Capítulo 28.-Recuerdos de una vampira

*Narra Luna*

—Mamá, papá ¡Hice una nueva amiga!

Ahora mismo, si me preguntases sobre mi pasado, siendo sincera te diría que no lo recuerdo, pero... incluso ahora, es algo que dudo poder olvidar.

Pese a estar viajando todo este tiempo junto a Erioll, todavía... todavía no consigo conciliarme con la idea de estar interactuando con humanos, es difícil contenerse.

Cada que me encuentro con uno, no puedo olvidarlo, no importa cuanto intente dejar de lado todo rencor.

Recuerdo una y otra vez aquel día.

—B-Buenos días... —Se presentó mi mejor amiga por aquél entonces, una tímida chica de largo cabello negro.

Mi madre era una vampira proveniente de una rama secundaria, y mi padre, mi padre era un hibrido, es decir, hijo de un vampiro y una humana.

Además, era dueño de unas tierras cercanas a dónde ocurrió el incidente de la nigromante.

—Un placer, espero puedas seguir llevándote bien con mi hija.

Kaname, ese era el nombre de mi mejor y más preciada amiga.

—Princesa~ —Me llama Kaname, abrazándome desde la espalda.

—N-No me llames así —respondo, avergonzada—. A-Además ¿Estás bien con ser mi amiga incluso si soy una vampira?

—3/4 de vampira para ser precisa y ya te dije que sí, Luna —Me dijo con una sonrisa.

Estar a su lado... era divertido, me gustaba, aunque de una manera un tanto distinta a la de Erioll.

Aunque, no todo puede durar para siempre...

—¡Por aquí!

De alguna manera, se filtró la información de que éramos una familia de vampiros, no, hubo algún vampiro descuidado que atacó poblaciones cercanas y eso se terminó por relacionar con nosotros.

Algún soplón dijo aquello y por eso...

Ahora mismo estoy viendo a mamá y papá siendo crucificados y quemados vivos.

—¡No! Suéltame.

—¡L-Luna! S-Si te mueves nos descubrirán —dijo Kaname con la voz rota.

Nos logramos esconder a tiempo en un pasadizo secreto que lleva al alcantarillado, así que desde ahí estoy viendo la ejecución de mis padres.

—...

—Luna, escúchame, t-tengo que ir a un lugar, así que sigue por este camino y continúa corriendo sin mirar atrás ¿De acuerdo? —musita.

Recordando ¿No estaba temblando en aquel momento? Debí suponer lo que haría, pero, solamente... Ignoré todo lo demás y corrí, aunque mi piel ardiera por el sol, aunque mis pies sangraron, aunque mi cuerpo me rogaba por descanso.

Corrí sin parar por días, o incluso semanas, no lo sé.

Incluso ante los gritos de Kaname no me detuve, no miré atrás.

Oye amiga mía... ¿Debí haberme quedado? Ahora mismo estoy aquí, pero... ¿De verdad lo merezco? Quizás solamente me acerqué a Erioll en un intento de morir, lo supe desde que la vi.

Ella es la princesa de esas leyendas.

Incluso se sabe que el emperador de los elfos oscuros fue favorecido por ella cuando era joven.

Pensé en utilizarla para morir ¿Sabes? Es por ello que sentir esto está mal, no me está permitido.

—¿Luna? —Erioll me sacó de mi ensoñación.

—Ah, sí... sólo estaba pensando en ciertas cosas...

El paisaje a comenzado a cambiar, debido a que dentro de poco ingresaremos al territorio élfico.

—Um.... —Erioll me hace señales de que me agache.

Con algo de dudas, le hago caso y lo que recibo es un abrazo.

—Todo va a estar bien, no sé que es lo que te preocupa... pero, estaré ahí para ti...

"Tan cálida".

—G-Gracias —digo correspondiendo el abrazo.

—Oh~ —An aparece entre nosotras, nuevamente.

