52- Mamá.

A la mañana siguiente, Aylien guardó algo de ropa, zapatos, pergamino y tinta en una bolsa que Hermione le prestó. No dejaba de pensar en cómo estaría Cho, probablemente destrozada. Primero Cedric y ahora su madre, aunque como su papá mencionaba en la carta: le daban dos meses de esperanza.

Dos meses para que la viruela se alejara y todo volviera a ser como antes.

Llevaba su capa de viaje puesta y la mochila de Hermione colgada al hombro, la noche anterior le ganó el remordimiento de pensar en todo lo malo que había dicho de ella... Una vez llegó a desear que muriera. Y al parecer se iba a cumplir su deseo caprichoso.

Tocó su collar de Gryffindor e imploro a Merlín que Mei se pusiera bien. Abrazó a Hermione y esta le deseo suerte, suerte que probablemente nunca está de sobra. Estaba a punto de abrir la puerta de la habitación cuando Parvatil le tocó el hombro.

-No sé cómo decir esto- empezó, Aylien se impacientó -¿Puedes darle esta carta a Yasen?

-¿Por qué debería hacerlo?

-Porque es tu hermano, porque me gusta y quiero que lo sepa...

-Se la daré- interrumpió antes de que su compañera de cuarto siguiera hablando- Si es que accidentalmente no se rompe.

Hermione soltó una risita, Lavander tocó su pecho ofendida y Parvati le regaló su peor cara.

-¿Herms me acompañas a la Sala Común?- pidió Aylien, su amiga asintió.

-Parvati explícame porque éramos amigas de estas dos el curso anterior- dijo Lavander haciendo como que Aylien Hermione no estaban presentes.

-Porque no sabíamos que clase de personas son- respondió Parvati.

Ignorando por completo a las pesadas de sus compañeras. Las mejores amigas salieron de ahí, pero Aylien sonrió de lado y volvió.

-Para su información, Ron y Yasen están perdidamente enamorados de una chica muy guapa e inteligente. La cual, en verdad vale la pena, no como otras que conozco- entrecerró la puerta y Hermione se desmoronoba de risa, cubriéndose la boca con una mano.

Aylien dió una media vuelta dispuesta a ir al estudio de Dumbledore donde estaría su papá y sus hermanos. Pero Hermione la detuvo. Le hizo un gesto con su dedo de que guardará silencio.

-Densaugeo- susurró a la puerta entre abierta. Le sonaba el hechizo pero no recordaba de dónde. Lo único que recordaba es que con ese hechizo, te crecen los dientes de forma escandalosa por unos minutos.

Un par de gritos aguidisimos sonó por todo el pasillo, Hermione no aguanto más la risa y la soltó sin vergüenza a ser escuchada. Aylien también empezó a reírse.

La castaña tomó a Aylien de la mano y se fueron corriendo, aunque nada las perseguía ellas sentían que Lavander y Parvati las seguían y no iban a parar hasta vengarse.

-Ojala Mei se ponga bien- deseó Ron dándole una palmada en la espalda a Aylien. -Y crece un poco ¿quieres?

-De querer si quiero, pero de poder: no sé si pueda- risas entre los cuatro.

-¿Quieres que te busqué un suplente? Por si no puedes jugar en el partido de dentro de dos semanas- preguntó Harry.

-Regreso el domingo a más tardar, créeme. Jugaré en el partido contra las serpientes venenosas- hizo un sonido similar a las serpientes.

Harry asintió y le dió un abrazo, Aylien no pudo evitar sonrojarse y mirar de reojo a Hermione que estaba con una enorme sonrisa en su cara. Sin más, Aylien le correspondió el abrazo.

«Estúpida, Potter no vale la pena, ahora te abraza. Pero cuando te vayas, tal vez abrace a Hermione y entonces sabrás que solo estuvo jugando contigo» otra vez esa voz.

Parecía dulce, pero al mismo tiempo era seca y tenebrosa.

