20- La hermana de Yasen
Maratón 7-10:
Un chorro de agua fría despertó a Aylien que estaba dormida. Había tenido un sueño muy extraño en donde viajaban al pasado y conocían a James Potter, Peter Pettigrew, Remus Lupin, Sirius Black, Lily Evans y a su papá de jóvenes.
Ahora todo era tan confuso pues dudaba si era verdad o tan solo un sueño. Se le hacía muy complicado distinguir entre realidad y fantasía.
-¿Fue real?- preguntó desubicada.- Viajamos en el tiempo. Fuimos a 1975.
-Estas loca, nunca pasó. Ahora si no quieres que te vuelva a mojar ponte el uniforme y vayamos a desayunar.
Entonces tan solo fue un sueño, un lindo sueño en donde su papá, el papá de Harry y Sirius coqueteaban con ella. Demasiado extraño.
Su primera clase fue Historia de la Magia, a la cual ya no le llamaba tanto la atención como lo hacía antes, la manera tan lenta de explicar del profesor Binns.
Tan aburrida que a mitad de la clase se quedo dormida en el hombro de Harry, este no quería despertarla pues le encantaba verla demasiado tranquila algo tenía que causaba que le prestará mas atención a ella que al profesor.
Durante todo el día Aylien se dedicó a pensar en su sueño, en su alocado sueño. Recordaba cada detalle, cada momento y perfectamente las caras de todos los involucrados.
Desde las casi invisibles pecas de Lily hasta el aroma de Sirius del cual estuvo demasiado cerca y tuvo que admitirlo. No era nada feo, pero ella estaba con Fred y eso sería totalmente una locura puesto que ahora tiene mas de treinta años.
Al llegar a clase, Yasen que se encontraba a primera fila le hizo señas para que se sentara junto a el. Aylien le explicó a Hermione y se fue con el.
—¿Te esta gustando Hogwarts?— preguntó la pelinegra colocando su mochila en el asiento.
—Es perfecto, en Durmstrang tienes que ganar tu lugar y hacer que te respeten mientras Hogwarts todos son tal— suspiró— amables.
—Ese no es cualquier suspiro, estas enamorado ¿De quién?— preguntó curiosa.
—Es, esta en Gryffindor. Es perfecta, jamás he hablado con ella pero amo verle leer en la biblioteca. Es tu amiga, no se como se llame— dijo con la mirada pérdida, Aylien sonrió al saber que se refiere a Hermione.
—Hermione Jean Granger. Es su nombre— dijo la pelinegra—Y de tu hermana ¿Has sabido algo?
—Absolutamente nada, pensé que tal vez Dumbledore me pueda ayudar— dijo con desilusión.
—Yo te ayudaré— dijo la ojiazul.
Yasen la abrazó en forma de agradecimiento, murmurando muchas veces la palabra “gracias" no era muy usual ver a un Slytherin y una Gryffindor juntos. Todos quedaron conmocionados y perplejos ante aquello.
Un choque entre ellos, o eso supuso Aylien. Como si un fuerte golpe en su pecho ocasionó que se separará de Yasen.
—Niños y niñas a más de treinta centímetros de distancia. Patterson e Ivailo— la que ocasionó el choque fue Umbridge. Con un hechizo.
(...)
Frente a la estatua se encontraban la Gryffindor y el Slytherin, Aylien le daba pequeñas palmaditas en su hombro para que no pudiera dejar de saber que lo apoyaba.
El chico se tambaleaba de los nervios, al fin podría conocer a su pelirroja hermana. Temía lo que fuera a pensar de el por ser Slytherin.
Pues no hay pelirrojas en Slytherin, por lo que sabía que su hermana podría pertenecer a las demás casas. A lo mejor Hufflepuffe pues el sombrero casi lo manda a esa casa.
—¿Sabes la contraseña?— preguntó Aylien, para suerte de ambos Dumbledore venía llegando.
—Jóvenes deben saber que la verdad es algo fuerte, solo los valientes la aguantan— dijo para después guiarlos a su estudio.
Aylien veía con fascinación los cuadros dormidos, siempre están así. O por lo menos ella jamás los había visto con los ojos abiertos como los demás.
En cambio Yasen estaba demasiado tenso por la verdad que no se dio el tiempo de admirar a los cuadros.
—¿Usted sabe algo sobre la hermana de Yasen?— preguntó la joven.
Con sus enormes ojos que hipnotizan, a veces es fácil confundirlos con un par de resplandecientes zafiros. Con una de esas miradas que las quieres ver por siempre y nunca alejarte de ellas.
—Naturalmente, no soy el indicado para esto. Mirenlo y juzguen por sus propios ojos— respondió el director— Señor Ivailo ¿Me permite la fotografía de su hermana?
Yasen extendió el arrugado papel y Dumbledore le hizo un hechizo desconocido para los que buscan respuestas.
Yasen puso su mano sobre la fotografía y acto seguido Aylien también.
Ambos amigos se sujetaron con fuerza las manos, se encontraban en viendo como dos personas cargaban a dos bebés.
Dos hermanos, un niño y una niña. La niña sin lugar a dudas era la hermana de Yasen y el niño obviamente el propio Yasen.
Entonces ocurrió.
Aylien miro con atención a esas personas y vaya sorpresa que se llevó al ver a sus padres con Yasen en los brazos. Con ella en los de su madre y el en los de su padre.
Con el cabello rojo vivo y esos enormes zafiros.
Yasen y Aylien se miraron mutuamente, se podía notar que el chico estaba conmovido y unas pequeñas gotas de agua en sus mejillas se deslizaban. La chica perpleja tocó la mejilla de su hermano.
Yasen Ivailo había encontrado a su hermana aunque el no lo sabía.
La escena volvió a cambiar, lar Aylien de ocho años había ensuciado sus zapatos rojos de barro y la tormenta había empezado así como la guerra estaba terminando.
El Yasen de ocho años jugaba con su snitch de juguete, sobre los magníficos jardines de la casa de sus padres adoptivos.
Y por último el padre de ambos, Jacob Patterson miraba una fotografía familiar de ambos niños separados en distancia y unidos por un fino lazo de hermandad.
Avanzó hasta el día en que los hermanos al fin se conocieron. La amable sonrisa de Aylien y la casi inexpresiva cara de Yasen.
Otra vez volvieron al despacho de Dumbledore.
—Aylien... Es mi... Hermana— balbuceó.
Aylien lo abrazo aspirando su olor búlgaro, las lágrimas no tardaron en llegar. Ahora un revoltijo de sentimientos se juntaron dispuestos a crear una revolución de emociones.
Al fin había encontrado a su hermana, la mejor hermana.
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