Capítulo XIII

¿Cómo empezar a describirlo? Inuyasha estaba extasiado por el regreso de su hermano. Eufórico, aún cuando sus modales no eran muy buenos no pudo evitar comer rápido con tal de hablar con Sesshomaru.

Si, habían pasado varios años, y la relación entre ellos era casi nula. Pero Sesshomaru era su familia después de todo. Lo conocía desde que tenía memoria, era su hermano, hermano mayor. Aunque él sentimiento de su partida fue sumamente amargo no le guardaba rencor por ello.

Se veía más o menos como lo recordaba. Callado, serio, calculador. Con una delicadeza que lo hacia parecer tan diferente a los demás demonios. Por supuesto, fuerte y listo. Como su padre. Inuyasha aspiraba ser como ellos. Sesshomaru era tan indiferente, tan seguro de sí mismo.

Habían terminado casi todos los platos servidos, pero su sonrisa satisfecha decayó cuando notó que su hermano ni siquiera había terminado un solo plato.

─ Sesshomaru, no has comido nada. ─ Dijo indignado.

El mayor de los cachorros miró su plato con mala gana. Comida de humanos. Realmente hizo el esfuerzo de ingerirlos. Eran apenas tolerables, aunque no eran del todo aptos para él.

Como si fueran llamadas, entraron las sirvientas a llevarse los platos y restos de comida. Reemplazandolos con té y bocadillos.

─ Come, no tengas pena.

─ Gracias, estoy lleno.

─ No es cierto.

Ahora que podía tomarse cinco minutos para pensar y analizar mejor, habían cosas que no le cuadraban a Inuyasha ahora que le prestaba la debida atención. Lo del maquillaje no era tan extraño, sabía que era costumbre de algunos nobles para demostrar su rango, lo que no parecía estar bien era que estuviese manchado. Como si volviera de una batalla.

Lo segundo, su palidez. No había errado cuando dijo que parecía un muerto. Lo intrigada tanto, ¡quería saber contra qué monstruo se tuvo que enfrentar para quedar en ese estado! Lo consiguiente fue su delgadez, debido a toda esa ropa no se notaba tanto pero sus pómulos y manos lo delataban y... momento. ¿Eso que trae puesto no es un vestido de princesa?

Entonces Inuyasha descubrió lo que no cuadraba de aquella imagen, lo había visto, pero no se había detenido a preguntarse por que llevaba eso puesto. Claro, su mente ahora le hacía reaccionar. Pero no sabía cómo expresarlo.

Su padre parecía tan tranquilo... osea. ¡Su hijo mayor, Sesshomaru estaba de regreso! ¡Y parecía que no fuera la gran cosa! ¿No sería lo normal en un padre estar conmocionado? O incluso ¿No debería parecer preocupado por él? ¡Estaba flaco! ¡Y no vestía adecuadamente! ¿Que diablos estaba pasando?

Cada pensamiento, cada pregunta daba vueltas por su cabeza. Pero sin dejarlas salir aún, se acercó a la mesa de Sesshomaru e insistió en que este comiera.

─ Sería grosero de tu parte rechazarlo, Sesshomaru. ─ habló Inu No Taisho.

Bien, no tenia opción de todos modos. Bajo la presión tuvo que tomar pedazo a pedazo de los bocados de arroz, masticar tragar y acompañarlos con té.
Eso parecía satisfacer a Inuyasha, aunque no lo entendiera.

Jamás habían sido tan cercanos. ¿Por que le interesa su persona en primer lugar? ¿Porqué no aprovecha la situación para burlarse de él?
¿Es esto lo que llaman karma?

Por otro lado, aunque el gran señor pareciese ser un cielo tranquilo por dentro era una tormenta llena de truenos. Se suponía que a estas horas estaría solo con su mascota, pasándola bien. Contó hasta tres en silencio por más de una ocasión.

Bien, nada que no se pudiese resolver. Solo debía enviar a su hijo de vuelta. Y castigar a los inútiles que lo dejaron volver.

─ ¡¿Qué?! ¡No me jodas!

─ Cuida tu lenguaje. ─ su padre gruño en advertencia.

─ ¡Estas loco si piensas que me voy a ir ahora! ─ Inuyasha protestó cruzandose de brazos.

─ No precisamente ya mismo... pero tenias que cumplir con los señores Hasuno. Ellos siguen esperándote.

─ ¡Pero...!

─ Ya, lo sé. Sé que te emociona ver a tu hermano y que quieres hablarle de muchas cosas... pero no por eso debes desatender tus responsabilidades como príncipe.

Inuyasha rodó los ojos y dejó salir un gran resoplido de frustración.

─ Partirás mañana. Te dejaré salirte con la tuya el día de hoy. Además, Sesshomaru no tiene planeado irse a ningún lado. ¿No es así?

Inu No Taisho pregunto volteando a ver al mencionado. Pronto se dieron cuenta que algo andaba mal con él. Que temblaba levemente, con la mirada perdida.

Padre e hijo quedaron sorprendidos cuando de repente Sesshomaru se puso de pie sin decir nada, buscando algo, ellos no sabían que era. Pronto encontró la puerta corrediza que guiaba a un pequeño patio.

─ ¿Qué te pasa?─ Preguntó Inuyasha, luego rió. ─ Parece que vas a vómi-

Interrumpiendo sus palabras, el joven cayó de rodillas al suelo devolviendo todo lo que había ingerido hacia unos momentos hacia el césped.

─ ...tar. ─ terminó su frase viendo lo obvio.

Cuando terminó, apenas pudo sostenerse de su brazos. Llegando alertar a los otros dos.

─ Llama a la medico, Inuyasha.

No se lo tuvo que decir dos veces.

...

Cuando la anciana llegó a revisar a Sesshomaru, pidió que fuera trasladado alguna cama donde pudiera reposar. Entonces el palacio oyó la discusión entre padre e hijo por decidir a la habitación de quien iría. Sorprendentemente Inuyasha ganó.

O solo Inu No Taisho lo dejó para complacerlo, si de todos modos lo echaría a patadas al día siguiente.

A palabras de la anciana Fukuro, la razón del decaimiento fue la comida, la cual le cayó pesada porque su estómago no estaba acostumbrado a recibir tanto. Y además sus defensas bajas diagnósticaban una posible anemia.

Para Inuyasha no tenían sentido. Era un demonio. ¿Por que se enfermaria? ¿Acaso fue intoxicado en alguna batalla? Oh oh quizás como lo dijo la anciana. ¡Él no se ha estado alimentado bien! Inuyasha sabía que no debía sentirse bien por saberlo, solo estaba contento por haber acertado. ¡La condición actual de Sesshomaru es por su falta de alimentación!

Fue corregido por la anciana.

─ Me temo que no es del todo cierto, señorito. La comida que se le sirve a usted no es la adecuada para el joven Sesshomaru. Aunque en su condición actual el alimento usual de los demonios tambien podrian llegar a ser dañinos. Podría tolerar la comida suave en pequeñas cantidades. Para eso, si el señor Inu No Taisho me lo permite podría preparar una medicina que lo ayude a recuperar sus defensas.

Inuyasha volteó a ver a su padre con cara de 》¿Quedemoniosesperasparadecirlequesi?《 y él accedió a qué lo medicaran.

Aunque los dos adultos sabían lo que  Fukuro no mencionó, gran parte de la culpa era el sello que alteraba la salud de Sesshomaru.

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