Tan roja como un tomate, se dirigió al despacho de Dumbledore donde estaban ya todos: excepto Cho. Pero al cabo de poco rato llegó con lágrimas en los ojos. También estaba Tonks con otro señor desconocido.

Tonks cada vez lucía peor, el cabello grisáceo y las enormes ojeras que se veían a simple vista. La teoría de Hermione cada vez tenía más sentidos. Pero entonces recordó lo que había dicho Ron:

« -Tal vez se había enamorado de Sirius y quedó destrozada con su... Partida- dijo mirando la cara de tristeza de Harry.
-¿Y sí tal vez se siente culpable por su muerte y al mismo tiempo destrozada por el amor que sentía por el?- opinó Aylien.
-Sirius y Tonks eran primos ¿Lo olvidaron? Es como si Aylien se enamorará de Malfoy.- dijo Harry con la intención de poner fin a esa serie de teorías»

Le sonrió a la metamorfomaga y esta le devolvío el gesto sin muchos ánimos. Aylien le dió su mochila a Yasen y se lanzó a los brazos de su papá.

Se le notaba triste ¿Y cómo no estarlo? Su esposa estaba con una gravísima enfermedad internada en San Mugo, temiendo que perdiera la batalla como Lisbeth.

-He pedido a Tonks y a Veilhard que vayan a cuidar de los jóvenes mientras su estancia fuera del castillo. El ministerio ha insistido en enviar a otros cinco aurores más a proteger de cualquier posible ataque de mortífagos. En especial porque temen la seguridad de la señorita Aylien.

Jacob asintió.

El señor auror de nombre Veilhard, tenía el cabello castaño casi negro, con unos ojos verdes aceituna y una cuantas canas. Era un tipo muy alto. Aylien pensó que tal vez rozaba los dos metros.

Tomaron la red flu y en un abrir y cerrar de ojos, todos se encontraban en San Mugo. Donde medimagos iban de un lado a otro con sus capas blancas, transportando magos y brujas gravemente heridos por malos hechizos.

-Buenos días. Venimos a visitar a Mei Chang- explicó Jacob a la joven bruja que atendía las visitas.

-Ya veo- dijo la bruja, mirando a Yasen de pies a cabeza.

-Tiene dieciséis años- se interpuso Aylien entre el mirada de la bruja.

-Pasen- dijo cortante. Jacob le sonrió de lado.

Llegaron al área de enfermedades Mágicas. Donde a través de un cristal de veía Mei, en una cama recostada con terrible salpullido verde y morado. Les sonrió con debilidad. Cho tocó el cristal y se hecho a llorar en el hombro de Aylien.

(...)

Fue duro para todos ver a Mei en esas condiciones, estaba muy débil y su piel ya no era normal. Tenía el salpullido muy elevado, unas enormes ronchas moradas y la cara verde.

Aylien descansaba en su cama después de haber hecho deberes. Hermione se encargaba de enviarle los deberes y todas las actividades hechas en el día, estaba muy agradecida con su amiga por el apoyo que le brindaba.

-Aylien- susurró alguien a su costado, le zarandeba el hombro. Era Yasen.

-¿Qué quieres? Dejame dormir- pidió cubriéndose hasta la coronilla con su manta.

-Irán a San Mugo- anunció una voz conocida, era Tonks la metamorfomaga.

-¿A qué?

-Mei empeoró, tal vez sea su último día...- explicó Yasen con la voz cortada.

Aylien se levantó de inmediato y aún en pijama salió, afuera de su casa había coches del Ministerio con señores a traje alrededor de ellos. Bostezo y en un instante ya estaban el el hospital. Al llegar al piso correspondiente, Jacob caminaba en círculos y Cho miraba a la nada. Esas acciones sólo hicieron que Aylien se pusiera ansiosa.

Se acercó al cristal pero había cortinas que le tapaban la visión.

-Ella... Una mujer fuerte- dijo su papá.

-¿Esta viva?

Cho lloró con intensidad.

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