18- Lo que pasó al día siguiente.

Cuando llego a mi habitación ya no hay nadie, a pesar de lo quince grados que debe haber. Tengo que ducharme, odio el frío por el simple motivo que tener de darme un baño, como sea, abro el grifo y esta caliente. Tanto que me quemo, me baño rápido, aunque la cálida ducha me lo impida. Al salir me encuentro con Peeves flotando sobre mi cama, inmóvil, como si acabara de ver un basilisco que lo ha petrificado. Me acerco a paso lento. Extiendo una mano para tocarlo, ¿Y si está muerto? ¿Los poltergeist mueren? ¿Será que al fin nos hemos librado de él?

Cuanto más me acerco. Más nerviosa me pongo. Siento que me suda la frente. Entonces Peeves salta y emite un ruido fantasmal digno del barón sanguinario. No puedo enviar asustarme, caigo al suelo mientras Peeves se burla de mi.

-Mi trabajo esta hecho adiós, Aylien- salió alegremente por la puerta flotando.

Me paso un peine por mi largo cabello y lo seco con un hechizo. Bajo a la Sala Común, donde Ron y Hermione me miran esperando respuestas, Harry esta cabizbajo fingiendo leer un libro, lo sé porque el libro está al revés.

Salgo en con la cabeza alta, intentando mantener la poca dignidad que me queda, lo cual falla pues me tropecé y gracias a Merlín no me caí de boca. ¿En serio? ¿Besar a Harry? ¿Qué demonios estaba pensando?

Mientras caminaba por todo Hogwarts, me encuentro con Draco Malfoy mi primo-amigo-enemigo entre tantos adjetivos que lo describen.

-Hola Blancanieves.

-Ajá ¿Ese apodo qué?- supongo que Draco a estado leyendo cuentos muggles escondido de sus padres.

-Lo invente, porque eres blanca (obviamente no como yo) pero parecido- el ego ante todo.

-No, no lo has inventado ya existía es un cuento muggle- le corrijo.

-¿Ah, sí? cuentame el cuento- en serio, detesto este cuento, díganme ¿A quién se le ocurre morder una manzana de una vieja a la cual no conoces? Exacto, a Blancanieves.

-Bien: Hace mucho tiempo existía una princesa llamada Blancanieves, cuando era pequeña su madre (la reina) murió a causa de una enfermedad, su padre (el rey) se casó con otra señora, esta asesino al rey quedándose con la corona del reino, a la pobre y tonta Blancanieves la trataba como sirvienta, nadie reconocería que ella era la princesa hasta que un día, fue al bosque y la reina mando a un cazador en su búsqueda para que le quitara su corazón y así de una vez por todas deshacerse de ella, el cazador no tuvo las agallas para matarla por lo que le dijo que huyera, encontró una pequeña casa en medio del bosque en donde vivían siete enanos llamados: Doc, Tontin, Dormilón, Gruñón, Estornudo, Feliz y Tímido estos la recibieron muy bien. La malvada reina al se puso furiosa al enterarse de que no estaba muerta, creó una manzana envenenada, se disfrazó de una anciana y fue a entregarle la manzana Blancanieves, se la comió y murió. O eso creían todos, hasta que un príncipe fue a su funeral (que le organizaron los enanos) como estaba enamorado de ella, le dio un beso de amor verdadero y la princesa despertó y le quitó el trono a su cruel madrastra. Se casó con el príncipe azul y vivieron felices para siempre- Suspiro tomando aire, me ha dejado sin aliento ese cuento, no por su trama, si no porque lo conté muy rápido. Draco aplaude.

-El mejor cuento del mundo ahora ¿me puedo dormir nana?- pregunta en tono infantil.

-¿En serio? Yo odio ese cuento es muy estúpido como cualquier otro cuento clásico, sin embargo los cuentos de Beedle el Bardo son lo mejor

-Ay por favor, esos me los se de memoria ¿Te cuento uno?- preguntó volviéndose a sentar en pose de chino

-Si, cuentame el corazón peludo del mago- conteste haciendo voz infantil

-Era un joven brujo...-apenas iba comenzando su cuento, cuando Harry nos interrumpió, ambos chicos se miraran con desagrado.

-Aylien ¿Puedo hablar contigo?- pregunta Harry sin despegar la mirada de odio de Draco.

-Si, te veo en cuidado de criaturas mágicas- le dije a Draco. Tome mi mochila y me fui con Harry.

-¿Qué querías decirme?

-Bueno, lo de anoche...

-No quiero recordarlo, por favor no se lo digas nadie.

- Hermione y Ron me pidieron que se los contara, no les dije nada pero Ron se encargó de que Hermione supiera pero prometieron no decirle a nadie, lo que me preocupa es Peeves ya sabes el estaba allí- sé que debo contárselo a Hermione, es mi mejor amiga.

-No creo que le cuente a nadie- aseguré- Y si lo hace, lo mato.

-Aunque quisieras no podrías ¡Ya esta muerto!-grita y comienza a reírse como tonto, le piso el pie y se queja.

-Existe algo que se llama discreción y es lo que estoy tratando de hacer, pero tienes que ir con tu bocota a gritarlo por todas partes- digo molesta y con un poco de sarcasmo, el cual, no queda en esta situación pero me hace ver más ruda.

Al entrar al Gran Comedor, Harry se va a la mesa de Gryffindor pero yo sigo caminando hasta llegar a donde esta la mesa de Beauxbatoms. Para hablar con mis primas: Fleur y Gabrielle.

