44- El regreso de la pelirroja.

—¡Que tengan un excelente año!— gritó Mei despidiéndose de sus hijos, Yasen, Cho y Aylien acababan de abordar el expreso de Hogwarts, su sexto año acababa de iniciar. Aun podía recordar cuando entró a primero, como si hubiese sido apenas ese día. Pues para mala suerte de ella, no era así.

Cho corrió con Marietta Edgcombe, la soplona del ED, Aylien le hizo una mueca de desagrado a la soplona y siguió caminando. En todas las vacaciones no había sido capaz de hablar con Yasen sobre lo ocurrido en el Callejón Knockturn, seguía creyendo que no era su hermano el que vió ese día.

Este vio a Daphne Greengrass, se despidió de Aylien con un beso rápido en la mejilla y corrió con la rubia.

De pronto, alguien tomó a Aylien del brazo, esta cara le sonreía de una forma casi maniática, era Hannah Abott. Con sus dientes casi saliéndose de su gran sonrisa, sus ojos lucían abiertos como platos, Aylien se asustó un poco al ver la cara de su amiga, no sabía si llamarla amiga pues después de mucho que no hablaban.

—Sé que debes estar pensando: ¿y a esta loca que le ocurre?. Se nota en tu mirada que te doy algo de miedo, pero ¿sabes? Es normal, bueno supongo que no es muy normal que de pronto llegue alguien con la cual no hablas desde hace mucho tiempo y te sonría así, pero, también supongo que hace mucho tiempo que no hablas con Grace Brooks— dijo Hannah.

—Pues, le he enviado alguna cartas pero no ha contestado ninguna. ¿A qué viene todo esto, Hannah?— la Hufflepuffe miró a la nada y asintió, Aylien frunció el ceño en prueba de que estaba confundida.

—Oh nada en particular, adiós Aylien te veo en Hogwarts— dijo por último y se fue corriendo, más confundida no podía estar.

Harry estaba sentado con Luna y Neville. Como Ron y Hermione son prefectos no se hallaban ahí.

—Hola Aylien Patterson— saludó Luna.

—Hola Lunáti... Luna.

Tomó asiento a lado de la ventana. Luna cada día se le hacía más extraña, no sólo acusaba a los nargles de todo, si no porque cada vez que conversaba con ella la miraba fijamente como si supiera todo sobre ella, la miraba con sus ojos azules y esa mirada perturbaba a la joven, sinceramente Luna Lovegood era la persona más escalofriante que conoció. Luna llevaba el cabello enredado con su varita detrás de la oreja derecha, llevaba un saco rosa y unas gafas extrañas, una especie de lentes 3D muggles. En forma circular y en color rosado. 

Hermione entró al vagón con el pretexto de que estaba dando rondas por los pasillos, llevaba el cabello perfectamente peinado caído en rizos sueltos, realmente Aylien desconocía a esa Hermione, nada que ver a la niña de once años que conoció en primero.

En cambio ella, seguía siendo de estatura más baja que sus demás compañeros, el cabello era imposible de peinarlo y que se quedará quieto por unos pocos segundos, era pálida casi descolorida, el cabello negro se le veía extraño debido a su color de piel, su aspecto no le agradaba en lo absoluto, era una chica totalmente escuálida sin nada de curvas ni atributos presentes. Era más plana que una puerta, seguía sin comprender que hizo para enamorar a Fred, odiaba cada parte de ella. Excepto sus ojos, era lo único que le agrada de si misma. No tenía ningún talento especial, cantaba tan desafinado que los pájaros morían al escucharla, bailando era la peor, como ella decía: tenía dos pies izquierdos. No sabía tocar ningún instrumento. Y para terminar: tenía que lidiar con ser la heredera de Gryffindor. ¿Hermosa vida para una adolescente no?

Verse a un espejo era una punzada de dolor inminente justo al corazón, comprendía que nadie era perfecto pero... Pareciera que Hermione lo era, hermosa, inteligente, amigable, etcétera. Sacudió su cabeza alejando esos pensamientos nada alentadores.

Una chica entró al compartimiento, tenía el cabello largo negro y unos oscuros ojos, sonreía, parecía de unos catorce o trece años. Aylien le devolvió la sonrisa pero se dió cuenta que esa sonrisa iba dirigida a Harry.

