28- El baile de navidad

Después de la segunda prueba, Harry se nota claramente más tranquilo, ahora come más y hasta ríe. Justo hoy, durante Transformaciones, fue regañado junto a Ron por jugar con las varitas de pega de los gemelos. En fin, si él está bien, yo me siento mejor.

—Entonces, el baile de navidad, ¿una locura no?— dice Ron mientras caminamos los cuatro hacía el Gran Comedor.

—Sí— dice Harry distraído por ir leyendo un libro.

—Personalmente, opino que es genial, o sea ¡Un baile! Aunque no sé bailar...

—Y no conseguirás pareja..— agrega Ron.

—¿Y quién dijo que no, zanahoria con patas?

—Yo digo que no.

—Apuesto lo que quieras a que consigo pareja antes que tú.

—No te conviene apostar, Ron— dice Hermione.

—¿Qué estás dispuesto a perder, Weasley?— le pregunto con malicia.

—Todo lo que tu estés dispuesta— responde con la misma maldad.

(...)
El día del baile es hoy, 25 de diciembre, obviamente gane la apuesta, iré con Anthony Adams, un Ravenclaw muy guapo, además es hermano de Katherine. Me vestí con un vestido rojo y Hermione con uno azul. Se ve hermosa, no es por presumir, pero mi mejor amiga es bellísima. Hermione corre con la suerte de ir con Viktor Krum al baile.
Bajo a la sala común, dónde se encuentra Harry, está sentado frente a nuestro sofá favorito frente a la chimenea, me le acercó y le revuelvo el cabello. Solo sonríe.

—Nisiquiera hoy pudiste peinarte— le reprochó.

—Nisiquiera hoy pudiste crecer— me responde, a lo que contesto moviendo en círculos mi pie derecho, enseñando mis tacones.

—Mira, levántate y haz la prueba— le doy la mano, la toma y lo levanto, obviamente crecí unos 3 centímetros y le hago un gesto triunfal. Nos reímos, ríe tan bonito... Mi mejor amigo es muy guapo, tiene un no sé qué, que me encanta, obvio, es como mi hermano, no puede ser.

—¿Vamos abajo?— pregunta.

—¿Y Ron?

—Ahí viene— en efecto, viene bajando las escaleras, con lo que parece... Una alfombra. Es imposible no reírse, tanto por el vestido-alfombra como por la cara que trae.

—Que creativo— digo.

—¿Creativo?

—¡Hiciste una túnica con las cortinas!

Harry y yo nos reímos mutuamente, tardamos demasiado en poder parar la risa, tanto que no me pude mantener de pie y terminé en el suelo con Harry, desmoronandos de risa. Ron me mira con molestia.

—¿Ya terminaron?

Aún con lágrimas de risa en los ojos, Harry me tiende la mano para ayudarme a levantarme. Los tres bajamos al Gran Comedor, dónde ya está Anthony, está muy guapo (más de lo usual) me mira y pronto viene.

—Una flor, para otra flor— me dice mientras me entrega una margarita, me sonrojó y le agradezco, es un caballero. Me toma del brazo y caminamos hacía el Gran Comedor, unas chicas de Ravenclaw me miran como examinandome, tengo entendido que a la más alta de las cuatro, le gusta Anthony desde segundo año (según me contó Katherine) parece estar a punto de llorar.

—Emm, Anthony— digo sin poder apartar la mirada de aquella chica.

—¿Sí?

—Le gustas a esa chica— él voltea y hace un gesto de simplicidad.

—Lo sé, ella me lo ha dicho montones de veces, tengo colección de sus cartas— me rio— He tenido que decirle montones de veces que no me interesa, es una gran chica, sin embargo, no es de mi gusto.

—¿Y cómo te gustan las chicas?— pregunto.

—Es... Complicado, mira, ahí vienen los campeones— dice cambiando de tema.

