49- ¡Quidditch para todos!
-Entonces...- el sonido de todos los chicos hablando entre ellos le impedía a Harry dar indicaciones, este año Harry era el capitán del equipo de quidditch de Gryffindor. Todos estaban seguros que al ser el capitán ganarían la copa.
Aylien se encontraba a un lado de Ron (si, habia decidido ser parte del equipo), su amigo de lentes estaba tratando de controlar a la multitud, que, entusiasmados esperaban la oportunidad de demostrar sus habilidades y ser parte del equipo de su casa.
-Patterson- llamó alguien, esta bufó pues le recordaba a Angelina Jhonson cuando le hablaba. Pero no era Angelina, era Romilda Vane, la admiradora de Harry.
-¿Algún problema?- preguntó Aylien. Intentó ser intimidante pero Romilda era unos centímetros más alta.
-S-sí, no sé qué haces aquí. Estoy segura que no entraras al equipo- Ron miró a Romilda con mirada despectiva, la joven retrocedió unos pasos. Se acercó a Aylien y le habló al oído- Aléjate de Harry, sé tus verdaderas intenciones al estar aquí. Harry es mío ¡Mío!- se fue moviendo la espesa cabellera y las caderas. Internado llamar al atención del azabache pero este ni siquiera la vió.
-Harry es mío, ¡mío!- remedo a Romilda con voz aguda fingida. Por ese momento Ron se rió y olvidó los nervios debido a la prueba.
Cuando por fin Harry obtuvo el control de los chicos, explicó que harían lo mismo que cada año para las pruebas: simular un partido. Una carcajada digna de alguien vulgar se hizo presenciar. Harry dirigió la mirada a la persona responsable y era nada más que Romilda Vane. Al notar que su amor platónico la observaba se calló.
Ginny totalmente confiada con su cara pecosa y una sonrisa de acompañamiento, caminaba moviendo la coleta pelirroja que llevaba. Harry embelesado por la belleza de la hermana menor de su mejor amigo dejó de hablar unos instantes.
-Perdón por llegar tarde- dijo la pelirroja a Harry. Éste asintió y la chica se encaminó a donde Aylien y Ron.
Hermione miraba desde las gradas, apoyaba a sus amigos y les alentaba a quedar en el equipo. Aylien por otra parte, sintió una mano posada sobre su hombro.
-Hola Patterson- un chico rubio y muy grande, era apuesto y poseía un cuerpo atlético. No era la gran cosa según Aylien -Cormac McLaggen.
-Ah.
-Deberías presentarme algún día a tu amiga Granger- Cormac observó a la castaña que estaba leyendo un libro.
-Seguro, algún día- respondió Aylien emocionada. Hermione tenía un pretendiente, (además de Ron), en una rápida caricatura que creó su mente se los imaginaba a ambos caminando tomados de las manos por el Hogsmade nevado.
-El año anterior iba a venir a las pruebas, sólo que estaba en la enfermería por comer un kilo de huevos venenosos de Doxy- «Este chico es un idiota» pensó Aylien «Nop, no es para Hermione»
Harry dió la señal de que era hora de empezar "el partido", Romilda miraba con odio y superioridad a Aylien. Esta hacía su mayor esfuerzo por no reírse. La quaffle estaba en el aire y la ojiazul se lanzó sobre ella.
-¡Ro te van a ganar la quaffle!- le gritó una amiga de la susodicha.
También se fue sobre la quaffle, Aylien la tomó primero y la tomó como si fuera su bien más preciado. Romilda desesperada, le tomó las ramas de la escoba a Aylien provocando a propósito que desviara su camino. Tuvo que soltar la quaffle y aferrarse a su escoba con ambas manos para no irse en picada.
Un par de brazos la tomaron fuertemente a los de ella, al levantar la mirada: estaba esos ojos verdes esmeralda mirándola fijamente, con la mandíbula apretada debido a la fuerza.
-¿Estas bien?- le preguntó Harry. Aylien asintió fugazmente recuperando el control de su escoba. El chico miró a Romilda -Eso merece una infracción, esta prohibido tomar de las ramas la escoba de tu contrincante para derribarlo.
-Upss, no lo sabía, perdón Patterson- se disculpó Romilda. Aylien rodó los ojos.
El juego comenzó de nuevo, la admiradora de Harry no paraba de chocar contra todos. Aylien poseía la quaffle una vez más, Cormac McLaggen que hacía pruebas para guardián era demasiado grandúlon para abarcar todo el aro. Estaba segurísima de que no lograría meter la quaffle en ese aro debido al que la bloqueaba. Decidió jugarsela.
Con todas sus fuerzas la lanzó, Cormac de forma extraña e inmediata se movió a un lado para y la quaffle entró. No parecía el, se vió que fue involuntario tal como respirar.
