Capítulo LVI

Cuando no estás cerca, me hundo en el suelo.
Intento fingir que estoy más cerca de ti
Nunca lo entiendo.
Siempre estás en mi mente, no puedo evitarlo.

*****

Decir que lo dejó caer es solo una forma sutil de no decir que lo lanzó hacía la cama con poco cuidado. Sesshomaru no se desplomó del todo, para su sorpresa.

La cama está hecha a medida, gigantesca, alta y sostificada para un emperador demonio como Inu No Taisho.

El dosel está desecho, olvidado a un costado, puesto que el amo prefiere que su víctima esté lo más expuesta posible.

¿Acaso su querido Sesshomaru ha leído sus pensamientos?

Porque su ropa comienza a estorbar, le toma algo de esfuerzo deshacerse de la primera capa, cuando estaba a punto de desatar el lazo de su cintura, su amo lo detuvo.

El más joven miró confundido la gran mano que sostenía su muñeca y que por ende impedía continuar con su cometido. Viéndolo como si fuera un cachorro de meses descubriendo el mundo.

- No dije que te desnudaras.

- ...

Las palabras estaban en su boca, Inu No Taisho podía leerlas en sus labios, aún si este todavía no decía nada.

- ¿Tienes algún problema con eso?

- P-pero...

- Si. ¿Qué?

- Tengo, que hacerlo.

El mayor le dio su tiempo para explicarse mientras la mirada del embriagado joven se perdía en el suelo. Apenas pudiendo sostener su propia cabeza.

- No ordené que lo hicieras. - Inu No Taisho corrigió.

- P-pero... - repitió. - Ya vini-mos a la cama.

- ¿Esa es tu razón? Ves una cama y crees que por defecto, es tu señal para cachondear y follar. Eres un pervertido.

- ¿Eh?

- Atrevido. ¿Cómo puedes tener esos pensamientos tan sucios? Perra.

-... - Sesshomaru levantó la cabeza lentamente, como si tuviera un collar atado a un pilar de concreto. Dejó llevar su cuello hacia un costado, como si realmente no entendiera a que iba está conversación.

- Bueno, tengo toda la noche, si crees que me cansaré de ti, pues estás equivocado. - Sonrió de lado. Confiado en sí mismo. Le encantaría ya descubrir el terror en el rostro de Sesshomaru, hacerlo caer de una vez.

Dejó caer su cuerpo en una perfecta pose de loto en el suelo mientras que el pequeño amante estaba apenas sentado en el borde de la cama.

- ¿Todda la noche...? E-stá bien. - Susurró.

- Oye, ¿que no te quedó claro que no quiero que te quites la maldita ropa?

- Ah... ¿Quieres hacerlo así? Lavarr~ la ropa~ es difíciil~ - arrastró sus palabras debido a la dureza de su lengua impidiéndole poder pronunciarlas correctamente, como las anteriores y las que estaría por decir.

- No vamos a coger.

- ¿Eh? - Negó con la cabeza- No te creoo~~

- Bien sabes que soy de cumplir mi palabra.

- No, no, no.

Pasó un lapso corto de tiempo antes de que aquella extraña conversación siguiera su curso, para entonces, el ebrio Sesshomaru seguía negando suavemente con la cabeza.

- No quiero eso de ti esta noche. Lo que busco está en otro sitio.

- ¿... Qué?

- Y lo obtendré. Lo sabes. Más temprano que tarde. Será mejor para ti que lo obtenga porque no soporto ni un segundo más en estas condiciones.

El más joven se puso de pie, casi de golpe, lo que provocó un leve tambaleó en su andar. Puso alerta a Inu No Taisho más la curiosidad pesaba mucho más así que solo se quedó contemplando cada movimiento del otro.

¿Eso que huele es... sal?

El sonido de la bofetada que Sesshomaru le dio a su amo sonó mucho más fuerte con tanto silencio alrededor.
Ese golpe le dolió más al joven que al mayor, por lo que no significó gran cosa. Inu No Taisho quedó más impactado por el repentino llanto de Sesshomaru que ofendido por su intento de agresión.

