Primero que nada, ¡Feliz Navidad! Coman pavo (ahre de seguro nadie come pavo en Navidad, sólo los gringos) nosotros comemos tamales we, seguramente van a abrir sus regalos y por eso ¡Aquí está mi regalo para ustedes!
Ah por cierto, su narradora favorita: Aylien.
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Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía fueron a llamar a otro elefante, dos elefantes...

—Buenos días señorita Patterson , venía a informarle que ya puede salir de este lugar aburrido e irse a divertir con sus amigos— digo en voz chillona y grave, intentando imitar la voz de Madame Pomfrey.

—Oh gracias, gracias, gracias, pero antes tengo que asegurarme que la telaraña no se rompa con los mil y un elefantes montados en ella. Si me disculpa, mis investigaciones en la universidad de Chile me han demostrado que científicamente y a lo muggle, es imposible que se rompa por lo que gracias, gracias, gracias y ahora me voy a bañar— me levanto de la camilla y doy vueltas por toda la enfermería, aquí no hay nadie más. Tal vez sea porque las demás personas no son estúpidas y torpes como yo.

— Love, love me do, you know, I love you, I'll always be true, so please, love me do tu ti turu ru tu tuturo— intento imitar el sonido de la armónica—Whoa, love me do. Oh gracias a mi público que...

—Ese golpe te volvió más loca de lo que ya estabas, niña— hago una reverencia exagerada al ver que Harry está ahí parado enfrente de mi.

—O sea hello, son Los Beatles— digo con obviedad y abriendo mucho la boca al hablar.

—Cierto, Ron se ha enojado conmigo.

—¿Por lo del bezoar?

—Ajá, Hermione no ha encontrado nada acerca de los Horcruxes.

—Sea lo que sea esos famosos Horcruxes, debe ser algo muy malo, simplemente recuerda como actuó Slughorn con el recuerdo. Sé que estaba modificado pero... No tiene sentido, seguro es algo malo.

—Oye, por cierto, ¡Feliz cumpleaños, anciana!— toco mi pecho con dolor fingido, pero luego sonrío al saber que alguien se acordó de mí. —Yo no sabía que darte...

—¿No me trajiste regalo?— pregunto, mirándolo tratando de que le duela el no haberme traido un regalo.

—Sí, pero, no es exactamente un regalo ¿Entiendes?

—Anda Harry James Potter, tan sólo con que se te haya ocurrido escribirme un poema o dar un larguísimo discurso sobre la ami...

¿Por qué siempre haces esto? Posó con rapidez sus labios sobre los míos, así creando un suave y tierno beso. Un beso de regalo, de la persona que me gusta. Aunque igual, hubiera preferido unos guantes, que ya no tengo y mis dedos se congelan. Sin embargo, no puedo quejarme. Esto es simplemente perfecto, porque cada que lo beso siento como si me transportará a otra dimensión, me hace sentir cosas que nunca había experimentado.

—Eh, señorita Patterson— me llama Harry. Lo miro con extrañeza— Es hora de su medicamento.

—No quiero, te amo, besame Jamie.

—¡Patterson!

—¡TE AMO!— abro bien los ojos, si tan solo pudiera verme en un espejo mi color sería rojo.

Es doloroso darse cuenta que lo que más deseas, sólo ocurre en sueños. Que ejemplo más claro que este, gritándole a Madame Pomfrey que la amo. En serio necesito ordenar la realidad de la fantasía.