'°•-No me gusta que mis amigos se gusten-•°'

Me afectó más de lo que debería, sinceramente. Al inicio, creía que mis celos se debían principalmente a que Fyodor y Dazai eran muy abiertos con su relación.

Aunque no me refiero a que tuvieran una relación abierta, eso es otra cosa.

Cuando regresamos de Shizuoka fuimos a conseguir las cosas para el nuevo año escolar en Tokyo, y allí nos topamos con ellos. Yo no estaba enterado de nada aún, y Sigma mucho menos. Nos encontramos cara a cara en una papelería y Fyodor casi se infarta, yo me eché a reír.

—¿Estás bien? —Le dije— No soy un fantasma como para que te asustes así.

—C-claro, perdona —Él sonrió levemente y se sonrojó. Miró a Sigma—. Hola.

—Hola —Respondió él—. ¿Qué tal? Feliz cumpleaños dos meses atrasados. Nikolai me dijo cuando ya estábamos en camino.

—Ah, claro, muchas gracias.

Dazai se le acercó por atrás y lo asustó. Él pegó un grito y le golpeó la cabeza con un cuaderno.

—¡Pedazo de imbécil, no me espantes así! —Chilló. Dazai se tocó la cabeza adolorida.

—P...perdón —Se excusó, y luego nos miró a Sigma y a mi—. ¡Hola! ¿Qué tal Shizuoka?

—Fue fantástico, no te imaginas... Esperaba que tal vez ustedes fueran de visita.

—Oh, perdona, nosotros estábamos... Ocupados.

Ellos intercambiaron miradas y Fyodor se sonrojó violentamente. Le dio bruscamente un par de cuadernos que llevaba. A mi me pareció muy extraño la manera en que se miraban. Con Dazai al frente, Fyodor parecía querer evitarme. Sigma, que es muy perceptivo, entendió lo que sucedía mucho antes que yo.

—¡¿Están saliendo?! —Exclamó. Fyodor dio un respingo y se sonrojó hasta parecer un tomatito.

Ellos se volvieron a mirarse, y sin necesidad de que dijeran nada supe que era cierto. Por alguna razón, sentí mis entrañas revolverse. No me hacía feliz que estuvieran juntos. Por un lado, temía que ahora que eran novios me volvieran a dejar fuera, y por el otro...

Me moría de los celos. Pero eso aún no lo sabía.

—Bueno... Pensábamos contártelo después, Niko —Confesó Dazai, y se acercó al pelinegro para darle un beso en la mejilla.

—Déjame, en público no, Osamu —Pidió Fyodor avergonzado.

Hice mi mayor esfuerzo para mantener la compostura.

—Y... ¿Cómo pasó? —Pregunté.

—Pues... ya sabes —Dazai se encogió de hombros—. Tú tienes a Sigma. Chuuya está saliendo con Tachihara. Incluso Akutagawa tiene una persona especial.

—¿Conoces a Aku? —Preguntó Sigma, sorprendido. 

—¡Sí! Vive cerca a mi casa. ¿Tú lo conoces?

Él se encogió de hombros.

—Sólo puedo decir que esa persona especial de la que hablas es mi hermanito.

En fin, el mundo es un pañuelo.

—Bueno, así que viendo que todo el mundo está con pareja ahora, dijimos ¿por qué no? —Dazai le sonrió y Fyodor rodó los ojos, pero se acercó a él y recostó la cabeza sobre su hombro— Así que ahora estamos juntos.

—Felicidades —Sigma sonrió—. Hacen bonita pareja.

Aunque no quisiera admitirlo, era cierto. Los miraba y de repente sentía que ellos estaban hechos el uno para el otro. Eso me molestaba por alguna razón, después de que se la pasarán los años anteriores de que yo era tan patético siendo un enamorado sin remedio no podía creer que ahora ellos eran los enamorados sin remedio.