-Hola ¿Me puedo sentar?- pregunto con una sonrisa en el rostro

-Desde luego, sientate prima mía - habló Fleur en su tono francés

-Gracias y ¿como han estado?- me sirvo jugo de calabaza

-Más que excelente hubieras visto la cara de Fleur cuando se entero que íbamos a venir a Hogwarts- hablo Gabrielle con comida en la boca emocionada y eufórica con su tono francés, ambas eran de sangre un cuarto de veela, rubias de ojos azules fuerte y francesas

-¡Gabrielle! ¿¡Que te ha dicho mamá sobre tus modales!?- estallo Fleur al ver a su hermana comportándose de esa manera, si algo que odiaba mucho era los malos modales, Gabrielle apenada bajo su cabeza para seguir desayunando. Tal vez esa es la razón por la que cuando éramos pequeñas yo la hartaba -Oye Aylien mi madre me a contado de que tienes una nueva hermana de origen asiático ¿Me la presentarías?

-Desde luego ahora vuelvo- me levanto de la mesa para ir a la mesa de Ravenclaw.

Donde estaba Cho con Marietta platicando, Cho fue con gusto hacia la mesa de Beauxbatons, conversamos un rato, hasta que tuvimos su primera clase Defensa Contra las Artes Obscuras o como me gusta llamarle "La materia maldita" ningún profesor se queda más de un año en el puesto.

Todo transcurrió normal, Katherine y Grace resentidas conmigo por mi amistad con el albino. Cuando caminaba por un pasillo las ví muy juntas, susurrandose algo al oído mientras me veían y Katherine me miraba intentando hacer que fuera con ellas, lamentablemente esa mirada siempre funciona.

-No sé que tengan en contra mía, pero me está hartando, ya lo sé, nadie tolera a Draco. Pero tampoco sean exageradas.

-No es sólo eso, Grace tiene un mal historial con Malfoy.

-¿Mal historial?

-Salí con él, el curso anterior. Sólo me utilizó para saber las estrategias de quidditch de Gryffindor y así ganar la copa, pero todo le salió mal.- soltó Grace de repente.

Me ofreció disculpas, que después de vacilar un rato acepte sus disculpas. Busque a Draco por todas partes, casi me entran ganas de buscarlo en el lago negro y preguntarle al calamar gigante por él. Pero lo encontré y pues, básicamente le grité en la cara y lo obligue a pedir disculpas a mi amiga pelirroja. Ah y también a Katherine por los insultos a su sangre.

Por último, estaba tranquilamente en la biblioteca con Hermione buscando unos libros que ella quería leer, y también me usaba como mula de carga. Yo sostengo sus libros. Me quita el montón de libros y dice:

-Ahora cuentame todo.

-¿Contarte qué?- sé perfectamente de que trata, nisiquiera sé porque he preguntado eso.

-Lo del beso con Harry bien que sabes de que habló, ya me lo dijo solo que quiero que me cuentes como fue.

-Eso nunca paso- digo mientras leo el lomo de un libro de los tantos que Hermione me hizo cargar.

-Dime como fue que se siente, porque como sabes yo nunca e besado a nadie y ustedes son mis amigos...

-¡SI QUIERES SABER QUE SE SIENTE VE A BESARLO!- retrocedió un poco y me miró con calma. Refufuño. Pero antes de que pudiera decir algo, llegó la vieja amargada Pince.

-¡SILENCIO! ¡Esto es una biblioteca no un lugar de fiesta! No deberían estar hablando de esas cosas niñas malcriadas.

-¿¡Quién es usted para decirnos de que hablar!?- le digo en un gritó - todos sabemos que tiene un romance secreto con Filch

-¡BASTA YA!- apunto con su dedo a la puerta -Salga ahora.

-Como si quisiera estar aquí- ruedo los ojos y salgo echa una furia de la biblioteca, quejandome internamente diciendo algo así como "oh maldito Harry si no se le hubiera ocurrido esa fantástica idea de besarnos esto no estaría pasando", "como odio a esa bibliotecaria"
Hasta que Fred y George me interrumpen un pensamiento.

-Pareces un duende de gringotts, siempre enanos y enojados- dijo uno de los gemelos. Los miro de mala gana.

-¡Ya déjenme en paz! Tengo un pésimo día y luego, y luego... Agh solo déjenme.

-Vamos a hacerle una broma a Filch- dice George, moviendo sus manos como cuando se hace un ángel en la nieve.

-Lo vamos a llenar de pintura verde ¿Nos ayudas?- interrumpió Fred.

-Claro, yo lo distraigo y ustedes lo llenan de pintura ¿vale?- pregunto entusiasmada. Ellos si que saben como quitarme el enojo. Sin embargo, aparece Peeves y vuelvo a mi malhumor.

-Creo que no podrán molestar a Filch- apareció viéndose las uñas- si él lo sabe- puso una mirada malévola.

-Puedes ayudarnos si quieres, pero tienes que hacer las pases con Aylien y prometer no volver molestarla- dice Fred.

-De acuerdo- decimos al mismo tiempo, nos damos las manos y que comience la travesura.

Me escabullo por el pasillo hasta llegar a donde el celador.

-¡FILCH, FILCH!, acabo de ver un basilisco y la señora Norris ¡petrificada! ¡Otra vez!

Éste se asusto, iba a comenzar a correr cuando Peeves le lanzo una cubeta de pintura verde que lo cubrió todo de pintura y los gemelos lanzaron varias bengalas mientras yo lanzaba confeti de colores, aunque seguramente me meteré en problemas... Al diablo, esto es divertido.

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