-•°'No era mi intención lastimarte, por muy idiota que seas'°•-

El veinticuatro de mayo tomaron la foto para el "mosaico" del grupo y nuestro carnet de este año. La cosa es que nos tomó por sorpresa, porque un profesor nos había dicho que este año no iban a hacer mosaico, y que solo le iban a tomar fotos a los nuevos.

Y nos lo creímos a pies juntillas.

Pero no. Resulta que el profesor era un chismoso y sí nos iban a tomar la foto a todos. De haberlo sabido, me habría organizado un poco más. En la foto quedé como con cara de muerto; un muerto que tomó café en exceso para mantenerse despierto, y lo combinó con tres energizantes distintos.

Ese día pasaron muchas, MUCHAS cosas, de las que no estoy precisamente orgulloso. Pero vamos en orden.

Llamaron el grupo a la biblioteca para tomarnos las fotos. Nos hicieron en una fila según la lista, lo cual era muy bueno, pues yo estaba justo al lado de Sigma. Su apellido era Fujiwara. La verdad, Sigma solo estaba muy bien. El apellido desentonaba un poco

Aunque, sinceramente, Sigma Fujiwara sonaba mejor que Sigma Gogol, cosa que me deprimía un poco.

Pero, respecto a su apellido, él parecía estar de acuerdo conmigo.

—Lo detesto —Me dijo, mientras esperábamos en la fila—. ¿Puedes imaginarlo por un momento? ¿Por qué debo de llevar el apellido de una mujer que me abandonó nada más nacer con un hombre que se rehusó a darme su apellido porque él tampoco me quería? Yo creo que si tener hijos no está en tus planes, lo mejor es abortar. No te vas a hacer cargo de él, después de todo. Tampoco lo vas a querer, siempre le vas a tener cierto resentimiento porque sientes que te "arruinó la vida". Además, este mundo es muy culero. Así que, si ni lo quieres, ni te vas a hacer cargo, ni las condiciones son óptimas y el mundo es una mierda, ¿para qué obligarlo a nacer? Él ni se dará cuenta. Y cuando crezca, te va a tener rencor por no haberte hecho cargo de él.

Me quedé callado. Él tenía un punto muy válido.

—¿Es egoísta decir que me alegra mucho que hayas nacido? —Pregunté con timidez. Puede que me haya sonrojado un poco.

Lo bueno es qué él también se sonrojó. Sonreí. Él rodó los ojos.

—¡Fujiwara! —Llamaron. Él hizo uno de sus gestos y fue a tomarse la foto.

¿Es posible estar tan enamorado de una persona?

Me hubiera gustado quedarme en ese momento del día, y que no hubiera pasado nada más. Pero la vida no es justa, y a decir verdad, sí fue un poco mi culpa de que más tarde todo se fuera a la mierda.

—Nikolai, estás sangrando.

No me di cuenta de eso hasta que Sigma lo mencionó. Estábamos haciendo fila para comprar en la máquina. Me llevé instintivamente la mano a la nariz. La sangre era cálida.

—Hmmm.

—¡Nikolai, estás sangrando! —Repitió Sigma, y me empujó— Anda, ve al baño y límpiate. Yo hago la fila y luego voy contigo.

—¿Sheburo? —Es difícil hablar con sangre cayendo de tu nariz por tu boca.

—¡Que sí! ¡Vete!

Salí corriendo. A Sigma no le gustaba la sangre. Cuando llegué al baño, me metí en un cubículo, me senté en el inodoro y saqué un poco de papel. Me salía mucha sangre, pero no era tan grave. Últimamente había hecho mucho calor, pero entonces de repente se ponía a tronar y caer rayos, y empezaba a llover. Todos esos cambios de clima me causaban toda clase de problemas en la nariz. No era de sorprender que estuviera sangrando ahora

Pero mi suerte es muy culera, y cuando ya estaba pasando la hemorragia, escuché voces conocidas discutir frente al cubículo en el que me encontraba.

—¡Qué mierda se te pasa por la cabeza, Dazai! —Ese era Fyodor— Ya sabía que eras idiota, pero ahora te estás pasando.

—¡No tiene nada de malo! —Protestó Dazai, alias, maldito traidor— Él ya ni siquiera nos habla, y además está enamorado de Sigma.

No tardé en comprender que estaban hablando de mi.

—¿Acaso importa? ¡Dazai, Chuuya le rompió el corazón! —Mierda, eso sonó muy cursi, pero sí es verdad— Que no nos hable no es razón para traicionarlo así.

¡Muchas gracias, Fyodor! Era justo lo que estaba pensando.

—¡Pero no tiene ningún sentido! ¡Yo amo a Chuuya, y a Gogol le gusta otra persona! ¿Por qué tengo que renunciar a él?

—¡Porque es tu amigo!

—¿Ah, sí, lo es? Porque, que yo recuerde, nos cambió por Sigma meses atrás.

—No significa que tengas que ser un cretino.

—No soy ningún cretino. Pero no entiendo por qué tengo que ponerlo primero antes que a mí. Es como si yo quisiera entrar a una universidad, pero como él no lo consiguió, yo no puedo entrar tampoco. ¡Eso no tiene sentido!

