'°•-No voy a enamorarme de nuevo. Oh, espera, sí lo haré'°•-
Kajii ya nos había dicho que este año no estaría con nosotros, así que ya nos habíamos hecho a la idea de que no estuviera con nosotros. Lo extraño fue que, a inicio del año, Ranpo no apareciera por ninguna parte. Incluso tratamos de llamarlo, pero nunca contestaba.
-A lo mejor está enfermo -Propuso Dazai-. Seguro le dio indigestión de tanto dulce que come.
-Sí, es muy probable -Apoyó Fyodor.
A mi no me convencía del todo, pero no tuve mucho tiempo de protestar.
Toda mi vida había estudiado en la jornada de la mañana, desde guardería. Que este año me tocará por la tarde me resultaba de lo más extraño, pero no tardé en encontrarle el lado bueno. Tal vez tuviera menos tiempo de hacer las cosas que me gustaban, pero me di cuenta de que la mañana rendía mucho, y aunque mis amigos no concordaban conmigo, a mi la tarde se me pasaba volando, mucho más rápido que cuando estudiaba por la mañana.
Además, no tenía que madrugar.
Me había jurado que este año iba a concentrarme en mis estudios, y a procurar no distraerme con nimiedades como enamorarme de algún chico. Pero, como dicen por ahí, uno cree hacer planes con la vida, pero realmente es la vida la que hace planes con uno.
¡No estaba en mis planes que en el salón en el que había quedado estuviera el chico más guapo que he visto en mi vida!
(Y, sí, ya sé que he dicho exactamente lo mismo con Oguri y Chuuya. No me lo repitan, Fyodor ya me lo dijo suficientes veces)
Después de haber pasado los últimos dos años con los mismos compañeros de clase, está vez había un cambio. Eran doce grupos de octavo, y los revolvieron todos para que quedarán siete grupos de noveno.
Y menos mal, porque mis compañeros de clase anteriores eran completamente insoportables. Una vez, por un estúpido reto de Tik Tok, trajeron un par de huevos al salón, y los lanzaron. El salón quedó apretando horrible.
En otra ocasión, trajeron una sanduchera para hacer... Bueno, creo que no hace falta decirlo.
La mitad de ellos repitió el año. Y la otra mitad AFORTUNADAMENTE quedaron en un grupo distinto al mío. Y, afortunadamente, quedé con Fyodor y Dazai. Fuimos muy afortunados.
Esa primera semana de clases fue de lo que llamaron una "inducción y re-inducción". Estábamos todos los novenos mezclados, así que no tuve mucha oportunidad de conocer a mis nuevos compañeros de clase, pero sí pude compartir mucho con mis amigos.
Al finalizar el primer día de clases llamamos a Ranpo de nuevo. Esta vez sí contestó.
Resulta que lo mandaron a una academia por allá por Estados Unidos (maldito suertudo) porque había ganado una beca para saltarse lo que quedaba de bachillerato en iniciar de una vez la universidad. CASUALMENTE (todos sabemos que fue a sabiendas y a propósito), en esa misma academia iba a estudiar Edgar.
¿Casualidad? ¡No lo creo!
De verdad, Ranpo es muy aterrador con esa manera de planearlo todo a la perfección. Si quisiera ser un asesino, nadie lo atraparía.
Así que, con Kajii en otra escuela y con Ranpo en Estados Unidos, de nuevo éramos sólo Fyodor, Dazai y yo, igual que en séptimo, cuando me enamoré de Mushitaro.
La primera semana se pasó volando. La segunda semana ya eran clases, y me mortificaba un montón, pero ni modo. Y fue entonces cuando lo vi.
Su cabello era de dos colores, la mitad blanco y la otra mitad lila. Su piel era blanca, parecía de porcelana. Y sus ojos eran de un hermoso color gris que...
-¿De un gris que te hipnotizan al mirarlos? -Cuestionó Fyodor- Creo que me parece haber oído eso en alguna parte. ¿Alguna idea, Dazai?
-Oh, no lo sé, déjame pensar... -Fingió el castaño- ¿Será porque lo mismo dijiste con Oguri y Chuuya?
Bufé.
-Ríanse si quieren. Esta vez será diferente, puedo sentirlo -Dije.
También he escuchado eso antes -Dijo Fyodor con cansancio-. Pensé que habías dicho que este año te concentrarías en tus estudios y que no te ibas a enamorar, Nikolai.
-¡Me voy a concentrar en mis estudios! -Exclamé- Pero, vamos. Ya tengo catorce. Eso significa que sólo me quedan dos años para conocer al amor de mi vida, ya lo sabes. Estoy segurísimo de que él es ese alguien, estoy seguro de que está vez va a funcionar. Ustedes son mis amigos, deberían estar de mi lado.
-Oye, estamos de tu lado, pero... -Dazai se encogió de hombros- Ni siquiera sabes su nombre.
-¡Claro que lo sé! -Protesté- Sólo que... Bueno, ahorita mismo se me ha olvidado. ¡Pero sí me lo sabía!
-Igualmemte no creo que sea una buena idea -Opinó Dostoyevski-. Podrías declararte, pero tanto si acepta como si no, sería muy incómodo que ambos estén en el mismo salón de clases.
Pensándolo bien, tenía un punto. Sería muy incómodo.
-Bueno, tal vez. Pero haré lo que sea para que no sea incómodo -Prometí.
-Lo que tú digas, señor "me enamoro con facilidad" -Se burló Dazai-. Quiero ver cómo termina eso.
-Ja, ja. Ya verás lo bien que saldrá.
Le saqué la lengua. De vez en cuando, Dazai era muy insoportable. Él frunció el ceño.
-Oh, oh -Dijo-. Mira quién viene allí.
Yo no me atrevía a mirar, porque ya tenía la sospecha de quién iba a ser. Fyodor miró disimuladamente.
-Chuuya viene hacia aquí -Avisó. Murmuré una maldición y miré a otro lado.
Sentí sus pasos a mi lado. Me hice el idiota.
-Hola, Dazai -Saludó. Me quedé de piedra.
-Ah, hola, Chuuya -Contestó Dazai-. ¿Qué tal?
Por el rabillo del ojo pude verlo. Por primera vez lo vi sin tapabocas en persona. Era muy hermoso, mucho más cuando sonreía.
-Bien -Agitó la mano-. ¡Nos vemos!
-Adiós.
Mientras se alejó, observé cómo Dazai no paraba de mirarlo. Cuando Chuuya se perdió de la vista, volteó y actuó como si nada. Fyodor enarcó una ceja. Yo me crucé de brazos.
-¿Qué? -Preguntó, despistado.
-¿Qué fue eso? -Le recriminé.
-Ah, bueno, verás -Se rascó el brazo nerviosamente-. Puede que de regreso a casa y de camino al colegio me haya cruzadl un par de veces con él. No es nada importante.
Recuerdo que esa vez me sentí más traicionado que nunca, y por mis propios amigos.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top