Cuando empezó el colegio pude comprobarlo. Buscaban los rincones para hablarse al oído y darse besos cariñosos en los labios y en la nariz. Ni en mis sueños Sigma me dejaría hacer lo mismo. Ellos eran tan tiernos, y parecían amarse tanto, que en comparación yo me sentía tan solo como si estuviera soltero.

Ese año teníamos un horario diferente dadas las especialidades que habíamos elegido. Sigma estaba en comercio. Yo entré a Artes Escénicas. Dazai y Fyodor entraron a la misma especialidad: literatura; así que compartían horario. Yo sólo los podía ver en el descanso de diez minutos entre clase de inglés y clase de historia.

Tampoco veía mucho a Sigma. Claro que a él lo podía ver en el descanso más largo, el de media hora, que era el descanso de la especialidad. Charlábamos un rato y nos despedíamos de un besito. Ni siquiera un beso largo. Era un besito de medio segundo.

No era justo.

El ver a mis amigos ser pareja me amargó bastante el inicio del año, y empecé a quejarme de eso todo el tiempo con Sigma. También fui muy insistente con él. Una vez que vi a Dazai y Fyodor tomarse fotos haciéndose cariñitos, le pedí a Sigma que hiciéramos lo mismo.

Se negó a darme cariñitos, pero aún así nos tomamos una "foto de novios" que dividimos en dos y usamos de foto de perfil de WhatsApp, y que pusimos también de fondo de pantalla.

Hasta que un día él se hartó de mis quejas.

—Okey, escucha, Nikolai —Dijo—. ¡No me interesa que Dazai y Fyodor se quieran mucho! ¡Me da absolutamente igual! ¡Y tú ya me estás hartando repitiendo como un loro "Fyodor y Dazai esto, Fyodor y Dazai aquello"! ¡No me importa!

—¡Tampoco tienes que ser tan grosero! 

—¡Si tienes algo de qué quejarte, quéjate con ellos, no conmigo!

—¡Eres un egoísta!

—¡No, tú eres un egoísta!

Me puso el dedo índice en el pecho y me hincó con él.

—¡No soy un buzón de quejas ni de sugerencias! ¡Ellos son tus amigos, no los míos! ¡Estás obsesionado! ¡Si tantos celos tienes de ellos, ve y pídeles que te inviten a un maldito trío!

Y luego se dio vuelta y se marchó hecho una furia.

Yo estuve de mal humor el resto del día. Aunque en realidad, sabía que él tenía razón. Me obsesioné tanto con la relación de mis amigos que descuidé la mía. Después de un tiempo, había dejado de preguntarle a Sigma cómo estaba su día, qué había hecho, o si quería salir más tarde a comer algo.

De hecho, hacía bastante ni teníamos una cita. El mal humor dio paso a la culpabilidad y de repente me sentí el peor novio del mundo.

Me senté en la banca de siempre en el segundo descanso. Fyodor se sentó al lado mío.

—Hola —Saludó.

—Hey —Dije yo, y noté que iba solo—. ¿Dazai no vino?

Él negó con la cabeza y abrazó su torso.

—Él, uh... Tiene un situación en casa.

Claro. Como eran novios, Fyodor ahora estaba al tanto de cómo la pasaba Dazai en casa, mientras yo no tenía ni idea. Genial.

—¿Pasó algo con Sigma-kun? —Preguntó— Te noto desanimado.

—Eso... —Hice una mueca— Discutimos. Sólo es eso.

Él sonrió tímidamente.

—Deberían hablarlo —Sugirió—. Se nota lo mucho que lo quieres. Y pronto cumplirán un año. No dejes que una simple discusión destruya su relación.

Él tenía razón. En tan sólo unos meses sería nuestro primer aniversario de un año. Suspiré, y nos pusimos a conversar de cosas triviales, mientras mi mente estaba pensando en Sigma, y la de Fyodor pensaba, increíblemente, en mí.



















++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++















Si no estoy mal, en un par de capítulos hay una putiza, jijiji


Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top