Y es cierto, pasan desfilando con sus respectivas parejas, Viktor del brazo con Hermione, me da placer escuchar murmullos de los Slytherin, parece que el día de hoy, mi mejor amiga está tan bella que le es imposible a Pansy insultarla. Y eso me da gusto. Mi prima, Fleur Delacour, viene tan hermosa como siempre, tiene todas las miradas de los chicos sobre ella, Roger Davis parece estar en las nubes, sin poder creer que la acompaña, Cedric va del brazo con su novia Cho Chang, quién trae vuelto loco a Harry, y por último, Harry, como siempre tan guapo, no sé si soy yo o esos lentes le van muy bien, va con Parvati, con quién comparto habitación.
Comienza a sonar una pieza muy suave, para un baile lento, los campeones abren la pista y no puedo evitar reír cuando Parvati hace que Harry tome su cintura, los maestros se van sumando.

—¿Me concedes el honor?— pregunta Anthony.

—Por supuesto— y de la mano, vamos a la pista, yo no soy una excelente bailarina, pero estas piezas de música lentas se me dan bien, Anthony es el que me mueve al compás de la suave melodía. Lo único que tengo que hacer, es fijarme en no pisarlo o en qué no se me doble el pie por lo tacones.

Cambian la canción por unas más movidas, unos amigos de Anthony se acercan a él y yo me siento fuera de la conversación, así que digo que voy por ponche, cuando paso por ahí, están Harry y Ron claramente aburridos, Parvati y su gemela Padma están platicando mirando con recelo a sus respectivas parejas. Hasta que un joven de Beauxbatoms se acerca a sacar a Padma a bailar y Parvati se va. Me siento donde estaba esta última.

—Que divertidos andan— me burló.

—¿No quieres callarte por alguna vez en tu vida?— me dice Ron.

—Callame cuando me mantengas.

—Ya madura.

—Ni que fuera fruta.

— Cállate.

—Callame.

—Chicos, no se peleen.— interviene Harry como buen mediador.

—Harry, vamos a bailar— aunque no quería, lo obligo.

Justo ahora acaban de llegar las brujas de Macbeth y esto se prende, Harry no quería seguir bailando conmigo pero lo obligo, aunque al final termina gustandole estar entre el gentío bailando (mentira), Fred fue su salvación, cuando Fred llegó a platicar conmigo, Harry aprovecho para decirme que mejor bailará con él y se fue. Aunque yo quería ir con Hermione, me quedé con Fred, ya que a lo lejos la vi muy contenta con Krum.

—Oye, siempre quise decirte algo— dice Fred, bueno, más bien lo grita, ya que la música este muy fuerte.

—¿Qué cosa?— le gritó.

—ALGO, JAJAJA— ambos terminamos en carcajadas en una mesa. Tardamos unos diez minutos en recuperar la cordura.

—No, ya bien, si quería decirte algo.— dice limpiándose las lágrimas de los ojos.

—Dime.

—Vamos afuera.

—No— hago berrinche— Ya se va a acabar el baileeee.

—Andale.

—No.

—Sí.

—Bueno, bueno, vamos. — me da la mano y salimos del Gran Comedor de la mano. —¿Qué me querías decir?

—Cuando estabas en segundo, ¿escuchas lo que te decíamos cuando estabas petrificada?

—Si— respondo extrañada, —¿A qué viene la pregunta?

—¿Recuerdas lo que te dije?— claro que lo recuerdo, esa declaración tan profunda, no he podido olvidarla, por más cosas que hayan pasado.

—Si, Fred, la recuerdo perfectamente.

—¿Me creerías si te digo que ese amor no se ha ido? — me dejó sin palabras, la verdad, Fred es un chico increíble, es guapo, divertido... Pero no sé si estoy preparada para una relación.

—Te creo, pero... Mira, la verdad eres muy guapo y eres el chico con el que cualquiera chica querría estar, sin embargo, no estoy lista para una relación aún, siento que soy muy niña todavía— se ríe— esto es en serio, tal vez, después, mientras, sigamos siendo los buenos amigos que siempre hemos sido.

—Sé esperar, entonces, ¿Amigos?

—Amigos— nos estrechamos las manos, pero me jala la mano y termina abrazándome, me da un beso en la frente y susurra: "te esperaré, aún así pasen cien años"

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