55- Slughorn y su baile.

Hermione y Aylien se encontraban sentadas en la biblioteca realizando sus deberes, cuando Harry o como Aylien le llamaba "Jamie" llegó.

-¿Hasta cuando seguirás enojada con Ron?- preguntó sin rodeos.

-No estoy enojada con Ron, sostén esto. - le dió unos libros.

-Eh Hermione, creo que deberías decirle lo que vimos.

-¿Qué han visto?

-Ah ¿Lo de Romilda?- Aylien asintió- Pues tus admiradoras, incluyendo a Romilda Vane, intentarán darte un filtro de amor para que las invites al baile de Navidad.

-¿Cómo han logrado conseguir filtros de amor?

-Fred y George, saben camuflar todo tan bien.

-Pero Filch revisa todos los paquetes.

-Jamie, lo que Filch busca son objetos peligrosos, no filtros de amor.

(...)

Durante la clase de Transformaciones al día siguiente, tenían que cambiar de color sus cejas: Aylien tenía una ceja dorada y otra azul chillón-eléctrico. Sin embargo las cejas de Aylien no eran lo peor, Ron tenía un ridículo bigote multicolor y con desesperación intentaba quitarlo, Hermione se burló con descaro de él.

-Cada día es más idiota- le dijo a Aylien.

Ron no se quedó atrás en hacer sentir mal a Hermione, toda la clase había estado dando ridículos saltitos sobre su silla, imitando el movimiento de Hermione al levantar su mano para responder. Por eso, cuando la clase concluyó, Hermione dejó sus cosas en la mesa y salió corriendo con las lágrimas en sus ojos amenazando en escapar.

Ron se acercó campante a donde Aylien, Harry empezó a recoger las cosas de Hermione.

-¿Vieron cuando salió llorando?- preguntó el pelirrojo en tono de burla, luego se rió.

-Escúchame Ronald, no porque sales con la Lavandera tienes que comportarte como un idiota con Hermione.

-Se lo merece...

Eso fue lo último que alcanzó a decir. Aylien, llena de inmensa furia, golpeo al chico justamente en la nariz a puño cerrado. La sangre comenzaba a brotar en pequeñas gotitas carmesí.

-¡¿Qué demonios te ocurre?! Por si ya lo olvidaste ¡Hermione empezó todo!

-Hay que admitir que tu bigote si se veía muy ridículo- comentó Harry. Pero ambos chicos lo ignoraron y siguieron con su discusión.

-¡Ambos se comportan como un par de bebés!

-¿Ambos quienes? Te recuerdo que la greñas no está aquí.

-¡La greñas! ¡Greñas las tuyas!- Aylien se abalanzó sobre Ron, enterró sus dedos en su cuero cabelludo y jaló con fireza.

Ron aullaba de dolor y suplicaba que lo soltara, pero cada gritó era un impulso más a seguir lastimando.

-¡Ro-Ro!- sollozo Lavander Brown- ¡SUÉLTALO! ¡DEJA SU HERMOSO CABELLO, PERRA!

Lavander iba a arañar en la cara a Aylien con sus largas uñas, pero Harry se interpuso entre Aylien y las uñas de Lavander, acto seguido, tomó a Aylien de la cintura y la cargo alejándose de la pareja de novios. Ron toqueteaba su cabello y Lavander le plantaba un beso baboso, sollozando y gimiendo cosas como "Ésa esta loca" "¿Cómo puede ser tu amiga" "Oh amor mío, casi te arranca el cabello".

Una vez en el pasillo, Harry bajó a Aylien y esta se sentó en el suelo así mismo masajeaba sus dedos, con el ceño fruncido miraba al suelo. Levantó la mirada y se encontró con la verde esmeralda del chico de lentes, tenía la mejilla arañada como si un gato le hubiera pasado las garras.

La chica se levantó del suelo quedando así a lado de Harry, le tocó la mejilla repasando los rasguños. Aylien negó con la cabeza.

-Parece que Crookshanks te pasó las garras- comentó la chica. Acariciaba la mejilla de Harry, éste comenzaba a sonrojarse.

-¿Y sí buscamos a Hermione?- tartamudeo.

-Yo sé donde está, siempre que se siente triste va ahí- de pronto, se sintió orgullosa de saber dónde estaba Hermione.

-¿El baño donde había un troll y la rescatamos?

-Digamos que le trae buenos recuerdos ese lugar.

-Entonces vayamos.

