Parte 2:

—¡Aylien ni se te ocurra tocar ese cuchillo! Ginny ¡usa los guantes que te quemas! ¡Harry y Ron no se estén comiendo los dulces! ¡Cho! Tu, no olvidalo tu estas bien ¡Fred y George ya dejen de lanzar bengalas!— gritó la señora Weasley.

La cocina estaba hecha un desastre total, por el piso parecía que un montón de animales salvajes habían caminado por allí.

Por todo el número 12 de Grimmauld Place había bullicio, personas envolviendo regalos algunos incluso salieron a comprarlos ese día. La peor parte de la tarde fue cuando olvidaron cerrar la puerta donde Buckbeak se encontraba y este se escapó, anduvo moviéndose libremente por toda la casa ocasionando más alboroto.

Aylien sintiéndose sofocada ante el calor de la cocina se fue de ahí esperando ayudar en algo. En verdad solo se iba a descansar a su habitación y a ver que maldad le hacía a Cho.

Para llegar al lugar en donde Aylien dormía, se debía atravesar por la habitación de Buckbeak. La puerta estaba semiabierta, con una horrible sensación en el estómago asomó la cabeza para cerciorarse que alguien estaba ahí y no dejarle encerrado. Allí estaba Sirius.

—¿Cómo le temes?— preguntó algo burlón.

—Es una enorme bestia, me dio un picotazo la vez pasada que intente acariciarlo. Es un grosero gigante— dijo indignada viendo a Buckbeak comer. —¿En qué pensaste cuando me enviaste a alimentarlo?

—En tu madre, nunca pudo superar su miedo a los hipogrifos. Veo que lo heredaste— dijo lanzándole un trozo de carne al hipogrifo. —Buckbeak es muy orgulloso, tienes que hacer una reverencia antes de tocarlo.

—¡Hubieras dicho eso antes!— exclamó haciendo un extraño ademán con sus brazos, Buckbeak dio un paso adelante y Aylien se asustó, quiso retroceder pero sus agujetas se lo prohibieron causando que se cayera al suelo helado. Sirius le ofreció una mano— Lo que pasó aquí, se queda aquí.

—Fue demasiado cómico como para quedarme callado, quien diría que la gran descendencia de Gryffindor le teme a un hipogrifo— se burló. —Haz una reverencia, Buckbeak parece molesto.

El hipogrifo estaba en una pose demasiado peligrosa, en cualquier momento atacaría a Aylien. Sirius le dio un pequeño empujón para que se acercará, Aylien se rehusaba. No podía explicarse el porque le temía a una estúpida bestia, con pequeños pasos se encaminó hacía donde Buckbeak permanecía inspeccionando a la pelinegra.

—Agacha mas la cabeza— recomendó Sirius.

Aylien seguía con el mal presentimiento de que en cualquier momento le cortaría la cabeza con un solo movimiento de garras. Temblorosa hizo lo que Sirius dijo. Buckbeak permanecía con su orgullo al tope y la reverencia de Aylien parecía no ser suficiente.

—¿Y ahora que? ¿Me pongo de rodillas para su majestad?— preguntó Aylien.

Buckbeak no parecía agradarle la pelinegra, dándose por vencida volvió a su pose habitual. Y el hipogrifo volvió a comer.

—¿No te llevas bien con los animales cierto?

—Supongo que no, tenía un micropuff que resultó ser la hermana loca de mi mamá que me secuestro y me encerró en el calabozo de la mansión Malfoy. Así que no era un animal precisamente, ahora tengo a Louis mi lechuza y digamos que solo la uso para mensajería y Louis solo me usa para que le alimente. Por lo que llegamos a la conclusión que los animales le detestan— explicó Aylien.

—¿Qué me dices de las plantas?

—Básicamente toda la naturaleza me odia, un día quede atrapada en lazo del diablo y casi muero, en otra  ocasión un geranio me mordió.

—Por lo menos las personas no te odian... Algunas otras sí— Aylien se río. —Será mejor que vayas a arreglarte, no creó que a tu papá le guste que asistas a la cena navideña en pijama— la ojiazul asintió y se fue a buscar algo presentable.

Revolvió su baúl buscando algo que corresponda a una cena familiar navideña sin barbaridades de ropa. Sólo encontraba sus túnicas, tinta, pergaminos y libros.

«Llevar el uniforme no sería mala idea» pensó Aylien.

Sacó todo lo que había en su baúl con la esperanza de encontrar algún vestido o algo que usar. Aunque fuera un pantalón. Hasta que se dio cuenta que todo el tiempo estuvo buscando en la parte del baúl destinada a los útiles escolares. Pero no tenía vestidos, sólo el vestido azul que Hermione le obsequió, ese que tanto odiaba y no se iba a poner algo que odiaba.

Cho entró a la habitación cerrando de un portazo, se deslizó por la puerta hasta llegar al suelo y ya ahí de puso a llorar. Aylien miraba con extrañeza.

—¿Debería preguntar porque lloras?

—Es Harry, anda muy distante, me ignora y solo esta preguntando si Hermione vendrá. Creó que ese beso no significó nada ¡Ni siquiera me ha pedido ser su novia!— Aylien la miro con algo de pena ajena.

—Hermione es su mejor amiga, además Harry esta demasiado confundido. Dejalo, tarde o temprano lo hará— dijo Aylien poniéndose de rodillas quedando a su altura.

—Si pero Hermione no es la única que me preocupa, ¡Ginny no le saca los ojos de encima! ¡y Harry le sonríe!— soltó un chillido y Aylien le dio una cachetada para que se calmara —Gracias lo necesitaba.

—Ahora, te vas a cambiar para deslumbrar a Harry ¿De acuerdo? Y no vuelvas a llora ni celar a Harry. No suelo hacer esto pero— Aylien le extendió los brazos a Cho y esta sin pensarlo le correspondió el abrazo.

—En serio, no se que hubiera hecho sin ti Ali... Es decir Aylien.

—Dime Ali, por algo somos hermanas ¿no?— Cho se sorprendió por la actitud de Aylien, nunca le había aceptado como hermana y eso fue demasiado extraño— ¿Me prestas un vestido?

—Ya entendí porque quieres que te llame Ali, sabes que de todos modos te lo hubiera prestado— Cho se encaminó al armario que había hecho suyo durante ese tiempo.

Sacó un hermoso vestido aguamarina de manga larga y algo de encaje, Aylien quedó encantada con ese vestido.

—Sabia que te iba a gustar, te lo regalo. Tomalo como un adelanto a mañana y a tu cumpleaños— dijo Cho con una sonrisa pero Aylien tan solo admiraba el hermoso vestido.

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¿Ustedes que opinan? ¿Les gusta el vestido? Estaré haciendo una dinámica en donde le preguntaran a TODOS LOS PERSONAJES que quieran. Claro no me vayan a hacer preguntas como si yo fuera JK porque obviamente no lo soy.