Capítulo XXXII
Sigue el túnel hacia el portal
Olvídate de todos tus problemas
Toma de la fuente, el agua bendita de la muerte
Observa mientras te ponen a prueba.
Las cadenas colgando del techo. Se mueven. Se estiran, se agitan, se calman. La oscuridad es un abrazo cálido en comparación de la tenue luz de las antorchas prendidas. El fuego fatuo en aquellos pergaminos malditos.
Gritos ahogados. Gruñidos, jadeos. Esto fácilmente podría ser interpretado como una intensa y calurosa sesión pasional.
Pero no lo es.
Velas rojas. Encendidas. Cera goteando. Cayendo. Pegandose a la piel. No sería la gran cosa si la piel no estuviera abierta. Se pierde el rojo de la sangre de la cera roja. Se unen.
Los ojos violetas están por perder la batalla. Logran captar la mirada dorada. Aquellos ojos pálidos ahora brillan tanto por el deseo y el extasis. Ese hombre lo sabe. Lo ha descubierto. Esta sesión sádica no es otra que su castigo por sus pecados.
Sesshomaru es un ángel de la muerte.
Mientras que el mismo infierno observa como el sádico espectador que es, como se desenvuelve. Como deja salir su instinto primitivo.
Imaginó que sería el mismo Inu No Taisho quien fuera a darle su horrible final.
Nunca imaginó... que encontraría una bestia oculta sedienta, atormentada y llena de resentimiento.
Lo ha capturado.
...
Chimoru sabía de primera mano que se acercaba su fin. Sabía que un día de estos llegaría. Dependería de él que tan violenta sería su muerte según que tanto ha molestado al gran señor Inu No Taisho.
Previamente se aseguró de escribir y visitar a sus conocidos antes de su inevitable final.
Anunció su regreso a su señor, iría a enfrentar su muerte antes que él saliera en su caza. Lo prefería de la manera más pacífica posible. Era demasiado pedir. Oh no sin antes al menos intentar defenderse, si de algo le sirviese.
...
─ Inuyasha, estas moviendo la mesa.
─ Estoy nervioso.
Por otro lado, en la biblioteca, ambos jóvenes reanudaron sus deberes académicos. Sin embargo, la noticia del retorno del ex profesor de Inuyasha se había esparcido como pólvora. Sesshomaru vio la preocupación en los ojos del menor.
Realmente no era conveniente tenerlo en ese estado. No era un secreto para nadie pero nada dicho en voz alta, al mismo tiempo, lo que pasaría con ese hombre cuando se trata de Inu No Taisho, el bien apodado Cruel Lord del Oeste.
─ Inuyasha...
─ No me creo eso, Sesshomaru, yo se que papá no tolera estas cosas. Cuando se siente ofendido, no hay súplicas que valgan. Lo matará...
─ Quizás el único error de Chimoru fue no haberse retirado a tiempo. Han pasados los días, y he reflexionado sobre el asunto. ¿No crees que ya estaba muy viejo?
─ ¿Tal vez?
─ Prueba suficiente. Chimoru ya no estaba capacitado para seguir ejerciendo su profesión. Por esa razón, se le agotaba la paciencia tan rápido contigo. ─ explicó, esperando que el menor entendiera el mensaje.
─ ¿Ajá?
─ Nadie aquí pudo ver lo que sucedía hasta que llegué. Es decir, que no se ha dado cuenta que simplemente estaba haciendo las cosas de manera incorrecta. No es que haya tenido malas intenciones... fue un delito menor.
─ ¿Si?
Sesshomaru quiso rodar los ojos por el fastidio.
─ No es tan difícil, Inuyasha. No hay de que alarmarse. Tu padre no lo condenará si el maestro Chimoru se disculpa contigo.
─ ¿Se puede hacer eso? ─ el menor pregunto, escéptico y con una ceja levantada.