-Alto ahí, para tu hipogrifo. Voy yo, no puedes entrar a los baños de chicas, Jamie.

(...)

La Navidad había llegado a Hogwarts, como ya era costumbre, Hagrid había acarreado doce árboles de Navidad que ya estaban puestos y decorados en el Gran Comedor. Aylien había estado recibiendo muchas cartas de sus "admiradores" de los cuales, ella se sorprendió muchísimo al saber que tenía chicos enamorados de ella. Pero ella seguía aferrada a Harry Potter. Sin embargo, ella lucía normal a lado de Romilda Vane y sus amigas que siempre que pasaba Harry por el Gran Comedor, se quedaban quietas debajo del muérdago esperando que Harry las besara o algo así.

El baile de Navidad de Slughorn era esa misma noche, Aylien llevaba puesto un vestido negro corto de encaje, era algo ajustado a su cuerpo. Iría al baile con Yasen, el cual también pertenecía al club de las eminencias.

Yasen iba muy guapo, llevaba un traje formal negro, una corbata azul y una túnica de gala. No llevaba sus lentes, lo que dejaba ver sus ojos azules muy pequeños, Aylien lo notó raro solamente por eso.

-Vaya hermano, te ves muy bien, pero te hubieras puesto tus lentes, te ves algo raro sin ellos- Yasen sacó de su túnica las gafas y se las puso.

-¿Mejor? A Grace no le gusta que los use- agregó despreocupado.

-¿Grace? ¿Qué tiene que ver Grace en esto?

-No, na-nada- tartamudeo el Slytherin.

-¿Por qué estás nervioso si no tiene nada que ver?

-Hace mucho calor ¿No crees?- dijo intentando buscar una causa para su sudor repentino.

-Si, mucho calor, sobre todo por que estamos en diciembre- respondió con sarcasmo.

-¿Nos vamos a...?

-¿Qué tiene que ver Grace en esto?- preguntó de nuevo. -¿Hablas de Grace Brooks? La pelirroja de Hufflepuff.

-Ya te dije que nada.

-¿Entonces porque estás nervioso?

-¡Bien ya! Salgo con ella desde hace unas semanas- Aylien sonrió de lado a lado, también abrió los ojos como platos y por último dijo:

-¡¿En serio?! ¡Wow! ¡Mi hermano con Grace!- lo abrazó.

Ambos caminaron hasta llegar a la oficina de Slughorn, la cual era muy grande e hizo sospechar a Aylien que tenia un hechizo de expansión o algo así. El profesor al verlos llegar, casi corrió a donde los hermanos. Después de todo, el rechoncho profesor comenzaba a agradarle.

-Chicos, que bien que hayan venido- comenzó una charla a la cual Aylien no prestaba atención, cuando Yasen o Slughorn reían, ella también lo hacía solamente para aparentar que prestaba atención.

No pudo ver a Hermione mientras se arreglaba, nisiquiera supo que vestido llevaba. Pero de algo estaba segura. Siempre que Hermione se lo proponía, terminaba deslumbrando a todos. Un claro ejemplo es el baile de Navidad de cuarto año, con su vestido azul.

A lo lejos vio a Luna Lovegood a lado de Harry y la profesora Trelawney. Aylien se zafó del brazo de su hermano, dijo que volvería en un momento -O tal vez mucho más que un momento-, pensaba en lo guapo que se veía Harry en su traje de gala, con las gafas redondas y su cabello rebelde. Pero antes de que pudiera llegar, su mejor amiga, Hermione Granger, la tomó del brazo alejandola de todo. Llegaron detrás de una cortina donde no había absolutamente nadie, los sonidos eran lejanos.

-Muffliato- pronunció Hermione.

-Creí que odiabas los hechizos del príncipe mestizo- comentó Aylien con una sonrisa.

-Se pueden hacer excepciones- respondió restándole importancia.

-Claaaaaro, por cierto, lindo vestido.

-Tienes que ayudarme- soltó de pronto.

-¿A qué? Ya sabés, si se trata de...

-No, nada que ver.

-¿Entonces?

-Es sobre Cormac. No lo tolero, le he dejado parado debajo del muérdago. ¿Te imaginas besarlo? Puaj, tan sólo pensarlo y me dan escalofríos, créeme, Grawp es todo un caballero a lado se él. - explicó la castaña, tenía un gesto de asco en su cara. -Creo que comería testículos de pulpo con tal de alejarme de Cormac.

-Wow, eso es extremo, pregunta de oro Hermione Jean Granger ¿Por qué viniste con él al baile?