Chasqueo la lengua ante la repentina irrupción de An, pero, no puedo odiarla, después de todo, su mente parece realmente haberse estropeado al recuperar los recuerdos de su vida pasada.

Lo que me sorprende es que Erioll no se viera afectada por recuperar de golpe tantos años de recuerdos, aunque, también puede deberse a que no parece recordar su tiempo de vida como princesa.

Así está bien, usaré esta vida para proteger a Erioll si algo sale mal.

*Narra Erioll*

—Finalmente llegamos —declaro con alivio.

Me tiro al pasto, finalmente pudiendo relajarme en un suelo firme y nada montañoso.

Durante todo este año, pude notar como el cuerpo de An creció bastante, de hecho, ahora mismo es la más alta de las tres, por no decir que es la mejor proporcionada de las tres.

—...

Me siento extrañamente derrotada y aliviada, ¿Serán alguna clase de celos o algo así? Bueno, no es que pueda hacer algo por cambiarlo.

—¿P-Podemos descansar? —pregunta An.

—De hecho, lo mejor sería que tomemos una ducha... aunque primero tendríamos que encontrar un río o lago para limpiar nuestra ropa y cuerpo —comenta Luna.

"Pero, de verdad que hay un bosque aquí, aunque, no veo el más mínimo indicio de civilización en los alrededores".

Ya suponía yo que no podría ser tan fácil. Aunque, no creí que fuera un fastidio tan evidente comunicarse con los malditos elfos.

Lo primero sería conseguir algún guía en primer lugar.

Aunque, desde hace varios meses una guerra parece haberse detonado en el otro lado del continente, no han parado de haber explosiones ¿Qué estará sucediendo?

Otra noticia sobre la que se ha esparcido un rumor bastante reciente es sobre la desaparición del grupo del héroe y tampoco tengo noticia alguna sobre Charlotte, no puedo evitar preocuparme, pero, ahora mismo tengo otro asunto entre mis manos.

—¡Miren, miren! Estamos cerca de un riachuelo.

Aprovechamos para lavar nuestra ropa y asearnos nosotras mismas. Es importante estar limpias y oler bien, de esa manera daremos una buena impresión.

¿Es idea mía o siento que he cambiado demasiado? No, sólo son puras especulaciones.

—...

"Las de An flotan"

Y tal parece que Luna también mira en la misma dirección.

—¿Pasa algo? —pregunta An, confundida por nuestras miradas.

—No, nada —digo medio ocultándome en el agua y desviando la mirada.

"Para bien y para mal, no parece que existan los trajes de baño en este mundo"

Por un lado, que mal perder esas vistas, por otro lado que bien porque puedo verlas como dios las trajo al mundo y me evito pasar esa vergüenza.

"Sí, son todo ventajas"

Al menos en lo que a mí respecta.

No quiero usar un traje de baño...

—Son grandes —musita Luna.

Asiento.

—¿Eh? ¿De qué hablan? —pregunta An, ladeando la cabeza.

—Tan inocente, debemos cuidarla —musito.

Luna es ahora quién asiente, ante una aún más confundida An.

Tras eso, esperamos que nuestra ropa se seque y continuamos caminando rumbo al bosque. Aunque, no sabemos muy bien en que dirección tenemos que ir.

O eso pensamos, hasta antes de ver un enorme agujero a mitad del bosque, cuyo fondo no podemos ver.

—¿Qué pasó aquí?

La tierra comenzó a temblar, por lo que tuve que guiar tanto a Luna como An fuera del bosque nuevamente. Pude notar como apenas saliendo del bosque, está nevando y no muy lejos de aquí se pueden ver nubes de lluvia.

"¿Qué está pasando?"

—Es igual... —musita An, con los ojos desorbitados—. Esto también pasó antes de que muriera.

"¿Nos estamos quedando sin tiempo?"

—T-Tranquila, todo estará bien —digo intentando disimular mis nervios.