- ¡¡Eress un cerdo!! - bramó aun si su mandíbula temblaba, al mismo tiempo se sostenía de los anchos hombros del amo. - ¡Un idiota! ¡Idiota, idiota! ¡Sucio idiota!

- ¡¿Qué crees que haces?! Suéltame.

El drama no duró mucho, el lord lo detuvo sosteniendo ambas muñecas del chico y evitar que siguiera golpeándolo. Sin poder zafarse y sin poder hacer mucho contra la diferencia de fuerza, rendirse para dejar derramar sus lágrimas era la única opción de Sesshomaru.

- "Qué llore de forma tan desesperada es inusual y jodidamente molesta." - fue un pensamiento que guardó para sí mismo. - "Se atreve a insultarme como en los viejos tiempos, realmente está revelando la verdad más pronto de lo que creí." - concluyó precisamente con amarga decepción.

- ¡¡Des-Carado~!! ¿Cómo puedes hacerme essto? - En un mal movimiento, el chico ebrio cayó de rodillas ante el lord.

- "Parece estar a punto de perder la razón. El berrinche que está haciendo es similar a sus ataques de pánico. ¿Acaso hay un eslabón que lo provoca y no lo estoy viendo?"

- Iddiota, asqueroso, infiel~ - Sesshomaru siguió balbuceando.

- ¿Qué has dicho? - la burbuja de los pensamientos de Inu No Taisho se rompió en cuanto detectó aquella palabra que cambiaría el contexto de la situación. Y por la repentina sorpresa, lo soltó.

Minutos de silencio corrieron en lo que dura un incienso consumiéndose a la mitad. No es algo que pueda digerir con rapidez, al menos no ahora.

Y siendo sinceros, Inu No Taisho jamás había recurrido al alcohol para robarle información a alguien. Con su sola presencia era suficiente para que los traidores o espías escupieran todo lo que saben, en algún caso extremo, lo clásico era la tortura.

Nada de eso funcionaria con Sesshomaru, haciendo aún lado el hecho de que no iba a lastimarlo físicamente y mucho menos sin evidencia de un mal comportamiento. Si apenas podía hacerlo hablar cuerdo y sobrio, hacerlo ebrio era todo un desafío.

No insistió más hasta que escuchó el sollozo silencioso provenir del chico.
Imposible de perderse de ningún detalle que perciben todos sus sentidos. El olor de sus lágrimas o el desastre de su cabello.

- Sesshomaru. - llamó.

- ...

- Repite lo que has dicho. - pidió.

Luce pequeño y delicado como un origami. ¡Por todos los cielos! Hay que ser un ser celestial para verse bien incluso con los ojitos hinchados después de llorar. Si, porque Sesshomaru no es como los mortales de la tierra, y eso, le encanta a Inu No Taisho. Eso le recuerda la especial paciencia que debe de tenerle.
Sonrió de lado por lo enternecido que quedó ante la cosita vulnerable.

- ¿Acaso me llamaste "infiel"?

Los labios del joven temblaron sin poder soltar palabra coherente.

El concepto de la infidelidad era un asunto ajeno para el lord, por nada creible que parezca. Una relación de iguales era tan rara como un gato verde. Con él solo eran dueño y propiedad. Y por ello podría hacer uso de sus propiedades como le plazca. Ninguna de sus concubinas o amantes se habían peleado por él en ese sentido.
Si se tuviera que explicar desde el principio, habría que recordar a la primera esposa de Inu No Taisho.

El lord sacudió su cabeza levemente para volver a su realidad. No quiere recordarla ahora, sinceramente. Aunque es difícil de hacerlo cuando se concentra demasiado en el rostro de esa belleza, es su madre, y naturalmente, él se parece mucho a ella.

-Eso es lo que eres...-se tomó su tiempo para pensar en su respuesta. - unn- perro desleal... - gimoteo. - después de todo lo que di por ti ... por ti... ttuu...

- ¿Yo?

