente, no podía decirle que no a él.
Tras varias horas de intensa pelea donde ninguno dejaba su brazo a torcer, están en el suelo respirando agitadamente, uno al lado del otro. Miran el cielo anaranjado con las pocas nubes en él. Tal vez con otra situación, Shōto lo consideraría romántico, pero apestan a sudor. Bueno, aun si Katsuki cagara algo monumental, para él serían bombones con flores.
Katsuki se gira y lo mira desde esa postura, acostado mirándole bastante sonriente.
—A la próxima, sin duda te ganaré. —Shōto ríe en respuesta.
—Veamos si eso es posible. —Katsuki arquea una ceja, luciendo retador. Se le echa encima pero sus músculos cansados le hacen una mala jugada y termina en el pecho de Shōto. Este le atrapa para evitar que le aplaste con fuerza. Se quedan mirandose unos momentos.
—Fallé —susurra Katsuki perdiéndose en la mirada de Shōto. Este se da la vuelta con el rubio en brazos, dejándolo abajo—. ¿Qué haces, bastar...? —se ve interrumpido cuando Shōto le besa bastante torpe. Katsuki suspira y echa sus brazos alrededor del cuello del mitad pelirrojo, atrayéndolo más.
Shōto se hace un poco para atrás—. Yo... —Katsuki ríe bastante bajito, ruborizado. Desvía la mirada y se arquea bajo de él, restregándose.
—Usa tu calor contra mí —susurra acariciando sus cabellos—, después, enfríame.
Las mejillas de Shōto se ponen rojas de nuevo. Le besa de nuevo pero esta vez con la idea de saber qué hacer. Acaricia los costados de Katsuki al mismo tiempo que le va despojando de la ropa. Ni siquiera piensa en ir a los juegos preliminares, con los dulces jugueteos o con algo similar porque ya han jugado lo suficiente todo ese tiempo. Los coqueteos, las miradas y peleas ya habían logrado su cometido, ya habían hecho que llegaran al siguiente nivel.
Besa su clavícula para después recorrer con su lengua toda su nuez de Adán, eliminando los restos de sudor. Escucha suspirar a Katsuki y siente sus manos recorrerle la espalda hasta llegar a su trasero, al que aprieta a su antojo mientras Shōto se sigue restregando contra él. Siente su miembro contra el suyo, animado, saber que no es el único que disfruta le encanta.
Tenerlo ahí, debajo de él, rasguñándole la espalda desnuda mientras inicia un vaivén delicioso mientras restriega sus músculos contra el abdomen de Katsuki, es algo que le encanta. Sentir su extensión con su mano, logrando que miles de gemidos graves salgan de los labios del mismo rubio que lanza groserías al aire es algo fuera de este mundo.
Hacerlo suyo es algo que siempre ha soñado. Por eso cuando termina dentro de él, vuelve a girarse para quedar abajo del rubio y le deja a Katsuki hacer lo mismo con él. ¿Qué chiste tendría ser el único que disfrute de la gloria de estar dentro de un culo apretado? Quería que Katsuki también lo disfrutara tal y como él lo había sentido, que se le vaya la cabeza al nirvana tantas veces quiera y venirse en su interior si aún después le provocara una incomodidad enorme.
Porque el hecho de que Katsuki se le entregara implicaba entregarse también, por eso cuando el rubio ha ingresado con cautela en su interior, se limita a aceptarlo, encendiendo más el ambiente que ellos mismos han creado.
Su pene entrar y salir de su interior en embestidas inexpertas es algo que le enciende. Escuchar a su rubio jadear lo deja indefenso. Siente que llega a las puertas nacaradas, aquellas que abren el cielo, está más cerca de lo que piensa cuando Katsuki se viene dentro de él, jadeando su nombre.
Una vez consumado el acto, vuelven a besarse, ansiosos de querer más pero Shōto para cuando recuerda que le ha planeado toda una cena con sus amigos y compañeros.
—Debemos ir a las duchas a bañarnos, nos pueden descubrir. —Aquello no le hace gracia a Katsuki, aun así accede.
Estando en las duchas vuelven a hacerlo, aunque únicamente Katsuki es el que le interpreta de pasivo, excusándose que puede ser dominante aún teniendo un pene en su interior. Shōto lo sabía, Katsuki era capaz de hacer la guerra aún haciendo el amor. Era una bestia total que iba conforme a sus instintos.
El sexo era algo que jamás había probado pero justo en ese día había conocido las delicias del orgasmo tras hacer el amor con el chico que le gusta.
Una vez bañaditos y vestidos, caminan con las manos unidas. Katsuki va recargado en el hombro de Shōto, un tanto meloso. Aquello le gusta al mitad albino.
Cuando llegan al lugar acordado, se encuentra con sus compañeros de clase y amistades correr de un lado a otro.
El cabello de Mineta está en llamas, Izuku va detrás de él queriendo apagar el fuego. Ochaco aviva las flamas queriendo apagarlas. Tenya corre de un lado a otro tratando de calmar a todos. Denki está coqueteando con Shinsō a espaldas de Eijiro o eso parece porque después el de cabellos morados se levanta y va detrás de Izuku. Kyoka trata de que Kōda baje de un árbol porque un montón de bichos le rodean. Tokoyami está queriendo hacer reaccionar a Tsuyu, quien parece estar desmayada junto con Aoyama.
Y los demás... Bueno, ellos son un desastre peor.
Voltea a ver a Katsuki, quien tiene la cabeza agachada.
—Tú planeaste esto, ¿cierto? —Shōto asiente con la cabeza, algo ruborizado—. Sabes que no me llama la atención festejar mi cumpleaños y tú aun así...