─ Por supuesto, esta medida se llama indulto. Todo lo que tienes que hacer es darle a entender al maestro que tienes la autoridad de indultarlo, él lo pedirá ante tu padre y es todo.
─ ...
─ En palabras que puedas entender, solo basta con que se disculpe contigo y quedar perdonado. Solo que de una manera más formal.
─ Si, creo que ahora si entendí. Pero ¿Cómo vamos hacer eso?
─ La pregunta en realidad es. ¿Cómo lo harás? Para empezar, deberías interceptar a tu antiguo mentor antes de su encuentro con tu padre.
─ ¡Ya debió de haber llegado!
─ Entonces date prisa.
La pequeña bestia casi casi que salía disparado con aquel permiso. Frenó de golpe sus pasos, dándose cuenta que olvidaba algo sumamente importante.
─ ¿Qué esperas? Vamos.
─ ¿No fue suficiente que te sugiriera la solución? Tu puedes resolverlo.
─ No es cierto, no se nada de estas cosas. Te necesito. ─ juntó sus manos de manera suplicante─ ¡Por favor, ayudame!
─ Será por esta vez. Espero prestes mucha atención, vivirás resolviendo este tipo de conflictos.
...
Al caer la tarde, el ocaso teñia de hermoso anaranjado el firmamos antes de recibir la azulada noche.
De cálido a frio.
─ Aún no puedo creerlo... no, no puedo. ─ la voz casi susurrante de Chimoru salió.
─ ¡Bueno no es para tanto! ─ Inuyasha rascó su cabeza, sin poder evitar sonreír.
Oh las horas pasaron tan rápido ahí dentro. Jamás imaginó que podría volver a salir ileso de aquel palacio una vez que puso un pie dentro de él. Su antiguo alumno había abogado por él, aún después de todo... aunque era verdad que no le agradaba su condición ni su tiempo perdido en intentar educarlo, jamás serían por culpa de aquella criatura que no pidió venir a este mundo. Un mundo tan podrido, con un ser tan inocente como Inuyasha. Oh todavía no puede digerirlo, demasiado bueno para ser verdad.
¿Inu No Taisho realmente aceptaría esta misericordia?
No dudo en disculparse apropiadamente ante su príncipe por su falla en su misión. Inuyasha aceptó esas disculpas. ¿Su padre también?
─ Jovencito.
─ Si dígame.
─ Supongo que este es el adiós. Como sabrás ya tengo mis años encima, planeo irme muy lejos de estas tierras, lejos, lejos a pasar mis últimos días de vida. Así que, muy seguramente no vuelvas a saber de mi.
─ Lo entiendo.
─ Ya dije todo lo que debía decirse ahí dentro. Si puedo agregar algo más, espero logres mucho más de lo que yo te pude enseñar. Mucha suerte.
─ ¡Gracias! ¡Lo mismo digo de usted! ¡Buena suerte en su viaje!
Así fue la despedida entre ambos.
...
─ Inuyasha... ¿Será su sangre humana de donde nace tal compasión? Sesshomaru ¿Realmente crees que fue buena idea? ─ Inu No Taisho habló mientras chasqueba la lengua.
Estaban fuera del palacio, en algun fuerte bajo tierra, privado, oculto.
─ Inuyasha aún tiene la mente de un joven cachorro. No le hará muy bien saber que estás haciendo con este viejo en este momento. ─ el mencionado respondió.
Sentado, como un espectador en una divertida función. Donde el espectáculo principal incluía dolor y sangre.
─ Todavía no está preparado para digerir este nivel de crueldad.
─ Sabes que no quiero que sea blando. Más por su condición, no quiero que nadie piense que pueden pisar sobre él.
─ Un paso a la vez, mi señor. Necesita escalar de a poco. Justo como sus lecciones. Su mente no se ha desarrollado correctamente.