Katie Bell se lucía con sus volteretas en el aire y el estilo con el que atrapaba la quaffle y la lanzaba. Ginny no era la excepción, volaba muy rápido a comparación de cómo lo hacía en el verano. Demelza Robins era también otra chica que estaba haciendo pruebas para el equipo, jugaba muy bien casi como profesional. Aylien sabía que la competencia era dura y sin dudarlo a aquel trío de chicas se quedarían con el puesto, ella no lo permitiría.
Entonces ahí, para su buena suerte, Demelza cayó de la escoba sin aviso ni forma de saberlo. Se pronto giró y giró como remolino hasta caer al pasto verde donde yacía inconsciente.
Pero ella más que nadie, sabía que todo fue su culpa, pues por una simple mirada sin importancia. Ella podía controlar hasta a la peor de las bestias salvajes.
Un poder tan inmenso como el suyo a de ser controlado, de lo contrario, el cataclismo esta por llegar.
(...)
Aylien no podía sentirse más culpable, Demelza estaba en la enfermería con varios huesos rotos. Unas horas antes la chica por fin había despertado.
-Es una lástima lo que le ocurrió a Demelza Robins. Se veía muy buena jugando- se lamentó Hermione. Aylien palideció y al poco tiempo asintió continuamente.
-Es una pena- siguió Harry- Oigan chicos ya tengo el equipo formado de este año.
-¿Estamos incluidos?- preguntaron Ron y Aylien al mismo tiempo.
-Ron, felicidades eres un guardián y Aylien... Bienvenida nuevamente cazadora.
-Con tu mejor amigo de capitán es imposible no quedar en el equipo- habló Ron mientras abrazaba a Aylien, así como se felicitaban mutuamente por pertenecer al equipo.
La cazadora por un momento pensó en confesar la pequeña trampa que hizo, más sería malo para ella. Sentía que la culpa le carcomia por dentro y saber que una chica inocente estaba con varios huesos rotos por su culpa era su tortura.
Por tan estúpido que sonará: se sentía la peor bazofia del mundo.
Los cuatro se encaminaron a la cabaña de Hagrid, ninguno habia tomado Cuidado de Criaturas Mágicas. Llevaban días que no veían a Hagrid en la mesa de profesores, estaba desaparecido, al igual que Dumbledore.
—Hagrid— llamó Harry mientras tocaba la puerta— Hagrid. Abre somos nosotros.
Parecía que Hagrid no escuchaba los llamados de Harry, Fang el perro jabalinero comenzó a ladrar. Se escuchó que alguien había chocado contra unas vasijas por el ruido metálico proveniente del interior de la cabaña.
—Vámonos Harry, venimos después— habló Ron con desilución en la voz.
—No, Hagrid esta aquí adentro. ¡Hagrid!— siguió tocando la puerta con brusquedad. Aylien lo tomó del brazo susurrando que se detuviera.
—¡Abre o tumbo la puerta!— Aylien empezó a notar que la amenaza de Harry era innecesaria. Hagrid obviamente estaría enojado porque sus alumnos favoritos no cursaban su asignatura. Pero por más increíble que sonará, Hagrid abrió la puerta de su cabaña.
—Te estas dirigendo a un profesor, Potter. No puedes llegar y decir que tumbaras mi puerta, Potter— dijo Hagrid sin una pizca de gracia en su oración.
—Lo siento, señor— dijo Harry mostrando respeto.
—¿Desde cuando me llamas señor?
—¿Desde cuando me llamas Potter?
—Pasen, pasen— el guardabosques se hizo a un lado para dejar que los chicos pasarán.
Una vez dentro. Hagrid se desplomó en un llanto. Hermione lo abrazó mientras lo consolaba de su pena, Aylien intercambio una mirada confundida con Ron. ¿Por qué lloraba?
—Es Aragog, esta muy débil— sollozo. Aragog era una acromántula que casi hizo que sus hijos devoraran a Harry y Ron cuatro años atrás.
—Eso explica este barril lleno de... Gusanos gigantes— dijo Aylien mientras introducía su mano y sacó uno. Era muy gelatinoso y tenía un aspecto asquerosos. Olía muy mal.
Ron se acercó y Aylien lo asustó pasándole el gusano por los ojos, este retrocedió y fue a dar al sofá donde estaba. Hagrid rió un poco, Aylien volvió a dejar el gusano justo donde estaba.
El semi gigante les ofreció galletas, ninguno fue tan incrédulo como para comérselas. Siempre eran duras como rocas.
—Queriamos cursar Cuidado de Criaturas Mágicas este año pero no pudimos. Son demasiados materias...
—¡Casi no tenemos tiempo para respirar!— se quejó Ron.
—Los entiendo, ojalá si hubieran podido cursar Cuidado de Criaturas Mágicas este año. ¡Oh pero miren la hora! Deben de irse antes de que se haga de noche!
—Apenas son las... ¿Ocho?— Harry miró al reloj.
—Andando chicos, no quiero que tengan problemas por mi culpa.
Y así, los cuatro volvieron al castillo para cenar. Pensando en lo rápido que se había pasado el día.
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