—Me gustas, Bakugō —declara Shōto, tomando las mejillas de Katsuki para que le mire. Él enrojece tras aquella declaración—. Siempre me has gustado. Quería hacer algo para ti porque vales demasiado para mí. Eres alguien tan importante en mi vida que no puedo pensar en un futuro sin ti. Te amo.
Katsuki parece estar en shock y Shōto piensa que lo que hicieron en el campo, para el rubio, fue únicamente coger pero cambia de parecer cuando lágrimas resbalan por las mejillas contrarias.
—¿Bakugō? —el nombrado se seca las lágrimas, que salen como viles traicioneras.
—No se puede evitar. —Suelta un hipido y se le lanza a los brazos, siendo correspondido por Shōto—. También te amo, Shōto.
Aquella escena sirve para que todos se les queden mirando y dejen de hacer lo que están haciendo. No. En algún momento dejaron el estado de peligro para estar atentos ante aquella escena romántica.
—¡Por fin! —Chilla Tōru moviéndose de un lado a otro, contenta—. ¡Ya se habían tardado!
—¡Uuuuh! —Aplaude Hanta—. ¡Te dije, bro, a Todoroki le gustas!
—¡Mas te vale proteger a nuestro Blasty, eh! —grita Eijirō con Denki en brazos—. ¡Es nuestro bebé!
—¡Cállate, pelos de mierda!
—¡Haz feliz a Kacchan, Todoroki-kun! —exclama a Izuku sonriente aunque muy en el interior está devastado, pero contento porque la persona que le gusta es feliz.
—¡¿Amigos, ustedes son pareja?! —exclama Mineta—. ¡A ver, cojan!
Aquello los pone rojos hasta la punta del pelo y desvían la mirada. Un motivo más grande de burla.
—¡Vaya regalito le diste, Todoroki!
—¡¿Quién fue el pasivo?!
—¡Son novios, son novios!
—¡Basta! —grita Katsuki acalorado.— No somos novios. —Se cruza de brazos y mira con el ceño fruncido a Shōto.— No me ha pedido nada.
—¡Uuuuuh!
—¡Qué pasó ahí Todoroki!
—¡Anda ya, hazle la pregunta dorada!
—¡Nada de nada si no son novios!
—¡Bien, bien! —exclama Shōto y toma las manos de Katsuki—. ¿Quieres ser mi novio?
—¡Uuuuuh! ¡Di que sí, Bakugō!
—¡Mi Blasty está creciendo, estoy tan orgulloso!
—¡Vamos, Kacchan!
Katsuki mira al cielo, sonriente—. Preguntaste tan rápido que no te escuché.
Risas y más comentarios respecto a ello, Shōto está algo avergonzado.
—¿Quieres ser mi novio, Bakugō? —pregunta más despacio. Katsuki se lo piensa.
—¡Vamos, Bakugō, bien que lo quieres!
—¡Ya dile que sí!
—¡Me hago viejo viendo como no contestas!
—¡Cállense! —grita Katsuki sonriente—. ¿Qué gano a cambio?
—¡Uuuh, que ni para ponerle casita sirves porque dependes de papi Endeavor, dice!
—¡Agh, por favor! —exclama Shōto a sus compañeros. Ellos se callan, pero miran la escena entre risas y murmuros—. Pues básicamente no ganas nada si es que no quieres un novio como yo.
—¿Ah, sí? —Katsuki arquea una ceja—. Porque me encanta pasar el tiempo contigo sin mencionar que allá en el campo me mostraste que no sólo puedes hacer la guerra en el combate, que también puedes hacerme el amor.
Aquello pinta de colores a los chismosos involucrados.
—¡Awwww! ¡Todoroki-kun le dió su anillo de pureza!
—¡Qué tiernos son!
—¡Son mi OTP!
—Vaya... —susurra Shōto. Katsuki pone un dedo sobre sus labios, callándolo.
—Me hiciste una fiesta de cumpleaños aun sabiendo que no las considero necesarias. Eres atento, fiel y tierno. —Katsuki ríe bajito—. Me encanta estar contigo y sentir tus brazos rodeándome el cuerpo. Amo cuando me escuchas quejarme por cualquier mierda, ejem, Deku, ejem. —El mencionado ríe nervioso—. Disfruto tanto de tu compañía. Cuando veo esos ojos, ahí es donde quiero vivir. Si me besan esos labios, ay, así deseo morir. Mi canción de amor ahorita cuando me dices "te amo". Quiero ver esa sonrisa en mi cama al amanecer.
—¿Eso no es la letra de una canción? —susurra alguien, pero le pegan para que se calle.
—Sin mencionar que cada vez que estamos juntos, tú y yo pegados, escucho tu palpitar tan desbocado como el mío. —continúa Katsuki—. No sé si es tu cara pero me haces estremecer tanto que me doy cuenta que...
—¿Que...? —pregunta Shōto y las chicas parecen querer llorar por aquella confesión.
—Estoy enamorado de ti.
Miles de chillidos y aplausos suenan delante de ellos. Les hacen reír tontamente como viles enamorados que son.
—Sí quiero ser tu novio —contesta Katsuki sonriente. Shōto le abraza y le besa el rostro repetidas veces.
—Bueno, hagamos ya comida. —sugiere Mineta.
—¡Comidaaaaa!
Con una mano, Shōto enfría las bebidas y con la otra, enciende el asador. Katsuki se encargaría de cocinar después de todo.
Eran un buen equipo, lo cual, era reconocido por los involucrados.
***
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