—Hola Harry, soy Romilda Vane— saludó aquella chica. Sin permiso ni nada, entró al compartimiento y se sentó a un lado de Harry. Pestañeando repetidas veces y enrollando su cabello con su dedo índice.

—Hola Romilda— dijo Harry.

—¿Sabes? Eres más guapo en persona.

—¿Acaso te conocemos?— preguntó Aylien haciendo que Romilda la miraba mal. Le torció la boca y siguió hablando con Harry volviendo a su posición.

—Puedes venir a mi compartimiento con unas amigas cuando quieras— guiñó el ojo— no tienes porque juntarte con ellos— señaló a Neville y Luna.

—Pues ellos, son mis amigos— respondió Harry, Ron prácticamente se rió en la cara de Romilda. Esta se marchó ofendida moviendo la larga cabellera oscura.

—Harry ya tienes un club de admiradoras— dijo Ron.

—Ah por cierto, gracias Neville, saque un Aceptable en Herbología gracias a ti, vales mil amigo— agradeció Aylien.

—No es nada, igualmente gracias a ti. Mejore en mis hechizos.

—Supongo que a todos les fue bastante bien con sus TIMOS— habló Luna mirando al infinito. Todos asintieron.

—Una duda universal que si no es contestada el mundo puede colapsar— habló Aylien, todos le prestaron atención— que prefieren: ser multimillonario pero ser muggle y no recordar a sus amigos ni que asistieron a Hogwarts o ser pobre a situaciones extremas pero tener magia y tener a sus amigos y recuerdos.

—¿Sabes? El dinero no lo es todo, así que prefiero mil veces la segunda opción— dijo Hermione.

—La segunda— dijeron Luna y Neville al unísono.

—Concuerdo con ellos— dijo Ron que también entró al vagón con el mismo pretexto de Hermione.

—Igual ¿y tú, Aylien?

—La segunda— dijo por último.

Hermione sacó un libro y se dispuso a leer, Luna y Neville salieron a repartir ejemplares de “El quisquilloso" el periódico del cual su padre era editor. Ron y Harry estaban jugando una partida de snap explosivo. Aylien recordó cuando en cuarto año, Ron se quemó las cejas jugando a ese juego.

Alguien abrió la puerta del compartimiento, era otra chica, esta vez era pelirroja.

—Confirmado, Harry, tienes un club de admiradoras— se burló Ron y Hermione junto a Aylien rieron. Harry los ignoró barajando las cartas del snap. —¿Eres amiga de Romilda Vane?

—¿Quién demonios es Romilda?— preguntó la chica, llevaba el cabello recogido en una coleta apretada y el cabello estaba rizado, también tenía un ligero acento francés. Aylien se le hizo conocida pero no recordaba de dónde.— ¿Y desde cuándo Harry tiene un club de admiradoras?

—Lamento ser grosera pero... ¿Quién eres tú?— cuestionó Hermione. La chica río.

—¿Es enserio Hermione Granger?— la mencionada se sorprendió al ver quién era, pero Aylien sólo seguía pensando en quien podría ser.

—Aylien tanto tiempo ¿cuánto? ¿Dos años?

—¡Grace!— gritó Aylien al recordarla, era ella, su mejor amiga de la infancia que se fue cuando tenía quince años. Su amiga pelirroja frente a ella después de algunos años, se veía casi igual a cuando se fue, exceptuando el hecho de que llevaba el cabello perfectamente recogido.

—Supuse que ya te habrías olvidado de mí— añadió con tristeza fingida.

—¡Jamás! Siempre te envié cartas sólo que no contestabas, incluso trate de llamarte a tu antiguo número telefónico pero contestó una anciana. ¿Cómo es que estas aquí?

—Hice que me expulsaran, bombas fetidas en los dormitorios. Siempre funciona. Adélaïde se entristeció al saber que me expulsaron, también me sentí mal porque yo soy su única amiga, pero la verdad ya extrañaba Hogwarts.

—¿Y Katherine?— preguntó Aylien, tal vez Grace supiera algo de la Ravenclaw.

—Ella...— se le hizo un nudo en la garganta y una lágrima se resbaló por su mejilla —Esta muerta.

Katherine Adams muerta, ¿cómo podría ser eso? Ron tragó saliva intentando deshacer su nudo.

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¡Feliz cumpleaños a la mejor bruja de su edad!
Si la Hermione Granger ahora Weasley.
Y recuerden:
It's Leviosa not Leviosaaaah


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