"Rápido, piensa en algo, estoy segura de que debe de haber alguna forma de calmarla"

—...

Es sólo que ¿Cómo?

—...

Noto repentinamente incontables presencias, sí, varios elfos nos apuntan con sus arcos y flechas, lo que es más...

"Estamos rodeadas".

—V-Venimos en son de paz.

Todos los elfos me miran confundidos.

"Ah, no sé hablar elfo"

—No queremos hacerles daño, estamos buscando el camino al bosque negro.

Tanto yo como Luna miramos estupefactas a An hablar perfectamente con aquel elfo, lo que es más, incluso el mismo elfo parecía más estupefacto por el hecho de que An pudiera hablar que por lo que preguntó.

—¿El bosque negro? ¿Tienes negocios con los elfos oscuros? —pregunta un elfo que parece ser el líder.

—Buscamos lidiar con su líder —declara An con firmeza.

—¿Oh? —El jefecito, así lo llamaré ahora, se lleva una mano a la barbilla—. Aragorn, ¿Qué opinas?

Un elfo de larga cabellera rubia y mirada seria, que además posee una gran frente, aparece de inmediato detrás del elfo que le llamó.

—No parecen estar mintiendo —declara parando a verme específicamente a mí.

De hecho, creo que me está viendo de más ¡Ah, me guiñó el ojo! He detectado un elfo pedófilo.

Aunque, soy mayor de edad ¿Sigue aplicando tal cosa por mi apariencia o ya no por ser técnicamente legal? De cualquier forma ¡Está mirándome demasiado!

Luna se coloca frente a mí, incluso An le devuelve una mirada feroz.

—Muy bien, pueden pasar. Pero, si hacen algo mínimamente sospechoso se convertirán en nuestras enemigas —declara antes de hacer una seña con su brazo.

Todos los elfos en ese instante se dispersaron.

O bueno, todos menos el líder y el elfo pedófilo, que se acercó al instante y besó mi mano.

Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.

—¿P-Podrías no hacer eso? —musito.

—¿No es esa la forma de tratar a una princesa? —declara con un tono de voz más serio, aunque, en un tono más bajo.

—¿A qué te refieres? —declaro, con duda.

—...No, a nada... —dice antes de volver a ponerse de pie.

El "jefecito", le golpea en la cabeza.

—Disculpa el comportamiento de este idiota, puede parecer que no, pero es muy confiable, por otro lado ¿Nos hemos visto antes? —pregunta el "jefecito".

—No creo —comento de forma cortante

"Espero que esto haga que dejen de poner sus ojos en mí"

Probablemente, no, estoy segura de que la anterior Erioll debió conocerlos de alguna manera, pero... ella no soy yo, o no exactamente.

—Si tu lo dices... —dice con algo de sospecha—. Por otro lado, tampoco tenemos buenas relaciones con los elfos oscuros, así que eres libre de hacer lo que quieras por ese lado... Mientras no nos involucres en tu locura todo estará bien.

"Eh~"

Aunque, con el sólo hecho de dejarnos pasar ya estás involucrado ¿Sabes? Bueno, no comentaré esa parte.

*Narrador*

—Aquí Zephyrinus.

Illois, con ojeras más que notables, miró al hombre más fuerte del mundo. El anterior héroe que logró asesinar el gran rey demonio que durante siglos aterrorizó al mundo.

—¿Qué sucede Illois? —pregunta, extrañado del comportamiento de su amigo—. Sé que Klare no es particularmente talentoso, pero, para una época de paz como es-

—Murió, fue eliminado —declaró Illois con frialdad—. No sé exactamente que está pasando, pero... Parece ser que hemos sido fijados como el objetivo del dios de la destrucción y ahora mismo hay uno de sus emisarios causando estragos por el mundo.

Zephyrinus, tomó la espada en su cintura.

—¿Y bien? ¿Por qué me llamaste? Debes tener al menos un plan, no eres alguien que recurriría a la fuerza bruta.