- ¿¡¡PORQUE SIGUES AQUÍ!!?? - Golpeó el suelo a puño cerrado, a punto de estar fuera de sí. - ¿Acaso no lo dijiste? ¿Que queriasss irte CON ALGUIEN MAS?? ¡Vete entonces! vete, vete, vete. - dio golpes menos intensos a cada palabra dicha por su endurecida y eufórica boca.

-¿Cuando dije esa mierda? - las orejas de Inu No Taisho echaban humo en forma de interrogación. En total confusión.

Mientras Sesshomaru seguía gritándole insultos y maldiciones, el mayor repaso por su cabeza todo lo dicho hasta ahora, en el peor intercambio verbal de su vida.

oh. ¿¡Sesshomaru ha malinterpretado sus palabras!? ¿Cómo logró desfigurar una oración en un contexto desquiciado? o Inu No Taisho pecó por ser ambiguo y hacerse el misterioso. Por el otro lado, aunque no de la forma esperada, estaba al fin y al cabo sacando a la luz sus más sinceros pensamientos.

- ¡ASQUEROSO PERVERTIDO! ¡¿COMO PUEDES LLAMARME INSACIABLE!? ¡PITO INQUIETO! ¡GUARDATELO EN TUS PANTALONES UNA VEZ!

- Pero, Sesshomaru~... querido.~ No es lo que crees, definitivamente.

- ... Solo estoy aquí para eso. ¿Verdadd? Ya estoy harto.

Y de nuevo el llanto luego del enojo explosivo.

¿No era eso lo que quería? ¿Obligarlo a confesarse? Por supuesto que quería saber a dónde iba con todo este circo.

- Creer que yo, podría, ser... Ssi... tan solo... no me importara. ¿Por que me importas tanto? - sollozo.- Malddita sea. ¡Deja de serr importante para mi!!

- Si el tú sobrio pudiera escuchar todos estos balbuceos, metería su cabeza bajo tres metros de tierra. - el mayor susurro para si mismo. - Pero, esto es tierno.- reposo su mejilla en la palma de su mano sonrió. - ¿Soy así de especial para ti? ¿Es una escena de celos o una confesión? tal vez ambas... - relamió sus palabras del gusto al ver ese bello y destruido rostro completamente acabado. a su merced. - Y ni siquiera he llegado a preguntarte un par de cosas que quería saber. Eres el único que puede pillarme de sorpresa, de formas tan creativas. tu lengua está más suelta ahora, no me ire a ningún lado, ni mucho menos estaré con alguien más. ¿Lo has entendido? - Con su otra mano, elevó suavemente el mentón de Sesshomaru para que mantuviera la vista más en alto.

-Mmmn. - fue su respuesta.

- Que bien. Buen chico. - acarició su cabeza con la delicadeza de una mariposa. - Ya no seas víctima de tu propia mente. No disfruto verte llorar. Por lo menos no ahora. ¿Acaso tienes motivos para castigarte? ¿estás haciendo cosas indebidas a mis espaldas?

- Yo... lo que hice...

- Desde hace un tiempo tienes un comportamiento extraño, y en los ultimos dias, mucho mas extraño. ¿Que planes tienes en mente?

- Lo que planeo...

- Lo sé todo.

-...

- Solo tienes que confesarlo para que tu castigo no duela tanto. Tal vez considere tener algo de clemencia.

- No sabes... nada, nada de mi. - gruño. - si fuera verdad, si supieras, no estaría... aquí. - rechazo la mano contraria.

- ''Aqui viene.''

- ¡Todo lo que estuve haciendo! ¡Un esfuerzo desmedido para adaptarme a esta nueva vida! Acatando todas tus órdenes, e incluso, ocupandome de cosas que no me has pedido, incondicionalmente ¡¿Que recibo?! ¡¡Nada de lo que en verdad quiero!! - se puso de pie, tambaleando, a ver si el mayor ahí presente pudiera escucharlo mejor.

-¿Qué es lo que quieres?

La pregunta evidentemente ofendió al mas joven, que reaccionó de una forma mas violenta, agarrandose de las solapas de la ropa de su amo.

- ¡¡QUIERO QUE ME AMES!!