-Quería poner celoso a Ron, vaya idea la mía. ¡Ayúdame!

-Solo espera aquí, no te muevas.

Aylien salió de la cortina y buscó con la mirada a McLaggen la pesadilla de Hermione. No le sorprendió encontrarse con el chico a lado de Harry, el cual mantenía una cara de pocos amigos mientras escuchaba a Cormac hablar de su gran habilidad al jugar quidditch. Aylien llevaba en la mano tarta de dragón. Lo más asqueroso que Aylien comió en la vida.

-Hola chicos- saludó Aylien con dulzura.

-Aylien- dijo Harry mirando el vestido negro de la chica -Bonito vestido.

-Bonito traje- correspondió. -Por cierto Cormac, te traje esto- extendió la tarta- Supuse que te gustaría- miró al suelo con pena falsa. E hizo que el arrogante chico se sintiera halagado pensando que Aylien sentía algo por él, y sí, sentía algo por él: lástima.

-Oh gracias linda, pero...

-¿No vas a comerlo?- parpadeo repetidas veces.

-Lo comeré, sólo por ti- le acarició una mejilla, Harry miraba con atención. Mordió la tarta y una cara de repulsión apareció en Cormac McLaggen. Sin embargo, no podía detenerse. La tierna cara de Aylien se lo impedía.

-¿Te sientes bien?

-Un poco mareado...

-Uh, tal vez es por los testículos de dragón, depende de la sensibilidad de la persona, si no están bien cocidos, puedes saber asqueroso, o también cabe la probabilidad de muerte o sentir el sabor en tu boca por el resto de tu vida. Parece que el único modo de evitarlo es comer un kilo de huevo de doxy mezclado con sal y...

El chico no pudo más, se inclinó y vomitó la tarta sobre los zapatos del queridísimo profesor Snape. Esté lo miró con odio, pero McLaggen no podía enfocar bien la visión, vomitó de nuevo.

-Castigo el resto del mes- anunció Snape, Cormac, totalmente apenado pues todos lo miraban, salió corriendo del baile.

-No tienes que agradecer nada, Jamie- le guiñó el ojo.

-Eres fantástica.

-Lo sé, no tenías que decirlo. Lo hice por Hermione, estaba desesperada. Voy por...

-¡Suéltame asqueroso squib! ¡Mi padre se enterará de esto!

-Dudo que pueda hacerlo, esta en Azkaban- le susurró Aylien al oído de Harry. Éste soltó una risita.

-Hey ¿qué pasa aquí?- preguntó el anfitrión Slughorn.

-Encontré a este chico merodeando por ahí, dice que está invitado a su fiesta.

-¡Bien! ¡Mentí! No estoy invitando.

-Oh vamos Argus, es un baile, el muchacho sólo quiere divertirse.

-Yo respondo por el joven Malfoy- interrumpió Snape con sus zapatos ya limpios de vómito.

Harry y Aylien intercambiaron miradas. Snape sacó a Draco de ahí, la música comenzó de nuevo y el baile también.

-¿Vienes?- cuestionó Harry, señalando un bolsillo donde seguramente estaría se capa de invisibilidad, el destino era obvio, quería seguir a Snape y Malfoy, sin titubear, asintió y Harry la tomó de la mano yéndose lejos de la fiesta.

Los pasillos estaban oscuros, probablemente eran los únicos estudiantes merodeando por los pasillos a esas horas de la noche. Ambos iban cubiertos por la capa de invisibilidad que a Harry le rozaba los tobillos, sin embargo a Aylien le quedaba perfecta y hasta sobraba algo.

Los murmullos de una aula lejana los guiaba en medio de la penumbra, era la fría voz de Snape reprendiendo a Draco.

-Tu madre y yo hacemos todo lo posible por cuidarte ¿Y tú? Te paseas por los pasillos en medio de la noche.

-No necesito cuidado, no soy Aylien Patterson que no la puedes dejar sola porque hace un caos...

-Nadie esta hablando de esa chica. Escúchame Draco, hice el Juramento Inquebrantable con tu madre y no pienso romper mi promesa a causa de que el niño Malfoy no quiere protección. Esta misión puede costarte la vida ¡La vida! ¿Y tu que haces? Desprecias los esfuerzos y la preocupación de tu madre.

Snape abrió la puerta y sacó a Draco de ahí. Aylien aprovechándose de la situación, tomó a Harry de la mano esperando que el chico esperará que se tratase de un repentino temor a ser descubiertos.

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