39- Cruel realidad (maratón 2-3)
—¡Anastacia!— grite tomando los barrotes de la puerta.
—Niña cállate, hay personas importantes en esta casa— me habló un señor que conocí perfectamente.
Lucius Malfoy, después bajo Anastacia.
—Vete Lucy— dijo Anastacia con una sonrisa diabólica.
Lucius la vio mal y se fue. Anastacia hizo una carcajada o un intento, abrió la puerta y entró.
—Ten, no queremos que te mueras antes de tiempo-—me extendió un pan y agua.
Pan y agua no es lo mismo que la comida de Hogwarts pero algo es algo y ¿Dijo morir antes de tiempo? Que demonios, tomo mejor dicho arrebató el pan de sus manos suaves y me voy a una esquina a comerlo siento que me estoy volviendo loca aquí.
Me gusta traer el cabello despeinado pero ahora me molesta, a pesar de que mi cabello es corto es desesperante.
—Agh ¡Qué asco! Lisbeth debió haberte enseñado modales— solo escuche su voz a lo lejos sentía como si me desmayara, los ojos se me cerraban, hasta que se cerraron.
Estoy en un jardín lleno de flores y rosas blancas, perfectamente podado. Se genera un perfecto aire de... Paz... Tranquilidad y seguridad, a mi mamá le hubiera encantado tener un lugar así, me siento feliz aquí es... Perfecto, totalmente perfecto, toco cada flor de ese esplendido lugar.
El sol resplandece, no es sofocante es normal, no hace calor ni frío: templado. Este lugar hubiera sido perfecto para venir aquí con mamá y papá, jugar escondidas, hacer un picnic, comer tarta.
Notó que no tengo aquella ropa sucia ni mi cabello enmarañado. Tengo un vestido blanco con encaje en las mangas, mi cabello largo perfectamente ondulado. Cae como cascada por mi hombro.
Me tomo un momento para relajarme, me dejo caer, sin importar lastimar mi espalda. Abro los brazos como si fuera ave a punto de emprender el vuelo, respiro hondo e involuntariamente me giro de lado, una ráfaga de felicidad me inunda, me empiezo a reír
—Me alegra que te guste este lugar— escuche una voz femenina, dulce y compasiva. Intento buscar de donde proviene esa voz, es mi mamá, mi dulce madre.
—¡Mamá!— grite y me dirigí hacia ella, la abrace con mucho amor, ella correspondió a mi abrazo.
Seguía igual de joven y hermosa, su cabello negro y esos ojos grises que no es como el resto de los Malfoy, sus finas facciones y su piel blanca como porcelana.
—Pero ¿Cómo?
—No hay tiempo de explicaciones, Anastacia te va a entregar a Voldemort, hija tienes que ser fuerte. Harry, también estará ahí.
— Es hora de que te vayas, tu no perteneces a este mundo— me dio un beso en la nuca y así fue como volví a la realidad.
Cruel realidad, todo sigue igual, obscuro, desolado y triste, ahí se encontraba Anastacia. No dudo ni un segundo en torturarme con una de las maldiciones imperdonables un cruciatus le gusta hacerme sufrir, le gusta ver que las demás personas sufren, ahí estaba yo tirada como saco de papas.
Adolorida, a punto de la muerte.
—Creo que a sido todo por hoy, por cierto es horrible, vivir entre muggles, cuando estabas petrificada, tu hermana la china me cuidaba y según jugaba conmigo la mejor parte era cuando me dejaba en paz con Taylor. ¡Oh es muy tarde! Debemos irnos ya— ¿Irnos? No lo entiendo.
Se agarró de mi brazo, levantó su manga y dejo ver una marca de una calavera, de esta colgaban dos serpientes.
Empezó a hacerse de un tono mas obscuro nos introducimos en un humo negro, marea la verdad el viaje fue horrible, solo se veía humo negro.
Cuando llegamos era un panteón, realmente aterrador, como sacado de una de las películas de horror que veo con Cho, se encontraba una estatua, con una espada atravesada. Decía:
Tom Marvolo Riddle
1905-1944
Rondando por ahí estaba Cedric con Harry, mi amigo Hufflepuff estaba emocionado decía algo así como un translador, mientras Harry estaba preocupado.
—¿Aylien?— dijo Cedric.
—¿Qué haces aquí?— me preguntó Harry
—Veo que tienes amigos pequeña— dijo Anastacia detrás de mi— Solo nos sirve Harry, lo siento ¡Avada Kedavra! —Una luz verde fue lanzada al pecho de Cedric, éste cayó con los ojos bien abiertos, corrí hacia el, me puse de rodillas.
Ya era demasiado tarde, estaba frío, pálido y muerto
—No, no, no, no ¡Cedric! No te mueras, Cedric —con mi mano toque sus mejillas, empezé a llorar involuntariamente, Anastacia me puso a lado de Harry yo aun lloraba.
—Pettigrew— habló Harry.
Era un hombre bajo, rechoncho, con los dientes como si fuera rata en sus brazos llevaba un "bebé" con cara de lagarto. Lo lanzo a un caldero y puso un hueso, con una daga se corto el brazo y dejo que las gotas de sangre cayeran.
—Sangre de tu peor enemigo— cortó a Harry, rompió un poco de su manga negra, este se retorcía de dolor.
Puedo esperar lo peor en este momento ¿Para qué estoy aquí? La respuesta es muy obvia me cortaran, Pettigrew lanza la sangre y se acerca a mí.
Soy la heredera de Godric Gryffindor, soy valiente, puedo hacer magia sin varita, junto toda mi energía "la daga no me corta", efectivamente la daga vuela, esta a punto de ser enterrada en Pettigrew, pero Anastacia la toma.
—Muy astuta, como dije antes hubieras sido una perfecta Slytherin, pero tu sangre querida— ella personalmente se encargo de cortarme el brazo izquierdo, la herida fue profunda casi podía ver mi hueso, me muerdo la lengua para no gritar, arde mucho. Harry toma mi mano me da una de sus miradas que consiguen que me tranquilice.
La tranquilidad que me transmitió Harry duro poco ya que el ser que vi una vez en mi sueño, se ha vuelto realidad, sus mismas facciones. Ha perdido su esencia humana.
—Llamalos— dice el-que-no-debe-ser-nombrado.
La rubia deja ver su marca la toca con su varita y muchas figuras encapuchadas aparecen alrededor de Voldemort...
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Hey! Holo
Me doy cuenta que siempre los dejo en suspenso pero bah yolo
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