—No queda de otra, pero... Mandarte solamente significaría tu muerte, aun así seas el hombre de los milagros, aquél que hizo lo que muchos creían imposible, ¿Qué significa eso ante un ser que va más allá de la razón? —dice llevándose las manos a la cabeza.

—¿Y esperas que solamente nos rindamos? Mientras haya vida hay esperanzas —declara desenvainando su espada dorada—. Ganaré, pase lo que pase y aunque me cueste la vida ¡Ganaré y protegeré este mundo!

Zephyrinus le da la espalda a Illois y se dirige en dirección con sus compañeros, no sin antes fijarse en un pequeño altar con varias velas, una por cada integrante del grupo del héroe.

—No charlamos mucho, pero eras un muchacho muy honesto, puedes dejarlo en mis manos e irte tranquilo —declara haciendo una reverencia.

—¿De verdad piensas que tienes oportunidad? —musita Illois con desesperación.

Zephyrinus se voltea hacia Illois.

—¿Qué sabes?

—¡Nada! Y eso es lo que me aterra, estamos peleando contra un ser que destruye planetas como si nada ¿Qué somos ante eso? —exclama perdiendo los estribos.

Zephyrinus levanta su mano y apunta al cielo.

—¡¿Y qué?! Llorar y lamentar no resolverá nada, así que ¿Por qué no intentarlo?

Con esas palabras, parte con rumbo a la mesa dónde se reunirá con sus compañeros.

Aeneas, de raza élfica y la mejor arquera de la historia, siendo capaz de defender su pueblo ella sola contra innumerables hordas de demonios.

Evander, perteneciente al clan de los dragones y aquel que unificó a los mismos.

Kosmos, la maga humana que adquirió la capacidad de ver el futuro.

Linus, el elfo que dominó la oscuridad y la venció.

Niles, la primera dragona.

—Así que... un dios es nuestro enemigo ¿Eh? —musita Niles.

—Vaya problema —comenta Linus, bostezando.

—¡Sólo deja que muestre su cara y lo asesinaré! —exclama Aenas.

—¿Eres idiota? Estamos hablando de un dios... incluso sus seguidores deben de ser fuertes —dice Evander.

—Ya, ya... —Kosmos mira con irritación a su peculiar grupo.

—Me alegra ver que siguen con el ánimo de siempre, lo necesitaremos para lo que está por venir —declara Zephyrinus con una sonrisa.

Ante la repentina declaración de su líder, todos sonrieron, pero... pronto notaron una presencia que no tendría que estar... una joven de cabello blanco, vestida con un sencillo vestido de color negro.

—Ya veo~ ¿Quieren matarme? —musita con una sonrisa.

Casi que en cámara lenta, todos voltean hacia aquella chica de apariencia tierna e inocente.

—¿O debería transformarme en un hombre? Mis hijos dicen que solía ser su madre, así que tomo esta forma, pero~ La gente no suele tomarme enserio.

—¿En que momento? —Linus se pone de pie.

—Entonces... ¿Qué van a hacer? Hormigas~ —Con un tono juguetón dijo aquello.

Zephyrinus no se lo pensó más y lanzó un tajo con su espada, la chica lo intentó bloquear, pero... su brazo fue cortado limpiamente.

—¿Con sólo fuerza física? Vaya~ —Ni una sola gota de sangre sale de su cuerpo, aunque Zephyrinus no se lo pensó antes de lanzar una llamarada.

Pero, la misma se apagó antes de tocarla.

—Veo que no comprenden cuál es su lugar, insolentes... Pero... Lamentablemente tengo que dejarlo aquí, no quiero que Mika se moleste conmigo —dice antes de chasquear los dedos.

Con aquél simple movimiento, se desvaneció en el aire.

—¡Maldición! —exclama Zephyrinus con impotencia.

Ya mucha alegría y felicidad, como que falta más tragedia ¿No creen?

Bueno, ya salí del bloqueo de escritor jsjs

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top