...

El impacto de sus palabras lograron dejar callado a Inu No Taisho. Salvaje y determinado, pudo dejar en blanco la mente del mayor, por los siguientes minutos de silencio. Adornados por la agitación de su aliento.

Se ha marcado un punto, definitivamente es un antes y un después, con esta declaración.

Para Inu No Taisho, era una confesión de amor, por supuesto.
Un giro algo inesperado, pero tiene sentido. ¡Todo el sentido del mundo para él!
No hay nada que pueda quitarle la sonrisa en su rostro.

- ¡No te rías!

- ¡No lo hago! - aseguró, aún sonriendo como niño con juguete nuevo. - Deja de angustiarte. Ven aquí.

- No quiero...

A pesar de su negativa, terminó acurrucado en brazos del mayor.

- Así que... ese es el deseo que anhela tu corazón. ¿Mmn?

- ... Parece... que pido algo imposible.

- No digas tonterías.

Sesshomaru no puso resistencia cuando su mentón fue elevado nuevamente para encarar a su amo. Esta vez, Inu No Taisho no se contuvo de robar un apasionado beso que sus labios pedían a gritos silenciosos desde el principio de la velada. Beso que fue dulcemente correspondido.

En algún punto, tuvieron que separarse por dos grandes motivos; el primero era por que el mayor no quería entusiasmarse demasiado, y el segundo, para no dejar que Sesshomaru se quedara dormido.

- No necesitas pedirlo, porque ya lo hago. Te amo.

Sesshomaru no puede creerlo.

-¿Por qué me miras como si dudaras de mi palabra?

- Debo estar soñando... soñando despierto. No lo entiendo.

- ¿Quieres que lo repita? ¿Con demostrarlo no basta?

- Pero hace rato... me has demostrado rechazo.

- ¡Por supuesto que quiero estar en la cama contigo! Pero no todo se trata de follar. Además de caliente eres caprichoso. ¡Estás muy consentido! ¡Y todavía dudas de mi amor! - Un ataque de besos fue aterrizar al cuello del menor.

Sesshomaru no tuvo las fuerzas para defenderse de las cosquillas provocadas. Sólo reír por lo bajo o gemir según que nervio sensible Inu No Taisho llegara a tocar. La hostilidad ha abandonado su ser por completo, al haber sido correspondido al fin. Por lo menos, con las cosas dichas claras como el agua.
Esta vez, sus manos son quienes toman el rostro del mayor, tonificado y bronceado rostro, solo para atraerlo a sí mismo. Inu No Taisho se deja llevar y ahora, es a él quien roban un beso de sus labios. Al separarse, al abrir los ojos no pueden apartar la mirada del otro, puesto que la conexión es más sólida que nunca.

-... Te amo. - Sesshomaru dijo en voz baja, con los labios temblando casi susurrando.

Su cuerpo relajado solo piensa descansar en paz.

- ¿Qué sucede, cariño? ¿A dónde ha ido tu energía? - Era evidente que el sueño y cansancio ya se habían apoderado del menor y lo sabía.

Cómo sabía que no podría mantenerlo en ese estado para siempre, aunque le gustaba. Quedó encantado con lo que pudo sacar a flote esta noche. Palabras y acciones que no pensó que presenciaría alguna vez. Con el miedo, pequeño, pero presente, de que todo en realidad sea producto de un dulce sueño, y, al amanecer todo resulte tal y como lo fue esa mañana y las anteriores. Que los sentimientos de Sesshomaru no resultan ciertos. Que la mañana siguiente le arrebatará al Sesshomaru dulce y cálido, y en cambio le dejara al distante y frío que conocía.

Es un asunto difícil de digerir. Difícil de procesar. Como si no se hubiera dicho nada en horas.

Inu No Taisho acomodó al dormido joven en su lado favorito de la cama mientras su mente trabajaba en repetir la confesión de su querido, una y otra vez.
El respirar suave de Sesshomaru le transmitía calma, por alguna razón.

Por los dioses, se ha enamorado como un tonto.