No estarían aquí si Inu No Taisho no estuviera completamente de acuerdo. Pero aún sostenía en su cabeza la idea en que cualquier momento, dejaría de ser un niño. Debía de formar su carácter, no debía de ser misericordioso. Más con los herejes que osaron insultarlo. Oh, no, no, no debía de perdonar ninguna ofensa hacia su persona.
─ Chimoru ¿Sabes por qué?
El nombrado respondería si no estuviera amordazado. Maniatado, colgando en el aire con unas oxidadas cadenas. Sellado sin poder escapar. Su sangre ha salpicado ya el suelo. La verdera tortura es lo insano a lo que se han demorado. Perdiendo el cálculo, sin saber cuantos días ha estado ahí.
─ Usted más que nadie sabe cuanto odio la traición. Lo peor, es que te has metido con mi hijo.
El indulto otorgado sólo fue una mentira dulce para Inuyasha.
Sabía que no debía de creerlo.
¿Por qué se confío? Como un idiota, creyendo que no lo pagaría.
Otra mentira era sobre el supuesto saboteo. ¡Eso no era verdad!
Ahí fue cuando cayó en cuenta. Oh un viejo tonto, un despistado. Por siempre había creído que Sesshomaru odiaba a su medio hermano. Jamás pensó que este usaría sus palabras para hundirlo así. Sacarlo del camino. Pequeño tramposo. ¿Por que esta presente de todos modos si no tuviera nada que ver?
Si pudiera decir una palabra, lo delataria ahí mismo ante el señor Inu No Taisho.
Sesshomaru notó esa mirada de horror y desprecio en él. ¿Con que siendo descubierto? Era un momento de tensión. Por nada debía de fallar. Ese vejestorio debía de llevarse todas sus palabras a la tumba.
Era la quinta noche, y ya estaba en las últimas. Sus vestimentas hechas harapos y su vida escurriendose como agua entre manos. Para ese entonces su piel abierta en su pecho y demás zonas no habían logrado cerrarse.
Sesshomaru tomó el ante brazo de su amo con tal de llamar su atención. Cuando la obtuvo, lo miró con tanta cautela y toques de melosidad, antes de realizar su petición.
─ Desde algún tiempo visualice como podríamos darle cierre a esto.
─ ¿Ah si? ¿De que se trata?
─ Cortes en su lengua o tal vez su garganta. Cada corte por cada insulto hacia mi príncipe y mi amo. Antes de que dé su último respiro.
─ ¡Que perverso! No suena mal. ¿Garras o daga?
─ Con una daga. No ensucie sus manos innecesariamente.
Entre los instrumentos buscó el arma debida. Una daga común y corriente podría hacer el trabajo. Mientras que el menor estaba aún sentado frente aquella mosca atrapada en tan enferma telaraña.
─ Sesshomaru, tienes cara de querer decirme algo más.
─ ¿Escribirías la frase "Caso Perdido " en su frente?
─ Desde aquí puedo oler tu emoción. ¿Disfrutas esto? ─ Preguntó mientras escribía cada kanji sin prisa. ─ ¿Te excita?
─ Solo me satisface ver que recibe su merecido.
Las gotas gordas de sangre abrazaron ese viejo rostro antes de caer. Chimoru se removió, no sólo por el dolor. Para intentar por última vez ser escuchado. Maldito bastardo aquel. Sabía que había notado su mascara, por esa misma razón se apresuró en pedirle a ese monstruo que obstruyera su sentido del habla.
─ ¿Aun tienes energía para moverte?
Sesshomaru se puso de pie con toda la tranquilidad que podía aparentar. Caminó con gracia hasta su amo.
─ Quiero hacerlo. ─ No debía dar pie a lugar de que interactuara más con Chimoru.
─ No lo creo cachorro. No te daré ningún objeto punzante. ─ señaló las vendas de la frente aun puestas en el menor.
─ Será bajo tu supervisión... ─ suplicó. ─ Por favor, amo...
─ No puedo negarme cuando me lo pides así. ─ sonrió─ Te guiaré.
