Maratón: 4-10

Toda la semana estuvieron buscando lugares en donde pudieran practicar los hechizos del ED, Dumbledore pidió especialmente a Aylien que le diera un recorrido a Yasen Ivailo y le ayudará con su horario. Aylien no comprendía el porque le habían asignado esa tarea a ella, para empezar no comparten las mismas clases ni la misma casa.

Había quedado verse con Yasen en el Gran Comedor, después de todo Yasen había aprendido llegar ahí. No renegó porque ella tenía unas ganas inmensas ganas de conocerlo más a fondo, algo le atraía. Como si fuese un imán pegado a algo metálico. Una inmensa ternura y un pozo de cariño se había creado en la chica.

Ahí estaba el, con sus enormes gafas gruesas y unos profundo ojos azules. Ambos sonrieron al verse, donde antes lucía un cielo gris ahora estaba mas despejado que nada, el sol empezó a resplandecer al igual que los dientes de la joven.

-¿Listo para el mejor recorrido?- preguntó robándole un abrazo al cual Yasen correspondió.

-Si no estuviera listo, no hubiera venido.

-Así que cuentame sobre Durmstrang- Yasen comenzó una detallada historia acerca de su es estancia allá.

Mientras caminaban por los corredores del castillo, Aylien escuchaba atenta las miles de historias que Yasen redactaba de una manera magnífica.

Algunas de ellas le sacaron unas gotas de tristeza a la joven, mientras otras le daban una risa escandalosa. Ambos parecían agradarse entre sí y no tardarían mucho en forjar una gran amistad.

Caminaron por todos los lugares y rincones secretos del castillo. También le mostró las aulas en donde se imparten las clases que el joven tomaría.

De un momento a otro Yasen se quito las gafas para dejar que Aylien se las probara, un mareo intenso la lleno. Los ojos le pesaban y se tropezó en su torpe intento de caminar, Yasen la tomo del brazo para evitar que se cayera.

-Aylien- Fred Weasley venía caminando a grandes zancadas -¿Que haces con una serpiente?

-El es Yasen Ivailo, viene de Durmstrang y Dumbledore me pidió que le diera un recorrido- explicó aun con las gafas puestas y la vista nublada.

Yasen le quito las gafas a Aylien, Fred no podía estar mas celoso que ahora.

-Un gusto conocerte- dijo Yasen ofreciéndole su mano que no acepto.

-Mira Ivailo, Aylien es mi novia- Aylien empezó a carcajearse de una manera en la que ya parecía loca que acaba de salir de Azkaban.

-No son necesarios tantos celos- dijo tomando su mejilla -Es sólo mi amigo ¿Verdad?

-Verdad- dijo el búlgaro. Fred no parecía muy convencido. -Si quieres yo voy a pociones solo, queda cerca de las mazmorras. Adiós.

Y así abandonó el lugar.

-Celoso- dijo Aylien en broma.

-Perdón son mis impulsos de novio que te quiere- dijo tomando su mano y caminar por ahí.

-Para mi son celos.

Caminaron por ahí hasta llegar al patio, en el ambos se sentaron el el suelo bajo un enorme y verde cerezo.

Donde Aylien se recargó en el hombro del pelirrojo y se abrazaron. Bajo un momento de amor y tranquilidad, Aylien jamás había sentido algo como aquello una nueva experiencia inolvidable.

Y pasó lo mejor que pudo haber pasado. Fred y Aylien se dieron su primer beso.