Y no puede negarlo, mucho menos a sí mismo. ¿A quién podría engañar? ¿Y cómo hacerlo cuando sus sentimientos son más que correspondidos? Su relación había evolucionado de tal manera que el odio y resentimiento se habían extinguido para dar paso a algo mucho mejor. Romance, celos, obsesión y pasión.

Se siente un tonto por haber elegido caer ante sus encantos, caer ante él sin siquiera luchar. Bueno, lo intento al menos esta noche. Y terminó victoriosamente derrotado.

- Si me odiara, no quisiera acostarse conmigo de esa forma, tan salvaje y desesperado. ¿No? - se susurró a sí mismo mientras observaba a su amado dormir tan pacíficamente. - Por un momento tuve la sensación de que buscaba matarme, o un complot en mi contra o esas tonterías. ¿No sueno como un paranoico? ¿Cómo alguien tan frágil pudiera siquiera intentarlo? Y con su condición mental... apenas puede pensar... pobrecito. Soy un estúpido paranoico, dejarme llevar por una imaginación sin evidencia concreta. Todas las muertes de este año... han sido por celos, ya no tengo dudas. - reflexionó en silencio. - Aunque todavía no sé exactamente qué es lo que piensa de Inuyasha. Superficialmente, parece estar interesado incondicionalmente. ¿Finalmente lo ha aceptado en su corazón como familia?

Nada me haría más feliz si fuera así.

Una familia de verdad contigo.

...

No había muchas palabras para describir la serenidad que sentía en todo su ser. Como si su modo supervivencia estuviera apagado por lo que restó las siguientes dos horas de velar el sueño del más joven.

¿Cuánto podría durar su paz?

- Gran Señor. - la voz temblorosa de aquel salón verde se escuchó desde el pasillo fuera de la habitación.

- Sin interrupciones. Vete.

- Amo Inu No Taisho, el mensajero Goruden...

- Vete. - repitió.

Al minuto la presencia de Goruden Tsuin llego hasta el olfato del Lord y no tuvo de otra que levantarse de mala gana y con su garras picando por degollar. ¿Desde cuando se toman la libertad para desobedecerlo y molestarlo?

Contuvo su ira para no arrancar la puerta, solo con Sesshomaru en sus pensamientos tuvo la suficiente consideración de deslizarla sin hacer mayor ruido.

Cuando sus subordinados aparecieron en su visión, se encontró a Jaken con la cara pegada al suelo como Tsuin de rodillas.

- Mi gran señor Inu No Taisho, se trata del príncipe Inuyasha, la única razón que me mueve a osar interrumpir sus asuntos. He recibido un mensaje de urgencia por parte de mi hermano Goruden Cheri acerca de su majestad, quien solicita su presencia de inmediato.

- ¿Qué sucedió? - preguntó luego de suspirar resignado.

- El mensaje fue breve pidiendo la presencia del gran señor y de la medicina de la bruja Fukuro. ¡Si me permite hacer una suposición, el príncipe podría incluso estar herido!

El ceño de Inu No Taisho se frunció dejando ver su molestia. Claro, su momento de paz y felicidad sólo podía durar un rato antes de que los problemas lo persiguieran.

- ¿Esto es enserio? ¿Inuyasha cree que tengo tiempo para desperdiciar y no tiene la decencia de contar siquiera en qué problema está metido?

Podría quejarse todo lo que quisiera pero nada evitaría que acudiera al llamado.

La visita al territorio humano no estaba prevista y mucho menos estaba en condiciones de dejar abandonado a Sesshomaru y sin olvidarse, de la tribu de lobos también

- Tsuin, tendrás que quedarte en el palacio y ocuparas el rol de anfitrión ante la manada de Akako en mi ausencia.

- Si, gran señor.

- El kappa se quedara ayudarte.

- ¡Como ordene, jefecito!- Jaken asintió.

- Quiero que me preparen un carruaje.

-¿Irá acompañado? -la sorpresa en Tsuin era tan grande que de su boca se le escapó aquella cuestión.

- Me llevaré a Sesshomaru conmigo.- fue su última palabra.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top