Un deja vu, cuando hacia meses atrás sus últimos días en la mazmorra. Cuando tenían otra presa para mutilar. El asqueroso recuerdo de Chugoku llegó a su memoria, motivandolo a usar más presión en cada puñalada, cada corte. El deseo infrenable de destruir, masacrar. Son solo carne para moler. Que anhelo tan inmundo.
─ Sesshomaru, te emocionas tanto cuando se trata de torturar alguien. Acabo de descubrir este detallito oscuro en ti.
Confió en él y dejó que siguiera por su cuenta. El chico reunió toda su fuerza para clavar aún más profundo y volver a sacar esa daga.
Aquellos ojos poco a poco perdían el brillo, no sin antes gritar en silencio un sin fin de maldiciones.
Clavar, sacar, volver a clavar. Cortar, golpear. Como un sanguinario carnicero. La sangre chorreando, ese viejo hombre ya había cruzado al otro mundo.
Sesshomaru no se detuvo hasta llegar del otro lado. Hasta cortar la cabeza por completo por si mismo. Tajo, a tajo, tajo. Aun si le tomó varios minutos y varios respiros acelerados. Sacudió el cuero cabelludo de ese cadáver para ayudar a desprender, a desmembrar. Cuando lo logró, quedó con esa cabeza entre sus manos como un trofeo. Tanto trabajo lo agitó. Cuando notó por fin su cometido estaba cumplido, soltó esa cabeza como la basura que era.
Rodó por el suelo.
Segundos después, contempló cómo aquellos restos se volvían cenizas.
Luego de eso dio un respingo cuando sintió una nariz pegarse entre su cuello y hombros. Unas grandes manos abrazandolo desde atrás. Aprentandolo como si fuera un muñeco de felpa.
─ Oohh~ Bonito, ver esa energía tuya es tan caliente. Me dan ganas de hacerte mio aquí mismo.
─ ... A mi me dan ganas de darme un baño. Este hedor a sangre es insoportable. ─ Inu No Taisho era todo un caso, ponerse cachondo en un sitio así. Si no estuviera herido, posiblemente haya chocado su palma en su frente.
...
─ Oye, enano.
─ ¿Me habla a mí? ─ Jaken volteó.
El nuevo sirviente del Lord se encontraba haciendo guardia frente a la oficina principal, justo como se le fue ordenado. Estaba que caía del aburrimiento hasta que escuchó una joven voz.
─ Oh. ¿Es usted el hijo del gran señor Inu No Taisho?
─ Si ¿No se nota el parecido? ─ Inuyasha quiso rodear los ojos. ─ ¡Quería saber si mi padre está ahí adentro!
─ Lo lamento, pero no se encuentra aquí.
─ Maldición, no lo encuentro por ningún lado. Ya hace unos días que viene desapareciendo por varias horas. ¡Incluso Sesshomaru no está! ¿Estará con él?
─ Pues no tengo la más mínima idea, mi amo no me revelo a donde se fue ni cuando volverá.
─ Tsk. ─ Inuyasha chasqueó la lengua decepcionado, sin otra alternativa que retirarse del lugar.
─ Ese niño era un híbrido sin dudas. ¿Así que la esposa es una humana? Ya pasaron varios días desde que estoy al servicio del Lord del Oeste y apenas conocí a un miembro de su familia. Oh, ¿Será que ella es la pobrecita que sufre males? Claro, si es humana debe de ser muy sensible a esas cosas. ─ Jaken se quedó teorizando solo, con tal de combatir su aburrimiento mientras esperaba.
Aunque el nombre mencionado por el chico le hizo ruido en la cabeza. No tenía la más palida idea de quien podría ser, si sería alguien relevante, si lo conocería pronto.
─ Vaya saber el diablo quien sea. ─ pensó mientras se cruzaba de brazos.
No podría imaginar que tanto significado pueda tener ese nombre en su vida, en algun futuro cercano.
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