—¡Eres un imbécil, Dazai! 

—¡Claro, llámame imbécil por tener sentido común!

—¡Eso no es...!

Debo decir que soy alguien dramático. De hecho, estoy en clases de teatro. Me gustan las puestas en escenas, los guiones, los dramas. Aunque eso no justifica lo que hice después.

Salí del cubículo. A esos dos les pegué un susto de muerte.

—Ya no importa —Dije, con la voz más serena que pude. Por dentro me moría de rabia de que Dazai pretendiera quedarse con Chuuya—. Me da absolutamente igual. Quédate con él.

Caminé al lavabo y me eché agua a las manos, que tenían sangre de mi nariz. El silencio de ambos me hizo notar que estaban en un conflicto interno. Al parecer, Dazai entró en razón.

—O-oye, lamento todo esto —Empezó—. Olvídalo, soy un idiota. No seguiré hablando con Chuuya si no quieres...

Entonces la cagué.

¿Por qué tengo que ser así? Él se estaba disculpando conmigo. Eso significaba que Fyodor también se iba a disculpar. Entonces yo podría disculparme con ellos. Entonces, todo quedaría resuelto.

Pero noooooooo.

Cerré la llave del agua. Dazai seguía con su disculpa, y me tocó el brazo. Y como reacción instantánea, me di vuelta en medio segundo y le asesté un puñetazo en toda la cara.

Y, demonios, sé que no fue correcto, pero sintió muy bien.

Toda la furia que tenía contenida desde la primera vez que empezaron a ignorarme salió a la luz, como ya había predicho antes. Por mucho que quisiéramos negarlo, el resentimiento estaba ahí, esperando a explotar. Ese era el momento.

Estaba explotando ahora mismo.

—¿Que lo lamentas? ¡¿Que lo lamentas?! ¡Vete a la mierda, Shūji Tsushima!

Su rostro se contrajo, y con la misma velocidad con que yo le pegué, él me devolvió el puñetazo.

—¡Cállate! ¡No te atrevas a llamarme así de nuevo en tu vida!

Arremetí contra él, y chocamos con el muro. Él me jaló del pelo.

—¡Maldito, maldito, maldito! —Grité. Le di un derechazo y me soltó— ¡¿Crees que solo disculpándote te voy a perdonar por lo que me hiciste?!

—¡Eres un egoísta!

Mi nariz sangraba. Creo que la suya también, pero estaba demasiado ocupado evitando que me golpeara. Otros chicos se arremolinaron alrededor nuestro. Gritaban, pero no los escuchaba.

—¡¿Egoísta yo?! ¡¿Yo egoísta?! ¡Tú solo piensas en ti y en nadie más, así que el egoísta es otro!

Él rugió y empujó mi cabeza al piso. Con un movimiento, le di vuelta y me puse sobre él. Lo golpeé con todas mis fuerzas, con toda mi rabia.

Dazai contraatacó, rodeó mi cintura con sus piernas y me dio vuelta. El dolor que sentí cuando mi cabeza chocó con el piso es indescriptible. Solté un gemido de dolor, y él me agarró del pelo y empezó a golpearme contra el suelo.'

—¡Basta! ¡Detente, Dazai! —Gritó Fyodor— ¡DETENTE, LO ESTÁS MATANDO!

En efecto, sentía como si me estuviera muriendo. Con cada golpe, mi vista se nublaba más y más. Mi nariz sangraba como si fuera un manantial infinito. Mis pensamientos se arremolinaban y chocaban unos contra otros. No sabía distinguir qué era real y qué no.

—¡Nikolai!

La lucidez regresó a mi por un momento.

—¡Levántate, Nikolai!

Era Sigma. Su voz sonaba temblorosa.

Sacando fuerzas de yo no se de dónde, sinceramente, me incorporé y agarré a Dazai del flequillo y lo lancé contra la pared. Los que nos estaban mirando exclamaron de sorpresa y de asombro

Una vez más, tuve la oportunidad de detenerme ahí.

Pero no.

Con Dazai acorralado, me enfadé, y me enfadé un montón. Dazai por poco me mataba, golpeándome contra el piso. ¿Por qué no debería hacer lo mismo con él?

Teníamos la cara hinchada y la nariz sangrando. Los espectadores alrededor nos miraban. No me iba a detener hasta haber descargado toda mi furia contra ese que me había traicionado de manera tan vil.

Lo golpeé una, y otra, y otra vez contra el muro. Las fuerzas lo habían abandonado casi por completo. Yo sentí que estaba a punto de desmayarme. Fyodor y Sigma me gritaban que parese, pero no los escuchaba.

Fue cuando mis fuerzas flaquearon que Dazai aprovechó y sacó unas tijeras del bolsillo y me atacó con ellas.










+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++






Me quedó demasiado largo el capítulo así que lo tuve que cortar jajajaja

SE AGARRARON A PUTAZOS Y ESTAN QUE SE MATAN

¿Quién creen que gana, Dazai o Gogol?

¿O quizás entren en razón y dejen de pelear por las buenas?


¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top